Revisando mis viejas carpetas, veo que se
acaba de cumplir un año desde que comencé a escribir esta columna. Las neuronas
se van desgastando, pero sobre todo se va desgastando el ánimo si se da un
repaso a todo lo escrito. Nunca pensé que ibamos a “avanzar” tanto en tan poco
tiempo. O dicho de forma negativa y sin segundas intenciones, nunca creí que el
destrozo producido en la Iglesia en estos doce meses, iba a dar tanto de sí.
Ya no me siento con fuerzas para seguir
comentando los discursos y homilías de Francisco; y en parte la culpa la tiene
él, porque ya ha empezado a repetirse en los discursos, mientras la carcoma va
rollendo muchos espacios eclesiales y resulta normal encontrar muchas almas que
ya respiran como él, a nivel de parroquia, de calle y de supermercado. Mientras
las masas andan idiotizadas -aunque también acabarán cansándose-, la política
del Papa sigue su curso. Y espero que nadie se escandalice si insisto en que es
un curso sinuoso y destructivo.
Hay algo que tengo bien claro, y pido perdón
a mis lectores y amigos por mi exabrupto: este Papa odia la Tradición. Y
entiendo aquí tradición, no en un sentido político, cultural o meramente
coloquial. Me refiero a la Tradición de
la Iglesia, que es algo sagrado porque es Fuente de Revelación, si se
atiende a lo que ha sido la doctrina de veinte siglos. La Tradición (como el
latín o el tomismo), fue odiada por Lutero y todos los reformadores de su
época, y la Tradición ha inspirado un odio mortal a todos sus epígonos. La
Tradición de la Iglesia que se iba conformando desde los primeros días del
cristianismo, fue motivo de violenta repulsión por el judaísmo que mató a
Jesucristo, y sigue provocando repugnancia en el judaísmo actual, con el que es
tan obsequioso Francisco. La Tradición de la Iglesia es blasfemamente repelida
por los nuevos católicos, que beben antes en las fuentes de teólogos y pastores
sin fe, que en la doctrina acumulada por siglos en la Iglesia.
Cualquier motivo es suficiente para pisotear
la Tradición, y de ahí tantos intentos más o menos disimulados de
neo-evangelizaciones y nuevas formas de acercarse a la cultura, o las
kasperianas malas artes para aproximarse a los problemas reales de la gente, haciendo una relectura (siempre
destructora) de la propia doctrina de la Iglesia.
Tradición odiada, Magisterio anterior
sibilina o descaradamente pisoteado (que de los dos hay), y pretensión agresiva
de acabar con todo lo que suene a ello, impidiendo cualquier manifestación a
favor. Esta situación que vivimos podríamos llamarla Dictadura de la Anti-Tradición,
y seguro que me quedo corto. Me río yo de la famosa -y ya olvidada- dictadura
del relativismo que tanto denunció el anterior Pontífice, ahora Joseph
Ratzinger –porque también es anti-tradición haberle llamado Papa Emérito-, a lo
largo de su breve pontificado.
Me han venido a la mente todos estos
pensamientos, no sin cierto malestar interior, mientras leía en mi celda el
sermón del primero de abril en Santa Marta. Notaba cierto odio en las palabras
que leía, y puedo asegurar que se me ha estremecido el ánimo cuando he
comprobado en
las imágenes que el tono, la expresión y el semblante de Francisco reflejan
exactamente eso. Claro que al sentir este miedo y comentarlo a mis novicios, se
han reído de mí una vez más, aunque indirectamente me daban la razón: Fray Gerundio, por Dios –me decían con
displicencia-, es que se trata precisamente de eso: hay que acabar con tantas
tradiciones que han adulterado el cristianismo. ¿Todavía no se ha dado usted
cuenta de que es el carisma y no la institución lo que quería Jesús de
Nazareth?
Así están las cosas. No ha sido un cambio de
estilo el de este Pontificado. Tampoco ha sido un mero contraste en los modos y
maneras con los anteriores Pontífices. Aunque en éstos últimos estén las raíces
de lo que ahora vivimos y vemos, es realmente un cambio revolucionario en el
sentido de que se ha replanteado, ahora ya con desenvoltura y atrevimiento, la
presentación de un catolicismo que deja voluntariamente de lado toda Tradición
eclesiástica, excluyendo como pasada de moda y extemporánea cualquier
consideración dogmática o moral, si no están en el contexto cultural y
existencial de los hombres de este siglo.
Por esta razón, puede el Papa igualar las tradiciones de los judíos,
que rechazaba y repudiaba Jesucristo, con las tradiciones venerables que vienen
de la Iglesia Católica y Apostólica. No es difícil ver en sus palabras ese
cierto malestar por lo que él llama formalismos.
