San Juan Bautista

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domingo, 26 de abril de 2015

La era del demonio: abortistas chilenas


  En una descarada muestra de perversidad sin límites, un grupo de mujeres abortistas chilenas autodenominadas Miles Chile, “enseñan” las formas de provocarse ellas mismas accidentes de forma que pierdan sus embarazos.

  Esto se puede ver nada más y nada menos en la página de “Yahoo Noticias” (aquí) con el título de “Aprende a abortar y que parezca un accidente”.

  
  En dicha publicación se señala que “estos tutoriales son métodos reales usados por las mujeres que desean interrumpir sus embarazos sorteando la ley”. Agregando esta agencia de noticias que: “Se calcula que cada año 150.000 mujeres recurren a estas medidas desesperadas y que muchas acaban muriendo a consecuencia de los impactos, una dramática estadística que buscan reducir con la campaña. El debate está servido…”; promoviendo así el debate sobre la despenalización del infanticidio; hoy ilegal (a pesar de la presidente chilena abortista), sin que podamos esperar que se hagan presentaciones para detener esta apología del delito, ni mucho menos a la jerarquía eclesiástica defendiendo la vida en su estado de mayor indefensión e inocencia, ya que siguen las sugerencias de Bergoglio: “No podemos insistir solo en las cuestiones relacionadas con el aborto, el matrimonio homosexual y el uso de los métodos anticonceptivos. Esto no es posible. ...y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario hablar de ello constantemente” (aquí)

Kyrie Eleison

Augusto


Nacionalismo Católico San Juan Bautista


sábado, 25 de abril de 2015

La proliferación del control biométrico... y el extraño programa "Masonic Chip" - Ecce Christianus


La implantación de dispositivos de control biométrico en seres humanos está avanzando de forma sutil y continua desde hace años.

  Lo que hace un tiempo era considerada una idea propia de “locos conspiranoicos”, poco a poco se está materializando a nivel social, a través de iniciativas comerciales y particulares que parecen inocentes e inocuas.

  Con ello, el concepto de llevar implantado un dispositivo en el cuerpo, va camino de ser aceptado como una nueva normalidad dentro de la sociedad, como lo es ahora tener un teléfono móvil o verse obligado a llevar encima un carnet de identidad.

  Estamos ante una estrategia perfectamente diseñada, cuyo objetivo final es, sin duda, que todos los ciudadanos acaben llevando incorporado un chip o dispositivo similar, bien sea por obligación, como lo es tener un carnet de identidad, o bien sea por necesidades de encaje en el entorno social, como lo es disponer de dinero, tener un móvil o tener carnet de identidad.
  



ELEMENTOS DE BIOMETRÍA QUE YA ESTÁN SIENDO UTILIZADOS

  La tecnología de identificación biométrica y las formas de pago electrónico llevan utilizándose desde hace tiempo, pero se han expandido en los últimos diez años y han intensificado su presencia en los últimos cinco, especialmente.

  Por ejemplo, en junio de 2012 se anunció que los investigadores del Laboratorio de Tecnologías biométricas de la Universidad de Calgary habían mejorado las tecnologías de identificación biométrica disponibles en el mercado hasta tal punto, que podían crear una forma de inteligencia artificial capaz de tomar decisiones con respecto a la información biométrica recibida desde una variedad de diferentes fuentes.

  Ese programa de seguridad biométrica funciona mediante la simulación de los “patrones de aprendizaje y procesos cognitivos del cerebro”.

  Por otro lado, en un artículo publicado en el Sunday Telegraph, el 4 de diciembre de 2011, Rosie Squires describía otro esquema biométrico utilizado en Australia por parte de diferentes empresas, basado en programas de identificación de huellas digitales con el fin de vigilar a los empleados y “ahorrar costes.”

 
  La nueva tecnología, llamada PeopleKey, se utiliza no sólo para controlar la hora de entrada y de salida de los empleados, sino también para supervisar sus progresos a lo largo de la jornada de trabajo, vigilando que no se dediquen a “holgazanear”, a usar el baño durante demasiado tiempo o a perder el rato conversando con compañeros de trabajo.

  Un sutil paso hacia la esclavitud laboral.

  Los escáneres de venas son otra tecnología de control biométrico que ya ha sido introducido en el mercado. En algunas grandes empresas ya existe un sistema que permite a una persona deslizar la palma de su mano frente a un dispositivo de reconocimiento digital para tener acceso a edificios o estancias.
  


  Por ejemplo, el centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York ya ha implementado los escáneres de venas en algunos de sus servicios médicos. Fabricado por Fujitsu, los escáneres están siendo colocados en el hospital con el pretexto de una mayor comodidad y para obtener un acceso más rápido a los registros médicos.
  


