Ante
el aluvión de “improvisaciones” del Papa Francisco a la hora de dar homilías,
audiencias, o discursos públicos, la pregunta es si realmente estas son tales.
Como en varias oportunidades se refirió en forma extremadamente coloquial, rayando
la ingenuidad en lo doctrinal; hasta el mismo Vaticano salió a aclarar cuando
dijo: “El Señor a todos, a todos nos ha redimido con la sangre de Cristo: a
todos, no solo a los católicos. ¡A todos! ‘Padre, ¿y los ateos?’. A ellos
también. ¡A todos! ¡Y esta sangre nos hace hijos de Dios de primera clase!
¡Hemos sido creados hijos a imagen de Dios y la sangre de Cristo nos ha
redimido a todos! En dicha oportunidad la Santa Sede a través de su vocero,
Thomas Rosica, emitió un comunicado oficial para “aclarar” estos dichos,
señalando: “Toda la salvación viene de Cristo, la Cabeza, a través de la
Iglesia que es su cuerpo”, escribió Rosica, agregando que “Por lo tanto, no
pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y
necesaria para la salvación, se niegan a entrar o permanecer en ella”.
Días tras día nos llegan las novedosas
espontaneidades en los discursos papales, como cuando dijo: “Dicen que mi
maestro de ceremonias papales [Guido Marini] es de corte tradicionalista; y
muchos,...me han invitado a relevarlo de su cargo y a sustituirlo. He
respondido que no, precisamente para que yo mismo pueda beneficiarme de su
preparación tradicional y al mismo tiempo él pueda aventajarse, del mismo modo,
de mi formación más emancipada”. Y para completar su exclusiva identificación
con lo novedoso, más recientemente se diferenció de tradicionalistas diciendo:
“Yo les comparto dos preocupaciones. Una es una
corriente pelagiana que hay en la Iglesia en este momento. Hay
ciertos grupos restauracionistas. Yo conozco algunos, me tocó recibirlos en
Buenos Aires. ¡Y uno siente que es como volver 60 años atrás! Antes del
Concilio... Uno se siente en 1940... Una anécdota, sólo para ilustrar, no es
para reírse, yo la tomé con respeto, pero me preocupa; cuando me eligieron,
recibí una carta de uno de estos grupos, y me decían; "Santidad, le
ofrecemos este tesoro espiritual; 3.525 rosarios". Por qué no dicen rezamos
por usted, pedimos... pero esto de llevar las cuentas... Y estos grupos vuelven
a prácticas y a disciplinas que yo viví -ustedes no, porque ninguno es viejo- a
disciplinas, a cosas que en ese momento se vivían, pero no ahora, hoy ya no
son... "
Hay que tener en cuenta que a quienes nos
consideramos dentro del grupo que tanto preocupa a Francisco, nos llamó
despectivamente “controladores de la fe” o que pretendemos hacer de la Iglesia
una “aduana”.
Lo extraños es cuando se sale a aclarar que
lo que dice el Papa, se aduce que habla en sentido corriente y no doctrinal,
como si no hablara como Papa. Ahora, si el pontífice no habla como tal,
¿tendríamos que esperar que lo haga Obama o Ban Ki Moon?
Si se analizan todas las ambiguas
aseveraciones de Francisco, y recurriendo al argumento de la prensa oficialista
de que no es teólogo como Benedicto XVI, habría que concluir que es un
pontífice limitado intelectualmente. Pero no podemos dejar de razonar y
sospechar que más que puerilidad en el hablar sus discursos se perfilan
directamente a lo que necesita el nuevo orden mundial de la Iglesia. Esto es
una iglesia universal que no se preocupe por lo dogmático, sino por lo social,
y que esté “con las puertas abiertas” para recibir a todo el mundo. Mundo al
que dice Francisco combatir.
Con respecto a sus prédicas No se puede dejar
de señalar sus referencias casi exclusivas a la pobreza material, a la lucha
contra las mafias, la corrupción, el desperdicio de la comida y el ser
guardianes de la creación y demás cuestiones sociales, políticas y ecologistas,
más NO ESPIRITUALES, que bien podríamos esperar de una activista “indignado” y
no de un pontífice, que encima aclaró que la Iglesia no es una ONG a pesar de
sus dichos. Ahora al hablar de Iglesia, mucho me gustaría que diga “Católica”
ya que al decir que todos somos hijos de Dios, ateos agnósticos y de otras
religiones; bien podríamos estar promoviendo un falso ecumenismo que se enmarca
perfectamente en nuestras sospechas e intencionadamente o no, puede preparar
perfectamente la religión del anticristo.
