El 8 de septiembre de 1957 ante «los maravillosos progresos técnicos, de que
se glorían nuestros tiempos» el Papa Pío XII firmaba la encíclica sobre el cine, la radio y la televisión, y ponía de
relieve que éstos «son primariamente dones de Dios,
Creador del hombre e inspirador de toda buena obra» (cf. Encíclica
Miranda prorsus). En los medios de comunicación social encuentra la Iglesia
«una versión moderna y eficaz del "púlpito". Gracias a ellos
puede hablar a las masas»… «Sin embargo,
el empleo de los medios de comunicación social en la evangelización supone casi
un desafío: el mensaje evangélico deberá, sí, llegar, a través de ellos, a las
muchedumbres, pero con capacidad para penetrar en las conciencias, para posarse
en el corazón de cada hombre en particular, con todo lo que éste tiene de
singular y personal, y con capacidad para suscitar en favor suyo una adhesión y
un compromiso verdaderamente personal» (Evangelii
nuntiandi, 45).
Quién hubiera pensado en las grandes
posibilidades que nos daría Internet para la evangelización:
«Los que han predicado el Evangelio antes que
nosotros jamás hubieran podido imaginar una audiencia tan vasta» (Juan Pablo II, 27-5-2001).
Empero,
«en el mundo de los medios de comunicación
social, las dificultades intrínsecas de la comunicación frecuentemente se
agigantan a causa de la ideología, del deseo de ganancia y de control político,
de las rivalidades y conflictos entre grupos, y otros males sociales. Los
valores y principios morales valen también para el sector de las comunicaciones
sociales» (Compendio de la DSI, 416).
El prácticamente casi ilimitado acceso del
público a Internet se ha convertido en un arma de doble filo, tanto por el contenido de la comunicación (el
mensaje), cuanto por su proceso
(cómo se realiza la comunicación). Si bien sirve
«a la causa de la religión. A pesar de ello,
esta medalla tiene su reverso: los medios de comunicación, que pueden usarse
para el bien de las personas y las comunidades, también pueden usarse para
explotarlas, manipularlas, dominarlas y corromperlas» (Etica en Internet, Pontificio consejo para las comunicaciones
sociales).
En la Red se hace gala de coprolalia, arrogancia, descalificación y
ataque, también lamentablemente en páginas
«católicas». Es muy curioso que quienes suavizan las palabras duras del
Evangelio para evangelizar, usan palabras brutales para insultar a quienes no
comparten sus teologías. Hay quienes no permiten ni la más respetuosa crítica a
sus posturas, y eliminan los comentarios o responden acremente, los hay tanto
entre quienes quieren un retorno al pasado así como entre quienes piensan que
ni siquiera hemos tocado el presente.
En mi experiencia he podido encontrar alguna
página en la que varios de sus escritores tienen el mismo estilo agresivo y
torpe, de mucha habilidad para la redacción pero de una absoluta carencia de
mínima humildad. Y hasta en un canal televisivo de amplia cobertura
internacional, uno de sus más conspicuos comentaristas con frecuencia escribe
mensajes agresivos en su cuenta de twitter, con una absoluta carencia de
humildad. Se puede estar en desacuerdo con otros, pero se han de cuidar las
formas de defender la verdad, y de responder.
«Se hiere para “tocar”, “impactar” al otro,
lastimándolo. Propio de personas autoritarias, dominantes, déspotas, seguras de
que pueden “tocar” al otro, porque éste no posee la misma autoridad o derecho
para replicar… Para gozar de aquello que se dice: satisfaciendo la antipatía y
el odio acumulados; liberando la envidia, los celos, y muchos otros
sentimientos de rencor y venganza. Personas con complejo de inferioridad,
envidiosas y susceptibles entran fácilmente en esta categoría» (Hábitos y actitudes. Cuando
la palabra hiere, Dr. Ricardo Castañón).
De la actuación de Jesús podemos concluir que
el mayor pecado ante Dios es la soberbia. Esa equiparación del hombre a Dios
como si fueran iguales, ese desprecio de los mandamientos divinos como si no
obligaran a todos, esa actitud de quien se cree superior a los demás y actúa
con una falsa superioridad ante los otros. La soberbia es un enfrentamiento con
Dios cuyo dominio no se quiere admitir, y cuya omnipotencia se niega.
Primer pecado es de soberbia, puesto que Adán
y Eva anhelan ser tanto como Dios según la ofrenda de la serpiente. Jesús
derrama una ironía corrosiva en la descripción del soberbio en la parábola del
fariseo y del publicano. Oigamos al mismo Jesús: «Dos hombres subieron al Templo a orar, uno
era fariseo y el otro publicano. El
fariseo de pie oraba en su interior de esta manera: “Oh Dios te doy gracias
porque no soy como los demás hombres que son ladrones, adúlteros, injustos, o
como ese miserable publicano que está allá oculto, yo ayuno dos veces por
semana, doy la décima parte de rodo lo que tengo. El publicano en cambio, se
quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho diciendo: Dios mío ten piedad de mí que soy un pecador. Yo
les digo que el publicano fue perdonado, pero no el fariseo, porque todo hombre
que se hace grande será humillado y el que se humille será hecho grande».
La crítica de Jesús es irónica y pretende
ridiculizar los detalles de la soberbia: colocarse
en un lugar visible para todos, considerarse superior a todos los demás que
para él son imperfectos y viciosos, gloriarse de sus buenas obras inficionadas
por la vanidad, y condena abiertamente al soberbio, quien en su plegaria,
en lugar de acumular méritos, sumó muchos pecados de soberbia y desprecio a los
demás.
Jesús es misericordioso con otros pecadores,
perdona a la adúltera, a la prostituta, a la samaritana, comprende que se trata
de debilidades naturales que han superado la voluntad de las personas, en
cambio el soberbio está enfermo en su personalidad, en su mente, en su armonía
con los demás. En su supervaloración ante Dios, su pecado es consecuencia de un
frío planteamiento que va engendrando una falsa superioridad, por eso las
condenaciones más graves de Cristo se dirigen a la soberbia de los fariseos que
se creían ejemplares observantes de la Ley, mientras permanecían podridos por
dentro, como gusaneras de los sepulcros, les llama hipócritas, torpes y ciegos,
guías ciegos que cuelan un mosquito pero se tragan un camello, raza de víboras.
Al detallar las condiciones para el perdón
personificadas en el hijo pródigo, Jesús acentuará todo lo que es contrario a
la soberbia, es decir, el reconocimiento de las propias debilidades, la
dolorosa confesión de sus faltas, la humillación para pedir perdón y la
confianza en la bondad ajena, sobre todo de la bondad y misericordia divinas.
Nota
de NCSJB: Les brindamos en el siguiente link http://es.gloria.tv/?media=557459
algunos ejemplos de la forma de “misericordear” de Alejandro Bermudez, director
de ACIPRENSA y conductor de EWTN.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
13 de mayo 2014 PADRE SANTIAGO MARTIN de EWTN DE FRANCISCANOS DE MARIA HABLA DE CISMA Y DEL CONCEPTO MENTIROSO DE MISERICORDIA. LE pega directo y habla de Francisco.http://youtu.be/6brndctJ1Hw
ResponderBorrarRecopilacion de 1 año Video FRANCISCO Y APOSTASIA DE LA FE http://youtu.be/dIRE5G_nxEA
VIDEO COMPLETO FRANCISCO Y APOSTASIA http://youtu.be/QfoDDmgxjp4
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