  Varias escuelas también han comenzado a utilizar los sistemas de identificación de Fujitsu. Por ejemplo, el Distrito Escolar del Condado de Pinellas en Florida anunció recientemente que estaba introduciendo el sistema con el fin de “identificar a los estudiantes y con ello reducir los residuos y la amenaza de suplantación de identidad” en el comedor del centro.

  Son solo algunos ejemplos de entre muchos, de como, poco a poco, la población está siendo acostumbrada a ser controlada y monitoreada por sistemas de identificación biométrica.



CONTROL DEL ADN Y EL PROGRAMA MASONIC CHIP

  El control y el análisis del ADN son otros de los campos en los que más se está avanzando.

  Y uno de los grupos más inquietantes que se han embarcado en la misión de adquirir y almacenar muestras de ADN de la población, es la Gran Logia de la Masonería de EEUU.

  Conocido como MasoniChip, el programa es administrado abiertamente por la Gran Logia y se realiza con el apoyo de los gobiernos, tanto de Estados Unidos como de Canadá.


  Lo más sorprendente de este programa, sin embargo, es su nombre.

  En realidad, el programa no consiste en la implantación de ningún chip a los ciudadanos. Es un programa que consiste en la recogida de información biométrica de los niños, con el fin de poderla utilizar en caso de secuestro o desaparición.

  El programa se llama “Masonic Child Identification Programs” (programas masónicos de identificación de niños)y de ahí su nombre MasoniChip o directamente CHIP (Child Identification Program).

  Podrían haberlo llamado de muchas formas, pero han decidido llamarlo así y eso no puede ser casualidad.


  Y es que el nombre de este inocente y caritativo programa de identificación de niños, relaciona sutilmente la identificación biométrica completa de un niño con la palabra “chip”, obligándonos a relacionar ambos conceptos en nuestra mente, a través de algo tan tierno e inocente como son los niños y su seguridad.

  Parece una maniobra de programación mental a través del lenguaje, destinada a que las próximas generaciones acepten la implantación de un chip de identificación desde la más tierna infancia como la cosa más natural, pues el propio nombre del dispositivo, “chip” y el propio nombre del programa de identificación, CHIP (Child Identification Program, o Programa de Identificación de Niños), serán identificados inconscientemente como lo mismo.

  De hecho, uno de los objetivos de este programa, es educar a los niños para que ofrezcan sus datos biométricos voluntariamente a un extraño por su propia seguridad, como podemos ver en el siguiente video, condicionándolos a relacionar directamente ambos conceptos (chip e identificación biométrica), desde bien pequeños…


  Sea cual sea la intención de otorgarle este nombre tan extraño y significativo, lo cierto es que el programa MasoniChip ha recibido tanto apoyo por parte del gobierno de EEUU, que muchos han acabado creyendo que se trata de un programa gubernamental apoyado por los masones, cuando en realidad, es al revés.

  Los promotores de MasoniChip montan ferias promocionales, anuncian el programa en los distritos escolares y forman alianzas con las policías locales.


  Incluso los medios de comunicación promueven el programa.

  Para aquellos que no hayan oído hablar de lo que es el MasoniChip o programa CHIP, Amy MacPherson del Huffington Post describe el programa de esta manera:

  Empieza como un proyecto de identificación de los niños, cuya función es ser de utilidad en caso de que los pequeños puedan ser secuestrados o desaparezcan.

  A los padres se les familiariza con el uso de kits caseros para registrar información vital de sus hijos. Normalmente se registra la altura, el peso, el color del cabello y de los ojos, junto con un conjunto de huellas digitales y una fotografía reciente, que se almacenan en un soporte digital, tipo DVD, que suministra el propio programa masónico.
  


  Adicionalmente, las Logias Masónicas de cada localidad, ofrecen amablemente sus servicios para registrar aún más información de los pequeños.
  


  Gracias a los avances tecnológicos, empezaron ofreciéndose a registrar huellas digitales, imágenes digitales, vídeo digital, impresiones dentales y registro de ADN, que amablemente graban en un DVD o CD para que los padres lo guarden en su casa y acudan con él a las autoridades en caso de desaparición del niño.

  Este procesamiento de datos es manejado por su software propietario, que está diseñado para ser compatible con el de la policía local y nacional.
  


  Sin embargo, a pesar de que se trata de una colaboración entre la Logia Masónica y el gobierno, lo cierto es se trata de un programa totalmente privado, lo que significa que pertenece exclusivamente a la Gran Logia.

