Entonces, ¿Basta de
apologética?
Homilía del Papa Francisco sobre el ecumenismo
El 25 de enero, como de costumbre, acaeció la
celebración de las II Vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros conducida
por el Papa con el fin de marcar el final de la Semana de Oración por la Unidad
de los Cristianos (enero 18-25).
La homilía
de Francisco por las II Vísperas de este año ha sido una reiteración de los
anteriores mensajes post-conciliares papales sobre el ecumenismo (incluyendo la
denuncia de “proselitismo”), pero esta vez contiene dos elementos nuevos: una
llamada explícita a rechazar no sólo la actitud “polémica”, sino también la
“apologética” con una disculpa pública y formal incluida, más un rechazo por
los debates teológicos sobre cuestiones controvertidas a favor de un ecumenismo
basado principalmente en la cooperación y el “encuentro”. (Debe tenerse en
cuenta que la congregación en estas Vísperas en particular incluyó a
representantes de las confesiones ortodoxas y protestantes.)
Vale la pena destacar que Francisco describe
los debates teológicos entre los diferentes grupos cristianos como “discusiones
teóricas sutiles”, acerca de diversas “opiniones”, como si las divisiones
doctrinales ocurridas en la Iglesia se hubieran fundamentado en meras
cuestiones de opinión.
Confiamos en que los sospechosos de siempre
no vayan a tratar de hacer “apologética” en nombre de este discurso mediante
una o todas de las siguientes maneras: 1) pretender que Francisco nunca dijo
esto, o 2) insinuar que él no sabe lo que es la apologética (él es mucho más
inteligente que muchas de las defensas que se intentan sobre sus palabras y
acciones), o 3) insistir en que no nos centremos en sus palabras, sino en su
intención (las palabras son palabras), o 4) especular que esto es sólo otra
traducción errónea del Vaticano (no lo es), o 5) afirmar que “actitud
apologética” – sea lo que sea – es diferente de “apologética” y por lo tanto lo
que ha dicho Francisco es correcto, y manifiestamente claro para todos excepto
los malvados “tradis” y los “liberales”, y más allá de cualquier crítica, al
igual que cada palabra que sale de su boca.
De la homilía:
Jesús, cansado del viaje, no duda en pedir de
beber a la mujer samaritana. Su sed, lo sabemos, va mucho más allá de la sed
física: es también sed de encuentro, deseo de entablar un diálogo con aquella
mujer, ofreciéndole así la posibilidad de un camino de conversión interior.
Jesús es paciente, respeta a la persona que tiene ante él, se revela a ella
gradualmente. Su ejemplo alienta a buscar una confrontación pacífica con el
otro. Para entenderse y crecer en la caridad y en la verdad, es preciso
detenerse, acogerse y escucharse. De este modo, se comienza ya a experimentar
la unidad. La unidad se hace en el camino, nunca se queda parada. La unidad se
hace caminando.
La mujer de Sicar pregunta a Jesús sobre el
verdadero lugar de adoración a Dios. Jesús no toma partido en favor del monte o
del templo, sino que va más allá, va a lo esencial, derribando todo muro de
separación. Él se refiere a la verdad de la adoración: «Dios es espíritu, y los
que adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad» (Jn 4,24). Muchas controversias entre los cristianos,
heredadas del pasado, pueden superarse dejando de lado cualquier actitud
polémica o apologética, y tratando
de comprender juntos en profundidad lo que nos une, es decir, la llamada a
participar en el misterio del amor del Padre, revelado por el Hijo a través del
Espíritu Santo. La unidad de los
cristianos –estamos convencidos– no será el resultado de refinadas discusiones
teóricas, en las que cada uno tratará de convencer al otro del fundamento de
las propias opiniones. Vendrá el Hijo del hombre y todavía nos encontrará
discutiendo. Debemos reconocer que, para llegar a las profundidades del
misterio de Dios, nos necesitamos unos a otros, necesitamos encontrarnos y confrontarnos
bajo la guía del Espíritu Santo, que armoniza la diversidad y supera los
conflictos, reconcilia las diversidades.
