Cabeza
en tierra, rota la testera,
ahogado
en llanto que en vertientes baja,
veo
mis pies desnudos, y se cuaja
toda
mi sangre en nueva sementera.
Veo
el cielo de Roma, su ladera,
que
el sol cortó de luz, como navaja,
veo
acechar la noche, la mortaja
sobre
una roca hendida y agorera.
Morir
así, Señor, me lo merezco,
sin mi playa, la barca ni los peces,
yo
que tuve del mar un parentesco.
No se oye el gallo,acéptame este envío.
Te
amé como quisiste las tres veces,
toma
tus llaves, cuídalas, Dios mío.
Antonio Caponnetto
Nacionalismo Católico
San Juan Bautista
Dr Caponnetto! Una belleza!!! Como el celo por la Casa del Señor que lo devora. Gracias! María Florencia Villafañe
ResponderBorrar