  De hecho, la propia web de la Logia establece claramente que esto es así por escrito…

  Nosotros, los masones, somos el único “patrocinador” de las iniciativas de identificación de seguridad masónica desarrolladas en nuestras diferentes Jurisdicciones de la Gran Logia Masónica.

  Como tal programamos los eventos y coordinamos los equipos, materiales y voluntarios necesarios para llevar a cabo dichos eventos.

  Todos los grupos y los individuos son bienvenidos para colaborar, pero no se les conocerá como patrocinadores, sino que serán llamados “simpatizantes”, “socios de apoyo”, “socios corporativos”, “en colaboración con”, o “en cooperación con”.
  


  El programa MasoniChip establece que, además de registrar los datos de los niños, ofrecerá sus propios “profesionales de la salud” para recoger las muestras de ADN en cualquier evento organizado en el que se haya programado dicha recolección de muestras de ADN.

  Como MacPherson escribe…

  No hay manera de garantizar qué van a hacer con toda esa información recogida.

  Aunque afirman que borran toda información sensible (el sitio web canadiense afirma que “no se almacena ningún tipo de información durante el programa MasoniChIP”), cualquier persona con mínimos conocimientos informáticos, sabe que la información no se borra de forma permanente si no se formatea por completo todo el sistema.
  


  Los padres deben confiar ciegamente en la honradez de una fraternidad privada intrigante que les asegura que los estándares de calidad se cumplen y que la privacidad de la familia se respeta legalmente…y todo ello sin ningún tipo de supervisión.

  Debido a que los Masones financian al 100% la iniciativa, no hay oportunidad de discutir temas relacionados con la propiedad de los datos.



  Lo más significativo, sin embargo, es que si la tragedia golpeara a una familia y por ejemplo, un niño desapareciera o fuera hallado muerto, las autoridades deberían tomar muestras de ADN de los padres para realizar la confirmación definitiva de la identidad de un cuerpo.

  Y ello se debe a que en la base de datos de ADN nacional de EEUU, no se admiten muestras de ADN tomadas a cargo de voluntarios privados en eventos realizados en ferias o escuelas, sino que solo los laboratorios acreditados pueden realizar dicho proceso.



  El FBI cita continuamente la Ley de Identificación de ADN de 1994 a la hora de establecer los requisitos necesarios para incluir las muestras de ADN en el CODIS.

  Por lo tanto, el proyecto masón no está soportado por las bases de datos de ADN del gobierno y eso significa que el programa MasoniChip, que supuestamente ha sido creado para identificar a los niños en caso de desaparición o secuestro, es completamente inútil y representa, de hecho, un engaño a las familias.

  Sin embargo, parece que este hecho importa realmente poco.

  Lo realmente importante, independientemente de las razones expuestas para adquirir las muestras de ADN, es que se está creando una base de datos masiva de ADN en EEUU.



  El programa MasoniChip ya había registrado a más de 1,5 millones de niños de EEUU antes de finales de 2012 y al parecer se va a extender a las personas mayores y a los discapacitados en un futuro próximo.

  Como vemos, hay múltiples iniciativas que van en la misma dirección: el control exhaustivo de la población a través de sus datos biométricos y su posible culminación final, en forma de implantación de un chip o artefacto de identificación y seguimiento que permita, no solo identificar a los ciudadanos, sino acabar con el dinero en efectivo, convirtiéndolos así en esclavos dependientes de dichos dispositivos controlados remotamente.

  Si no hacemos nada por detenerlo, este es el infierno de control absoluto que nos espera en el futuro…






Visto en: Ecce Christianus  

Nacionalismo Católico San Juan Bautista




miércoles, 22 de abril de 2015

Democracia – Nicolás Gómez Dávila




DEMOCRACIA


  MIENTRAS más graves sean los problemas, mayor es el número de ineptos que la democracia llama a resolverlos (EI, 30c).


  ESPASMOS de vanidad herida, o de codicia conculcada, las doctrinas democráticas inventan los males que denuncian para justificar el bien que proclaman (EI, 33a).


  LA causa de las estupideces democráticas es la confianza en el ciudadano anónimo; y la causa de sus crímenes es la confianza del ciudadano anónimo en sí mismo (EI, 73d).


  DEMAGOGIA es el vocablo que emplean los demócratas cuando la democracia los asusta (EI, 143c).


  LAS instituciones democráticas son intentos de institucionalizar lo
ininstitucionalizable (EI, 189a).


  LAS matanzas democráticas pertenecen a la lógica del sistema.
  Las antiguas matanzas al ilogismo del hombre (EI, 231g).


  LA democracia repugna a los unos porque niega la autonomía de los valores, a los otros porque viola la concreta diferencia de las personas (EI, 262f ).


