Cuando aquellos irremediables leguleyos,
chicaneros y sofistas, los fariseos y los saduceos, le piden a Jesús señales
para creer, el les contesta severamente: “Hipócritas: sabéis distinguir los aspectos
del cielo y de la tierra: ¿Pues como no sabéis reconocer el tiempo presente?” (Lc.XII.56).
Así como las claves de todas las profecías del
Antiguo Testamento, durante miles de años fue la esperanza del Mesías, es decir
el anuncio de la primera venida del Señor al mundo; así la piedra angular de
las del Nuevo Testamento es la segunda venida del Señor. ¡Inexplicable
distracción la nuestra! El pueblo judío vivió cuarenta siglos en la ansiedad
jubilosa de la primera venida.
En cambio nosotros, los pueblos cristianos,
que hemos visto realizarse el primer advenimiento y recibido la promesa del
segundo, ya no como redentor, sino como Rey, en Gloria y Majestad, apenas nos
acordamos de ello.
Y sin embargo, diariamente, millones de
fieles afirman en su credo este dogma: “Y de allí ha de venir a juzgar a los vivos y
a los muertos”; y cantan en su misa: “Et iterum est cum gloria judicare
vivos et mortuos”(Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y los
muertos) ; y en su padre nuestro ruegan por el pronto advenimiento de
su Rey: “Adveniat Regnum Tuum”(Venga a nosotros tu Reino).
Pero ¿Cuántos son los católicos que, al rezar
esas oraciones, piensan que están anunciando el fin del mundo y rogando porque
sea pronto? Porque el segundo advenimiento de Cristo – “venga nos él tu Reino” –
significa el fin de la humanidad tal como nosotros la conocemos y la transformación
del mundo actual…
Si algún judío hubiera hecho cálculos alegres
sobre los millones de años que faltaban para la venida del Mesías, es seguro
que todo el pueblo lo hubiera considerado impío o insensato.
En cambio a muchos de aquellos, para quienes
es dogma de fe la segunda Venida de Cristo, no les parece nada el discurrir
argumentos para anunciarnos como buena nueva que el Señor todavía tardará
millones de años en venir; y aún llegan a escandalizarse si alguien sostiene
que tal vez sean menos.
¿Tanto les conduele el fin de la humanidad,
que a trueque de que ella pueda seguir viviendo, como ahora vive, renuncia o
aplazan por millones de años la Segunda Venida de Cristo?
¿El fin del mundo es, acaso, una desgracia?
¿No han pensado que él coincidirá con el triunfo definitivo de la Iglesia de
Cristo, y que su Segunda Venida será el comienzo de su Reino sin fin?
Por su parte los ángeles y los santos no
parecen tan deseosos de prolongar la existencia de un mundo que, tal como marcha, cada día se aparta más de
los senderos de Dios.
Por el contrario. Ruegan a Dios que vendimie
de una vez la viña de la tierra, y por boca de un ángel le claman en el Apocalipsis
que meta su hoz aguda y vendimie los racimos de iniquidad que ya no pueden
estar más maduros. (Apoc.XIV, 18)
Esto
hace decir al erudito traductor de la Biblia Scio de San Miguel, comentando
este pasaje: “Los santos ángeles y los bienaventurados desean que se acelere el día
del juicio, para la consumación absoluta de su bienaventuranza”
Hace 2.500 años ya el Señor se mostró irritado
contra la complaciente costumbre de los profetas de Israel que, para
tranquilizar al pueblo, habían dado en la flor de decir que las amenazas de las
Escrituras no se realizarían en su tiempo, y procuraban alargar los plazos.
Las visiones son, efectivamente para los
tiempos futuros, y se entenderán clarísimamente cuando llegue la hora de
entenderlas. “En lo postrero de los días lo entenderéis cumplidamente” (Jer.XXIII,20)
Pero ¿esa hora está, de veras, tan distante
de nosotros? ¿Quién puede afirmarlo?...
La política de apaciguamiento era tan viva
entre los falsos profetas de Israel en tiempos de Isaías y Ezequiel, que el
enojo de Dios se expresó en terribles oráculos: “¿Qué refrán es ése que tenéis
vosotros en la tierra de Israel, de los que dicen: Alargando se irán los días y
perecerá toda visión?” “Por tanto diles: Esto dice el Señor Dios: Haré que cese
ese refrán; y no se dirá más adelante por el vulgo en Israel: y diles que se
han acercado los días y la palabra de toda visión” (Ezeq.XII, 22,23)
O
en otros términos: “Yo haré mentir esos proverbios en que fundáis vuestra paz”. “Asegurarles que los días se acercan y con
ellos el cumplimiento de las profecías”.
Un poco más adelante, en el mismo capítulo el
Señor repite su enseñanza para que no quepa duda de que se equivocan los que fundan
su tranquilidad en la persuasión de que las profecías no son para ellos.
“Hijo del hombre, he aquí los de la casa de Israel, que
dicen: La visión que éste ve, es para muchos días; y para tiempos largos éste
profetiza.” “Por tanto diles a ellos; Esto dice el Señor Dios; no se alargará
en adelante palabra alguna mía: la palabra que hablaré será cumplida” (Ezeq.XII,28)
Aquel pueblo, de dura cerviz, que quiere
estar tranquilo se encarga de señalar a sus profetas lo que han de
profetizarle.
“Ellos dicen a los que ven: no veáis; y a
los profetas no nos profeticéis la verdad; decidnos cosas agradables;
profetizad ilusiones” (Is.XXX,10)…
HUGO WAST. “El sexto
sello” Bs.As. Editores de Hugo Wast 1941 -Pags, 39 a 46.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
¿Recuerda esta página?