Así como los judíos se aferraban a sus tradiciones, según nos dice el
Evangelio, también algunos cristianos (ya sabemos en quiénes está pensando
Francisco), se agarran a las suyas. Y por eso –dice él-, “tienen el pecado de
la pereza y del formalismo. Pereza porque no anuncian el evangelio y formalismo
porque se enrocan en tener en regla sus documentos, pero no dejan espacio para
la gracia”.
¿Quiénes son los que se fijan en que los
divorciados vueltos a casar no tienen sus documentos en regla? ¿Quiénes son los
que impiden que se pueda curar e impiden el acceso de la gracia? ¿Quiénes son
los que primero se fijan en el “no volver a pecar” y mientras tanto no
proporcionan la curación?
Adivinen ustedes quiénes son estos
hipócritas, tristes, formalistas, que cierran la puerta a la salvación, miren
la expresión del Pontífice cuando dice que tenemos muchos así en la Iglesia.
Para llevar la verdadera salvación, claro está, habrá que ser
neo-evangelizadores de comprensión existencial, y no hablar tanto del pecado.
Habrá que ser misericordioso y curar al enfermo en sus dolencias exteriores,
sin pensar tanto en la salvación de su alma.
Me gustaría dejarles los pasajes más
enjundiosos de este sermón dirigido a los de siempre, porque son los que le
molestan. Pero prefiero que ustedes mismos lo puedan leer
y ver,
si todavía les queda ánimo y fortaleza física para ello. Cada frase, cada
expresión, encierra como un cierto resentimiento que erosiona y despedaza el
corazón de los cristianos que se sienten abandonados y heridos. Para ellos no
hay misericordia.
Yo
por mi parte, voy a reflexionar si no será mejor intentar seguir con mi vida
religiosa tal como me la enseñaron, por la cual dieron la vida tantos y tantos
mártires a los que seguramente su formalismo les hizo pensar primero en la
salvación de las almas, y estar preocupados por tener su alma (el único documento
que llevamos a la otra vida), perfectamente en regla. Hoy día no entrarían tampoco en el catálogo
de los santos, porque serían proclamados oficialmente por el Sucesor de Pedro
como hipócritas y formalistas. Tengo que
olvidarme de esta nueva especie de presión machacona y persistente, que
se ejerce contra los que queremos ser fieles a la tradición de la Iglesia
Católica, Apostólica y Romana.
Tendré
que buscarme otros temas sobre los que escribir, antes de que se acaben de
replantear sobre nuevas bases, los cimientos del edificio que fue la Iglesia
Católica. Porque estamos viviendo sometidos a la Dictadura de la Anti-Tradición. Todo el que se aferre a ella
será perseguido, antes o después. Mientras que será premiado y enaltecido,
aquél que demuestre que en su corazón, anida el odio a todo lo que suene a
Tradición. Lutero estará contento.
Visto en:
http://tradiciondigital.es/
Agradecemos a Maite C
el habernos acercado el artículo.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Los argumentos en contra de Bergoglio que utiliza Fray Gerundio habitualmente son brillantes y conformes a la Verdad. No puedo por supuesto estar con él en que llame a Benedicto XVI, "el anterior Pontífice" cuando es el verdadero , el Papa actual. Y menos aún con lo que menciona al final "Tendré que buscarme otros temas sobre los que escribir, antes de que se acaben de replantear sobre nuevas bases, los cimientos del edificio que fue la Iglesia Católica." Los cimientos que son Jesucristo y sus enseñanzas mantenidas a través de la Tradición , jamás van a cambiar, y permanecen en el corazón de sólo unos pocos. Otra cosa es que las estructuras de la Iglesia estén, y vayan en el futuro a ser más aún utilizadas ,para expandir el espíritu del Anticristo que habla ya por la boca de Bergoglio. Recordar lo que decía el P. Castellani en "Cristo ¿vuelve o no vuelve?" sobre el tema:"El Espíritu Santo abandonará quizá este cuerpo social histórico, llamado Cristiandad, arrebatando consigo a la soledad más total a los suyos, dándoles dos alas de águila para volar al desierto. Y entonces la estructura temporal de la Iglesia existente será presa del Anticristo, fornicará con los reyes de la tierra - al menos una parte ostensible de ella, como pasó ya en su historia-, y la abominación de la desolación entrará en el lugar santo. "Cuando veáis la desolación abominable entrar adonde no debe, entonces ya es"
ResponderBorrarAsí está siendo formado el cuerpo místico del Anticristo, al que se refería el Arzobispo Fulton J. Sheen en "El comunismo y la conciencia de Occidente":
“El, (Satán) formará una contra-iglesia que será el mono de la iglesia, porque el diablo es el mono de Dios. Tendrá todas las características de la Iglesia, pero a la inversa y vaciadas de su contenido Divino. Será el cuerpo místico del Anticristo, tan parecido externamente al cuerpo místico de Cristo. Luego se verificará una paradoja : las mismas objeciones con que los hombres del último siglo rechazaron la iglesia, serán las razones por las que aceptarán la contra-iglesia.”
