Tenía pensado escribir algo acerca de Los amores de Leticia[1], la nueva Exudación Escatológica[2] de « Papa Francisco », pero dado que mucho y bueno se ha publicado ya al respecto[3], y que a decir verdad no sabría yo qué agregar a lo dicho, se me ocurrió que echar un vistazo a la reciente « gira apostólica » lésbica del humilde y misericordioso huésped de la Casa Santa Marta no estaría de más. Auténtico Lepanto invertido, con un « Soberano Pontífice » por cierto muy diferente de San Pío V como protagonista, ya que en vez de repeler al invasor musulmán le abre las puertas de par en par de una Europa moribunda y resueltamente decidida a « eutanasiarse » con toda dignidad...
Cabe destacar de este viaje dos gestos « pontificios » de hondo calado simbólico:
1. El « Santo Padre » se trajo en su Vativuelo a doce mahometanos consigo a Roma.
2. Lanzó su llamado a la invasión islámica nada menos que desde la mítica isla de Lesbos, a modo de manifiesto ideológico subliminal que lleva la inequívoca rúbrica del Averno, dado que no es ningún secreto que la tierra de Safo representa de manera emblemática la ideología mortífera que promueven desembozadamente la Unión Europea y subrepticiamente el farsante que hipócritamente se cuestiona ante las cámaras del sistema: « ¿Quién soy yo para juzgar ? » …
[2] Utilizo el término en sus dos acepciones de estudio de los excrementos y de ciencia de las postrimerías.
«
En una decisión que sorprendió al mundo y una movida política audaz, Francisco
se llevó de regreso a Roma, en el vuelo papal, a tres familias sirias. Doce refugiados
en total [todos
musulmanes], seis adultos y seis menores, a quienes el Vaticano ayudará a
rearmar sus vidas lejos de las bombas que destruyeron sus casas. La acción del
Papa significó un llamado de atención a la dirigencia política europea, incapaz
de enfrentar la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial1. »
Europa
se halla sumergida por la inmigración de masa musulmana. La situación es tan
explosiva que no se ve cómo podría evitarse que tarde o temprano se produjera
una guerra civil. Pero Francisco hace la apología del inmigracionismo. Y tan
descaradamente que no vacila en culpabilizar a los europeos y en pedir perdón a
los inmigrantes por la « mala acogida » que se les reserva en Europa, lo cual,
además de ser totalmente falso, contribuye a reforzar la hostilidad y el
desprecio de los inmigrantes musulmanes hacia esa horrible sociedad « racista
», blanca y cristiana, que tan mal los recibe:
«
¡Demasiadas veces no los hemos acogido! Perdonen la cerrazón y la indiferencia
de nuestras sociedades que temen el cambio de vida que su presencia requiere.
Tratados como un peso, un problema, un costo, sin embargo, ustedes son
un don2. »
Sin
embargo nadie ignora que los refugiados son alojados, alimentados, vestidos y
curados gratuitamente en toda Europa y que no sufren ningún tipo de maltrato.
Desgraciadamente, no puede decirse que exista reciprocidad en el respeto de
parte de las hordas musulmanas hacia los nativos del viejo mundo:
«
Alemania vive con estupor e indignación el goteo de denuncias, hasta noventa
ya, presentadas por mujeres víctimas de agresiones sexuales y robos durante la
Nochevieja en las proximidades de la estación central de trenes de Colonia,
donde se encontraban reunidos alrededor de un millar de inmigrantes, que se
coordinaron para llevar a cabo estos delitos, además de al menos un violación y
un número importante de robos3. »
El
flujo masivo incesante de migrantes mahometanos es celebrado por Francisco,
quien para designar a Dios utiliza maliciosamente una expresión típicamente
islámica, la « basmala »4, y afirma
imperturbable que la inmigración es fuente de « encuentro entre culturas y
religiones diversas »…
«
Son el testimonio de cómo nuestro Dios [!!!] clemente y misericordioso sabe transformar el
mal y la injusticia que sufren en un bien para todos. Porque cada uno de
ustedes puede ser un puente que une a pueblos lejanos, que hace posible el encuentro entre
culturas y religiones diversas, un camino para redescubrir nuestra
humanidad común5. »
Francisco
saludando a inmigrantes en un centro de refugiados de Lesbos6
Los
cristianos son degollados, crucificados y masacrados en muchos países
islámicos. Sin embargo, Francisco no dice nada al respecto, no mueve un dedo
para impedir el genocidio, cuando su inmensa influencia internacional podría
ser decisiva para obtener la protección de las minorías cristianas. Y además
se trajo de Lesbos a Roma doce inmigrantes musulmanes en su vuelo papal.
Ningún cristiano. Dato geográfico revelador de la manipulación inmigracionista:
Lesbos queda a solamente 10 km. de Turquía y a 1200 km. del Vaticano. Según
Francisco, Europa, continente que según las previsiones demográficas será
mayoritariamente musulmán dentro de veinte o treinta años, debe abolir las
fronteras y aceptar de buen grado la invasión de los mahometanos:
«
Vosotros, habitantes de Lesbos, demostráis que en estas tierras, cuna de la
civilización, sigue latiendo el corazón de una humanidad que sabe reconocer por
encima de todo al hermano y a la hermana, una humanidad que quiere construir puentes y
rechaza la ilusión de levantar muros con el fin de sentirse más seguros.
