Nota
de NCSJB: El artículo que reproducimos a continuación fue eliminado del portal
Religión en Libertad por ser crítico de la heterodoxia de Bergoglio. La nueva
idolatría, hace que la prensa “católica” claudique definitivamente a la verdad
y a la fe en pos de la defensa, no ya del Papa, sino de sus puestos de trabajo.
Nada sorprende que esta profesión sea paraíso
de mercenarios, aunque no dejamos de reconocer que hay pocas y honrosas
excepciones, que casi siempre son independientes.
Augusto TorchSon
Antes
Después
El
preocupante apartado 32 de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium - Por
Cesar Uribarri
Quizá es más cómodo callar. Yo he estado en
silencio voluntario casi 6 meses y uno acaba acostumbrándose a los placeres de
lo oculto: ves, oyes, lees, interpretas… y no tienes que dar cuenta a nadie de
tus silencios.
Quizá no quería hablar o quizá, simplemente,
no podía. Desde la elección del
Papa Francisco un terrible nubarrón se cernió, a mi entender, sobre la
realidad. Y preocupado por la tormenta futura veía como mi desasosiego
era, por el contrario, gozo y alegría en casi todos. Pero no era un gozo normal, era casi enfermizo, avasallador, total. Si
sobre y contra Benedicto XVI se pudo decir cualquier cosa, parecía que con el
advenimiento de Francisco estuviera prohibido el disenso. Y así los medios,
casi al unísono, se convertían en portavoces del Papa. Incluidos, claro está,
los medios católicos, ortodoxos o heterodoxos: lo curioso es que en ellos
cualquier opinión en contrario era silenciada, cuanto menos dificultada. Y eso,
esa unanimidad en los aprecios, en el seguidismo, no era normal -basta recordar las campañas de acoso contra
Benedicto XVI que empezaron en el mismo inicio de su pontificado, incluso
desde dentro de la misma Iglesia, y que en absoluto han ocurrido con el papa
Francisco-. Algo había cambiado en la percepción de ésta, tanto desde fuera
como desde dentro de la Iglesia. No en vano el papa Francisco ha sido elegido
personaje del año 2013 por la revista Time, en lo que es la conclusión, el
súmmum, del aprecio que le tienen los medios tradicionalmente enemigos de la
moral y del papado. Por contra, ¿acaso
hemos de olvidar la persecución que sufriera el papa Benedicto XVI, dentro y
fuera de la Iglesia? Cómo no recordar la
terrible carta de 2009 en la que Benedicto XVI públicamente lloró por el
abandono que había sufrido por parte de los obispos y de los católicos,
reconociendo cómo unos y otros se habían lanzado a herirle “con una hostilidad
dispuesta al ataque”, o usando calificativos tales cual “morder o devorar”
referidos a su misma persona.
Pero bastó que subiera Francisco a la silla de
Pedro para que preclaras figuras de la Iglesia comentaran que con el nuevo
papado se
había abierto una ventana de aire fresco en la Iglesia queriendo indicar
que con el nuevo Papa vendrían nuevos tiempos. Imagen de la ventana abierta que
me desasosegaba, por cuanto me parecía que el tal aire más bien nos iba a
constipar, amén de lo poco respetuoso que me parecía para con el papa emérito.
Luego me contaron que algún otro, más malévolo, parafraseando a Pablo VI dijo
que Satanás ya no tendría que esforzarse en entrar por los resquicios de la
Iglesia, ya que ahora se le habían abierto las ventanas de par en par. Y es que algunos, pocos, mirábamos con
preocupación la deriva que parecía tomar el rumbo de la Iglesia, mientras que
una mayoría ingente gozaba el tal evento.
