Es un
problema – dice Dios – si sostengo demasiado a los hombres mientras nadan,
nunca aprenderán a nadar, nunca madurarán en la adversidad. Pero si les
sostengo poco, corro el riesgo de que se me ahoguen. Si les protejo demasiado
poco, pongo en peligro su salvación. Pero prefiero el riesgo. ¿Qué íbamos a
hacer con una salvación que no fuera libre y arriesgada? La libertad es el
mismo centro del hombre y mi más bella creación en el hombre, la más irrevocable,
la más necesaria.
~ • ~
Es
preciso que la libertad salga al encuentro de la gracia. El hombre es una
ciudad sitiada. El pecado es un bloqueo perfectamente organizado. La gracia es
un ejército real que viene en socorro de la ciudad sitiada. Pero es preciso que
la libertad del hombre haga una salida y vaya al encuentro del ejército que
viene a socorrerle.
Por la
creación de la libertad del hombre y por el ejercicio de esta libertad, Dios se
ha puesto en dependencia del hombre. Si la plaza no es socorrida, se pierde.
Pero si ella no se socorre a sí misma con esta salida, también se pierde.
Es un
desastre doble… Cuando uno deja de encontrar a otro, los dos dejan de
encontrarse. La falta del hombre hace fallar a Dios mismo. Cuando la gracia no
encuentra la libertad, tampoco la libertad encuentra la gracia. Este fallo
siempre es doble.
Charles Péguy –
“Palabras Cristianas” – Ed. Sígueme – Salamanca 1982. Págs.98-99
Nacionalismo Católico
San Juan Bautista
http://www.catolicosalerta.com.ar/chiesa-viva/cardenal-sin-fe.pdf
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