  LIBERTÉ, égalité, fraternité. El programa democrático se cumple en tres etapas: etapa liberal: que fundó la sociedad burguesa, sobre cuya índole nos remitimos a los socialistas; etapa igualitaria: que funda la sociedad soviética, sobre cuya índole nos remitimos a la nueva izquierda; etapa fraternal: a la cual preludian los drogados que copulan en hacinamientos colectivos (EI, 391a).


  EL demócrata, en busca de igualdad, pasa el rasero sobre la humanidad, para recortar lo que rebasa: la cabeza. Decapitar es el rito central de la misa democrática (EI, 463a).


  LA democracia es el régimen político donde el ciudadano confía los intereses públicos a quienes no confiaría jamás sus intereses privados (EII, 156e).


  DEMOCRACIA liberal es el régimen donde la democracia envilece a la libertad antes de estrangularla (NEI, 34g).


  EL sufragio popular es hoy menos absurdo que ayer: no porque las mayorías sean más cultas, sino porque las minorías lo son menos (NEI, 179g).


    SER de «derecho divino» limitaba al monarca; el «mandatario del pueblo» es el representante del Absolutismo absoluto (NEII, 15e).


  «TOTALITARISMO» es la realidad empírica de la «voluntad general» (NEII, 33e).


   DONDE las costumbres y las leyes les permiten a todos aspirar a todo, todos viven frustrados cualquiera que sea el sitio que lleguen a ocupar (NEII, 126c).


  DEBIDO a la continuidad del espectro solar, el demócrata niega que haya colores diferentes (NEII, 195f).


  HAY que repetirlo y repetirlo: la esencia de la democracia es la creencia en la soberanía de la voluntad humana (SE, 86h).



Nicolás Gómez Dávila “Escolios Escogidos” – Los Papeles del Sitio (Sevilla) 2007. Págs 64-66.



ABREVIATURAS
EI: N. Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito I. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1977.
EII: N. Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito II. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1977.
NEI: N. Gómez Dávila, Nuevos escolios a un texto implícito I. Bogotá, Procultura, Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura, 1986.
NEII: N. Gómez Dávila, Nuevos escolios a un texto implícito II. Bogotá, Procultura, Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura, 1986.
SE: N. Gómez Dávila, Sucesivos escolios a un texto implícito. Barcelona, Áltera, 2002 (e.o., Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1992).


Nacionalismo Católico San Juan Bautista

domingo, 19 de abril de 2015

La actualidad de "La Marca de la Bestia" - Augusto TorchSon



  Si Castellani señalaba como imposición democrática el: “hazte libre o te mato”, este Nuevo Orden Mundial va más allá al imponer el: “sé feliz o te mato”. El problema es que la felicidad que inculca “el Sistema” es una felicidad desprovista absolutamente de espiritualidad, una felicidad carnal, una felicidad en los excesos, que se considera una muestra acabada de nuestra humanidad, cuando en realidad no es otra cosa que la exaltación de la animalidad. Una felicidad que requiere constantemente de innovaciones para no llegar al hastío llevándonos a la morbosidad pornográfica. Una felicidad que requiere no tener límites. Felicidad que no promueve virtudes sino que busca igualarnos en nuestra bestialidad. Felicidad vacua, sacrílega e impía. Felicidad que hasta la misma alta jerarquía eclesiástica pretende que sólo puede darse en nuestra humana condición de pecadores; no la que trata de salir de esa condición, sino la que busca justificarla, entenderla y acogerla sin buscar que cambie ni mejore para que no se considere “soberbia”,  lo que en realidad es búsqueda de la virtud. (También ver aquí).

  Y esta imposición de la alegría y jolgorio exterior que hasta se propone como “encuentro con Cristo”, no se realiza a través de Su búsqueda, sino a través de la búsqueda del hermano, en una ridícula inversión antropocentrista; búsqueda del hermano al que no se pretende corregir de sus faltas ni pecados, al que no se pretende evangelizar, del que no se pretende sacar de su error sino al que se pretende “encontrar” en lo que se denomina sacrílegamente “cultura del encuentro” como si esto fuera una propuesta evangélica. Esta es una búsqueda consistente en igualarnos en el pecado, en la vulgaridad en nombre de nuestra humanidad, en la felicidad en nuestras bajezas, en nuestras vergüenzas, en el “sentirnos hijos de dios” por más que lo ofendamos espantosamente y no tengamos ningún propósito de enmienda. Esta igualdad en nombre de la fraternidad humana está fundada en una fraternidad desprovista de filiación divina, fraternidad del hombre endiosado, deísta; Liberté, égalité , fraternité. Libertad, igualdad y fraternidad masónicas. En la sustitución de la Iglesia de Dios, por laiglesia del "hombre.