Se dirá que nada cambiaba, pero la realidad
nos mostraba, día a día incluso, que al menos el lenguaje sí había cambiado y
con él muchos gestos. El problema es que
tras el lenguaje se cambiara el contenido. Y esa era la preocupación,
porque no se trataba simplemente de cambios menores como el coche papal, los
apartamentos pontificios, o las diarias homilías en santa Marta. No era,
simplemente, que el Papa día a día quisiera ser un pastor más, como párroco en
su pequeña parroquia, permitiéndose ambiguas frases comprensibles por lo
pastoral y coloquial del lugar y del discurso. No. Había una intención, una
querencia que solo se vislumbraba en frases concretas, entrevistas
desaparecidas o mensajes cara a cara. Y esa intención, lo que el Supremo Pontífice
de la Iglesia entendía sobre cual habría de ser su misión y la misión de la
misma Iglesia, se evidenciaba someramente a pesar de los ímprobos esfuerzos del
voluntario equipo de traductores y comentadores que trataban día tras día de
reconducir todo cuanto dijera a la ortodoxia. Pero era un reflejo, un brillo,
que permanecía en un terreno fantasmagórico. Lo querías atrapar y se escapaba.
Querías ampararte en esas frases para alertar y se escapaban en lo coloquial o
interpretable de las mismas. Parecía una lluvia fina que empapa sin darse
cuenta. Nada cambiaba, decían, mientras
nos parecía que el barco de la Iglesia se adentraba en aguas pantanosas.
Era
necesario algo más, palabras firmes, no movibles por lo coloquial del lugar o
del discurso. Con Lumen Fidei habló
nuevamente Benedicto XVI, porque la encíclica que firmara Francisco nació de la
mano y del corazón del papa anterior. Pero ahora, con la exhortación Evangelii
Gaudium
el Papa reinante ha expresado su programa, su parecer del mundo y de su misión.
Y su contenido me preocupa porque la
Iglesia parece que ha dejado de enfilar su mascarón de proa hacia Dios, para
enfilarlo hacia el hombre. Y así, se dice en dicha exhortación apostólica
que “el obispo siempre debe fomentar la
comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal de las primeras
comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola
alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a
veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo,
otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y
misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a
los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para
encontrar nuevos caminos” pero la sensación que tenemos es que sólo se
permiten caminos escorados hacia las fronteras. Que no en
vano conviene recordar como en ese encuentro del Papa Francisco con la Presidencia de la CLAR el 16 de junio del 2013 les animaba a equivocarse (¿doctrinalmente?) y si les llegaba una carta de la Congregación para la doctrina de la fe (sí, era doctrinalmente) que no se preocuparan, que siguieran adelante. No parece que, por ejemplo, los Franciscanos de la Inmaculada puedan decir lo mismo. ¿Permitirá el Papa que el olfato del rebaño de los Franciscanos puedan fundar esa nueva congregación que pretenden y que así han solicitado a Roma, anclada en el rito litúrgico vetus ordo, ahora que se les ha impedido celebrarlo? Desgraciadamente percibimos ya con los hechos como esos “nuevos caminos” que se van a poder abrir son caminos concretos en las fronteras de la doctrina y muy alejados de la tradición de siempre. Los otros, los que libremente el rebaño quiera dirigir hacia aquellos otros pastos, quizá esos no sean permitidos.
vano conviene recordar como en ese encuentro del Papa Francisco con la Presidencia de la CLAR el 16 de junio del 2013 les animaba a equivocarse (¿doctrinalmente?) y si les llegaba una carta de la Congregación para la doctrina de la fe (sí, era doctrinalmente) que no se preocuparan, que siguieran adelante. No parece que, por ejemplo, los Franciscanos de la Inmaculada puedan decir lo mismo. ¿Permitirá el Papa que el olfato del rebaño de los Franciscanos puedan fundar esa nueva congregación que pretenden y que así han solicitado a Roma, anclada en el rito litúrgico vetus ordo, ahora que se les ha impedido celebrarlo? Desgraciadamente percibimos ya con los hechos como esos “nuevos caminos” que se van a poder abrir son caminos concretos en las fronteras de la doctrina y muy alejados de la tradición de siempre. Los otros, los que libremente el rebaño quiera dirigir hacia aquellos otros pastos, quizá esos no sean permitidos.
Pero no debo detenerme en esto. Otros serán
los que vayan marcando y señalando esos aspectos. Yo, con todo, prefiero alertar de un riesgo que intuyo y que puede
hacer entender unos de los aspectos más desconcertantes de Fátima.
