Ellos
NO fueron Neutrales
“Los copos caen
blandamente, cegando el mirar, posándose en leve vuelo sobre su cabeza desnuda.
Pero él no se mueve.
Está – tan quieto y
silencioso – rezando junto a una tumba.
Es un sacerdote de la División Azul”
(Manuel Pombo Angulo)
La
gesta de la División de Voluntarios Españoles, más conocida como la División
Azul es bastante difundida y su historia muy buscada por quienes ven en
aquellos hombres lo mejor de la estirpe española y católica. A pesar de haber
tenido una presencia muy activa en la Campaña de Rusia, no les alcanzó al menos
todavía, la demoledora campaña de mentiras, multiplicando hasta el paroxismo las
inconductas en que incurrieron unidades alemanas. Más aún, en los tiempos que
corren han crecido de modo exponencial los libros y artículos que se refieren a
esta legendaria división de voluntarios. Como si las nuevas generaciones
cansadas de la mediocridad y de la avaricia humana necesitasen abrevar en el
cántaro soberbio de estos héroes que, luego de una sangrienta guerra de tres
años, empuñaron nuevamente las armas y marcharon a la lejana Rusia a luchar y
morid por Dios y por España.
Como dijo el entonces Ministro del Interior
de España, Serrano Suñer – todavía cercano a Franco -, dirigiéndose a una
multitud que clamaba tomar parte por Alemania en la lucha contra Rusia: “Rusia
es Culpable”. En realidad no era la verdadera Rusia la culpable, sino la Rusia
infectada por el marxismo. Esa Rusia era culpable. Era culpable de haber
arrasado cerda de diez naciones, argumentando el pacto Molotov-Ribbetropp; era
culpable de estar esperando el desgaste alemán para atacar sorpresivamente,
pero, mucho antes, fue culpable de desangrar España en una lucha fratricida y
de trocar todo su odio en persecución y muerte hacia sacerdotes y religiosas.
¡Era culpable de haber ametrallado a Cristo!
Sin embargo, la Campaña de Rusia o Campaña
del Este, esa que hizo “al mundo contener el aliento”, no fue llevada a cabo exclusivamente
por los alemanes con la sola ayuda de los españoles. Hubo divisiones y unidades
menores – y no tan menores, con representantes de prácticamente toda Europa:
franceses, ingleses, noruegos, italianos, rumanos, croatas, belgas, rusos, etc.
Conformaron otras tantas unidades de batalla incorporadas al mando centralizado
de las “Waffen SS…"
Pero volvamos a España, 18.000 voluntarios,
bajo el mando del General Muñoz Grandes – más tarde reemplazado por el General
Esteban Infantes -, varios coroneles, oficiales y suboficiales del ejército
marcharon hacia Alemania. Eran 18.000 almas – en su mayoría voluntarios
falangistas – las que integraron el primer contingente y junto a ellos
marchaban, de uniforme y cara al sol, 22 capellanes del Cuerpo Eclesiástico
Militar. Estos capellanes tenían estado militar, varios con el grado de
coroneles y capitanes y habían cumplido su sagrado ministerio en Marruecos y, por
supuesto, en la Guerra Civil. También ellos fueron voluntarios; la Fe y el amor
a España corrían generosas por sus venas.
En verdad es mucha la literatura que ha
corrido sobre la División Azul, no puede sostenerse lo mismo de sus capellanes,
como en general hay muy poco escrito de los sacerdotes que asistieron a los
diversos ejércitos en la contienda. El día que se narre esa realidad y la
trascendencia que adquirió, muchos se verán sorprendidos y muchas más tendrán
que dar explicaciones sobre anteriores dichos. Quizás, parafraseando al
Generalísimo Franco: “ya esté madura esa breva”.
