Mucho
se debate entre los católicos de mi país sobre la cuestión de elegir
por el candidato menos malo en las próximas elecciones. Esta situación la podemos
observar sin ninguna variante en todos los países democráticos del mundo.
Continúe votando
La próxima vez las cosas serán diferentes
Mi
planteo tiene que ver con la postura que sostiene que el abstenerse de votar y elegir entre las
perversas opciones del sistema, es considerada como una falta de
compromiso o una cuestión de comodidad. Como primera crítica, creo que se debe descartar la falsa idea de que la única forma de
participación política tenga que ver con nuestra colaboración en el rito blasfemo del sufragio universal. Bien establece la encíclica "Diuturnum illud" (aquí) lo relativo a
la falacia de la soberanía popular en la que están basadas todas las
democracias modernas. Pero, sin entrar en este punto en cuestiones doctrinales,
una vez más surge la pregunta ¿es lícito buscar el bien con medios
intrínsecamente perversos? ¿es que Maquiavelo tenía razón? Una vez más se da lo
de "El Señor de los anillos" de tratar de vencer a Saurón (el demonio hoy
encarnado por el globalismo anticristiano ONUsiano) con el anillo de
Saurón.
En
este punto la experiencia indica con toda claridad que en las cuestiones esenciales que hacen al espíritu de las naciones, todos los gobiernos, casi sin excepción, con más o menos celeridad,
avanzan siempre en la imposición de políticas que siempre afectan gravemente el alma misma de los pueblos cuya voluntad dicen representar. Entonces el hoy considerado
mal menor, ya no tiene que ver con evitar esa destrucción de nuestra identidad nacional, sino, simplemente elegir al que roba menos o
más obras públicas puede realizar. Pero hoy, aunque muchos no lo quieran ver, prácticamente el último y hasta casi único frente que nos toca defender es el salvar nuestra alma y colaborar a que otros también lo consigan, y de esa manera también se puede hacer Patria. Esto puede ser
para muchos un pueril reduccionismo para justificar la supuesta falta de compromiso,
pero es precisamente más difícil concentrarse en esto que entrar en el sistema para sobrevivir y
justificarse después diciendo que para construir algo, hay que embarrarse los pies.
La
neo iglesia posconciliar es una de las principales responsables de la promoción
de la democracia como única forma de conseguir el bien común. San Pio X con
toda claridad se oponía a este falso axioma al decir: "Lo que queremos
afirmar una vez más, siguiendo a nuestro predecesor es que hay un error y un
peligro en enfeudar, por principio a una forma de gobierno; el error y peligro
son tanto más grandes cuando se identifica la religión con un género de democracia
cuyas doctrinas son erróneas" (Notre Charge Apostolique). Sin embargo, es
preciso ser ecuánimes a la hora de analizar el accionar de los pontífices en
este aspecto y recordar cómo Pio XI cuyas encíclicas con inmensa claridad
mostraban el mal intrínseco del comunismo (Divinis Redemptoris) o el
capitalismo (Quadragesimo Anno) sin embargo, disociando el discurso de la
acción, llamaba a aceptar los más perversos gobiernos en nombre de no alterar el "orden constituido", llevando por ejemplo a los gloriosos Cristeros mejicanos a bajar las
armas para terminar siendo asesinados en masa y para que hasta el día de hoy
gobierne la masonería en ese país; o decirle a los obispos españoles que debían
aceptar la Segunda República que asesinó a miles de sacerdotes y monjas y a
condenar a la monárquica y antidemocrática Acción Francesa como a su fundador,
el ilustre nacionalista Charles Maurrás, situación solucionada posteriormente
por Pio XII. Todo esto por reconocer solo la supuesta “legitimidad de origen”
pero desconociendo la “legitimidad de ejercicio”. Y es precisamente este
error en el que incurren quienes pretenden justificar su postura anti-abstencionista; el no darse cuenta que la "efectiva legalidad" de un sistema viciado, no puede sino conducir a la inmoralidad, y guarda la relación de causa y efecto.
En
mi país, por el sistema electoral, al no conseguirse determinado porcentaje de votos, por medio del “ballotage” quedan solamente dos candidatos por
los cuales elegir y ambos representan a las supuestas derecha neoliberal y la
izquierda socialista. Pero, con respecto a lo que a los católicos nos tiene que interesar, es decir a los valores NO NEGOCIABLES, que son: la búsqueda del
bien común, la libertad de educación de los padres, la defensa de la vida desde la
concepción hasta su fin natural, y el matrimonio entre varón y mujer; ambos
candidatos argentinos están completamente alineados en contra de estos. Macri al igual que la actual
presidente dicen estar en contra del aborto, sin embargo promueven y aceptan los
abortos por vía judicial y hasta administrativa aún cuando tienen la posibilidad de
vetarlos (aquí).
