A los 87 años, el padre Emilio Andrés Parrado
pasó a formar parte de los Bienaventurados que mueren en el Señor. Habiendo
cumplido celosamente con la tarea para la cual fue elegido por Nuestro Creador hace más de 6 décadas, hoy merecidamente descansa en los brazos de su amado Señor
Jesucristo.
Vaya a modo de inmensa gratitud, este, nuestro pequeño homenaje.
El
padre Parrado, nos contaba con mucha alegría que a la edad de 9 años, no habiendo
sido bautizado todavía, y deseoso de formar parte de la Iglesia,
fue caminando hasta la parroquia cercana a pedir él mismo el sacramento ya que
como él decía, pasó su infancia “sin
restaurar su naturaleza caída”. Y así guardaba el certificado de
bautismo en su libro de las Liturgias de las Horas, y lo mostraba con mucho orgullo.
Siempre repetía “obras son amores y no buenas
razones” y dio testimonio con su vida dicha creencia.
Hombre de acción, sin descuidar nunca su vida
de oración, siempre dejó grandes obras en las parroquias a las que fue asignado.
Colegios parroquiales, talleres para manualidades, campos para la práctica de
deportes y hasta un lugar para albergar a quienes venían a estudiar de otras
provincias y tenían escasos recursos; se cuentan entre sus innumerables obras.
Un relato que sirve para caracterizar
adecuadamente la viril santidad de este sacerdote, tuvo lugar cuando estuvo
destinado a la que sería posteriormente la Parroquia de Fátima, por él construida.
En aquellos tiempos el padre se desplazaba en bicicleta, en la cual, entre
otras cosas, pedía colaboraciones para su obra y hasta trasladaba materiales para
la misma. Viendo esta situación un grupo de jóvenes diariamente se burlaban a
su paso y le gritaban: “cuervo”. Esto se repitió unas
cuantas ocasiones hasta que el padre Emilio tiró la bicicleta al piso e
increpando a los insolentes les preguntó quien le había dicho de esa manera.
Con prepotencia y hasta con sorna, uno de los muchachos se levantó y dijo que
él había sido, a lo que el padre respondió con una terrible cachetada que dejó
tan sorprendido al ahora apocado brabucón, que lo dejó sin palabras, y ante el
silencio de todos, el padre les dijo con toda firmeza: “y el sábado los espero para
ayudar en la obra porque estamos construyendo la cancha de básquet”,
cosa que se cumplió tal cual fue ordenado, y por quienes en adelante serían sus
discípulos. Cabe acotar que el padre Parrado con su metro ochenta, tenía un
varonil porte que siempre generaba respeto.
Siempre estuvo presto a ayudar a los fieles
que tenían problemas de distinta índole, y esto en el más absoluto de los anonimatos.
Lo sabemos por los testimonios de sus beneficiarios.
Habiéndole tocado vivir la época de la lucha
antisubversiva en Argentina, como nacionalista y patriota nunca ocultó su
condición de anticomunista, razón por la cual fue difamado y perseguido y tuvo
que ser destinado en el año 1975 a la ciudad Estadounidense de Alexandria en el
condado de Arlington (tal vez como castigo, tal vez para protegerlo). Incluso
fue mencionado en el libro del judaico agente marxistoide, Horacio Verbitsky, en su libro “La mano izquierda de Dios” tratando de desprestigiarlo inventando inverosímiles
e incomprobables acciones de nuestro querido Padre Parrado en contra de estos agentes
apátridas, por los cuales nunca manifestó simpatía pero que de ninguna manera persiguió.
Y a pesar de tantas obras con la que
manifestó el amor a Dios y la fidelidad en el desempeño de su sacerdocio, nunca
descuidó la oración. Y es que en las más de ocho horas diarias que pasaba
confesando, uno siempre lo encontraba con
su Breviario o su Biblia en profunda y concentrada meditación de las enseñanzas
divinas. Habiendo sido un gran lector, disfrutaba particularmente leyendo al
padre Castellani con quien tuvo el placer de estar en un par de ocasiones, con
los libros de su amigo el padre Alfredo Saenz, o con la revista “Cabildo”, de la
cual era seguidor, especialmente admiraba el trabajo en la misma del Dr.