Hace ya un año se publicó en España un libro
titulado “Los Capellanes de la División
Azul”, que ha sido el fruto del esfuerzo investigativo de Pablo Sagarra
Renedo, quien ya había elaborado diversos artículos sobre el tema y su tesis
doctoral. Estos trabajos nos han impulsado a estas breves líneas y de ellos
hemos tomado varias consideraciones…
Cada unidad de división empeñada en combate
contó con la invalorable asistencia de un capellán. En casos extremos, un mismo
sacerdote debió atender a la vez a dos unidades, corriendo de un frente a otro.
En la primera línea de fuego, en la trinchera, en el barro de la avanzada, en
cada hospital de campaña, con sus uniformes desgarrados como el peor legionario
y sus manos inquietas por la acción de los piojos, estaban presentes
consolando, administrando la Eucaristía, la Penitencia y, muchas veces, la
Extremaunción.
Trae Sagarra anécdotas muy ejemplificativa de
lo que eran esos hombres de Dios: “Tal el
caso de don Indalecio Hernández Collantes, viejo luchador en Marruecos, primero,
y en nuestra Cruzada después, hubo de interrumpir la misa que celebraba cuando
ya la metralla roja había herido a alguno de nuestros camaradas”. En otra
oportunidad, encontrándose fumando en una trinchera cuando una ráfaga del
enemigo le cortó el cigarro que tenía en la boca, respondió con la mayor
tranquilidad: “Los rusos quieren quitarme
el vicio de fumar”.
Los capellanes españoles fueron verdaderos
soldados y pastores que, en una suma total de setenta, recorrieron un y mil veces
el frente ruso bajo las peores condiciones de lucha y a veces en un invierno
que helaba la sangre. De ellos, dos murieron y seis fueron heridos. Al menos seis
Cruces de Hierro y varias medallas de Asalto de Infantería, dan cuenta del
reconocimiento alemán…
Ellos no portaron armas, pero portaban a la
Verdad y llevaron a quienes la necesitaban, algo tan simple y tan grande como
los Sacramentos de la verdadera Fe. Ellos no fueron neutrales, ni políticamente
correctos, ni practicaron ecumenismo o ritos interreligiosos; pero tampoco
tuvieron necesidad de pedir perdón alguno; porque no pide perdón quien obra por
mandato expreso de Cristo Rey y María Reina.
Pues bien, casi como una muerte anunciada,
ese heroico Cuerpo Eclesiástico, al que tanto le supo deber España, fue eliminado
por el perverso pelafustan de Zapatero en el año 1990. El marxismo, vencido en
el campo de batalla en 1939, se tomaba venganza en las sórdidas oficinas
gubernamentales de una España sombría y decadente.
Pero cercada por el estiércol de esta España
en tinieblas, está la España Imperial que quiere renacer y no olvida a sus
50.000 hombres que integraron a lo largo de tres años la División Azul. Muchos
no aceptaron ser repatriados a España y decidieron seguir combatiendo bajo la
denominada Legión Azul, hasta caer prisioneros de Rusia y pasar diez años de
trabajos forzados en los campos soviéticos. Más de 5.000 voluntarios militares,
falangistas o requetés abonaron con su sangre la tierra rusa. Los
sobrevivientes, los que volvieron a la Patria, laicos y sacerdotes, pero
soldados todos, llevaban en sus oídos la última arenga de su primer jefe el
General Muñoz Grandes: “Cuando regreséis
a España y nuestras gentes se os acerquen con el natural afán de saber de
vuestra vida en Rusia, jamás les habléis de vuestras propias heroicidades, sino
de las gloriosas hazañas que realizaron los que aquí han muerto para que España
viva”.
¡Arriba España!
Revista Cabildo – 3°
Epoca – Año XV – N°107 - Enero-Febrero 2014
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Poco podemos decir, que sea verdaderamente digno de la memoria de estos gigantes. Hombres verdaderamente de hierro con un corazón de carne, que ardiendo de amor latía. Que gran contraste con el mundo de hoy, al perderse la guerra parece también que se perdieron los valores cristianos, aún nuestra iglesia se deslinda de estos héroes y de esa cruzada formidable. Hoy se nos trata de imponer la paz a toda costa, aún a costa de nuestra Fe. ¿Quedarán en nuestros días voluntarios para una nueva División azul? La razón parece decir que no, pero el espíritu clama Esperanza.
