Ha
desvelado el verdadero programa de su pontificado en dos entrevistas y una
carta a un intelectual ateo. Respecto a los Papas que le han precedido, la
separación es cada vez más neta, tanto en las palabras como en los hechos.
de
Sandro Magister
ROMA,
3 de octubre de 2013 – La primera reunión en estos días de los ocho cardenales
llamados a consulta por el Papa Francisco, y su visita mañana a Asís, la ciudad
del Santo del que ha tomado el nombre, son actos que, ciertamente, caracterizan
este inicio de pontificado.
Pero
lo que más ha caracterizado la definición de su línea han sido cuatro
acontecimientos mediáticos del mes pasado:
-
la entrevista del Papa Jorge Mario Bergoglio
en "La Civiltà Cattolica",
-
su carta de respuesta a las preguntas que le ha dirigido públicamente Eugenio
Scalfari (en la foto), fundador del principal periódico laico italiano,
"la Repubblica",
-
el sucesivo coloquio-entrevista con el mismo Scalfari
-
y la otra carta, respuesta a otro campeón del ateísmo militante, el matemático
Piergiorgio Odifreddi, escrita no por el Papa actual sino por su predecesor, el
Papa emérito.
La
persona interesada en entender qué dirección quiere tomar Francisco y en qué se
distancia de Benedicto XVI y de los otros Papas que le han precedido, sólo
tiene que estudiar y confrontar estos cuatro textos.
*
En
la entrevista del Papa Bergoglio en "La Civiltà Cattolica" hay un
pasaje que ha sido percibido universalmente como un claro cambio de línea, no
sólo respecto a Benedicto XVI, sino también a Juan Pablo II: "No
podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio
homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo no he hablado mucho de
estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas
cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de
la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de
estas cosas sin cesar. Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales,
no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por
transmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas
insistentemente. El anuncio misionero se concentra en lo esencial, en lo
necesario, que, por otra parte es lo que más apasiona y atrae, es lo que hace
arder el corazón, como a los discípulos de Emaús. Tenemos, por tanto, que
encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la
Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura
y el perfume del Evangelio".
Sin
duda, el Papa Francisco es muy consciente de que también para los dos Papas que
le han precedido la prioridad absoluta era el anuncio del Evangelio; que para
Juan Pablo II la misericordia de Dios era tan esencial que le dedicaba un
domingo del año litúrgico; que Benedicto XVI escribió precisamente sobre Jesús,
verdadero Dios y verdadero hombre, el libro de su vida como teólogo y pastor;
que, en resumen, nada de todo esto le divide de ellos.
Francisco
sabe también que la misma consideración vale para esos obispos que, más que
otros, han actuado en sintonía con los dos Papas que le han precedido. En
Italia, por ejemplo, el cardenal Camillo Ruini, cuyo "proyecto
cultural" se ha desarrollado con eventos fundados en Dios y en Jesús.
Sin
embargo, tanto para Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, como para pastores como
Ruini o en los Estados Unidos los cardenales Francis George y Timothy Dolan,
existía la intuición de que el anuncio del Evangelio, hoy, no podía separarse
de una lectura crítica acerca de la nueva visión del hombre que se estaba
desarrollando, - en radical contraste con el hombre creado por Dios a su imagen
y semejanza - y, por tanto, de la consiguiente acción de guía pastoral.
Es
aquí donde el Papa Francisco se separa. En su entrevista en "La Civiltà
Cattolica" hay otro pasaje clave. Cuando el padre Antonio Spadaro le
pregunta sobre el actual "desafío antropológico", él responde de
manera elusiva. Muestra no aferrar la gravedad histórica del cambio de civilización
analizado y contestado con fuerza por Benedicto XVI y, antes, por Juan Pablo
II. Muestra su convencimiento de que vale más responder a los desafíos del
presente con el simple anuncio del Dios misericordioso, ese Dios "que hace
surgir su sol sobre los malos y los buenos, y que hace llover sobre los justos
y los injustos".
En
Italia, pero no sólo en este país, fue el cardenal y jesuita Carlo Maria
Martini la persona que representaba esta
tendencia alternativa a Juan Pablo II, a Benedicto XVI y al cardenal Ruini.
En
los Estados Unidos esta tendencia la representaba el cardenal Joseph L.