Antonio Caponnetto. Gustaba mucho también de la lectura de los libros de la
Beata Catalina Emmerick de quien tenía su colección completa en sus versiones
originales.
Desapegado por completo de cualquier respeto
humano, nuestro querido padre Parrado fue un ejemplo del “Si, Si; No, No”, que nos
enseña Nuestro Señor. Albergando siempre a los sacerdotes caídos en desgracia,
nunca tuvo dudas a la hora de auxiliar a sus hermanos, entre los cuales hubo más
de un Judas.
Su amistad y colaboración con la gente de la Fraternidad
Sacerdotal San Pio X, así como su amor por la Tradición, le trajeron no pocos
disgustos, especialmente con el por entonces arzobispo más afecto a la Teología de la
Liberación que a la Ortodoxia Católica, hoy recompensado en su heterodoxia por
Bergoglio con el birrete cardenalicio.
Como mencionamos en nuestro artículo sobre el “asistencialismo de la neo-iglesia”, el padre Parrado tenía plena conciencia sobre la revolución sucedida en la Iglesia en los años posteriores al Concilio Vaticano II, sustituyendo peligrosamente el correcto Cristocentrismo del catolicismo, por la visión antropocentrista de la fe. Y así repetía constantemente “Omnia per ipsum facta sunt,et sine ipso factum est nihil quod factum est” (Todas las cosas fueron hechas por Él, y nada de lo que fue hecho, se hizo sin Él), agregando que hasta la última partícula de polvo del planeta más distante era obra de Dios, y repitiendo siempre de memoria la poesía de Santa Teresa de Jesús “Nada Te Turbe”, en la convicción que sólo Dios basta. Y así combatía la postura errónea de la fe que busca primero “las añadiduras” antes que el “Reino y la Justicia”.
Con frecuencia repetía en sus homilías que en
el momento de la Consagración en la Misa, temblaba en la plena consciencia del
indescriptible milagro que en ese instante se producía. De la misma manera solía
recordarnos sobre la inmensa responsabilidad que para él (y todos los
sacerdotes) implicaba la absolución en el Sacramento de la Confesión.
Y fue uno de sus grandes apostolados el del
Sacramento de la Confesión. En sus maratónicas sesiones de confesiones,
convirtió a grandes pecadores (entre los cuales me encuentro) y hasta trajo de
Regreso a Casa a personas de otras religiones, especialmente judíos, acción que
hoy sería motivo de escándalo para el “Obispo de Roma”.
Animaba siempre a los penitentes invitándolos
a confesarse diciéndoles: “no te preocupes, yo me hago cargo”;
y gran satisfacción sentía al ver un verdadero arrepentimiento, de la misma
manera que no ocultaba su enojo cuando intentaban los “impenitentes” justificar
sus acciones. Esto le trajo no pocas enemistades de quienes consideraban que
era demasiado rígido al no ser condescendiente con sus “debilidades”, postura tristemente desde hace un par de años, muy de moda en el Vaticano (¿Quien soy yo para juzgar? diría alguien).
En sus Misas Novus Ordo siempre decía (aunque
en lengua vernácula) muchas de las oraciones correspondientes a la Misa del “Rito Antiguo”.
Habiendo sido exorcista, hasta en sus últimos
años en los cuales sentía que sus fuerzas no eran suficientes para tan
desgastante tarea; nunca rechazó asistir a quienes se sospechaba estar bajo la
influencia del Maligno, diciendo que no se los podía dejar desamparados.
Tenía un amor particular por los niños, que
era siempre correspondido por éstos. Así siempre tenía los bolsillos llenos de
caramelos o de sus famosos “alfajores de maicena”, para obsequiárselos y por
los cuales sentía también él una gran debilidad.
