En un mundo en el que la mentira es poderosa, la verdad
se paga con el sufrimiento. Quien quiera evitar el sufrimiento, mantenerlo
lejos de sí, mantiene lejos la vida misma y su grandeza; no puede ser servidor
de la verdad, y así servidor de la fe.
No hay amor sin sufrimiento, sin el sufrimiento de la
renuncia a sí mismos, de la transformación y purificación del yo por la
verdadera libertad. Donde no hay nada por lo que valga la pena sufrir, incluso
la vida misma pierde su valor.
Extracto Homilía del Santo Padre Benedicto XVI
28/06/2008
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
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