miércoles, 20 de noviembre de 2013

Las Sirvientas de Caifás - Por Antonio Caponnetto


Las Sirvientas de Caifás - Por Antonio Caponnetto

   Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio. Una sirvienta se acercó y le dijo: «Tú también estabas con Jesús, el Galileo»...  Y como Pedro se dirigiera hacia la salida, lo vio otra sirvienta, que dijo a los presentes: «Este hombre andaba con Jesús de Nazaret.» (Mt 26 - 69,71)


Sr. Director de Página Católica:

  Mucho se ha dicho y se seguirá diciendo sobre la profanación de la Catedral de Buenos Aires con el acto litúrgico judeo-cristiano del pasado 12 de noviembre; y demasiado ha dicho ya el mundo contra quienes dieron testimonio de fe católica, tratando de impedir aquella tenebrosa profanación.

  Hace varios años que vengo denunciando la comisión de este tipo de aquelarres, y dos capítulos de mi libro "La Iglesia Traicionada" están dedicados a la llamada "Noche de los Cristales", con la consiguiente protesta dirigida a los jerarcas eclesiales que toman la impía iniciativa de organizar estas celebraciones masónicas, a todas luces sacrílegas y falaces. Quiero decir que el hecho no me es ajeno ni indiferente.

  Pero si me permite acercarme a su valiosa prédica, y dado el desenlace todavía en curso que han tomado los episodios, quisiera sumar dos breves comentarios. Ya habrá tiempo para más:

1º)   Según conocida y divulgada expresión de Francisco, al comienzo de su pontificado, "el que no le reza a Jesucristo, le reza al demonio". La frase, originada en un concepto de León Bloy, establece una línea divisoria irreconciliable.

  Pues bien, el grueso de los judíos invitados a ocupar la Catedral, no le reza a Jesucristo; esto es evidente. Y muchos de los otros invitados procedentes de falsas iglesias y sectas varias, tampoco le rezan a Jesucristo en tanto Dios y Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Ergo, los responsables de tal convite y de tamaña mixtura en la Catedral Metropolitana, permitieron la invasión de nuestro mayor templo católico por adoradores del demonio, según ha recordado el Papa.

  No le rezan a Jesucristo en cuya divinidad no creen; y son múltiples los casos constatables de que además de no rezarle lo ultrajan.

  Todo el clero católico comprometido en esta activa, obsecuente y servil invitación a que la Catedral fuera ocupada por quienes no le rezan a Jesucristo, tendrán que rendir cuentas de haber servido a quienes le rezan al demonio. La disyuntiva, reitero, fue planteada en tan tajantes términos por el mismo Francisco.

2º)   También ha dicho Francisco -y esta segunda frase a la que aludiré es tan conocida como la anterior- que él desea "una iglesia pobre, para los pobres y de los pobres". Pues bien; resulta que entre aquellos cultores de Mandinga insensatamente convocados a tomar un templo católico, había muchos personajes correspondientes a la plana mayor del capitalismo sionista, a la oligarquía judaica, a los monopolios plutocráticos hebreos. No se ve cómo puede condecirse tamaña promoción impúdica de los servidores del becerro de oro con el ideario del Poverello de Asis, supuestamente revalorizado a partir de este pontificado.

  La conclusión parece trágicamente sencilla. Si el Papa promueve estos actos -y todo indica que sí, pues ya lo hacía activamente cuando sólo era el Cardenal Primado- su conducta es ambigua y reclama con urgencia definiciones unívocas. Tendrá que elegir: o los adoradores de Jesucristo o los del demonio. O una iglesia evangélicamente pobre o una iglesia mancillada por los plutócratas judíos. No se puede servir a dos señores. Recemos para que Dios lo haga discernir rectamente y con prontitud. Es mucho lo que está en juego con tal discernimiento.

  Si el Papa fuera ajeno a estos últimos sucesos -algo improbable, pero que no queremos dejar de considerar como hipótesis por respeto y honestidad intelectual- los que han invocado su autoridad para consumar la profanación, sumarían un nuevo escándalo. Tal sería el del falso testimonio, reprobado en el octavo mandamiento.

  En cualquier caso (y teniendo en cuenta la reacción de los prelados medrosos, pidiendo perdón aquí y acullá, no por el acto profanatorio que consumaron en la Catedral, sino por el mal momento que tuvieron que pasar los judíos al haber presenciado a un puñado de rezadores de Jesucristo), es evidente que la Iglesia de hoy, en nuestra patria, no está conducida sino por las sirvientas de Caifás (Mt. 26,69). Sirvientas repugnantemente dóciles a los enemigos de Jesucristo, fámulas indignas del contubernio contra el Divino Redentor, fregonas de la Iniquidad, para cuyo repudio no sabemos hallar palabras suficientemente severas e irrevocables. El estupor es tan grande, la náusea tan creciente, la perplejidad tan dolorosa, la indignación tan inenarrable, que preferimos callar y rezar.

