Nunca me he considerado un fraile triste.
Pero he de reconocer que en los últimos meses, la tristeza ha llamado a mi
puerta en muchísimas ocasiones. Y hoy especialmente, tras leer la homilía de
este viernes en Casa Santa Marta, me he visto reflejado en las palabras del
Papa. Efectivamente, me siento muy triste. Claro que no resulta tan fácil de
explicar como él lo ha hecho, porque me da la impresión de que la mía, es una
tristeza provocada por otras causas muy diferentes.
Quisiera explicarme con claridad, aunque para
ello tengo que transcribir todas las palabras del sermón, de tal manera que mis
comprensivos lectores entiendan mis sentimientos. Las pondré aquí tal como las
ha comunicado la página
de noticias del Vaticano.
La libertad que viene de la predicación hace
crecer a la Iglesia, el Papa el viernes en Santa Marta.
Los cristianos alérgicos a los predicadores
siempre tienen algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de abrir la
puerta al Espíritu Santo y se vuelven tristes: lo afirmó el Papa Francisco este
viernes en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta.
En el Evangelio del día, Jesús compara la
generación de su tiempo con aquellos muchachos siempre descontentos “que no
saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros: si
hay música, no bailan; si se canta un canto de lamento, no lloran … ninguna
cosa les está bien”. El Santo Padre explicó que aquella gente “no estaba
abierta a la Palabra de Dios”. Su rechazo “no es al mensaje, es al mensajero”.
Rechazan a Juan el Bautista, que “no come y no bebe” pero dicen que “¡es un
endemoniado!”. Rechazan a Jesús, porque dicen que “es un glotón, un borracho,
amigo de publicanos y pecadores”. Siempre tienen un motivo para criticar al
predicador:
“Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían
refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como aquel
grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la
revolución social, como los zelotas; en la espiritualidad gnóstica, como los
esenios. Con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero al predicador, no.
También Jesús les hace recordar: ‘Sus padres han hecho lo mismo con los
profetas’. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia por los predicadores de
la Palabra: a los profetas, los ha perseguido, los ha asesinado”.
Estas personas – prosiguió el Obispo de Roma-
dicen aceptar la verdad de la revelación, “pero al predicador, la predicación,
no. Prefieren una vida enjaulada en su preceptos, en sus compromisos, en sus
planes revolucionarios o en su espiritualidad” desencarnada. Son aquellos
cristianos siempre descontentos de lo que dicen los predicadores:
“Estos cristianos que son cerrados, que están
enjaulados, estos cristianos tristes … no son libres. ¿Por qué? Porque tienen
miedo de la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación.
Y este es el escándalo de la predicación, del que hablaba San Pablo: el
escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz. Escandaliza
el hecho que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores:
¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un
hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un
criminal.Eso,escandaliza”.
“Estos cristianos tristes – afirmó Francisco
– no creen en el Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la
predicación, que te advierte, te enseña, te abofetea, también; pero que es
precisamente la libertad que hace crecer a la Iglesia”:
“Viendo a esos muchachos que tienen miedo de
bailar, de llorar, miedo de todo, que en todo piden seguridad, pienso en esos
cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque
tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo. Recemos por ellos, y recemos
también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes,
quitando al Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del
escándalo de la predicación”.
Hasta
aquí la transcripción.
No cabe duda de que se trata de un nuevo
mensaje (esta vez más intenso y violento en el fondo), transmitido a los de
siempre: a los que se “aferran a sus tradiciones” y “se refugian en los
preceptos morales, en su espiritualidad desencarnada”, a los que están
“enjaulados en sus compromisos” y por tanto “no creen en el Espíritu Santo” y “siempre
critican a los predicadores”.
Me parece que, una vez más, los textos de la Sagrada Escritura
se cogen por los pelos, en un deseo insaciable de machacar a los que todos
conocemos. Es increíble que mientras se aconseja la misericordina con los de fuera
(judíos, protestantes, anglicanos, musulmanes, ateos y agnósticos….) no quede
ni una sola pastilla para administrarla a los que creen en la Iglesia y a los
que pretenden mantenerse fieles al depósito recibido. Sí, porque no hay que
olvidar que lo que hemos recibido es el depósito de la fe, el cual tiene que
preservar incólume el Vicario de Cristo.