ResponderBorrarDios Nuestro Señor tenga en su Gloria, a todos estos valientes que fueron a hacer frente al gran Dragón y nos envíe cada vez mas vocaciones verdaderamente cristianas civiles y militares. Debemos enseñar contra corriente, contra los razonamientos del mundo, orando y no darnos por vencidos. Podemos verlo, que es hoy de Zapatero, polvo, triste recuerdo, un país en ruinas que clama justicia, no hay honor, ni honra en el. Que enorme contraste. Sintámonos orgullosos de nuestro pasado y convicciones presentes, se peleó por lo justo con los mejores hombres de toda Europa y el mundo, el Nacional Socialismo sigue vivo y seguirá por ser cristiano, sigue siendo la tercera alternativa, y tarde o temprano el mundo se dará cuenta de ello, como los sabe el judío-masón, por eso nos temen.
¡Viva Cristo Rey!
Hay un error en la redacción del texto. El masón Rodríguez Zapatero, probablemente el dirigente español más nefasto y malvado desde Fernando VII, ocupa la Moncloa en 2004, no en 1990. Por lo demás felicito al autor por este artículo. Y Arriba España!
ResponderBorrarUh esa svástica en el escudo ¿que significa?
ResponderBorrarEra el emblema oficial de la wermach en aquel entonces.
Borrar¿nacional socialismo es cristiano? mmmm.....ya lo dijo un Papa que el comunismo es intrínsecamente perverso, asi que el socialismo no está muy lejos de eso, tiene la misma raíz.
ResponderBorrar"Las inconductas en que incurrieron unidades alemanas", si no al menos un elemental análisis de quién se tenía al lado, debieron haber llevado a estos capellanes españoles a preguntarse si era lícito, como católicos, apoyar la causa alemana (nazi). En tal caso, creo que la respuesta debería haber sido negativa. El hecho de que fuera para ir en contra de Rusia (comunista), al menos a mi entender, no lo justifica. El fin no justifica los medios. La esvástica en el escudo es demasiado significativa para ser minimizada...
ResponderBorrarAl referirse el artículo a las "inconductas" también dice que junto con las mentiras, se multiplicaron hasta el paroxismo.
BorrarSi usted considera que la svastica es sinónimo de satanismo o que Hitler estaba poseído por el mismísimo Satanás, entonces le sugiero que no se deje instruir por las películas propagandísticas de Hollywood y estudie de buenos autores la realidad de la Segunda Guerra Mundial.
Este conflicto fue promovido por Inglaterra y EEUU con el solo objetivo de extender el comunismo en medio planeta. Si quiere respuestas a todas las mentiras que el 99% de la gente cree como dogmas históricos le puedo recomendar muchos libros que incluso puede encontrar en formato digital, pero para respuestas rápidas, le sugiero la enciclopedia METAPEDIA.
Augusto, soy el mismo anónimo anterior. No estoy hablando de satanismo, lo que estoy diciendo es que el escudo de la División Azul simboliza una adhesión no solo a una "causa anticomunista", sino directamente a una causa nazi. Causa nazi que fue condenada por la Iglesia ("Mit Brennender Sorge"). Y seguramente, como en toda guerra, hay factores oscuros que permanecen ocultos, e Inglaterra y USA nunca son inocentes justicieros, pero no creo que Inglaterra y USA les hayan dicho a los nazis que incurrieran en esas "inconductas". Un saludo.
BorrarAugusto, el nazismo si es de satanas ("partido nacional socialista")
BorrarHola ya han leído la encíclica Mit Brennender Sorge?...pregunto dice allí que condena al Naciónal Socislista o condena a Adolfo Hitler?...
BorrarHan leído la tal Enciclica..?
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