Poco a poco, la mujer samaritana entiende que
quien le ha pedido de beber, puede saciarla. Jesús se le presenta como la
fuente de la que brota el agua viva que apaga para siempre su sed (cf. Jn
4,13-14). La existencia humana revela aspiraciones ilimitadas: la búsqueda de
la verdad, la sed de amor, de justicia y libertad. Son deseos satisfechos sólo
en parte, porque desde lo más profundo de su ser el hombre se mueve hacia un
«más», un absoluto capaz de satisfacer su sed de manera definitiva. La
respuesta a estas aspiraciones la da Dios en Jesucristo, en su misterio
pascual. Del costado traspasado de Jesús fluyó sangre y agua (cf. Jn 19,34): Él
es la fuente de la que brota el agua del Espíritu Santo, es decir, «el amor de
Dios derramado en nuestros corazones» (Rm 5,5) el día del Bautismo. Por obra
del Espíritu, nos hemos convertido en uno con Cristo, hijos en el Hijo,
verdaderos adoradores del Padre. Este misterio de amor es la razón más profunda
de unidad que une a todos los cristianos, y que es mucho más grande que las
divisiones que se han producido a lo largo de la historia. Por esta razón, en
la medida en que nos acercamos con humildad al Señor Jesucristo, nos acercamos
también entre nosotros.
El encuentro con Jesús transforma a la mujer
samaritana en una misionera. Al haber recibido un don más grande e importante
que el agua del pozo, la mujer deja allí su cántaro (cf. Jn 4,28) y corre a
decir a sus conciudadanos que ha encontrado al Cristo (cf. Jn4,29). El
encuentro con él le ha devuelto el sentido y la alegría de vivir, y ella siente
el deseo de comunicarlo. Hoy existe una multitud de hombres y mujeres cansados
y sedientos, que nos piden a los cristianos que les demos de beber. Es una
petición a la que no podemos sustraernos. En
la llamada a ser evangelizadores, todas las Iglesias y Comunidades eclesiales
encuentran un ámbito fundamental para una colaboración más estrecha. Para llevar
a cabo este cometido con eficacia, se ha de evitar cerrarse en los propios
particularismos y exclusivismos, así como imponer uniformidad según los planes
meramente humanos (cf. Exhort. ap.,
Evangelii gaudium, 131). El
compromiso común de anunciar el Evangelio permite superar toda forma de
proselitismo y la tentación de la competición. Todos estamos al servicio
del único y mismo Evangelio.
En este momento de oración por la unidad,
quisiera recordar a nuestros mártires de hoy. Ellos dan testimonio de Jesucristo
y son perseguidos y ejecutados por ser cristianos, sin que los persecutores
hagan distinción entre las confesiones a las que pertenecen. Son cristianos, y
por eso perseguidos. Esto es, hermanos y hermanas, el ecumenismo de la sangre.
[Traducido
por Juan Campos. Artículo
original]
Visto
en: Adelante la Fe
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Busca el cisma como el comer. Y lo sabe.
ResponderBorrarIglesia hay una: la que fundó Cristo, católica, apostólica y romana. Esto es dogma de fe. ¿Por qué el Papa habla siempre de "iglesias" pretendiendo situar a la verdadera como una más entre muchas?
ResponderBorrarUn Papa no puede hacer eso!
Desde que empezó su pontificado asistimos a un extraño y asombroso esfuerzo en mostrar unión hacia fuera a la vez que vemos abrirse una brecha espantosa que divide a los de dentro!!! Un Papa tampoco puede hacer esto!
¿Qué está pasando aquí?
Luego pasa lo que pasa, esto ya a nivel particular. Hace poco le dije a un católico que sólo los bautizados somos hijos de Dios y hermanos, que los demás hombres son criaturas de Dios hechas a su imagen y semejanza pero no hijos ni los podemos llamar hermanos porque es el bautismo lo que nos hace hijos de Dios y hermanos en Cristo y...¡ha dejado de hablarme! ¿Acaso esto no es dogma de fe?
¿Es posible que un Papa quiera anular las discusiones apologéticas en un mundo en el que incluso entre católicos uno teme decir las verdades de la fe porque sabe que se arma un lío en cuanto las nombra?