Le gustaba mucho recordar su larga travesía
de regreso a Argentina desde los EEUU, casi en la frontera con Canadá, trayecto
que hizo en su viejo auto “Rambler”, patente HVR544, que conservó hasta no hace
muchos años, y que, posteriormente al no poder conducir más, regaló a su
mecánico.
Hombre de una inmensa generosidad, nunca
negaba asistencia hasta económica a quién lo necesitara, siempre y cuando
cumplieran antes con Dios. Así fue de gran ayuda para nuestro apostolado y
militancia, poniendo también a nuestra disposición el salón parroquial para las
actividades de nuestro por entonces grupo nacionalista “La Barbarie”.
De los pocos pasatiempos que tenía el padre
Parrado, podemos mencionar como disfrutaba viendo “El Chavo del 8” con el que se reía con la candidez de un niño, y también
le gustaba hacer inmensos rompecabezas. Sin ningún fanatismo, le gustaba el fútbol y era hincha de River y Sportivo Guzman.
Antes de terminar, es importante
recordar su absoluta convicción de estar asistiendo a los tiempos finales de la
Historia, con el consiguiente Regreso Glorioso de Nuestro Señor Jesucristo, al
que imaginaba majestuoso con su imponente presencia juzgando a las naciones y a
las personas; situación esta que no le causaba ningún temor, sino todo lo
contrario, lo llenaba de esperanza al ver al mundo tan irremediablemente
corrompido. Uno de sus sueños era vivir para presenciar la Parusía.
Sin pretender hacer acusaciones personales, en
honor a la verdad, es necesario decir que nuestro muy querido padre Parrado
padeció una inmensa y gran injusticia al ser expulsado por la fuerza de su
última parroquia y llevado a un geriátrico. En dicha institución, no sólo
estaba encerrado, sino que al tener sólo cuidadores durante el día, a la noche
era exageradamente sedado y este exceso agravó inmensamente su enfermedad. Esto
hasta que ya en un estado de casi inconsciencia, pudo ser rescatado por sus
parientes que lo atendieron muy bien hasta sus momentos finales. Sin embargo,
tanto quienes lo pusieron en esa situación, como la jerarquía que apoyó, fuera
de hacerle un daño le hicieron un gran favor, porque coronaron su vida con el
martirio.
Y en este momento cuando las lágrimas ya no pueden ser retenidas por mis ojos, mi tristeza y dolor como el de sus muchísimos
hijos espirituales, tienen su origen en una conducta no desprovista de egoísmo;
la de sabernos privados de éste Santo Soldado de Cristo que hoy deja su amada Patria Terrena para entrar definitivamente en la Patria Celestial. Y con su celo de verdadero Pastor, en su lucha incansable
por librar almas de las garras del demonio, nos acercó un poco más al Cielo, poniéndonos más al alcance de
nuestra salvación.
Augusto
Como homenaje final,
ponemos la canción que con tanto orgullo cantaba al final de sus Misas.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
QUE DESCANSE EN LA PAZ DEL SEÑOR EL QUERIDÍSIMO PADRE EMILIO ANDRÉS PARRADO!!!..muchas gracias por tus palabras Augusto.(andrea)
ResponderBorrarNo lo conocí, pero sin dudas, por lo que acabo de leer, fue un grande! Definitivamente el se tomaba muy en serio la consigna "Militia est vita hominis super terram"
ResponderBorrarEL PADRE PARRADO ME SALVO DEL COMUNISMO ARTRERO Y ANTIPATRIA. AGRADECIDA POR SIEMPRE!
ResponderBorrarEL PADRE PARRADO ME SALVO DE L COMUNISMO ARTRERO Y ANTIPATRIA. AGRADECIDA POR SIEMPRE!!! QUE DESCANSE EN PAZ!!
ResponderBorrarSalve Dios, a este gran hombre en el combate de la Fe. Dichosos ustedes Argentinos de tener y haber tenido en su pueblo hombres tan encomiables como el Padre Parrado y tantos otros que tengo esperanza algún día brillarán a la luz pública.