Cuando el Señor hablaba de los que se
quejaban de unos y de otros, estaba hablando justamente de los fariseos que se
habían cerrado a la recepción del Mesías y de su Precursor. Tanto es así, que
criticaban a uno y a otro. No les parecía bien salir de sus tradiciones (que
según el Señor eran preceptos humanos), a las que se aferraban para no dejar
paso a la Nueva Alianza, en la que jamás han creído los judíos, (incluídos los
amiguetes rabinos del Papa). Pero en nuestro caso, los cristianos tristes de
los que tanto se ocupa el Santo Padre, no han rechazado al Mesías (como el
rabino Skorka o el rabino Bergmann), sino que se aferran a esa Iglesia que
durante 20 siglos ha explicado el Mensaje de Jesucristo en verdades inmutables,
que expresan la fe católica. No son preceptos humanos. Nada de eso. Si el Señor
quiso que su Iglesia fuera la Roca en la que se sostuviera todo, no veo la
razón para demoler en cuatro días el legado de la misma, rompiendo con una
tradición de siglos y todavía más, derrumbando las verdades que hasta ahora
eran objetivamente verdad, sin dejarlas a la interpretación de las culturas
contemporáneas, o al albur de las religiones fraternales de la Tierra.
Somos precisamente los cristianos tristes que
el Papa señala con el dedo, los que hemos tenido que tragarnos con desesperanza
humana y con mucha esperanza sobrenatural, las herejías vomitadas por
cardenales que ya no creen en la Sagrada Escritura, que ya no creen en la
Divinidad de Jesús, que ya no creen en la Virginidad de María, que ya no creen
en la Resurrección del Señor, que ya no creen en la multiplicación de los panes
y de los peces –porque ya no creen en los milagros–, y que ya no creen en el
Sacrificio de la Misa. En los que no creen en el Primado de Pedro (y ya están
hace años en convesaciones para poder “entenderlo mejor”). En los que no creen
en la indisolubilidad del matrimonio cristiano y nos lo han trastocado con
vergonzantes y habilidosos trucos, y en los que no creen en ninguna norma moral
que pueda molestar o inquietar a nuestro mundo moderno.
Pues claro que estamos tristes. ¿Y qué quiere
usted que sintamos? Cuando ni siquiera hemos recibido una palabra de aliento,
de solicitud del tan cacareado diálogo, de cariño paternal o de comprensión y
misericordia, una mano amiga de quien se supone está ahí para confirmarnos en
la fe, sino solamente un enfermizo y continuado ataque a todo lo que constituye
nuestra fe, tachando de hipocresía y pelagianismo cualquier manifestación de
preocupación por esta Iglesia que va a la deriva…
Hay algo que es evidente. Ya no se guarda el
Depósito de la Fe. No hay depósito, porque eso significaría que hay algo
encerrado, estable, inmutable y eterno. Y parece que ya no se está por la
labor. Sólo nos queda estar aferrados a la fraternidad universal, al amor al
Dios de todas las religiones. Y al últimamente tan repetido Dios Tres veces Santo, que es una
mentira maliciosamente elaborada, para hacer pensar que nos referimos a la
Trinidad, y así los judíos no se sientan violentados en su conciencia.
Hay algo que me intriga en todo este asunto
tenebroso. Si la Iglesia está de maravilla, si no hay ningún problema y todo va
super-bien. Si el Papa está en el top de los predilectos de la prensa de todos
los colores, hombre del Año, comunicador del Año; si la Cristiandad está
maravillada por el “efecto Francisco”, si no hay nada de qué preocuparse… ¿a
qué viene esta obsesión con los cuatro gatos que son tradicionales y todavía sienten
en sus almas esta profunda nostalgia de que nos están escondiendo y pisoteando
la verdadera doctrina, la de siempre? ¿no sería mejor dejarlos en su jaula y no
hacerles el menor caso? ¿porqué ese ensañamiento con los que han optado por una
vía que al fin y al cabo es la de la Iglesia de siempre? ¿no será porque hay un
odio a la Iglesia de siempre? ¿no será que estamos asistiendo a una auténtica
demolición, ahora ya sin ambigüedades y disimulos, y con excesivas prisas?