Bernardin, antes de que el liderazgo de la conferencia episcopal pasara a los
cardenales George y Dolan, muy fieles a Wojtyla y Ratzinger.
Los
seguidores y animadores de Martini y Bernardin ven hoy en Francisco al Papa que
da cuerpo a sus expectativas de revancha.
Y
del mismo modo que el cardenal Martini era y sigue siendo muy popular también
entre la opinión pública externa y hostil a la Iglesia, asimismo sucede con el
Papa actual.
*
El
intercambio epistolar y el sucesivo coloquio entre Francisco y el ateo profeso
Scalfari ayudan a explicar esta popularidad del Papa también "in partibus
infidelium".
Un
pasaje del artículo del 7 de agosto pasado, en el cual Scalfari le dirigía unas
preguntas, nos muestra la idea positiva que el fundador de "la
Repubblica" se había hecho del Papa actual: “Su
misión contiene dos novedades escandalosas: la Iglesia pobre de Francisco, la
Iglesia horizontal de Martini. Y una tercera: un Dios que no juzga, sino que
perdona. No hay condena, no hay infierno”.
La
carta de respuesta del Papa Bergoglio, recibida y publicada, ha sido comentada
por Scalfari, quien ha añadido esta otra consideración grata: "No
se había visto nunca hasta ahora, en la cátedra de Pedro, una apertura hacia la
cultura moderna y laica de esta amplitud, una visión tan profunda entre la
conciencia y su autonomía".
Cuando
afirmaba esto, Scalfari se refería en particular a lo que el Papa Francisco le
había escrito sobre el primado de la conciencia: “La
cuestión está en obedecer a la propia conciencia. El pecado, también para quien
no tiene fe, existe cuando se actúa contra la conciencia. Escuchar y obedecer a
la conciencia significa, de hecho, decidirse frente a lo que es percibido como
bien o como mal. Y sobre esta decisión se juega la bondad o la maldad de
nuestro actuar”.
El
Papa Francisco no había añadido nada más. Y algunos lectores astutos se
preguntaron cómo se podía unir esta definición tan subjetiva de la conciencia,
-según la cual el individuo aparece como la única instancia de la decisión -,
con la idea de conciencia como camino del hombre hacia la verdad, idea
profundizada durante siglos de reflexión teológica, desde Agustín a Newman, y
confirmada con fuerza por Benedicto XVI.
Pero
en el sucesivo coloquio con Scalfari, el Papa Francisco ha sido aún más
drástico reduciendo la conciencia a un acto subjetivo: "Cada
uno de nosotros tiene su propia visión del bien y del mal, y debe elegir seguir
el bien y combatir el mal como él mismo conciba. Bastaría esto para cambiar el
mundo".
No
sorprende, por tanto, que el ilustrado ateo Scalfari haya escrito que
"compartía perfectamente" estas palabras de Bergoglio sobre la
conciencia.
Como
tampoco nos sorprende su acogida complacida de estas otras palabras del Papa,
casi un programa del nuevo pontificado, o sea, "el problema más urgente
que la Iglesia tiene ante sí": "Nuestro
objetivo no es el proselitismo, sino escuchar a los necesitados, a los
deseosos, las desilusiones, la desesperación, la esperanza. Tenemos que
devolver la esperanza a los jóvenes, ayudar a los ancianos, abrir al futuro,
difundir el amor. Pobres entre los pobres. Tenemos que incluir a los excluidos
y predicar la paz. El Vaticano II, inspirado por el Papa Juan y por Pablo VI,
decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna.
Los padres conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba
ecumenismo religioso y dialogo con los no creyentes. Se hizo muy poco después
en esta dirección. Yo tengo la humildad y la ambición de querer hacerlo".
No
hay nada en este programa de pontificado que no sea aceptado por la opinión
laica dominante. También el juicio de que Juan Pablo II y Benedicto XVI han
hecho "muy poco" para abrir al espíritu moderno está en línea con
dicha opinión. El secreto de la popularidad de Francisco está en la generosidad
con la que se concede a las expectativas de la "cultura moderna", y
en la astucia con la que evita aquello que puede convertirse en signo de contradicción.
También
en esto él se separa decididamente de sus predecesores, incluido Pablo VI. Hay
un pasaje en la homilía del que era entonces arzobispo de Múnich, Ratzinger, y
que pronunció a la muerte del Papa Giovanni Battista Montini, el 10 de agosto
de 1978, que es extraordinariamente esclarecedor, también por su llamamiento a
la conciencia "que se mide sobre la verdad": "Un
Papa que hoy no sufriera críticas fracasaría en su tarea ante este tiempo.
