Lutero
pasó casi las tres últimas décadas de su vida lanzando, a través de sus
escritos, cartas y charlas familiares, maldiciones, ultrajes, maldiciones
morales y doctrinales a veces falsas, otras exageradas contra la Iglesia y el
Papa, contra todos los obispos, contra todos los monjes, monjas y sacerdotes,
contra todos los que él denominaba "papistas", asnos papales,
seguidores del anticristo y de la prostituta babilónica. Para ello recurrió a todas
las expresiones alemanas y latinas que tienen que ver con la defecación y las
grandes partes del cuerpo que la producen. Señala el P.García Villoslada que no
conoce en toda la historia un desbordamiento tan atroz y persistente de odio
contra una institución que le había amamantado y le había dado lo mejor que podía
darle: la Biblia, los Sacramentos, la Tradición Apostólica, el símbolo de la
fe, las oraciones de la liturgia.
Se
podría pensar que hacia el fin de su vida sus diatribas amainarían. Pero no fue
así. En sus sermones pronunciados en Wittemberg en 1546 se las agarró contra la razón: “es la ramera mayor del diablo; por naturaleza y por la manera de ser
es una ramera nociva, una prostituta, la ramera designada para Diablo, una
ramera carcomida por la roña y por la lepra, que debiera ser aplastada y
destruirla (…) Tiradle fango a la cara para afearla. Está y debería estar
ahogada por el bautismo. Merecería la miserable ser desterrada a la parte más
maloliente de la casa, a los retretes.” Asimismo siguió insultando a los
teólogos de Lovania, burros, malditos puercos, panzas de blasfemadores, charcos
putrefactos, y a los de Soborna, Sinagoga del demonio, la más abominable
prostituta intelectual que hay bajo el sol.
Tampoco
ahorró dicterios contra la Iglesia Católica …No es para él sino “la prostituta
del diablo”. Lo mismo se diga del Papa: “Es un asno tan grosero que no puede ni
siquiera aprender la distinción entre palabras de Dios y doctrina humana. Las
estima por igual” Tal fue su lenguaje habitual.
Su última
predicación fue el 15 de febrero de 1546 tres día antes de morir. Empezó
citando a las palabras de Jesús: “Yo te
alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a
los pequeñuelos…” ¿Quiénes eran esos
sabios y prudentes? El Papa, los papistas y todos los herejes. ¿Quiénes los pequeñuelos?
Él y los suyos. Según García Villoslada el odio teológico al papado fue la
mayor potencia motriz que puso en actividad sus facultades y lo que sostuvo y
alargó su vida hasta el fin.
…(Escribió)
un panfleto furioso …poco antes de morir. Contra el papado de Roma, fundado
por el diablo, es su titulo. …”Los
cardenales y toda la gentuza de la Curia son hombres por delante y mujeres por atrás”,
porque “toda la Iglesia del papa es una Iglesia de putas y de hermafroditas”. El
papa mismo es “un loco furioso, un
falsificador de la historia, un mentiroso, un profanador, un tirano del
emperador, de los reyes del universo entero, un estafador, un bribón, un
expoliador de los bienes eclesiásticos y seculares; pero ¿quién podría enumerar
todos esos crímenes?” Para calificarlos recurre a toda la gama de la
zoología: cerdo, burro, rey de los asnos, perro, dragón, cocodrilo, larva,
bestia etc. Más adelante hace que el Papa le diga al demonio: “Ven Satán, si tu poseyeras otros mundos
además de este, yo querría poseerlos a todos y no solamente adorarte, sino
lamerte el trasero.” En cuanto a los actos pontificios están todos “sellados con la mierda del Diablo, y
escritos con los pedos del asno-papa”. Encara luego al Papa en persona: “!Ah, si yo fuese el Emperador, haría atar
de dos a todos esos granujas impíos: cardenales y chusma papal. Los haría
llevar a tres millas de Roma, hacia Ostia. Allí se encuentra una extensión de
agua llamada mar Tirreno, baño perfectamente recomendado contra la peste, los
daños y los crímenes de la santidad del papa, de los cardenales y de toda la
Santa Sede. Yo los sumergiría y los bañaría como corresponde. Y sí, como sucede
ordinariamente con los posesos y los locos, se muestran temerosos del agua, les