¿O será este el lío que nos pidió que armáramos cuando llegó?
¿Nos volveremos todos esquizofrénicos?
a Lefebvre también lo expulsaron por decir las verdades de Fe y no fue precisamente bergoglio el que lo expulsó.....y por otro lado los que no están bautizados ni nosotros tenemos la semejanza de Dios pues la hemos perdido cuando el pecado original-
BorrarLa confusión es sintomática sobre los tiempos que vivimos.
ResponderBorrarA ver...¿y ustedes que llaman "cosa" al Santo Padre se atreven a criticarle? ¿De mano de quien van? No parecen cristianos ni merecen respuesta. Augusto, por supuesto respeto su decisión de dar paso a esos comentarios pero pero si no lo hiciera creo que su blog ganaría. Otra cosa es ver la confusión que avanza en la Iglesia y estar preocupados, pero siempre desde el amor y el respeto. Lo que se espera de nosotros es mucha oración, eso es lo único que puede cambiar las cosas...pero por favor lávense antes de empezar a orar, claro que con ese lenguaje y actitud dudo que hagan oración
ResponderBorrarCatalina, el hecho de publicar algunos comentarios no significa que esté de acuerdo con los mismos. Y es más, esto sirve por ejemplo para que usted conteste y ponga una perspectiva más adecuada al asunto. No obstante, tal vez en este caso le asista la razón sobre la inconveniencia de publicarlos.
BorrarDe todos modos tengo que decirle que últimamente son más los comentarios que censuro que los que publico. La mayoría son insultos.
Estoy de acuerdo con la idea que propone, más no creo que Bergoglio represente esa figura (Santo Padre). Es muy interesante el libro de Antonio Socci. Yo sigo rezando por las intenciones del Papa Benedicto.
Augusto yo no pienso que usted esté de acuerdo con esos insultos, si fuera así o si usted insultara yo no lo leería. Piense por favor en no dejarles paso... Quienes amamos a Cristo y a su Iglesia no nos comportamos así, es inaceptable hablar así del Papa o de cualquier hombre ordenado. Sinceramente, creo que le perjudican a usted que es el responsable de que se publiquen comentarios insultantes y destructivos. Por otro lado, yo también estoy muy preocupada pero confío rezo y espero acontecimientos. También rezo por el Papa Benedicto...pero el Papa actual, nos guste o no, se llama Francisco y quien lleva la barca es Jesús. Oración, esperar y defender siempre la verdad contra la confusión. Creo que eso es todo no? Está bien defender la verdad y advertir de lo erróneo pero creo que con moderación, esperanza y humildad. creo que es lo mejor. Y sobre todo mucha oración de la mano de Maria. Que Dios le bendiga
ResponderBorrarYa eliminé el comentario y a veces me pasa que no reviso como debería los comentarios. Al ver que no contienen insultos los publico pero acuso responsabilidad por mi omisión al no ser lo cuidadoso que debería.
BorrarCon respecto a lo otro, ya me manifesté mucho al respecto. No tiene que gustarme un Papa, un obispo o sacerdote para que deje de serlo. De hecho, Benedicto, aún considerándolo el mejor de los Papas del posconcilio, tuvo gravísimas posturas que transgredieron no sólo el Magisterio sino que hasta nos pusieron en manos del enemigo (su cercanía con la logia masónica judaica B'nai B'rith, el encuentro de Asis, la promoción de la mentira de la Shoá, etc, etc)
De todos modos, y al referirme al libro de Socci (mucho posterior en su publicación a mi toma de posición al respecto) quiero defender la tesis que sostiene la coacción en la renuncia de B XVI, lo que implica la invalidez de cualquier elección posterior, llámese Scola o Bergoglio; pero además, ese libro detalla la anomalía dentro de ese mismo Cónclave en la elección de Bergoglio.
De cualquier modo, el error se combate, aunque provenga del papa, y cómo me dijo una importante personalidad eclesiástica: "el enemigo de la Iglesia hoy es Bergoglio", si sería papa, esto sería una contradicción.
