Hoy
celebramos la fiesta de Cristo Rey, fiesta de primera clase. Cristo delante de
Pilatos afirmó tres veces que Él era Rey, en el mismo sentido que lo entendía
Pilatos. “Luego en definitiva ¿Tú eres
Rey? – Tú lo has dicho; o sea “estás en lo cierto”. Es cierto que le dijo: “Mi
Reino no es de aquí”; pero no dijo: “mi Reino no está aquí”. Usó el adverbio “hinc”
que indica movimiento y no existe en castellano: existe en alemán. Ese adverbio
“hinc” significaba tres cosas juntas: “Mi reino no procede de este mundo; mi
Reino está en este mundo; mi Reino va deste mundo al otro Reino”.
Es
un “pobre Rey” aparentemente, que hoy día no reina mucho, puesto que si
reinara, el mundo andaría mejor. Una gran parte del mundo ni siquiera lo
conoce; otra parte lo conoce y reniega dél, como los judíos: “Nolumus Hunc regnare super nos” – no queremos
que Éste reine sobre nosotros; finalmente otra parte lo reconoce en las
palabras y lo niega prácticamente en los hechos; que somos los cristianos
cobardes. Pero hay esto que también notó Cristo: que si a un Rey se le sublevan
los vasallos, no deja de ser Rey mientras conserve el poder de castigarlos y
avasallarlos de nuevo. Si no tiene ese poder, es otra cosa. Y así hoy los herejes
modernistas admiten que Cristo es Rey “en cierto sentido”, pero niegan la
Segunda Venida de Cristo. Entonces sí, sería un pobre Rey. Los modernistas, o
cambian enteramente el sentido de la Parusía, convirtiéndola en OTRA COSA (como
Teilhard de Chardin) o bien dicen que vendrá dentro de 18 millones de años –
que es como decir “nunca”.
Pio
XI instituyó la fiesta de Cristo Rey contra el “Liberalismo”; justamente el
Liberalismo es una especie de cobardía. El liberalismo niega la Reyecía de Cristo,
su poder de derecho sobre la sociedad humana. Esta actual herejía cristiana es
complicada, tiene como tres secciones, Liberalismo económico, Liberalismo
político y Liberalismo religioso; y parecería que no son tan malos, y que el
Liberalismo económico no tiene nada que ver con la religión, es un sistema
económico; pero no es así, porque ese sistema se basa en la idea teológica
herética de que “el hombre es naturalmente bueno, es la sociedad la que lo hace
malo”; por tanto, dando libertad omnímoda a todo hombre (y en lo económico, al
contrario, al comercio y al capital), el hombre se vuelve automáticamente
buenito, bueno, más bueno, buenísimo y santo. Niega pues la elevación del
hombre al estado sobrenatural, la caída del hombre, y la necesidad de la
redención del hombre. Nada menos. Y con eso niega la Reyecía de Cristo…
El
liberalismo eliminó la Reyecía de Cristo diciendo una cosa inocente: que la
religión era un asunto privado, que por tano las naciones debían respetar todas
las religiones y que la Iglesia no debía meterse en camisa de once varas – o sea
en asuntos públicos. El gran filósofo alemán Josef Pieper observa que si
hacemos a Dios un asunto privado (un asunto del interior de la conciencia de
cada uno), por el mismo caso hacemos Dios al Estado y a Jesucristo y al Padre
Eterno lo convertimos en subdioses.
En efecto, el Estado es un asunto público, y por tanto, la religión es inferior y debe
someterse a él, puesto que lo público es muy superior a lo privado, y lo
privado debe sometérsele. En efecto, la Historia mostró pronto que el “laicismo
liberal”, - era en realidad verdadera hostilidad; y acaba por deificar,
divinizar al Estado; lo cual pronto se organizó en sistema filosófico
monstruoso e idolátrico: la “estatolatría”, el sistema de Hegel y de Carlos
Marx.
No
tengo tiempo de hablar sobre la otra herejía que niega la Reyecía de Cristo
quizás más radicalmente; el modernismo que nació del liberalismo; y es la
herejía novísima, que está luchando ahora en el seno del Concilio Ecuménico.
Debo decir algo sobre los malos soldados del Rey Cristo, es decir, los cristianos cobardes. Nada aborrece tanto
a un Rey como la cobardía en sus soldados; si sus soldados son cobardes, el Rey
está listo.
No
hacen honor al Rey Cristo los cristianos que tienen una especie de complejo de
inferioridad de ser cristianos. ¿Qué cristiano será un un católico Ministro de
Educación que entrega la Universidad Argentina a los comunistas por ejemplo? ¿O dos gobernantes católicos que van a buscar justamente a un escritor ateo y
blasfemo, enemigo de Cristo, para ponerlo de Director de la Biblioteca
Nacional (J.L. Borges), y así mostrarse magnánimos? Si ese escritor
anticristiano fuese el más competente, más apto que cualquier católico, podría
quizás justificarse la cosa diciendo: “No hay que mirar la religión, hay que
mirar la competencia”. Pero de hecho se dio el caso que el elegido era
incompetente, poco competente, menos competente que muchos otros: la única
ventaja que le sacaba a los otros era el ser impío. Un profesor de La Plata me
dijo: “El ser izquierdista paga dividendos; porque al izquierdista lo ayudan
los izquierdistas y los ayudan los católicos, por “magnanimidad”. Lo católicos
reservan sus iras y sus ganas de luchar para sus hermanos en religión”.
No
tanto como eso: aquí en la Argentina será cobardía, pero es más bien una buena
dosis de bobería. Una señora me preguntó: “¿Cómo es posible que Fulano, que es
católico y dueño de la revista Tal y Cual haya puesto de director a un
izquierdista, que le está arruinando la revista?” Yo le dije: “Señora, los
católicos ponen en altos puestos a los izquierdistas, aunque sean
incompetentes, para ¡convertirlos!”.
No
en balde el pecado de San Pedro fue la cobardía. Cristo reprendió de “cobardes”
a los Apóstoles durante la Tempestead; y sintió tanto la cobardía de San Pedro
que le obligó a arrepentirse públicamente. “Pedro – le dijo con ironía - ¿me
amas tú más que todos estotros?”, porque Pedro antes del pecado había dicho “¡Aunque
todos éstos te abandonen, yo no te abandonaré!” Pedro se guardó muy bien de
repetir su bravata y decir: “Sí, te amo más que todos éstos!”, aunque puede que
entonces fuese verdad. Dijo humildemente: “Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes
que yo te amo…” – punto.
Para
que Cristo sea realmente Rey, por lo menos en nosotros, hemos de vencer el
miedo, la cobardía, la pusilanimidad; no ser “hombres para poco”, como decía
Santa Teresa, y ¡pobre de aquél a quien ella se lo aplicaba! ¿Y cómo podemos
vencer al miedo? ¡El miedo es un gigante!
“¿Os olvidasteis que Yo estaba con vosotros?”
Leonardo Castellani Th. D - Domingueras Prédicas - Ed. Jauja - 1997 - Págs- 327-332.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Viva Cristo Rey!.
ResponderBorrarCASTELLANI,EL VERDADERO PAPA ARGENTINO!!!! (andrea)
ResponderBorrarCastellani fue sacerdote no papa señora no se burle.
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