Volvamos a la frase más explosiva que nos
legó Fátima. Es una sencilla frase, pero justo por ello tremendamente
enigmática: “En Portugal se conservará
siempre el dogma de la fe, etc”. Dejando el “etc” aparte –y que ya fue
objeto de algún post
anterior- ¿qué relación puede tener
esta frase del segundo secreto de Fátima con la exhortación apostólica del
Papa? Probablemente ninguna, pero la exhortación apostólica abre un
panorama que podría hacerlo comprensible más adelante. Si la situación de la fe
es igual ahora en Portugal que en cualquier otro lugar del mundo, ¿qué puede
explicar que una nación llegue a conservar la fe globalmente? Al tiempo que
implícitamente se nos indica que otras naciones, por el contrario, no lo harán.
¿Cómo es posible que naciones salven la fe o la perviertan? Hasta ahora era
difícil comprender esto, sobre todo en una época donde ya no cabe aquel cuius
regio eius religio, pero el Papa ha anticipado un proyecto que, de realizarse,
podría explicarlo. Es el preocupante
apartado 32: dotar a las Conferencias Episcopales de facultades doctrinales
al tiempo que la figura del papa se reubique en la Iglesia. Así lo dirá el
mismo Papa:
“Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a
los demás, también debo pensar en una conversión del papado. Me corresponde,
como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un
ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo
quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización. El Papa Juan
Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar «una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo
a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva». Hemos avanzado
poco en ese sentido. También el papado y las estructuras centrales de la
Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión pastoral. El
Concilio Vaticano II expresó que, de modo análogo a las antiguas Iglesias
patriarcales, las Conferencias episcopales pueden «desarrollar una obra
múltiple y fecunda, a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación
concreta. Pero este deseo no se realizó plenamente, por cuanto todavía no se ha
explicitado suficientemente un estatuto de las Conferencias episcopales que las
conciba como sujetos de atribuciones
concretas, incluyendo también alguna auténtica autoridad doctrinal. Una
excesiva centralización, más que ayudar, complica la vida de la Iglesia y su
dinámica misionera.”
¿Cómo
será esto? Por ahora no es más que un anticipo de un proyecto, pero
anticipo que da a entender que sobre ello ya se ha hablado en altos sectores de
la Iglesia y en lo que estarían muy interesados en ver pronto realizado. Y así,
unas conferencias episcopales con
facultades doctrinales podrían explicar cómo naciones enteras puedan permanecer
en la fe, en el dogma de la fe, mientras otras se perviertan. Porque
algunas conferencias episcopales podrían decidir que la doctrina de la fe, que
el dogma de la fe, ha cambiado. ¿Imposible?
Conviene recordar algo muy reciente, donde la conferencia
episcopal alemana ha aprobado, moralmente, el uso de la píldora del día después
en determinados supuestos. ¿Acaso no podría ocurrir, entonces, que esas
futuras conferencias episcopales, una vez tengan facultades doctrinales,
marquen la fe, perdiéndola, en su territorio? ¿Acaso el papa, reubicado en un
nuevo estatus en la Iglesia, no podría quedar atado de pies y manos para
impedir ante tamaña perversión de la fe?
Sería
como la guerra moderna, guerra sin bombas. Así una nueva forma de cisma en la Iglesia. Cisma incoloro, sin
desgarramiento aparente, sin levantamiento de polvo. Una nueva forma de romper
la Iglesia sin romperla formalmente. Simplemente el dogma de la fe se
pervertiría en el mismo nombre del Señor, bajo su misma Autoridad, bajo su
mismo mandato de apacentar al pequeño rebaño. Por obra y gracia de una decisión
colegiada en conferencias episcopales redivivas.
Que este riesgo puede empezar a cobrar visos
de realidad lo evidencia el mismo apartado 32 de la exhortación. Y que esta reforma de las estructuras del papado
y de las conferencias episcopales puede ser una bomba de relojería parece
alertarlo esa misteriosa frase del segundo secreto de Fátima -“en Portugal
se conservará siempre el dogma de la fe, etc”-. Y quisiera no tener razón.
Quisiera.
cesaruribarri@gmail.com
Visto
antes de la censura en: http://www.religionenlibertad.com
Agradecemos a las lectoras Filomena de Pasamonte y Maite C que nos pasaron el artículo y nos advirtieron su censura
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
¡Gracias por ponerlo aquí! Llevaba una hora tratando de encontrarlo porque, efectivamente, esta mañana lo había leído en Religión en Libertad y esta noche ya no estaba... CENSURAR LA VERDAD ES MUY GRAVE!