Pablo VI ha resistido a la telecracia y a la demoscopia, las dos potencias
dictatoriales del presente. Pudo hacerlo porque no tomaba como parámetro el
éxito y la aprobación, sino la conciencia, que se mide según la verdad, según
la fe. Es por esto que en muchas ocasiones buscó el acuerdo: la fe deja mucho
abierto, ofrece un amplio espectro de decisiones, impone como parámetro el
amor, que se siente en obligación hacia el todo y, por tanto, impone mucho
respeto. Por ello pudo ser inflexible y decidido cuando lo que se ponía en
juego era la tradición esencial de la Iglesia. En él, esta dureza no se
derivaba de la insensibilidad de aquellos cuyo camino lo dicta el placer del
poder y el desprecio de las personas, sino de la profundidad de la fe, que le
hizo capaz de soportar las oposiciones".
*
Confirmando
lo que separa al Papa Francisco de sus predecesores ha llegado la carta con la
que Ratzinger-Benedicto XVI – rompiendo su silencio tras la dimisión – ha
respondido al libro "Caro papa, ti scrivo" (“Estimado Papa, te
escribo”) publicado en 2011 por el matemático Piergiorgio Odifreddi.
Los
dos últimos Papa dialogan gustosamente con ateos profesos y líderes laicos de
opinión, pero lo hacen de forma muy distinta. Si por su parte Francisco esquiva
las piedras del escándalo, Ratzinger, en cambio, las resalta.
Basta
leer este pasaje de su carta a Odifreddi: "Lo
que Usted dice sobre la figura de Jesús no es digno de su rango
científico. Si Usted plantea la cuestión
como si de Jesús, en fondo, no se supiera nada y de Él, como figura histórica,
nada fuese comprobable, entonces sólo puedo invitarle, de modo decidido, a que
se vuelva Usted un poco más competente desde el punto de vista histórico. Para
esto le recomiendo, sobre todo, los cuatro volúmenes que Martin Hengel (exegeta
de la Facultad Teológica Protestante de Tübingen) ha publicado junto a Maria
Schwemer: es un excelente ejemplo de precisión y de amplísima información
histórica. Frente a esto, lo que Usted dice sobre Jesús es un hablar
irreflexivo que no debería repetir. Que en la exégesis se hayan escrito también
muchas cosas poco serias es, desgraciadamente, un hecho incontestable. El
seminario americano sobre Jesús que Usted cita en las páginas 105 y siguientes
confirman, de nuevo, lo que Albert Schweitzer había observado sobre la
Leben-Jesu-Forschung (investigación sobre la vida de Jesús), es decir, que el
llamado 'Jesús histórico' es generalmente el espejo de las ideas de los
autores. Dichas formas fallidas de trabajo histórico no comprometen, sin
embargo, la importancia de la investigación histórica seria, que nos ha llevado
a conocimientos verdaderos y seguros sobre el anuncio y la figura de
Jesús".
Y
más adelante: "Si
Usted quiere sustituir a Dios con 'La Naturaleza', queda la pregunta quién o
qué es esta naturaleza. En ningún sitio Usted la define y parece, por tanto,
como una divinidad irracional que no explica nada. Sin embargo, quisiera sobre
todo señalar que en su religión de la matemática no se consideran tres temas
fundamentales de la existencia humana: la libertad, el amor y el mal. Me
maravillo que Usted, con un solo gesto, liquide la libertad que, sin embargo,
ha sido y es el valor portante de la época moderna. El amor, en su libro, no
aparece y tampoco sobre el mal hay ninguna información. Cualquier cosa que la
neurobiología diga o no diga sobre la libertad, en el drama real de nuestra
historia ella está presente como realidad determinante, y debe ser tomada en
consideración. Pero su religión matemática no conoce ninguna información sobre
el mal. Una religión que deja de lado estás preguntas fundamentales se queda
vacía”.
"Mi
crítica a su libro en parte es dura. Pero la franqueza forma parte del diálogo;
sólo así puede crecer el conocimiento. Usted ha sido muy franco y aceptará que
yo también lo sea. No obstante, en cualquier caso, valoro de manera muy
positiva el hecho de que Usted, mediante su confrontación con mi 'Introducción
al cristianismo', haya buscado un diálogo tan abierto con la fe de la Iglesia
católica y que, a pesar de todos los contrastes, en el ámbito central, no
falten del todo las convergencias".
