Cabildo: No pedimos perdón por existir
Por si alguno no
conoce aún la secuencia de los hechos que motivan esta nota, enunciémosla
abusando del esquema. Primero: el flamante Ministerio de Seguridad a cargo de
Patricia Bullrich le ofrece un puesto a Carlos Manfroni. Segundo: Verbitsky
denuncia desde Página 12 algo que ya
había dicho en el 2008; esto es que Manfroni fue colaborador de la revista
Cabildo durante un tramo de su vida. Tercero: Charly García-indignado porque en
aquellas notas de Manfroni se atacaba al rock y a su figura- le escribe una carta
de protesta al titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos,
Héctor Lombardi. Cuarto: Manfroni, que ya le había pedido disculpas a Verbitsky
por su pasado nacionalista, en carta a Página
12 del 26 de marzo de 2008 (recordándole que ahora él era un respetable
hombre de “la derecha liberal”, comparable con Héctor Timerman en su invertido
camino de Damasco), se deshace en nuevos pedidos de perdones a García y al orbe
entero, jura que lo suyo fue un pecado de juventud, un furcio existencial, una
errata biográfica, un tropezón veinteañero; y renuncia a su cargo, sin
asumirlo, para no perjudicar al gobierno de Freddie Macri. Todo esto sucedió en
la tercera semana de este diciembre que se esfuma.
A la Bullrich no tenemos nada que decirle. Cuando
le llegue nuestra respuesta ya habrá cambiado de monta ideológica por enésima
vez. Y no tendrá siquiera el consuelo de algún romance lorquiano que cuente su
infidelidad, "creyendo que era mozuela". A Manfroni tampoco tenemos
nada que decirle. Se lo ha dicho todo él. Mueren las palabras; nace la náusea.
A García el Charly menos todavía. En su carta a Lombardi se ha definido como un
insecto político (sic). Que hablen pues los entomólogos. Más complicado aún
sería responderle a Verbitsky. ¿Con cuál de ellos dialogaríamos? ¿Con el
terrorista montonero, con el empleado de la Fundación Ford, con el doble agente
o con el escriba del Proceso? De los crápulas de perra vida se suele ocupar la
propia rabia. Un buen día se muerden y dan los estertores finales entre espumas
y convulsiones.
A ninguno de los
envilecidos sujetos de esta saga diminuta hemos de referirnos. Cabe en cambio
una brevísima reflexión. Ha llegado para muchos, con pocas excepciones, la
revolución de la alegría, de la ternura, de la unidad de los opuestos y del fin
de las confrontaciones. Que dentren y bailen tuitos, como en carpa de turco.
Macri no le hace asco a nada: yankis, marxistas, liberales, taoístas, budistas,
judíos, sodomitas, plutócratas, cipayos, agentes k y tipos de m. Es que Macri –lo
dijimos antes, durante y después de su apoteósis- no es otra cosa más que un
degenerado, personal y políticamente hablando. Lo dijimos incluso contra los
malminoristas que cantaban su voto por el ingeniero amarillo, o que nos pedían,
siquiera por una vez, que no fuéramos tan principistas.
Eso sí; el límite
de la fiesta de proístas y cambistas
es Cabildo. La marca territorial que no puede cruzarse y de la que no cabe el
regreso, es la del Nacionalismo Católico. Ni siquiera para aquellos que lo han
traicionado y le mendigan al mundo un minuto de su amable atención para probar
cuán felones se han vuelto y cuán oportunistas saben ser.
Y nos alegra
tanto constatarlo. Estamos tan felices de nuestra coherencia en soledad, de
nuestra congruencia de décadas, de nuestra tozuda rectitud doctrinal, de
nuestra lealtad empecinada a los ideales juveniles, y de nuestra perseverancia
en la Verdad, con pobreza absoluta de medios y de recursos, que queremos
compartir la felicidad con amigos y enemigos. Se duerme en paz sabiéndose
piedra de escándalo y signo de contradicción. Esto es; tratando de cumplir con
el mandato evangélico.
No; gracias a
Dios, Cabildo no está invitado a las ternezas de los diálogos
consensuantes. Ni los pide, ni los necesita, ni los recibe; y lanza hacia todo
el Régimen, sin distinciones, el furor de su menosprecio y el reto de su
batalla. Cabildo abomina de la democracia, la conduzcan mancos, tullidos,
mujerzuelas psicópatas o danzarines apátridas.
Una vez más,
solos e intransigentes. Por la Nación contra el caos. Porque alguien tiene que
decir la Verdad. Porque seguimos repitiendo con León Degrelle: “más
que nunca iré recto, sin ceder en nada; duro con mi alma, duro con mis deseos,
duro con mi juventud”.
ANTONIO CAPONNETTO
Buenos Ares, 16 de
diciembre de 2015.
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
LO QUE MANIFIESTA ESTE DOCUMENTO ES FANTASTICO Y SIENDO REAL VA A INCIDIR
ResponderBorrarPOLITICAMENTE--NUESTRO PAIS PIDE PRUDENCIA Y HONESTIDAD EN LAS DECISIONES-HECTOR VILLALON
Las naciones ex-catolicas serán arrasadas moral, social y culturalmente en los Tiempos Finales, los resistentes linchados y humillados publicamente. Paco1 jesuitas de figurín misericordino.
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