Homilía
del 7 de Diciembre de 2014 - II
Domingo de Adviento
Mateo 11: 2-10
"La valentía de
Juan y la cobardía de muchos pastores"
Juan el Bautista se atreve a enfrentarse con
los poderes fácticos a riesgo de perder su propia vida. Hoy día el pueblo fiel
añora esa figura valiente de los pastores que acusen y declaren los males
morales de la situación actual en defensa de la fe. Sin figuras como la de él,
la Iglesia nunca podrá salir de la crisis en la que está sumida. Tal vez sería
necesario que el pueblo fiel pidiera más a Dios que mandara apóstoles valientes
para su Iglesia.
Recordemos la figura de San Atanasio, quien
en el siglo III luchó valientemente contra el Arrianismo que había invadido la
Iglesia. Él personalmente, fue desprovisto de su sede hasta cuatro veces; y
también sufrió encarcelamiento.
Esa actitud de defensa de la fe, en lugar de
buscar los aplausos es lo que hemos de pedirle a Dios.
Los pastores han de hablar, no para
satisfacer a la audiencia. Recordemos las palabras de San Pablo (Gal 1,10):
"¿Busco yo la aprobación de los hombres o la de Dios? Si pretendiera
agradar a los hombres, ya no agradaría a Dios".
Hay pastores que están envenenando a la
Iglesia y causando la apostasía universal. No se predica la fe, el evangelio.
No se habla del pecado, del arrepentimiento, de la conversión. "Ellos son
del mundo, por eso el mundo les escucha". Hoy día se exalta desde la misma
Iglesia el pecado, doctrinas contrarias a nuestra fe y que son incluso
diabólicas.
San Pablo nos dice: "Porque nosotros no
somos como tantos otros que adulteran la Palabra de Dios, sino que al
contrario, nosotros hablamos en Cristo".
Jeremías nos dice también (Jer 10,21):
"Los pastores se han vuelto necios y no han buscado al Señor, por eso han
fracasado y todo el rebaño se ha dispersado".
Hoy día se habla de ponerse al día con las
nuevas corrientes del mundo; algo así como si pudiéramos legitimar el pecado.
¿Es que el bien y el mal han cambiado? No podemos convertir el pecado en
virtud. Eso es diabólico.
2.-
Las dudas de Juan el Bautista cuando se encontraba preso en la fortaleza de
Maqueronte. Ese mismo Bautista que había visto venir al Espíritu Santo sobre la
cabeza de Cristo, ahora se debate en un mar de dudas. ¡Qué cosa más humana!
Hasta el mismo Señor pidió al Padre se apartara el cáliz (si esa era su
voluntad). Ante esas dudas Jesús le responde a los enviados de Juan:
"Decidle a Juan que los cojos andan, los ciegos ven... y a los pobres son
evangelizados... " "Y dichoso aquél que no se escandaliza de
mi".
3.-
A un hombre se le juzga como al árbol, por sus frutos (palabras y acciones). No
hagáis caso a aquellos que profetizan en contra de Cristo. No podemos
considerar como verdad a aquel que diga que "todos se salvan"; pues
el mismo Dios nos dice "Voy a dar a cada uno según sus obras". No nos
dejemos llevar por doctrinas extrañas.
4.-
En la lista que ofrece Jesús a los enviados de Juan para probar quién era Él
aparece: "y los pobres son evangelizados". Este argumento es para
Cristo definitivo para probar quién es Él. En la vida cristiana los pobres
ocupan un lugar central. Cristo llama bienaventurados a los pobres; pero a los
pobres tal como Él lo entiende; y no como lo pregona el marxismo. "Cuando
hagáis un banquete llamad a los pobres...". Jesús nunca hizo demagogia de
la pobreza. Hacer eso es traicionar a Cristo. Para Cristo, pobre, es todo aquél
que sufre. Judas fue el primero en hacer política de la pobreza cuando se quejó
del mal uso que se había hecho de una cantidad de dinero para comprar perfume
para enjugar los pies de Cristo. Jesús fue el primero de los pobres. No tenía
ni dónde reclinar la cabeza, nació en un pesebre y murió en una cruz; pero nunca
despreció a los ricos (Zaqueo: "Hoy ha entrado la salvación a esta
casa"). El cristianismo no podría subsistir sin los pobres ("a los
pobres siempre los tendréis con vosotros"). Nuestro sufrimiento y nuestra
pobreza se convierten en gloriosos gracias a Cristo. Es por ello, que convertir
la pobreza en demagogia en una traición.
Sí
es verdad que no todos los hombres son pobres, pues están los
"chupasangres", los que viven a costa de los demás. Pero para estos
tiene el Señor también palabras: "más fácil es para un camello pasar por
el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos"
La
teología de la liberación fue el mayor mazazo que el cristianismo recibió en su
existencia.. Convirtió la pobreza cristiana en lucha social. Y éste es el mayor
engaño en el que los cristianos de hoy nos hemos dejado embaucar. La verdadera
pobreza va siempre acompañada de amor y no de odio.
5.-
Y también se desprende del evangelio de hoy la necesidad de la evangelización
("y los pobre son evangelizados").El apóstol no puede mantenerse
indiferente pensando que cualquier religión o doctrina basta para la salvación.
Pero tengamos confianza porque Dios mandará
buenos pastores.
Padre
Alfonso Gálvez Morillas
Visto
en: http://www.alfonsogalvez.com/
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
En mucho estoy de acuerdo a excepción de una. Pues el tiempo de los pastores ya pasó, el que cayó, Cayó y el que hablo, hablo… ahora son hoces lo que hacen falta, pues mucha es la paja.
ResponderBorrarDIOS, PATRIA Y REY
SI bien tenemos que rezar por esos buenos pastores que aún necesitamos, también creo que es más bien el tiempo de la siega.
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