  Y hoy estamos viviendo la marca de la Bestia; marca que con el tiempo se va a ir haciendo más y más opresiva hasta llegar en los tiempos del Anticristo (de próxima aparición), en los cuales no podamos comprar ni vender sin tener dicha marca.

  Pero ya padecemos el no aceptar la marca quienes no aceptamos las propuestas judeo-masónicas de la neo-iglesia. Nuestros antiguos amigos se alejan y nos consideran inmisericordes cismáticos, sin dar lugar a la misericordia sin límites ni justicia que promueven hasta para los más acérrimos enemigos de Dios en su condición de tales, es decir, aunque no tengan intención de cambiar y hasta se jacten de su condición de anticrísticos.

  Y quienes no aceptamos apoyar a algún corrupto político (no se de la existencia de alguno de otro tipo), a cambio de las prebendas que puedan ofrecer, ya sea a comprando nuestro voto o colaborando en la promoción de sus candidaturas o de sus delictivas gestiones; tampoco podemos conseguir trabajo y hasta en la actividad privada se van cercenando las posibilidades de actuar.

  Lamentablemente esto dejó de pertenecer al ámbito profético, para convertirse en una realidad, y día tras día la situación se va haciendo más opresiva hasta conducirnos al martirial ostracismo.

  Es claro que el trabajo de la plutocracia gobernante en el mundo se dirige a la revolución cultural, al cambio de mentalidad para lograr que se acepte lo malo como bueno para poder vivir plenamente esas felicidades, libertades y fraternidades que nos proponen, pero que en realidad no van a llevarnos más que a la más atroz de las desesperanzas, esclavitudes y odios entre los hombres. 

  Sin embargo, como esbirros del demonio, más que el lograr engañarnos alterando la percepción de la realidad, el mayor triunfo para estos réprobos consiste en hacernos claudicar de nuestras convicciones, de nuestra fe, el hacernos considerar que “si no puedes vencerlos, úneteles”, el tener pleno conocimiento del mal, sin embargo aceptarlo como invencible, tratando de consolarnos considerando que estas son concesiones que tienen que ver con la “prudencia y la astucia”, es decir el hacernos aceptar el cambio de lo ético por lo posible.

  Jordán Bruno Genta decía que admiraba al hombre que sea capaz de ir a prisión por defender la verdad, y dio testimonio con su vida de dicha convicción. Y nosotros estamos llamados a ser como Natanael, a no tener doblez, y así resistirnos a ser un trofeo de Satanás, quien como padre de la mentira, nos quiere hacer creer que no existe la virtud heroica, que el libro de Job fue sólo una metáfora ejemplificativa de una perseverancia humanamente inalcanzable.  

  Como Natanael, busquemos ser lo más coherentes posibles con nuestra fe, recordemos que: “Corruptio optimi, pessima”, la corrupción de lo mejor es lo peor.

  Buscando la asistencia de la gracia para lograr la perseverancia final, no dudemos en creer que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, pero tengamos en cuenta, que el hombre pierde su peor batalla, cuando hace concesiones consigo mismo.


Augusto



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

Extractos del libro Un aguafiestas en la fiesta de Satanás, de Andrés García-Carro



Nota de NCSJB: Agradecemos a nuestro amigo Andrés García-Carro el habernos hecho llegar su libro el cual leímos con mucho agrado y recomendamos el mismo agregando los datos pertinentes para su adquisición al final de ésta publicación. 



         ¿A qué obedece el empeño de los llamados católicos liberales en afirmar que el liberalismo es compatible con el catolicismo? Yo creo que obedece a que en su fuero interno saben, o al menos intuyen, que su infausta ideología los lleva al naufragio espiritual. Se agarran entonces al catolicismo como a un salvavidas, pero en vez de nadar hacia la orilla para ponerse a salvo, bracean mar adentro en un tour de force absurdo, contraproducente, estúpido, caprichoso, típicamente liberal.


         Una chica de veintitrés años ha publicado un anuncio en el que se ofrece sexualmente, es decir, está dispuesta a prostituirse, a cambio de una entrada para la final de la Copa de Europa entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid el próximo día 24 en Lisboa. He aquí un caso doméstico que nos sirve para explicar la incompatibilidad entre liberalismo y catolicismo. Desde un punto de vista liberal, nada se puede objetar a la oferta de la chica, la cual no hace sino ejercer, como gustan de repetir machaconamente los liberales, su libertad individual. Desde un punto de vista católico, bien al contrario, su oferta es inadmisible por inmoral, escandalosa, autodenigratoria y, en definitiva, por pecaminosa. Un católico liberal, en su esquizofrenia, dirá como liberal “que la chica haga lo que quiera”, en tanto que como católico dirá que a él no le parece bien y que “yo no lo haría”. Pero es que un católico de verdad no sólo no lo haría sino que no permite que lo haga su prójimo, a quien intenta impedírselo incluso coactivamente (censurando el texto de ese anuncio indecente, en el caso que nos ocupa). Ah, ¿que esto no es liberal? ¡Pues claro que no es liberal! Pero es católico. Católico, ergo antiliberal.