Muchas veces me he preguntado por qué la
Oración que todos rezamos por el Santo Padre, solicita de Dios que “no permita
que caiga en manos de sus enemigos”. Es una oración bien antigua y consagrada
en la liturgia de la Iglesia, cuando esta situación de desamparo de las
verdades de fe, ni siquiera se sospechaba. Pero ahí está, en boca de tantos
católicos que piden por él. Probablemente los que más la utilicen en su oración
a Dios sean los tristes, pelagianos, enjaulados y sin fe en el Espíritu Santo.
Dios sabrá por qué. Probablemente, porque sean de los pocos que todavía creen
en el Papa como Vicario de Cristo en la Tierra y sientan la responsabilidad de
recordárselo.
Así que ya ven ustedes. Sí que estoy muy
triste. Sólo Dios puede socorrer este desamparo.
Fray
Gerundio, 13 de Diciembre de 2013
Visto en http://tradiciondigital.es
Enviado a nuestra
página por Maite C
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Se confirma la línea que lleva.
ResponderBorrarVoy a poner lo que ya he expuesto en religiónenlibertad:
No sino otra de estas homilías que lleva a confusión, un discurso que intenta encasillar al tradicionalismo como gente de mal. Cuando las críticas a los curas vienen en su mayoría por parte de gente que le importa un pimiento ir a misa o no y ponen cualquier excusa para no ir. En cambio cuando escucho gente que ve que no se hacen las cosas bien y van a misa a diario, éstos excusan al cura (le presionarán algunos feligreses, tiene mucho trabajo porque hay pocos curas hoy etc..).
En fin Francisco sabe como meter goles y entre una homilía digamos buena y otra buena, mete un ataque directo para que haya lío.
Es lo que conocemos de Bergoglio los argentinos que lo padecíamos.
BorrarNo solo no cambió, sino que más bien hasta parece que lo de Argentina era una preparación para cuando en algún momento ocupe el lugar que hoy ocupa.
Hay que estar preparados porque esto es solo el principio. Como dijo la Virgen en Garabandal, hay que rezar, hacer penitencia, vivir sacramentalmente, pero antes hay que ser buenos.
Saludos en Cristo y María, amigo
Le doy gracias a Dios porque todavía queda en esta Iglesia Santa algun hombre de bien que hable con claridad de éstas cosas que por doquier va soltando el papa Francisco, que en la mayoría de los casos no solo no se ajustan a doctrina sino que son ofensivas para los que procuramos mantenernos fieles a la verdad. Yo tambien estoy muy triste y hasta cierto punto escandalizada, no tanto por las palabras del papa, sino por el silencio de las jerarquias a las que creia santas pero me han decepcionado. Podran decir en su defensa que es mejor callar para no escandalizar, pero si está en peligro la fé, es mejor el escándalo que faltar a la verdad.Me gustaría comunicarme con usted .Quisiera hacerle llegar un libro. ¿ Me podría facilitar una dirección ? Unidos en El Señor y con la esperanza de su pronta venida le saluda atentamente.
ResponderBorrarGracias por tus palabras de aliento Catalina.
BorrarSinceramente yo también espero que la jerarquía hable, pero tenemos casos más que honrosos como el del card. Burque que no es la primera vez que contradice a Bergoglio, con la prudencia que corresponde. Aquí el video que está en inglés de la entrevista recientemente dada http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Edq69fJLnXo
Te cuento que puedes comunicarte conmigo al email torchespin@gmail.com
Gracias por seguirnos, saludos y bendiciones.
alerta
ResponderBorrardejaron este comentario al respecto del Cardenal Burke en PC
Anónimo dijo...
El Papa Francisco ha retirado al Cardenal Burke (el cardenal de la Iglesia mas "conservador/tradicional" de la Conferencia Episcopal americana y en su lugar ha nombrado a un cardenal que CASTIGA A SACERDOTES QUE NO DAN LA COMUNION A HOMOSEXUALES QUE NO RENUNCIAN A SU PECADO Y A PRO-ABORTISTAS.
17 de diciembre de 2013 16:37