  Un conocido pasaje del evangelio joánico (Jn.8,57-59), recuerda el trágico momento en que los judíos apedrearon a Jesús porque este se les reveló como Dios.

  Bien estará que la Iglesia quiera extender hacia ellos su perdón, y que se muestre hospitalaria con los contritos y conversos, y hasta eleve a los altares a los mejores de quienes tal camino de la metanoia plena hayan recorrido. Pero para que tal gesto conciliatorio tenga lugar y feliz desenlace, primero los judíos deberán recoger una a una esas piedras arrojadas al rostro del Salvador. Deberán soldarlas con sus lágrimas, y levantar con ellas un gran altar en homenaje a Cristo Rey, arrodillándose ante Él.

  Acción santa y salvífica es que la Iglesia haya propuesto durante toda su historia la conversión de los judíos. Acción perversa es que la Iglesia quiera sumarse ahora al redil de los apedreadores, darles albergue en el mismo recinto santo e instar a los católicos a que se sientan cómodos en las sinagogas, entre cuyos muros se enseña precisamente a rechazar, a injuriar y a odiar a Jesucristo.

  Queremos judíos conversos, no católicos judaizados. Bienaventurados quienes sirvan de escudos a los pedruscos blasfemos lanzados contra el Redentor. Malditos sean quienes se sumen a los arrojadores sacrílegos de cantos o de riscos.



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

5 comentarios:

  1. Sin pretender contradecir las palabras del Sr. Caponnetto, con las que estoy en absoluta sintonía, me permito la libertad de dejar aquí este extracto de una de las entradas del blog Stats Veritas, donde se puntualiza algo en relación al vergonzoso asunto que nos ocupa. A mí me ha movido, al menos, a reflexionar. Confío en que sea considerado "sólo" como parte del análisis.

    En algún momento, recuerdo que usted me habló de la conveniencia de ser prudentes a la hora de publicar tal o cual información "delicada", pese a albergar en nosotros los mejores propósitos y las intenciones más sanas. Tal vez ese intercambio de pareceres que mantuvimos, sea el que ahora ha hecho click y me haya llevado a establecer una relación entre aquello y esto.

    "Quienes los invitaron a realizar ese acto heroico, gente de más edad y hasta un sacerdote, debieron saber que el poder eclesiástico lo tienen estos enemigos, como el Arzobispo Poli, y que era imposible impedir que consumaran su crimen. Ellos tienen un poder análogo al que tenían Anás y Caifás sobre Nuestro Señor Jesucristo para entregarlo al juez inicuo y prevaricador que lo condenó a muerte, a sabiendas de que era inocente. Cuando San Pedro, en el Huerto de los Olivos sacó la espada para defender al Salvador contra las huestes de los sacerdotes apóstatas, Él le mandó envainarla, no porque estuviera mal defenderlo, sino porque debía dejar que los judíos acabarán su deicidio y de esa manera se cumpliera la obra de nuestra Redención."

    http://statveritasblog.blogspot.com.es/2013/11/una-profanacion-y-sus-repulsivos.html?m=1

    Saludos cordiales, don Augusto. Y a seguir invocando la Luz del Espíritu en nuestros pensamientos y actos. Nada mejor.