         No hacer caso a quien tiene razón no es propio de una persona libre sino de una persona muy majadera.

         Nada de lo que ha dicho Bergoglio desde que fue elegido Papa, ni por supuesto antes de serlo, me ha sonado católico, incluso cuando en su literalidad se ha ceñido a la ortodoxia. Pero aunque no fuera así, ya sería grave y motivo de alarma que una sola vez, siendo Papa, sus palabras hayan sido heterodoxas. Por eso no me parece buen proceder, aunque pueda ser bienintencionado, el de quienes lo elogian cuando no desbarra a la par que lo critican por sus errores, como si éstos fuesen una parte separable del todo. Un Papa que da una de cal católica y otra de arena herética como hace Bergoglio no merece elogio ninguno, pues sus cales y sus arenas no hacen otra cosa que sembrar la confusión. Ya nos advirtió San Pío X, en su encíclica Pascendi, sobre la peligrosidad de los herejes que, para colarnos sus herejías, las mezclan con palabras acordes a la doctrina.


         Sea o no Bergoglio un verdadero Papa, el hecho objetivo es que está sentado en la silla petrina. La sede, pues, podrá estar usurpada, pero no está vacante. Y sea o no Bergoglio un verdadero Papa, lo cierto es que la inmensa mayoría de los católicos lo tiene por tal y, dentro de esa inmensa mayoría, son muchísimos los que le aplauden y le siguen. Esto es lo terrible de la situación: la cantidad de “ovejas” que este mal pastor está llevando al matadero, sea o no un verdadero Papa.


         Dios no deja a nadie en la estacada. Cualquiera puede, en cualquier momento, ponerse en orden con Él: quien no es católico, convirtiéndose al catolicismo; quien ha dejado de ir a misa, volviendo a ir; quien vive en concubinato, poniendo fin a esa relación; quien engaña a su cónyuge, siéndole fiel; quien fornica, dándose a la castidad… Todos, por supuesto, debidamente arrepentidos y confesados. Mientras estamos en este mundo, nuestra es la elección: salvarnos o condenarnos.


         Sondea primero el territorio espiritual de la persona a la que quieres evangelizar. Si ves que no hay de dónde sacar, mejor ni lo intentes. Deja, eso sí, una semilla como quien no quiere la cosa. Nunca se sabe cuándo puede brotar.


         El ateo tranquilo no existe. En realidad es un frívolo o un inconsciente que no se ha parado a reflexionar en profundidad sobre la gran cuestión: ¿qué nos espera después de esta vida? Si la respuesta a esta pregunta es “la nada”, a nadie que realmente piense en ello con detenimiento y lucidez esa respuesta le puede dejar tranquilo. Al contrario, le llenará de una insondable congoja y de desasosiego existencial. La verdadera tranquilidad sólo puede encontrarse en la Fe y, aun así, no exenta de temor ante la horrorosa posibilidad de ir al Infierno.


         Lo que no está fundamentado en Dios está fundamentado en el vacío.


         «Yo estoy en contra del matrimonio homosexual. Pero imagínate que te sale un hijo homosexual y se casa con su novio. ¿Qué vas a hacer? Tendrás que ir a la boda. ¡Es tu hijo!». A varias personas les he escuchado este argumento, cuya lógica continuación buenista (que esas personas omiten) es la siguiente: «Y ya que voy a la boda, me vestiré muy elegante para la ocasión, brindaré por los novios y procuraré que ese día sea el más feliz de sus vidas». Es decir, lo que empieza como oposición (“estoy en contra del matrimonio homosexual”) se convierte en claudicación (“tendrás que ir a la boda”) y acaba en participación y celebración. Así es como el Demonio va ganando terreno, siempre con una coartada sentimental.


         Aprobar que una persona viva en pecado porque “es feliz así” es como dejarle tomar veneno porque le sabe muy rico.