Con respecto al mal llamado “matrimonio igualitario” o más propiamente “putimonio”
ambos candidatos están completamente a favor. En lo que hace a la libertad de educación
de los hijos, ambos candidatos, en sus lineamientos educativos, promueven la homosexualidad desde la perspectiva de género y la promiscuidad
en todas sus formas, incluyendo métodos abortivos para usarse como contraceptivos, (aquí Macri)
(aquí el oficialismo) –
Y si después esto podemos creer que se promueve el bien común, más que ilusos
nos estaríamos engañando a nosotros mismos.
Y
ciertamente algo de eso hay, ya que la gente al no tener la confianza adecuada
en las palabras Divinas, al seguir buscando las añadiduras antes que el Reino y
su Justicia, siguen poniendo sus esperanzas contra toda razonabilidad y
contra toda evidencia en cuestiones puramente mundanas, y en este caso hasta
perversas, esperando obtener alguna pequeña concesión al mal intrínseco en
nombre de ese “mal menor” al que aspiran los demócratas. Se quiere creer pero
en algo terreno, en algo palpable, no en la razón de las razones, ya que es algo
demasiado abstracto y poco práctico para la mentalidad moderna.
Esta
situación se puede extrapolar perfectamente a cualquier democracia del mundo
entero, y tomando como ejemplo a quienes representan los paradigmas de las antítesis
políticas del mundo actual, vemos como mucha gente cree irracionalmente que el abortista y
comunista Putín, al estar en contra del “putimonio”, nos representa mejor que el
abortista y homosexualista Obama.
Como
nacionalistas católicos, siempre se nos acusa en este punto de que nuestra
postura representa un extremismo utópico, y a veces hasta de no ser
nacionalistas por oponernos a la supuesta “única herramienta política” con la
que contamos; en ese sentido Castellani nos daba la perspectiva adecuada al decir
que: “el error del nacionalismo es poner los ojos en el Poder a corto plazo en
vez de ponerlos en la Verdad a largo alcance” al tiempo de señalar que él votaba
con un sobre en blanco (aquí).
Las
opciones del sistema son las propuestas de la judeo-masonería en todas las
democracias liberales del mundo, y no existen de otro tipo.
Se
pretende elegir entre quién menos rápido nos lleve al infierno, pero en
definitiva, se sabe con toda certeza cuál es el destino final al que se nos
quiere conducir. Así por ejemplo, elegir como el candidato del mal menor al que promueve la
pedofilia a partir de los 10 años en vez del que lo hace a los 7, no puede considerarse nunca como opción válida. Se nos propone elegir entre tomar cicuta o cianuro,
pero, si como arguyen los demócratas, por lo menos tuvieron la posibilidad de
elegir, yo digo que si me las suministran de cualquier manera, no será con mi
anuencia, y eso también es una elección.
Augusto
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Yo a Isidoro Cañones no lo voto ni mamao. Yo voto a Scioli.
ResponderBorrarYo de solo imaginarme de vicepresidenta a una inútil como Michetti no la voto ni mamao. Yo lo voto a Zanini.
Y podría dar un montón de razones.
No obstante....... creo que gana Isidoro Cañones! para mal de nuestros pecados.
" No existe incompatibilidad alguna entre la filosofía social de la Iglesia y el mundo actual; lo que existe es ignorancia, falta de información. El objetivo es restablecer la antigua verdad que afirma que es menester volver a descubrir al hombre, no al hombre-animal del cual tanto sabemos, sino al hombre racional del que tanto ignoramos. Y ese descubrimiento sólo se logrará cuando conozcamos a Aquél a cuya imagen y semejanza fue creado el hombre, pues comenzamos a ser libres cuando Dios comienza a ser importante" - Mons. Fulton J. Sheen
ResponderBorrarMuy bien sintetizado querido Augusto...En cuanto a mi elección, no voto ni por uno, ni por el otro, porque mis razones, coinciden con lo expuesto en el artículo que antecede. Como votante, el declararme en contra de ambos, es un derecho que me asiste más que como votante, como ser humano pensante y racional. A estas alturas de la historia y acontecimientos actuales por los que transcurre la humanidad entera, no tenemos opción, mas que esperar el regreso triunfante de nuestro Señor Jesucristo para salvación y gloria de todos.
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