ResponderBorrarGRACIAS POR PONERLO. LO ESTABA BUSCANDO. LO HAN CENSURADO Y ESTO SIGNIFICA MUCHO
ResponderBorrarUN COMENTARIO A MIS LECTORES. RECIBÍ UN MAIL DONDE UN LECTOR INGENIERO EN INFORMÁTICA, ME DICE QUE SE SIENTE TRISTE QUE HAYA FALSIFICADO LA PUBLICIDAD QUE MARCO EN EL PRINT DE PANTALLA.
ResponderBorrarLA MISMA SE ENCONTRABA MUCHO MÁS ABAJO EN LA MISMA PÁGINA POR LO QUE NO PODÍA OCUPAR MEDIO PANTALLA EN ELLA Y LA CORTÉ Y LA PEGUÉ. ESPERO QUE LO QUE PARECE SER UNA ACUSACIÓN SEA SOLO UNA OBSERVACIÓN, AUNQUE ME TEMO QUE NO YA QUE ME ESCRIBIÓ A MI EMAIL PERSONAL POR CONSIDERAR QUE NO PUBLICARÍA SU DENUNCIA.
SI CABE LA ACLARACIÓN, REPITO LA CORTÉ Y PEGUÉ DE LA MISMA PÁGINA CENSURADA. Y PONGO A CRISTO COMO TESTIGO. POR LO QUE LO INVITO SI NO ME CREE A PREGUNTAR A LOS POLÍTICAMENTE CORRECTOS "RELIGIÓN EN LIBERTAD" SI EXISTEN ESTAS PUBLICIDADES EN SU PÁGINA.
UNA ACLARACIÓN A TODOS, SALVO INSULTOS, GROSERÍAS O AGRAVIOS INFUNDADOS, LOS COMENTARIOS SIEMPRE VAN A SER PUBLICADOS.
He sido yo, simplemente no vi esa publicidad y aún no la veo, en ese momento me pareció muy extraño. Pero rectifico en mi acusación, porque por mi profesión también se que puede pasar que no se visualicen los mismos anuncios dependiendo de la situación geográfica de quien visita la página. No tuve en cuenta que la edición podría ser por temas de espacio en la captura.
BorrarEn este caso la web en cuestión tendría una responsabilidad indirecta, ya que los anuncios son un espacio cedido a una agencia de publicidad, y ésta gestiona los anuncios, en esos casos se pueden colar anuncios debido a fallos de gestión de la agencia.
Por lo demás no me extraña nada la censura sobre todo en medios masivos de comunicación.
De todos modos el artículo es muy interesante y podría ser lo que nos depara el futuro.
Muchas gracias por ponerlo.
PARA EVITAR SOSPECHAS REALICÉ UN NUEVO PRINT DE PANTALLA OMITIENDO LA PUBLICIDAD QUE AHORA NO APARECE EN LA PÁGINA.
ResponderBorrarNO OBSTANTE INVITO A QUIENES VEAN LA PUBLICIDAD CON NOMBRE "DAME UN CACHETE" QUE POR FAVOR ME ENVÍEN UN PRINT CON EL SOLO FIN DE ENVIÁRSELO A QUIÉN TAL VEZ SIN MALA INTENCIÓN, SOSPECHA DE MI HONESTIDAD.
MUCHAS GRACIAS
gracias por publicarlo
ResponderBorrarGracias por cuanto publicas!.
ResponderBorrarYo también fui objeto de censura en REL en el mes de febrero por comentarios en un articulo de Cesar Uribarri, (Benedicte PP. XVI, quo vadis?), por decir que a Benedicto le habian forzado a renunciar y que se acercaba el reinado del anticristo, ya que el Katejon (Papa), habia sido quitado de enmedio.
ResponderBorrarInsisto en el escudo del secretario de Benedicto, donde aparece un dragón atravesado con una lanza.
Apocalipsis 13: una de las bestias fue herida mortalmente y su herida curó de forma prodigiosa.