ResponderBorrarA mí como mexicano me cuesta entender como en un mismo pueblo existan corrientes antagónicas tan vivas, por un lado los guerreros de la Fe y por el otro los instigadores de la perdición de la humanidad. Tierra suya en la que se da verdadero combate ideológico, situación parecida a la que se da en España, donde parece triunfar el nefasto enemigo. Curioso es también que de los confines del fin del mundo, hubiese sido escogido el "sucesor de Pedro", habiendo tantos sacerdotes en esa tierra suya, se imponga el judaísmo anticristiano.
Aún así sigo creyendo en que Argentina es tierra de esperanza para nuestra Fe.
Sr. Augusto, le envío mi condolencia por el fallecimiento del hombre a quien Ud. tanto admira, es de hombres bien nacidos ser agradecido, felicidades por las palabras dedicadas a este maestro, el padre Parradas.
P.D.- Nuestro Señor Jesucristo no nos dejará huérfanos en su Iglesia jamás, luchemos denodadamente por la Fe.
¡Viva Cristo Rey!
El "CURA Parrado" Cura amigo y fundador de un gran Colegio, Fatima, y nuestro inolvidable PIO XII, soy de la primera promoción de esta gran Colegio donde el "Cura Amigo" se arremangaba la sotana y jugaba con nosotros. Conocía a todos a sus padres y flias, llegaba a cada casa y compartía lo que hubiera, todavia recuerdo su estanciera donde recolectaba "todo" lo que no se utilizaba en las casas del barrio.Todo pararía en la parroquia o las escuelas y colegio. Duro, con la dureza del Amor que no te apartaba del buen camino. Dios seguro te tiene a su lado DESCANSA EN PAZ con todo lo logrado!!
ResponderBorrarCuando vi la luz de la vela en el altarcito de mi casa a una hora que no es la habitual pregunté a mi esposo... y ambos quedamos de pie y en silencio. Vaya para nuestro querido padre Parrado este pequeñísimo y sincero reconocimiento y afecto por todas las horas de la que fui testigo, durante años de su silencio, de su espera serena, de su cálida acogida a toda alma que se acercara a tiempo o a destiempo para recibir el sacramento de la penitencia y reconciliación.
ResponderBorrarGracias Augusto... unidos en la oración .
Tuve la gracia de conocer al padre y era una persona excepcional con una memoria y vida intelectual muy amplia que daba gusto escuchar no sólo de sus vivencias como sacerdote sino su sabiduría era realmente erudito en todo lo que hacía y nos deja siempre un vacío que es difícil de llenar porque sacerdotes como el no hemos vuelto a ver. Como daría lo que fuera por tener una charla más con el como lo hacía en las tardes cuando se sentaba a confesar y poder preguntarle aquellasi cuestiones de la vida que todo cristiano necesita para comprender más a Dios. Muy buena descripción pero es resumida para todo lo que sin dudas por ser amiga del padre me toco saber de el. Saludos.
ResponderBorrarSoy orgullosisimo discípulo del Padre Parrado.Desde adolescente "vivi" en la Parroquia de la Virgen de Fátima, siempre a su lado. Todo lo que pueda decirse de él en cuanto a lo virtuoso que era, es poco: Cura santo y valiente. Hombre puro. Purísmo. Trabajador como muy pocos. Un verdadero imitador de Cristo.
ResponderBorrarSi llego a merecer la Salvación; el volver a ver a mis benditos padres; a mi hijita Maria France, a mis amigos: Salvador Agustín Ferrari, y a Luis Angel Célis, y por supuesto: al Padre Parrado ... para mi será ya más que suficiente "premio". No me hará ya mas falta ninguna.
Por último: estoy más que seguro que este Santo Sacerdote no espera el Juicio Final para situarse a a la Derecha del Señor, pues ya contempla, -ahora directamente- el Rostro de Dios.
Me alegra saber que somos más de los que imaginamos sus hijos espirituales. Santo varón. Dios lo tiene en su Gloria.
Borrar¿Por qué pican los mosquitos? Amado del Señor ruega por nosotros.
ResponderBorrarPor el pecado original, jaja.