         Una liberal se me ha puesto bravita presumiendo de apertura de mente ante las nuevas ideas, en contraposición a la, según ella, cerrazón y el inmovilismo de quienes no somos liberales. Para irla templando le he colocado un par de banderillas chestertonianas. Una: «Cuidado con abrir demasiado la mente, no se te vaya a caer la sesera». Dos: «Lo que nuestra época nos vende como nuevas ideas no son más que viejas herejías». Y la he estoqueado con mi propio estoque: «En cuanto a mente abierta, la mía lo está… a la verdad. Por eso he pasado de ser liberal a ser antiliberal.          La cerrada e inmovilista eres tú, que no sales de la cárcel mental del liberalismo».


         Dios es el interlocutor perfecto. Te escucha sin límite de tiempo, comprende exactamente todo lo que le dices y te da siempre la respuesta adecuada. Eso sí, para escucharle tú a Él tienes que abrir bien abiertos los “oídos” de tu corazón.


         Decir la verdad, sin eufemismos ni concesiones a lo políticamente correcto, es la única baza que nos puede hacer fuertes a los católicos. Hoy más que nunca tenemos que llamar al pecado mortal pecado mortal y recordarle a quien lo comete o promueve que por ese camino va derechito al Infierno. Muchos, particularmente entre nuestros más allegados, nos rechazarán por ello, pero ya nos lo advirtió Nuestro Señor Jesucristo: «Si el mundo os odia, sabed que me odió a mí antes que a vosotros»


         La soledad y la rutina tienen, por así decir, muy mala prensa. Sin embargo, bien llevadas, son el mejor camino de perfección. Sus contrarios son el mundo, enemigo del alma, y el desorden, padre de todos los pecados.


         No hace falta hacer un estudio sociológico para darse cuenta de       la inmoralidad reinante en nuestra sociedad. La decadencia moral salta a   la vista en nuestro propio entorno familiar. ¿Quién no tiene en su familia  un miembro (o miembra) homosexual? ¿Quién no tiene en su familia        un miembro (o miembra) que viva en concubinato? ¿Quién no tiene          en su familia un miembro (o miembra) que haya procreado fuera del matrimonio?... Y lo peor no es la propagación de estos pecados, que después de todo siempre han existido, sino su aceptación y su “normalización”, la pérdida misma de la noción de pecado. Rechazar tales conductas hoy, llamarlas por su nombre, supone el ostracismo y la marginación. Incluso a ojos de familiares que pasan por biempensantes, ser consecuente con la doctrina católica te convierte en un sujeto molesto, en un apestado. Son los efectos del liberalismo, que todo lo que toca lo corrompe.


         La relación de un liberal con la verdad es como la de un niño lerdo con una pelota: la persigue con ahínco, pero al agacharse a cogerla le da un puntapié que le obliga a seguir corriendo tras ella, y así una y otra vez hasta el infinito.


         Santa Teresa de Jesús: «La verdad padece, pero no perece». Padece a quienes niegan su existencia, padece a quienes la ponen en entredicho, padece a quienes la tergiversan, a quienes la adulteran, a quienes la relativizan, a quienes se mofan de ella… Pero no perece, y al final siempre resplandece.


         No hay más amor, verdadero amor, que el que nace del amor a Dios. No en vano “Amarás a Dios sobre todas las cosas” es el primero de los Diez Mandamientos. Amar a Dios implica obedecerle, obrar conforme a su voluntad, con todos los sacrificios y renuncias que esto pueda conllevar. Quien ama “a su manera”, al margen de la voluntad divina, no ama en verdad sino a su propio ego, lo cual no es amor sino egoísmo. Como tampoco es verdadero amor, pese a su apariencia altruista, el sometimiento a los deseos de otra persona cuando no están éstos, a su vez, ordenados como Dios manda.


         Quizá la palabra más tramposa del lenguaje politiqués sea consenso, de ahí que nuestros politicastros recurran a ella constantemente. En lo relativo al aborto, no se les cae de la boca. “Lo importante es que haya consenso”, repiten ad nauseam, como si hubiesen dado con la piedra filosofal. ¿Un aborto consensuado? ¿Cómo se consensua eso? ¿Acaso a la salomónica manera, abortando la mitad del feto para satisfacer a los abortistas y dejando que “nazca” la otra mitad para contentar a los defensores de la vida?


         ¿A quiénes está haciendo daño Bergoglio con sus ya innumerables desparrames papales? ¿A los católicos fieles a la Tradición? No, pues sabemos que desparrama y por lo tanto no le hacemos caso. ¿A esa gran masa de la Iglesia actual compuesta por católicos a la carta y católicos meramente nominales? Tampoco, pues ésos van “por libre” y apenas prestan atención a sus palabras. Bergoglio está haciendo daño, está desquiciando, a los católicos devotos, pero mal formados, que creen erróneamente que el Papa es Cristo en la tierra y no sólo su vicario. Es decir, a los papólatras. El problema es que éstos están ofuscados y reaccionan con impertinente agresividad, en muchos casos incluso con histeria, cuando se les intenta caritativamente sacar de su error. Yo hace tiempo que decidí desentenderme de ellos, en parte, lo reconozco, porque agotaron mi paciencia, pero sobre todo porque creo que las trifulcas entre nosotros son estériles y en definitiva dañinas para la Iglesia. Bergoglio pasará. Procuremos que lo haga del modo menos ruidoso y calamitoso posible.