Bendiciones
Lo que es inaceptable es que esos supuestos ordenados que ud señora defiende caminen bajo el estandarte de la masonería y sus ideales pensando que caminan bajo las llaves de Pedro.
ResponderBorrarLo que es inaceptable es que los que se creen buenos defiendan a los demoledores de lo poco católico que queda.
Lo que es inaceptable es que no hayan hecho la consagración, y a ud Augusto lo veo medio como aflojando, no se deje envolver en paquete de regalo por los neocones que se creen que son tan correctos. Porque gracias a gente como ellos llegamos a esta situación por no poner el grito en el cielo A TIEMPO.
No creo que sea una defensa de lo que representa Bergoglio. Tal vez la investidura, que por cierto como dije anteriormente, yo no reconozco.
BorrarDe todos modos tiene que ver con las formas. Definitivamente hay algunas que son mas adecuadas que otras, y personalmente considero a Bergoglio, no un papa berreta, no un porteño pícaro, no un ignorante, como sostienen otros blogueros; sino definitivamente un anticristo, un endemoniado pervertidor de la fe.
Sin embargo le pido que no ataque a las personas que publican y que tienen diferencia de opiniones pero la misma preocupación nuestra. Otra historia sería el caso de quienes teniendo plena consciencia de lo que pasa optan por el silencio cuando no por la justificación. Pero no todo el que sigue a Bergoglio lo hace por maldad. Son muchos años en que fuimos educados en la revolución y a todos de una forma u otra nos afectó.
Saludos cordiales en Cristo Rey
https://radiocristiandad.wordpress.com/2015/02/17/padre-mateo-crawley-boevey-hora-santa-de-miercoles-de-cenizas/
ResponderBorrarEl camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre…
ResponderBorrarhttps://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-homilia-del-papa-francisco-en-misa-con-nuevos-cardenales-sobre-la-caridad-92533/
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.Y esto comenta Elisabetta Piqué, dilecta intérprete de las franciscadas:
“Si cuando lleva casi dos años de pontificado alguien no tenía claro que éste es el rumbo, ayer Francisco, que no casualmente eligió este nombre, quiso recordarlo”.
“En una homilía-bomba sobre la compasión y la misericordia que debe reintegrar a los marginados, evidentemente escrita y pensada al milímetro y calificada por un veterano vaticanista como un capolavoro, Jorge Bergoglio volvió a decir cuál es su idea de reforma. Y dejó en claro que seguirá adelante, más allá de las resistencias. No por nada recordó que Jesús y los apóstoles Pedro y Pablo en su época escandalizaron y tuvieron resistencias y hostilidad”.
“En el sínodo de octubre pasado (que fue la primera parte de un proceso que seguirá en octubre próximo), por primera vez se discutieron temas tabú que hacen a la familia, como la comunión a los divorciados vueltos a casar. Esto puso a la defensiva a sectores intransigentes, minoritarios pero influyentes, que tienen otra visión de Iglesia, una Iglesia para pocos selectos y que temen un desmoronamiento de la doctrina.”
http://www.lanacion.com.ar/1768830-un-mensaje-simple-pero-que-algunos-no-digieren
La hermeneuta Piqué celebra de antemano “el desmoronamiento de la doctrina”. Dios no lo permita, pero si eso será posible es porque en Santa Marta hay un desmoronador.
http://www.catapulta.com.ar/archivos/14292
......
para los que quieren seguir llamando santo padre a un demoledor....
para los que quieren seguir llamando santo a lo que no es......
ay de los que llaman bien al mal....
Gracias Augusto. Tenemos que ser prudentes porque nuestra razón es gran necedad ante la sabiduría de Dios y sus caminos no son los nuestros. A nosotros nos toca velar y orar como dijo Jesús. Por otro lado, los fieles tenemos la obligación de sostener a nuestros sacerdotes, obispos y papas con mucha oración...se nos preguntará: ¿y tú has orado por los pastores que Yo elegí para mi rebaño o te has dedicado a colaborar en su destrucción? Ojo que ahí tenemos una enorme responsabilidad
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