BorrarSiervo fiel, ora pro nobis.
Padre siempre agreadecere su asistencia en mi vida el que me haya mostrado LA VERDADERA IGLESIA que debemos ser como templo del Espíritu Santo y seguidores de Cristo nuestro Señor . Junto a la Tradición hoy te honrados como a nuestro padre en el espíritu!!
ResponderBorrarNo fui de su comunidad pero me atendía como si lo fuera. Hoy entro y veo su silla vacia a mitad del templo donde confesaba siempre, no solo "media hora antes de misa". Todavia no vi un cura que lo pueda igualar. Irreemplazable. Dios seguro esta a su lado. Javier Pérez
ResponderBorrarNo fui de su comunidad pero me atendia como si lo fuera. Hoy entro y veo su silla vacía a mitad del templo donde confesaba siempre, no solo "media hora antes de misa". No hay cura q lo pueda igualar. Es irreemplazable. Dios seguro esta a su lado.
ResponderBorrarNuestro querido Padre Parrado. Se lo extraña, tan abocado y servicial para con los fieles. Siempre dispuesto a escuchar y orientar con su cariño sincero de padre espiritual que quiere lo mejor para sus hijos. Se necesitan sacerdotes como él.
ResponderBorrarQuerido tio Emilio (Cura como le gustaba que lo nombrará) Imposible describir en este texto todo el gran amor,admiración y sobre todo lo mucho que me enseñaste con tu sabiduría !! Fuiste mi confesor espiritual el largas caminatas en la cancha de basket 13 de Mayo dejándome grandes reflexiones y enseñanzas que perduran en mi mente.Muchas gracias tío Emilio por todo lo que me ayudaste a ser en la vida.Llevo en mi corazón la inmaculada confección que me hiciste meses antes de tu fallecimiento en Familia y me reconociste con un gran abrazo y lloramos juntos y me dijiste que era un santo libre de todo pecado. Fué algo increíble en presencia de mis primos.Tio curita Santo Dios te tenga en su santa gloria. TE AMO !!
ResponderBorrarMi amadoTío Emilio( Tio Cura) cómo le gustava que lo nombren) Te amaré y agradeceré toda tu bondad. Tomás Enrique Glencross Parrado ❤️🫂✝️🙏
BorrarAmado tío Emilio. Gracias al cielo por tanta bondad. Me confesaste en tus últimas horas de vida y lloramos juntos. Y me dijiste que era un santo. Fui eternamente bendecido 🫂❤️✝️🙏
BorrarCon tel amor
Borrarun hombre de Dios .para mi con olor a santidad por su evidente amistad con Jesus Dios nuestro señor.
ResponderBorrarDescanse en paz este infatigable gran sacerdote.
ResponderBorrarHemos sido bendecidos con un Santo. Ahora esta gozando de su obra terrena. Pdre Parrado, ruega por nosotros.
ResponderBorrarHermoso reconocimiento al tío Emilio (mi tío abuelo) siempre estuvo cuando más se lo necesito!! Y encontró en los fieles el cariño que su familia le tuvo..descanse en paz tío querido. Ruben Rodríguez
ResponderBorrarRubén, tengo la misma gracia de ser su sobrina nieta de lo cual estoy orgullosa de eso.Vivi muchas cosas hermosas en familia y en la iglesia.
BorrarEstoy orgullosa de ser una Parrado y orgullosa de El .
La verdad despues de todo lo que lei, y secarme las lagrimas.....no se que agregar...
ResponderBorrarEse "cabron" grandote....era....es....y sera..un genio viviente....
Mi vida no se que rumbo hubiese seguido de no haberse cruzado....mi querido Cura Parrado!!!!!!
Hoy lo sigo extrañando...
La verdad despues de todo lo que lei, y secarme las lagrimas.....no se que agregar...
ResponderBorrarEse "cabron" grandote....era....es....y sera..un genio viviente....
Mi vida no se que rumbo hubiese seguido de no haberse cruzado....mi querido Cura Parrado!!!!!!
Hoy lo sigo extrañando...