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    1. Estimada amiga, antes que nada, cualquier disenso en nuestras posturas, siempre van a ser bienvenidos y no solo por una cuestión de afecto, sino también porque es la forma de buscar la verdad cuando se plantea con sinceridad y respeto.
      Cosme Beccar Varela, representa una postura, en este y en otros casos completamente diferente a la nuestra, incluso al Prof. Caponnetto como está manifestado en su libro "La Perversión Democrática". Pero dejando de lado este artículo, tengo que decir que estoy desagradablemente sorprendido por la postura de Stat Veritas con respecto a la profanación de la Catedral.
      Por mi parte tengo que aclarar que no soy de la FSSPX y que recibí hasta insultos de parte de gente de ese sector al considerarme "linea media", especialmente al escribir un artículo sobre Juan Pablo II. Sin embargo no puedo dejar de considerar no solo valiente sino católica la actitud de esta agrupación, ante tan grave ultraje.
      La imposibilidad de impedir este acto satánico (promovido por masones y demás adoradores de falsos dioses, es decir de demonios), no excluye la posibilidad de realizar un acto de desagravio y sobre todo de exponer públicamente esta atrocidad a fin de que no pase desapercibido, como viene pasando año tras año con las convocatorias de Bergoglio y que solo algunos pocos denunciamos. No solo se puso en evidencia públicamente algo por muchos fieles y hasta sacerdotes desconocido, sino que además al manifestar el odio de los medios y poner de manifiesto las mentiras que se dijeron al respecto, Bergoglio incluido, muestran que no solo no fue contraproducente, sino la necesidad de la defensa de las causas de Dios, aún contra toda posibilidad de éxitos humanos.
      Podemos poner nuestra otra mejilla como acto heroico, pero cuando se trata de la mejilla de nuestra familia, nuestra patria y por sobre todas las cosas, nuestro Dios, tenemos la obligación indeclinable de salir en su defensa y repeler cualquier agresión.
      En estos tiempos la resistencia ante la perversidad del nuevo orden mundial judaico-masónico, no es óbice para que cumplan con su cometido de traer al único y personal anticristo, sin embargo es nuestra obligación.
      El no poder frenar la imposición legislativa del aborto en nuestros países, no disminuye nuestra obligación de resistencia y combate al mismo.
      Estimada amiga, siempre es una alegría recibir tus comentarios, y espero que no te desanime las diferencias de opiniones en lo opinable.
      En tiempos de mucha confusión tenemos que ser uno para que el mundo crea. Si lo vamos a lograr o no, es algo que escapa a nuestras posibilidades de previsión, pero podemos hacer el intento y cuando Cristo regrese con todo honor y gloria, que nos encuentre blandiendo la espada de su verdad para hacernos dignos de su misericordia.
      Un abrazo grande y afectuoso de un amigo argentino que está un poco cansado y eso a veces tal vez, nuble un poco el entendimiento.

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  2. Por supuesto que la actitud de las personas que promovieron tales actos es, según mi entender, digna de ser considerada valiente. Desde luego que sí. Fue al leer ese párrafo cuando una especie de incetidumbre, a la luz de los hechos, me llevó a replantearme si, realmente, hay momentos en la vida en que debemos actuar por nuestra cuenta, o dejar que sea la Voluntad de Dios quien guíe nuestros pasos. Tengo la costumbre de, cuando me veo en una de esas disyuntivas, pedirle luz al Espíritu Santo, pues, por mi cuenta, a veces no me siento capaz de discernir hasta dónde debo llegar.
    En este caso, y analizando fríamente los hechos, me pregunto qué decisión hubiera tomado Él. ¿Habría aconsejado, (metafóricamente) "envainar la espada" -como entonces-, o nos habría animado a enfrentar, con las nuestras propias, aquellos vergonzosos actos, a sabiendas de que nuestra intención era la más noble? Sobre todo, y teniendo en cuenta, que todo el "poder" estaba concentrado allí. Un poder que no es el Suyo, pues Su Reino no es de este mundo. Pero, por otra parte, ¿no se hubiera dejado llevar por Su Santa Ira y desmantelado todo aquel engendro? Esa es toda mi cuestión.
    Todas las acciones que se llevan a cabo, en contra de legislaciones que promueven políticas anti Mandamientos de Dios, (anti naturales de todas todas) son loables, pero tal vez en ellas encontremos un matiz que les hace diferir de este último despropósito. En este último caso la agresión se lleva a cabo desde, y en, la iglesia misma. En los citados, la acción la llevan a cabo elementos ajenos a la iglesia. Es un matiz que tal vez debería replantear nuestra estrategia.
    Pero, bueno, son sólo disquisiciones mías, que no tienen más importancia que el hecho de poder intercambiarlas y motivar un poquito la reflexión.
    Reflexión que es participe de un futuro conocimiento, aunque siempre cueste esfuerzo alcanzar la verdad.

    Dicho esto, me enorgullece que haya personas tan valientes, a quienes no les importan los ultrajes de los que deberían tener más y mejor conciencia de a quién representan. La pena es que no sea así y tengamos que vernos en estas lides.
    No soy amiga de venganzas; sólo confío en la Justicia Divina. Y, antes o después, a cada cual nos da lo que nos merecemos por nuestros pecados. La Misericordia...para después.

    Un abrazo, amigo. Y gracias por sus bienvenidas y sabías palabras. ¿La confusión? Sí, es cierto. Uno lee de todo y es complicado mantener en equilibrio el entendimiento, jeje! No se desanime, que Él lo puede todo.

