domingo, 15 de junio de 2014

San Antonio de Padua y el Confesionario



  Antonio, el sacerdote pasaba largas horas en el confesionario. Allí se encontraba cara a cara con tristes y extraños problemas de todo tipo.

  A un penitente en particular, la pasó que, cuando se arrodilló a los pies de este joven sacerdote franciscano, fue incapaz de confesar sus pecados. El dolor que llenaba su corazón era tan grande que simplemente no podía hablar. Antonio leyó en su corazón y supo que estaba sinceramente arrepentido así que le dijo al hombre: "Vete a tu casa, escribe tus pecados en un pedazo de papel, y tráeme el papel". El hombre así lo hizo. Antonio le mandó leer la lista. Obediente, el penitente comenzó con el primero. Para su asombro, vio que, tan pronto como lo nombraba, el nombre de cada pecado desaparecía del papel. Y así continuó. Cuando el último pecado había sido confesado, el papel estaba perfectamente blanco.


 Fuente: http://www.stanthony.org/
Agradecemos a Moises Octavio por acercarnos el relato


Nacionalismo Católico San Juan Bautista

1 comentario:

  1. Que hermosas las historias de los verdaderos santos. No como las de los beatruchos que le sanan un supuesto parkinson a una supuesta monja.......

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