*
Hasta
aquí las palabras. Pero lo que distancia entre ellos a los dos Papas son
también los hechos.
La
prohibición conminada por el Papa Bergoglio a la congregación de los frailes
franciscanos de la Inmaculada de celebrar la misa en rito antiguo ha sido una
efectiva restricción de esa libertad de celebrar en dicho rito que Benedicto
XVI había asegurado a todos.
Por
conversaciones con sus visitantes, resulta que el mismo Ratzinger ha visto en
dicha restricción un "vulnus" a su motu proprio del 2007
"Summorum pontificum".
En
la entrevista a "La Civiltà Cattolica", Francisco ha liquidado la
liberalización del rito antiguo decidida por Benedicto XVI como una simple
"elección prudencial ligada a la ayuda hacia algunas personas que tienen
esta sensibilidad", cuando en cambio la intención explícita de Ratzinger –
expresada a su tiempo en una carta a los obispos de todo el mundo – era que
"las dos formas de uso del rito romano puedan enriquecerse
mutuamente".
En
la misma entrevista Francisco ha definido la reforma litúrgica postconciliar
"un servicio al pueblo como relectura del Evangelio a partir de una
situación histórica concreta". Definición fuertemente reductiva respecto a
la visión de la liturgia que era propia de Ratzinger teólogo y Papa.
Además,
siempre en este campo, Francisco ha sustituido en bloque, el pasado 26 de
septiembre, los cinco consultores de la oficina de las celebraciones litúrgicas
papales.
Entre
los sustituidos está, por ejemplo, el padre Uwe Michael Lang, un liturgista a
quien el mismo Ratzinger escribió el prólogo del libro más importante, dedicado
a la orientación "al Señor" de la oración litúrgica.
En
cambio, entre los liturgistas promovidos hay figuras mucho más proclives a
secundar el estilo celebrativo del Papa Francisco, también éste visiblemente
alejado de la inspirada "ars celebrandi" de Benedicto XVI.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
¡Menudo repaso!
ResponderBorrarHoy, por lo visto, Magister se levantó con el pie derecho, gracias a Dios!!
Tengo pendientes un par de entradas y algunas consideraciones a sus siempre acertadas y sensatas palabras, a parte del agradecimiento por esa buena consideración por mi persona.
Sólo me falta tiempo. Pero lo encontraré.
Un abrazo esperanzado en que Dios ponga remedio al Mal que nos cerca.
Mañana probablemente saque un artículo sobre la sobre la capacidad sobrenatural de Bergoglio para llegar a las masas, así que hay que aprevecharlo a Don Magister antes que vuelva a querer compensar.
BorrarNo se puede negar sin embargo, no solo lo correcto de su apreciación en este caso, sino tampoco su llegada masiva, que creo que es lo que hace más útil, esta publicación.
En forma similar la publicación de Lucrecia Rego de Planas, puede tener muchas objeciones desde mi punto de vista, pero es innegable que quizás sea la publicación que más le debe haber dolido a este Señor desde que ocupa ese lugar.
En fin... como diría don Flavio "Unos abre los ojos, otros los blindad". Esto estaba escrito y seguramente que cada vez más seremos solo "voces que gritan en el desierto", lo que no quita la obligación de hacerlo.
Yo espero, como ya lo mencioné antes, que lo que tenga que hacer, lo haga rápido. La inmoralidad y perversión está desenfrenada. Esta persona solo es la consecuencia de la maldad reinante.
Saludos en Cristo, María
Gracias Augusto por ser una de esas voces que gritan en en desierto. Le he dejado un saludo en la pagina de D. Flavio, en el que por cierto, cometí el error de dirigir el comentario a D. Flavio, cuando en realidad estaba dirigido a usted.
BorrarPidamos al Señor nos conceda el don de la perseverancia final, para que unidos en los Corazones de Jesús y de María podamos formar parte del pequeño resto... FIELES Y VERDADEROS que pese a todo y solo por su gracia defiendan la Verdad y permanezcan siempre en su LUZ. Estaré esperando
su artículo.
Cristo reinará!