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    1. Estimada amiga, en el transcurso de 3 meses, tenemos en nuestro país 3 Iglesias defecadas, orinadas, un Sagrario robado, otra Iglesia con la imagen de la Santísima Virgen decapitada y ayer la Catedral de Cordoba pintada con blasfemias. Este fin de semana las abortistas se reúnen en San Juan con lo que esperamos algunas “travesuras” más, aunque nunca sale en las noticias. Digo travesuras porque el obispo de Bs.As. invitó a tomar mate a quienes hicieron eso. Podemos lógicamente deducir que para que nos escuchen, tenemos que orinar la puerta de una Iglesia o algo por el estilo, como decía un amigo mío, de lo contrario no hay forma que se nos escuche.
      Si nuestros propios "pastores" son los que propician el debilitamiento de la sacralidad debida a nuestro culto, difícil sería esperar que los de afuera suplan dicha omisión. Esto es más bien una invitación a nuestros enemigos a tomar armas ante un rival pusilánime.
      La Iglesia, Cuerpo Místico de NSJC, no va a sucumbir de acuerdo a su promesa, pero la Iglesia institucional, está siendo profanada en su belleza y verdad, por acción y por omisión, incluso de quién es la cabeza visible (o tal vez aparente) de la misma, que está trabajando ya para los enemigos de Dios. Esto es duro decirlo pero invito al sacerdote que quiera contradecirme que me argumente como se entiende que judíos, sionistas, masones, homosexuales, abortistas, comunistas y liberales son ahora a quienes hay que considerar como amigos y a los católicos que los combaten se los considera según bergoglianas palabras, intolerantes, antisemitas, peligrosos nacionalistas, de derechas, restauracionistas, los que quieren una Iglesia que ya no es, y varias estupideces más.
      El desenvainar la espada literalmente sería un acto justo, sin embargo, ante la falta de posibilidades materiales de una defensa de ese modo, sí cabe la defensa con la verdad y con el testimonio público de esta, que necesariamente va a seguir siendo opacada como condición “sine qua non” para la Parusía y sin embargo estas circunstancias adversas generan una obligación mayor de nuestra parte de salir en su defensa.
      Me siento cansado de escuchar que solo hay que rezar, como si el Espíritu Santo con este solo acto de nuestra voluntad pudiera hacer que los legisladores no aprueben la institucionalización de la sodomía, abortos, perversiones de todo tipo y corrupción generalizada y además nos premie por quedarnos callados con el pretexto de haber hecho una oración que inclusive no puede ser en una catedral porque esto sería una muestra de intolerancia. La oración es el principio de toda acción, pero fe y obras. Nos están luteranizando de una forma terrible.
      En la Argentina es común escuchar: "no te inmiscuyas que solo vas a ganarte problemas". Entonces hasta la cobardía se ve reemplazada por el miedo a perder el confort.
      Sin embargo, ante una inferioridad inmensa de fuerzas los Macabeos se encomendaron en Dios y triunfaron en su acción, los santos en lo considerado locura para el mundo lograron en empresas ordinarias resultados extraordinarios y esto encomendando en sus oraciones a sus acciones. Me pregunto si quienes recomiendan solo rezar, están dispuestos a vivir como los padres del desierto.
      Son tiempos aciagos mi querida amiga. Redundante sería detallarlo más, pero sí podemos y debemos gritar la Verdad, aunque seamos “la voz que grita en el desierto”. Debemos mostrar nuestro orgullo por ser hijos de Dios y denunciar a los hijos de Satanás bien identificados por NSJC en Juan 8,44. Están en el Vaticano, están en nuestras catedrales, envenenan a nuestras familias con los mass media, las artes, el periodismo, someten a los pueblos con sus bancos, pero nosotros tenemos una promesa basada en la fe y ellos solo basan su derecho en una promesa carnal. No pueden triunfar. Pero tenemos que luchar el buen combate.
      Siempre agradecido por tu apoyo y tus palabras, espero que me sigas animando a no bajar los brazos.

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  3. Todo lo que usted me cuenta, primero me escandaliza y después conmueve mi conciencia hasta el punto de indignarme en grado sumo. Entiendo y comprendo, llegados hasta aquí, que cualquier acción, digamos, sólo basada en el rezo y el ofrecimiento de la mejilla contraria, se quede en poca cosa frente a tales sinvergonzonadas propiciadas, no sólo por descerebrados (que de ésos siempre los hubo) sino por los más altos prebostes de nuestra iglesia, amén de entramados de organizaciones anticristianas en general. No me extraña, por tanto, que uno tome la iniciativa y actúe como mejor considere llegado el momento de defender la Verdad.
    Créame que en todo momento mi valoración es positiva hacia quienes así actúan, aunque, como usted me recuerda, sólo se consiga dar testimonio de la defensa, pues todo está escrito y sabemos que esto, y más, sucederá antes de Su llegada.

    No tema que le vaya a desanimar en ésta u otra empresa tan digna de admiración y respeto. Siempre encontrará en mí a una amiga en el amparo de la única Verdad que nos hará libres.
    Las manos siempre dispuestas y la mente siempre abierta a la Luz.

    Gracias de nuevo y mi abrazo sincero.

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