ResponderBorrarhttp://frayrabieta.wordpress.com/2010/04/26/profetas-de-calamidades/
Yo la descubrí tarde, como tantas cosas, pero la guardo como oro en paño. Las verdades en tono crudo y una mezcla de humor sarcástico son una buena forma de hacernos poner los pies en la tierra y tomar conciencia de aquello que, con demasiada frecuencia, o despreciamos o, simplemente, ignoramos por comodidad.
Ya en la entrada del post del Fray, aparece una cita de Juan XXIII, muy del estilo suave del "no molestar".
Espero que le sea de su agrado. Unas risas siempre vienen bien (a mí, desde luego, me ayudan mucho) y, si de paso, nos cantan las cuarenta, mejor. Nos hemos acostumbrado a ser muy laxos en todo y, en materia de Fe, también.
Encantada de seguir su blog y de compartir estos temas con usted.
Saludos.
excelente este libro, como toda la obra de Hugo Wast, un gran escritor
ResponderBorraractualmente estoy leyendo uno sobre el aborto: "Autobiografía del hijo que no nació"
http://tradiciondigital.es/2013/09/12/las-ninas-musulmanas-en-alemania-solo-iran-a-natacion-con-ninos-si-se-les-deja-llevar-un-banador-adecuado-a-su-religion/
ResponderBorrarSupongo que ha leído esto. Por si no es así, aquí le dejo el enlace.
Es increíble, como le comentaba hace unos días vía mail, que la Europa cristiana se esté dejando comer la tostada en materia social, cultural y religiosa, por haber perdido todos los valores que un día nos unieron. De vergüenza. Nos hemos hecho de tal manera acomodados y tibios, que ya nadie le echa un par para llamar a las cosas por su nombre, y, mucho menos, para luchar y perseguir los ideales, valores y principios del cristianismo. A este paso, nos comen. Como les está sucediendo, aunque por razones bien distintas y contrarias a su voluntad (¡pobres !) en Siria, que se le ponen a uno los pelos de punta viendo, leyendo y escuchando las atrocidades que se están cometiendo contra la población cristiana sobre todo. No sé si le envié un escrito de BXVI sobre el islamismo. Tendré que revisar. Su inteligente visión de futuro es digna de tener en cuenta, bueno, por eso y por tantas otras razones que sabemos.
Saludos afectuosos.
En un artículo que escribí http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/2013/08/francisco-quo-vadis-amigo-de-los.html mencioné la diferente postura tomada por Bergoglio respecto a Benedicto con los musulmanes. Sin embargo el tema es más profundo, ya que la propagación del Islam en Europa es parte de un muy pensado plan sionista para acabar con la raza blanca, que la judería considera como la más peligrosa. El Plan Kalergi es una obra maestra de perversidad judaica para destruir nuestras tradiciones a través del multiculturalismo. Ya el sentido común y el ánimo de resistencia ante el mal esta casi completamente anulado en el mundo cristiano, por eso, no es aventurado prever la próxima venida gloriosa de Nuestro Salvador Jesucristo.
BorrarSaludos cordiales
No hay que confundir la Parusía o regreso de Cristo con jucio final o fin del mundo.
ResponderBorrarEn la 2 Tesalonicenses 2, nos dice S. Pablo, que antes de la venida del Señor habrá una apostasía general, que ya estamos viviendo, seguidamente el reinado del anticristo, y finalmente la Parusía o regreso de Cristo.
El juicio final o fin del mundo, es un acontecimiento lejanísimo según Apocalipsis 19, 20, 21 y 22.
Es decir, cuando veamos al usurpador sentado en el trono sagrado, debemos entender que comienza la cuenta atras para el dia de la Parusía. Porque el anticristo estará reinando aproximadamente tres años y medio, segun el cómputo teológico descrito en la Biblia.
Y si como indica nuestra Señora en el Escorial, el anticristo ya está dentro del Vaticano muy cerca del Vicario, su reinado ha de comenzar en breve. Porque como ya le indiqué en mi anterior comentario sobre el anticristo, Benedicto es el obispo de blanco del tercer secreto de Fátima. Y como el tercer secreto fue publicado incompleto, según Antonio Soccci en su libro "el cuarto secreto de Fátima", falta "la apostasía alcanzará la cúspide de la Iglesia". A continuación de la muerte de Benedicto, el anticristo usurpará el trono sagrado.
Con el Papa Francisco, no se que ocurrirá, si morirá o huirá con la embestida Ruso-China.
También le indiqué, quien tiene mas posibilidades de ser el anticristo.
En una homilía que nos ofreció el P. Jose Ignacio Gonzáles Villanueva, en el Valle de los Caídos en el mes de diciembre de 2010, nos sorprendió al decirnos:
HOY PODEMOS DECIR QUE SE HAN CUMPLIDO ALGUNAS DE LAS SEÑALES QUE NOS OFRECE EL NUEVO TESTAMENTO PARA AFIRMAR QUE MUCHOS DE LOS AQUÍ PRESENTES PUEDEN SER TESTIGOS DE SU PARUSÍA.
Pues yo creo que don Augusto no confunde nada. Él habla, en todo momento, de Segunda Venida de Cristo, no de Fin del mundo. Y sobre lo que diga tal o cual Padre, en el Valle de los Caídos o donde quiera que sea, me merece la misma credibilidad que cualquier otro, o es que él tiene mayor credibilidad que el Papa Benedicto, por ejemplo? Hablar se puede hablar observando la realidad de cada día. Cada cosa la iremos viendo en su momento. Lo cual no excluye que estemos alertas, vigilantes, porque el Mal es más astuto que todos nosotros juntos.
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