Muchas gracias Cristina. Siempre reconforta saber que no estamos solos ni locos.
BorrarA veces no solo la soledad sino los ataques que recibimos nos hacen replantearnos nuestra postura, pero siempre que sea no una idea nuestra sino un adherir a verdades reveladas divinamente, no podemos claudicar ante el mundo que ahora parece ser el amigo en contra de lo enseñado por Nuestro Señor Jesucristo.
Recién vengo de misa y el sacerdote hizo toda una apología del accionar de Bergoglio. Uno ahora va a misa a padecer homilías.
Pero yo espero, por la salvación eterna de mis hijos, esposa y la gente que amo, que todo lo que tenga que acontecer, pase pronto, porque la perversión y la mentira han llegado a niveles que creo insuperables.
Gracias una vez más y saludos en Cristo Rey y la Guadalupana.
Nada que agradecer Augusto!
BorrarEstoy convencida que es la Providencia y la Misericordia de Nuestro Buen Dios, UNO Y TRINO... quien permite que en estos tiempos en los que las mas negras y densas tinieblas han tomado total control del "Vaticano" aquellas almas que han venido padeciendo la pasión dolorosa de la Iglesia no sólo se "encuentren y se reconozcan", sino que SON UNIDAS por medio de su Santo Espíritu para seguir adelante en este último tramo, en el que lamentable y muy dolorosamente seremos testigos de la más cínica, cruel y dolorosa CRUCIFIXION. Mas sin embargo, es la ESPERANZA y la CARIDAD la que nos mueven y nos han de mover, para no claudicar y por su gracia perseverar hasta el final!
El Señor le conceda a usted y los suyos, permanecer siempre en su PAZ y su VERDAD hasta el final.
Ore por mi y por mi familia Augusto...yo lo haré por usted.
Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
y esto en ex orbeLa inciativa de PP Franciscus es tecnócrata, parece ser: Nuevas ordenanzas, nuevos reglamentos, nuevo organigrama, nuevos gestores, nuevas formas de comunicar.
ResponderBorrarEso ha dicho Lombardi, que la Pastor Bonus se ha quedado obsoleta, que el parto de los montes del G8 francisquista será una nueva constitución que creará una nueva burocracia vaticana, sin monseñores: Ahora vendrán gente corriente, seglares y...seglaras. Chicos de oficina y master, chicas de peli (la Chauqui esa, por ejemplo). Caducarán en breve los solideos y el paonazzo, llega el tiempo de las corbatas para ellos y el tacón aguja para ellas, pisando fuerte en los salones vaticanos.
Leí exOrbe y creo que no está equivocado Don Terzio
BorrarTiemos extraños, tiempos oscuros, tiempos siniestros los que se comenzaran a vivir; tiempos de desolación espiritual ( quizas la vuelta a las catacumbas, lo cual no será fácil de sobrellevar).El papa Bergoglio( perdón, Francisco) nos llevará casi hasta las puertas mismas del un gran cisma, sino más allá si la gracia de Dios y su santa Madre no lo impide. El es el Papa del Mundo y para el Mundo. Está en perfecta concordacia con el mundo, no con Cristo. Su popularidad es tan solo producto de los medios de comunicación, de aquella gran parte de los 600? millones de católicos del mundo, que junto a los no catolicos( y enemigos de la Iglesia) clamaban por un cambio drástico dentro de ella. Podría escribir mucho más, pero solo dejaré esto como reflexión: Recordad a La Vendée. Aquella epopeya, aquella cruzada que vandeanos libraron por su rey y su religión. CRISTO ES NUESTRO REY Y NUESTRA RELIGIÓN ES LA DE LA UNA SANTA Y ROMANA IGLESIA"Desde Bs.As. los saludo
BorrarCoincido plenamente. En la oportunidad de la gloriosa gesta de La Vandee, existía la posibilidad de una resistencia armada. Hoy no existe ninguna posibilidad de ese tipo de combate, pero el que se da hoy, es muchísimo más terrible y difícil, el espiritual. Y yo creo que no tenemos que claudicar en decir la verdad, verdad que no es nuestra sino que es Cristo mismo y que sus pastores esconden, disminuyen o tergiversan, ya sea por cobardía, tibieza o maldad.
BorrarGloriosos tiempos nos tocan vivir, pidamos a Dios estar a la altura de los mismos.
Saludos en Cristo y la Patria