Al Rambler se lo restauré yo en 2005, en el taller de Lavalle 865, siempre contaba que lo había traído manejando sesde EE.UU.Hermoso quedó de color blanco
ResponderBorrarMi querido padre Párrafo...te amo tanto, te agradezco tanto..
ResponderBorrarMe emociona saber q tantos te valoramos por lo mucho q hiciste como hombre de Dios.
Tus charlas/ confesiones iluminaron mi vida. Me enseñaste a seguir a pesar de todo.
Cuando sentía no tener fuerzas para seguir, tus palabras eran...estás en tu mejor momento.
Y no podía entender el porque. Hoy puedo ver q todo eso me hizo crecer.
Fuiste mi guía, mi camino para estar más cerca de Dios.
Te hice enojar muchas veces por mi falta de amor propio. Hoy también lo entiendo.
Tengo tanto q agradecerte...
Me enoje mucho con toda la injusticia q ejercieron con vos.
También pude ver q tu presencia hacia sombra a cualquiera.
Quedé huérfana con tu partida. Pero a pesar del inmenso dolor q me produjo el no poder contar con tu presencia física. Tengo la certeza que en espíritu nos sigues acompañando a cada uno de los llegamos a vos.
Te llevo en mi corazón cada día de mi vida y agradezco a nuestro Padre el haberte puesto en mi camino.
Te extraño con el alma.
Gracias,infinitas gracias
El padre Parrado, un grande, fue mi guía espiritual, nunca lo olvidaré, que Dios lo tenga en su gloris
ResponderBorrarMi querido padre... tu silla a mitad de la iglesia, siempre listo para confesar... solucionando problemas a todos , tu inteligencia superior que supo traerte tantos problemas con tus pares! Te hicieron pagar en vida tu santa superioridad, y con eso te hicieron santo! Ahora nosotros, tus hijos espirituales disfrutamos viéndote en el cielo y cuidándonos con ese gesto tan tuyo!! Te quiero infinito
ResponderBorrarConocí al Padre Parrado en mi adolescencia en una época difícil para cualquier ser humano y el Padre con palabras de esperanza superación personal y hasta con uno que otro chirlo cuando hacía falta me mostró el camino para aprovechar mi vida a partir de la fé hoy con 48 años forme una familia con cuatro hijos y obtuve un titulo universitario, gracias por todo Padre amigo por escucharme siempre cuando lo busqué
ResponderBorrar“Omnia per ipsum facta sunt,et sine ipso factum est nihil quod factum est” (Todas las cosas fueron hechas por Él, y nada de lo que fue hecho, se hizo sin Él
ResponderBorrarSiempre repetia esa frase, UN SANTO VARON, el mejor de los AMIGOS, siempre dispuesto. Todos los dias lo tengo presente.
BorrarPadre Emilio. Desde el cielo interceda por mi padre su gran amigo. Así sea
ResponderBorrarMi querido padre Parrado, siempre enojon,gracias por haber haber abierto las puertas del cielo a mi santa madre con la confecion y la comunion a mi madre en mi casa, despues que se fue el padre, mi mama nos dijo miren esa luz.....es el espuritu santo y se fue en paz 😔
ResponderBorrarQ.E.P.D
ResponderBorrarAyer hubiera cumplido años mi querido curita... Y quizás por la nostalgia de no tenerlo es que volví a buscar en internet algo de él. Muchas gracias Augusto por todo lo que escribió sobre él. Lo pinta tal cual fué. Más que cura tuve la dicha de considerarlo como mi abuelo, ya que fué un padre espiritual para mi papá, quien lo conoció también siendo muy pequeño en la Parroquia del Fátima, donde sus restos descansan y cada cuanto puedo llegarme. El acostumbraba a ir un día de la semana a la casa de mis padres, por lo que tuvimos la dicha de compartir muchos y buenos momentos. Estoy segura que descansa en Paz en la Gloria de Dios!!!
ResponderBorrarGracias Dios por el Padre Parrado el sacerdote que nos casó y bautizó mi primer hijo.
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