Se podrá aducir ortodoxia cuando habló en más de una
oportunidad del demonio, sin embargo no
mencionó el Infierno ni del pecado que lleva a esté. También los
modernistas hablan en su “emancipada formación” del diablo como la representación
impersonal del mal, relacionando a este último con la mundanidad, que para
nuestro pontífice esta constituida por riquezas conseguidas con opresión a los
pobres.
La invitación a "salir de las
sacristías" para ir a las “periferias existenciales” requieren también una
adecuada explicación, ya que ordinariamente se entiende como una invitación a
que los curas salgan a hacer activismo, como lo hacen sus amigos, los curas
villeros, tan afines a la condenada Teología de la Liberación. Tal vez olvide
nuestro Papa argentino que las sacristías ya están vacías, porque cuando uno
busca sacerdote para confesarse, difícilmente se encuentre a alguno ya que
están atareados en innumerables
cuestiones sociales.
A quienes tratamos de respetar el Magisterio
y Tradición de la Iglesia, se nos acusa constantemente de no confiar en el
Espíritu Santo que eligió al pontífice. A esto habría que contestar tratando de
entender que se entiende por asistencia del Espíritu Santo en este caso, o en
qué consiste la infalibilidad del Papa y su la acción del Paráclito incide en
la elección en el Cónclave. Así la mayoría de los católicos, consideran que el
Espíritu Santo anula las personas de los cardenales en la votación del Papa y
de la persona del Romano Pontífice, haciendo de este casi una marioneta, y carente de voluntad entra en una suerte de
posesión divina y por lo consiguiente
nada de lo que haga puede ser desacertado.
Para empezar, el Espíritu Santo no elige al
Papa, y con respecto a que todo lo que diga el Romano Pontífice es infalible,
es preciso decir que los papas son personas que toman sus propias decisiones,
con más o menos libertad (esto tambien por las presiones de la poderosa
masonería dentro del Vaticano), y al no ser autómatas, constantemente se equivocan
y eso no afecta la asistencia prometida (una vez electos, entiéndase bien) por
el Espíritu Santo, ya que nuestra libertad no se ve anulada aun en estado de
gracia.
Entonces
habría que empezar por entender en qué consiste la infalibilidad papal. La misma
tiene que ver con lo prescripto en Mateo 22,32: “…Yo he rogado por ti para que
tu fe no falle; y cuando hayas regresado fortalece a tus hermanos”. Y de
acuerdo al Catecismo 891 “El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio Episcopal,
goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y
Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos,
proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral”
Entonces la intervención del Espíritu Santo
no tiene que ver con la elección sino con la asistencia en cuestiones de dogma
y moral. Pero, ¿qué pasaría si falla en estos aspectos el Papa? Según el otrora
conservador y ahora aggiornado Padre Iraburu, eso demostraría que no es Papa.
Hasta ahora la cuestión es peligrosa, y no
debemos ni podemos dejar de observar lo que nos parece razonablemente
inadecuado. La iglesia nunca nos pide que actuemos en contra de nuestra razón.
Y no solo tenemos que combatir los errores, aunque vengan del Papa, sino que no
podemos dejar de observar las extrañas situaciones que se están viviendo en el
Vaticano. Una renuncia papal, dos papas coexistiendo, una supuesta elección de
otro pontífice (Scola) para después rectificar el error y anunciar que en
realidad era Bergoglio y esto sin mencionar, el total descarrilameinto de
cardenales y obispos, haciendo promoción de la homosexualidad, el aborto
(píldora del día después), el fin del celibato, y la legalización del pecado al
promover la comunión a los divorciados y vueltos a casar. Todo esto sin
mencionar que fuera de la Iglesia asistimos a la globalización en el mundo del
matrimonio homosexual, el aborto, la promoción de la promiscuidad en las escuelas del mundo
entero, la obligatoriedad de vacunarse con peligrosas vacunas con excesivas
dosis de mercurio y el desempleo global, que lleva a las personas a depender
exclusivamente de los Estados para sobrevivir.
Este nuevo orden mundial, judeo-masónico,
tiene como único objetivo la imposición de una tiranía global que va a traer
como pacificador, ecumenista, ecologista y encantador de multitudes al único y
personal anticristo.
Cierto es que no nos corresponde saber día ni
hora, más Cristo anunció señales para estar atentos y la más patente de todas
es “Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra? (Lucas
18,8)
Trabajando para que Cristo reine, decimos:
Adveniat Regnum Tuum (Venga a nosotros tu Reino)
Augusto
TorchSon (Otro restauracionista más)
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
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