Por eso hay que salir de Roma, y a quien reconoce a Bergoglio como Papa, señalarle, que es inevitable formar parte del cuerpo del dragón si se obedece a su cabeza, por muchos artículos que se escriban en defensa de la Tradición.
Filomena de Pasamonte
Sergio Bergman @sergiobergman Seguir
BorrarSeguiremos fieles al camino que iniciara Juan XXIII, afirmara Pablo VI, profundizara Juan Pablo II y que hoy lidera nuestro Papa.
1:23 PM - 13 nov 2013
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http://statveritasblog.blogspot.com.ar/2013/11/rabino-bergman-profeta-del-concilio.html
Pobre padre éste Fray Gerundio. Lo comprendo y durísimo si tiene novicios a su cargo o alumnos. Si bien yo no soy nadie para hablar sobre un buen sacerdote, veo que está bien "rumbeado". El problema que tiene es que sigue sin aceptar que este hombre no es papa. Y que el Papa es Benedicto. Esto cada vez es más claro para la gente sencilla y bien intencionada. (No puede haber dos papas, excepto para los hombres y no creo que nadie dude que Benedicto es (o era!) el sucesor de Pedro).
ResponderBorrarFray Gerundio dice: "éste papa odia la Tradición". no se da cuenta que lo que está diciendo es: "este papa odia la Iglesia", que es la pura verdad y como la Iglesia se basa en la Escritura, la Tradición de la Iglesia y el Magisterio de la Iglesia, entonces está diciendo exactamente eso.
Y la hipocresía de Francisco con respecto a Benedicto. Lo llama el "abuelito" (horrible!) de la casa, el mismo que habló de la Dictadura del Relativismo, para luego hacer la apología del relativismo: "Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien." Me parece que a lo largo de los siglos la Iglesia Católica estableció ya claramente qué es el Bien y qué es el Mal, no?
Otra maravilla del "papa" Francisco: "Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser". Que dijo !!!??? Así habla un Papa??
Buenas tardes, respetable Fray Gerundio, debemos agradecer a Dios Nuestro Señor que aún queden personas dentro de la Iglesia que ven con claridad lo que sucede en estos días de obscuridad, no ceda por favor, no se canse de decir y escribir cuantas veces sea necesario la verdad. Como católico laico (de la calle) sin mayor conocimiento teológico o religioso, puedo observar lo siniestro de los acontecimientos, desde el momento mismo que el nuevo "papa" dijese -que Dios los perdone por lo que acaban de hacer-, daba señal inconfundible de que ese nuevo "papa" venido del fin del mundo, sería quizás el fin de nuestra Santa Iglesia. La cual está condenada a pagar por sus mismos errores de este último medio siglo.
ResponderBorrarLa suerte está echada, no obstante, debemos seguir confiando en la promesa de Nuestro Señor Jesucristo de estar siempre con su Iglesia,¡es la única arma que tenemos, pero tampoco las hay mejores!.
Pidamos a Dios Nuestro Señor y María Santísima que ilumine las mentes y los corazones de muchos católicos para que sepamos mantenernos fieles hasta el fin, pero para eso necesitamos de religiosos como Usted y muchos mas que puedan encabezar al pueblo.
En mi país (México) me gustaría tener noticia de gente como usted, pareciese que todo pasa en un suave arrullo, como la historia de las ranas en agua tibia, hasta que mueren sin haberse dado cuenta. El tiempo no se detiene y las insidias del enemigo menos aún. Debemos luchas por la verdad en nuestra Iglesia, con la firme voluntad de triunfar o morir.
Lo necesita la Iglesia, siga hasta el fin y muchos lo seguiremos, ¡que Dios lo guarde para la vida eterna!
Enhora buena por su pagina que acabo de descubrir. Veo que hay mas gente despierta de lo que parece.
ResponderBorrarNo se si conoce a MDM, que es la ultima profeta de Dios. Sus mensajes que no cesaran hasta el fin y nos guían a Su Iglesia remanente están en www.elgranaviso-mensajes.com Jesús da aquí, oraciones que pide se hagan diariamente con las que salvara a muchas almas. También pide que se hagan grupos de cruzada de oración. En el sitio se nos une con los grupos ya formados.
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