colgaría del cuello, para mayor seguridad, la Piedra sobre la cual están
fundados con su Iglesia. Allí juntaría las llaves que les sirven para atar y
desatar todo lo que está en el cielo y sobre la tierra, para que puedan dominar
en el agua según su voluntad. Y añadiría además una cruz pastoral y una cachiporra,
para que golpeen el agua en el rostro hasta que el hocico y la nariz le sangren”
P.Alfredo
Saenz - LA NAVE Y LAS TEMPESTADES: La Reforma Protestante. Editorial Gladius
2005. Pags. 235 al 240 (extractos)
Nota de NCSJB: Este post se lo dedico a quién asiduamente ocupa mucho de su tiempo e inspiración
para insultarme por considerar que soy papólatra. Es irrazonable pensar que se
puede insultar en nombre de Dios o del Espíritu Santo. Al respecto tengo que
reiterar que “mi postura no es de ninguna manera el sedevacantismo”. Respeto las diferentes formas de pensar, pero
no respeto la falta de respeto. Mis críticas a las heterodoxas posturas del
Papa Francisco son precisamente en defensa del Papado que como institución
divina lo supera inclusive al propio Papa. Y el contenido se refiere precisamente a la luterana forma de ver la Iglesia a la luz del progresismo que
abrazó ya siendo cardenal y que hoy parece no haber abandonado. Recordemos como
se hizo bendecir arrodillado por luteranos o sus actuales autodenominadas emancipadas formas litúrgicas. Invito de hecho a rezar por el Papa y para que no diluya la autoridad y dignidad que le
corresponde y que no puede ceder por humildad. Recordemos el Catecismo de San
Pio X: “La dignidad del Papa es la mayor entre todas las dignidades de la
tierra”.
Volviendo al lector enojado, le sugiero que si le hace mal este blog, no lo vea sino su actitud puede ser patológica cayendo en el masoquismo. Como habrá observado, muchos de nuestros artículos son de santos varones como el P.Saenz, el P.Meinvielle, el P. Ezcurra, el P.Castellani y tantos otros que vivieron el post-concilio sin considerar nunca que la sede estaba vacante. No pretendo cambiarle su opinión, pero si dejarle claro la mía. Respeto a quienes así piensan y de hecho mucho aprendo también de ellos, pero no comparto para nada esa postura. Con respecto a los comentarios, le adelanto que estoy completamente a favor de la censura, se lo juro, por lo que nunca voy a publicarlos. Y por último le aseguro que voy a incluirlo en mis oraciones, como le sugiero que me incluya en las suyas, si cree que estoy tan equivocado.
Volviendo al lector enojado, le sugiero que si le hace mal este blog, no lo vea sino su actitud puede ser patológica cayendo en el masoquismo. Como habrá observado, muchos de nuestros artículos son de santos varones como el P.Saenz, el P.Meinvielle, el P. Ezcurra, el P.Castellani y tantos otros que vivieron el post-concilio sin considerar nunca que la sede estaba vacante. No pretendo cambiarle su opinión, pero si dejarle claro la mía. Respeto a quienes así piensan y de hecho mucho aprendo también de ellos, pero no comparto para nada esa postura. Con respecto a los comentarios, le adelanto que estoy completamente a favor de la censura, se lo juro, por lo que nunca voy a publicarlos. Y por último le aseguro que voy a incluirlo en mis oraciones, como le sugiero que me incluya en las suyas, si cree que estoy tan equivocado.
Augusto
TorchSon
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
Yo respeto el "gusto" por lo tradicional, la misa en latín, etc., pero nunca podría aceptar una crítica al Papa porque en vez de usar una cruz de oro, use una de plata. Me parece que esas cuestiones no hacen a la esencia para nada. El gran problema de muchos católicos es que ideologizan la religión y eso está mal. Los padres que en este artículo se nombran como Sáenz, Meinvielle y demás son todos militantes del nacionalismo, con fuertes posturas, incluso antisemitas. Como dije, respeto todos los puntos de vistas, pero no respeto que se ponga la opinión de un padre ideologizado por sobre la del Papa.
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