El artículo también está publicado en "sagrada tradición" y en "diariodeunnáufrago"
ResponderBorrarAugusto, no sé si seré el único pero ando viendo mal todos los textos, los veo como cortados todos los guiones por la derecha, no me deja leer bien.
ResponderBorrarEn tres exploradores diferentes los veo bien y en mi celular android también
BorrarWo, ahora lo veo fantástico, no sé qué habrá sido. Al fin puedo leer el artículo. Gracias
ResponderBorrar:-)
BorrarPropongo volver a poner en vigencia el malleus maleficarum para escarmentar a los que se atreven a reformar la iglesia! Y una vuelta de la santa inquisición para quemar a los herejes.
ResponderBorrarQue la paz de Jesús y María Santisima reinen en tu corazon Augusto me puedes regalar tu email o tu numero movil
ResponderBorrartorchespin@gmail.com
BorrarBendiciones
Hola César:
ResponderBorrarHe leído tu artículo en el que manifiestas tu preocupación sobre el apartado 32 de la Evangelii Gaudium.
Como sabes pre-ocuparse tiene una etimología muy especial, tendiente más a lo subjetivo que a lo objetivo. Creo que cuando pasen unos años y la Iglesia haya evolucionado en lo que no es esencial, estarás más tranquilo y escribirás otro artículo diciendo que tu preocupación no era para tanto.
Sin embargo, hay muchos temas en los que la Iglesia ha de cambiar. Desde Constantino el Grande (fines del siglo III y principios del IV), nuestra Iglesia le tomó mucho apego al poder, al fausto y al boato; y, lo que es más grave, todavía no se ha desprendido suficientemente de ello. Hemos de leer y vivir más el Evangelio. ¿Te imaginas a Jesucristo con palio y anillos de oro condenando?
Vuelvo al tema de tu preocupación. El hecho de que el Papa Francisco quiera reformar la Iglesia, empezando por el papado no debe asustarnos. Es pura coherencia. El papado ha de estar en continua reforma para poder desprenderse del polvo y a veces más que polvo, que se le ha ido pegando. En muchos aspectos no hemos abandonado la época constantiniana. No te los enumero. Basta con que compares actitudes y gestos actuales con las actitudes y gestos de Jesús y los apóstoles.
Te preocupa el hecho de que el Santo Padre quiera escuchar al pueblo de Dios. Hace años estando en un país "muy emergente", esto es, muy pobre, presencié una conversación entre un misionero español y un cristiano de a pie. El misionero comentaba que estaba traduciendo la Sagrada Escritura al idioma autóctono y ya iban por la mitad del Exodo. El cristiano de a pié le dijo: Padre, ¿no hubiera sido más útil empezar por el Evangelio?. El misionero se quedó pensativo y dijo: "Estoy de acuerdo contigo. Cada vez veo más claro que el Espíritu Santo actúa a través del pueblo de Dios". No debe sorprenderte que el Papa Francisco tenga un oído fino para escuchar lo que el Espíritu Santo quiere susurrar y a veces gritar a través de los cristianos corrientes.
Espera unos años y verás cómo el globo que describe tu artículo, se desinfla. De todos modos, un gran escritor, Stephen Covey tenía un lema, que hice mío: VALORAR LAS DIFERENCIAS. Es lo que me pasa contigo. Rezo por ti y espero que lo hagas por mí.
Ya ha pasado un tiempo. Volverías a escribir lo mismo, estimado José Álamo ?. Creo que no. Cesar tampoco, porque aún sería más crítico, como lo estoy siendo yo públicamente. Me siento defraudado ante tanta simplonería. Dejo a los teólogos de verdad la calificación de herejías
BorrarLo bueno es que el tiempo pone todo en su sitio. Lo del misionero y el cristiano de a pie cae en lo inane. ¿Valorar las diferencias? Pues la Iglesia es Una, así que si priman las diferencias, adiós a la Iglesia. Y eso sí lo subrayó Cristo. Lo demás del polvo, los anillos, etc., son eso, suposiciones. Ah, e insistamos en los tópicos de la "iglesia constantiniana", creados por los incultos enemigos de la Iglesia, que contribuiremos a la demolición. A menudo parecemos tontos.
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