         ¡Ay ateo, ateo!... Esos afamados filosofillos que citas para defender tu descabellada increencia no acudirán en tu auxilio cuando te estés muriendo. Pero no te preocupes, tú sigue por ese camino, que te los vas a encontrar a todos en el Infierno, donde podréis compartir vuestras blasfemias para toda la eternidad.


         En la Iglesia bergoglita sólo hay un pecado concebible: decir que los pecados, especialmente los carnales, son pecados. Puedes ser sodomita       –perdón, persona homosexual–, que la Iglesia te reconocerá “dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana”. Puedes ser un adúltero   –perdón, estar divorciado y vuelto a casar–, que la Iglesia te “acompañará y acogerá con respeto y delicadeza”, lo mismo que si vives en concubinato   –perdón, si simplemente convives en pareja o estás casado por lo civil–. Pero pobre de ti como digas, fiel al magisterio católico de siempre, que la sodomía es un vicio nefando, un pecado contra natura que clama venganza del Cielo. Pobre de ti como digas, recordando las palabras del mismísimo Cristo, que el adulterio es un pecado mortal. Pobre de ti como llames por su nombre, fornicación, a las pecaminosas relaciones sexuales tenidas fuera del matrimonio sacramentado. Si osas decir tales cosas, te estarás cerrando, según Bergoglio, “dentro de lo escrito (la letra) y no dejándote sorprender por el Dios de las sorpresas (el espíritu)” y serás por ello “un escrupuloso, un apresurado y un intelectualista” que ha caído en “la tentación del endurecimiento hostil”. ¡Ay Bergoglio, Bergoglio, tú sigue así, que ya verás la sorpresa que te da “el Dios de las sorpresas”!


         La gran lección de misericordia nos la dio, quién si no, Nuestro Señor Jesucristo con la adúltera. Primero, dirigiéndose a los que la estaban lapidando: «Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Seguidamente, dirigiéndose a ella: «Vete y no peques más». Esto es, ni rigorismo excesivo con el pecador, ni permisividad con el pecado. Nada que ver con la pseudomisericordia o misericordina bergogliana del “¿quién soy yo para juzgar?”, que desentendiéndose del pecado se desentiende también del pecador.


         Todo lo que no es dogmático es opinable, pero todo lo que es opinable es intranscendente.


         Cuántos circunloquios absurdos, cuánta fraseología pseudotrans-cendente, cuántas gilipolleces se ahorrarían algunos si tuviesen la sensatez y la humildad de renunciar a ser “originales” para ser católicos.


         Escribe un liberal: «La democracia no consiste en tener razón,      sino en convencer a los demás de que la tienes». Efectivamente, en la democracia tener razón, decir la verdad, no importa o, como mucho, importa en grado secundario. Los valores principales son otros: la simpatía, la “imagen”, la “cercanía”, la capacidad de embaucamiento… Da igual que digas mentiras, estupideces o locuras, mientras convenzas a los demás (a la mayoría) de que tienes razón. Con estos mimbres sería un milagro que saliese un cesto en buenas condiciones.


         Para creer en la democracia hay que creer en el demos y para creer en éste hay que creer en el ser humano. Demasiada exigencia de credulidad. Más sencillo y más fiable es creer en Dios y en un régimen político que de su ley emane.


         Para creer en Dios hace falta tener fe. Para creer en el ser humano hace falta ser tonto.


         Católico: algo estás haciendo mal si este mundo te aplaude, y lo sabes.


         El liberalismo, desde sus orígenes y para siempre, ha sido explícitamente condenado por varios papas en encíclicas de carácter dogmático, esto es, cuyo contenido sienta doctrina y por lo tanto es inmutable (léase, por ejemplo, la encíclica Libertas Praestantissimum de León XIII, dedicada monográficamente a este tema). No obstante lo cual muchos sedicentes católicos, los “católicos” liberales, siguen emperrados en que el liberalismo es compatible con el catolicismo, ya sea porque ignoran las condenas papales o porque dan mayor autoridad a cualquier majadero con ínfulas intelectuales o periodistilla zascandil que sostenga contra toda lógica lo contrario de lo que dice el magisterio de la Iglesia.




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