En efecto, las barreras crean división, en lugar de ayudar al verdadero
progreso de los pueblos, y las divisiones, antes o después, provocan
enfrentamientos7. »
Para
Francisco Europa no se define por ser la cuna de la civilización cristiana,
sino la patria de los « derechos humanos » laicos y masónicos:
«
Europa es la
patria de los derechos humanos, y cualquiera que ponga pie en suelo europeo
debería poder experimentarlo8. »
La
Europa revolucionaria de los « Derechos Humanos » anticristianos rechazó a
Cristo y persiguió a la Iglesia. Pues bien, tiene ahora en el islam su merecido
castigo. No quiso cristianizar a África durante la era colonial en nombre del
principio masónico de la « laicidad » del Estado: pues ahora los africanos y
los árabes se encargarán de islamizarla. Actualmente, la Unión Europea combate
encarnizadamente el matrimonio natural y las familias numerosas en nombre del
feminismo, del homosexualismo y de la gender theory: los musulmanes se
ocuparán de rellenar el gigantesco bache demográfico de este continente otrora
cristiano el cual, víctima de una ideología mortífera y de un enceguecimiento
culpable, cava alegremente su propia tumba…
Y
para ello cuenta con la inestimable cooperación de « Papa Francisco »,
principal agente revolucionario del planeta y promotor acérrimo del mundialismo
laico, multiculturalista e inmigracionista…
Según
Francisco, los musulmanes son « hijos de Dios »:
«
No hice ninguna selección entre cristianos y musulmanes. Estas tres familias
tenían los papeles en regla, los documentos en regla, y era factible. En la
primera lista, por ejemplo, había dos familias cristianas, pero no tenían los
documentos en regla. No se trata, pues, de un privilegio; estas doce personas
son también hijos de Dios. El “privilegio” es ser hijos de Dios, esto es
verdad9. »
Pero
cualquier cristiano medianamente instruido sabe perfectamente que eso es una
mentira colosal: sólo los bautizados son hijos de Dios, elevados a la vida
sobrenatural por la gracia divina. Los demás hombres son solamente creaturas de
Dios, llamadas a volverse hijos de Dios por la fe en Jesucristo. Si todos fuéramos
« hijos de Dios », ¿qué sentido tendría el anuncio del Evangelio? ¿Qué sentido
tendría el bautismo? Podrían citarse infinitos pasajes de la Sagrada Escritura
o del Magisterio de la Iglesia para demostrar el carácter falaz de los dichos
bergoglianos. En aras de la brevedad, veamos lo que al respecto nos ha dado a
conocer el Espíritu Santo a través del discípulo amado del Señor en el prólogo
de su Evangelio: « A los suyos vino, y los suyos no lo recibieron. Mas a
todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. » (Jn.
1, 11-13)
No
es la primera vez que Francisco sostiene esta patraña públicamente. A modo de
ejemplo, recordemos sus palabras en el Vídeo del Papa del mes de enero
de este año, en el cual presentaba simultáneamente símbolos católicos, judíos,
musulmanes y budistas a la vez que afirmaba desvergonzadamente:
«Muchos
piensan distinto, sienten distinto, buscan a Dios o encuentran a Dios de
diversa manera. En esta multitud, en este abanico de religiones hay una sola
certeza que tenemos para todos: todos somos hijos de Dios10. »
La
filiación divina es un don sobrenatural que el hombre recibe por la fe en
Jesucristo. Si todos los hombres fuesen hijos de Dios, quedaría abolida la
distinción entre el orden de la naturaleza y el orden de la gracia, entre el
Creador y la creatura, y estaríamos en pleno panteísmo. Ahora bien, hay
innumerables textos de Francisco que demuestran su adhesión al inmanentismo
evolucionista gnóstico, en la línea del jesuita apóstata Pierre Teilhard de
Chardin:
«
Dios es luz que ilumina las tinieblas y que aunque no las disuelva hay una
chispa de esa
luz divina dentro de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle
dicho que aunque nuestra especie termine [!!!] no terminará la luz de
Dios que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos11. »
«
Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe
Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios [Negación
implícita de la divinidad de Nuestro Señor], el Padre, Abba, es la luz y el
Creador. Éste es mi Ser [El cual es, por consiguiente, divino]12. »
La
herejía sostenida públicamente por Francisco es patente, pero resulta que nadie
se inmuta. Lo cual es por cierto consternante, pero fácilmente explicable. Esta
situación absurda se debe a que todo el mundo está completamente idiotizado por
más de medio siglo de « ecumenismo » y de « interreligiosidad » conciliares.
Sin embargo, quien adhiriese a las palabras de Francisco, habría dejado ipso
facto de profesar la fe católica. Objetivamente, esto es incuestionable.
Pero sucede que el grado de incultura religiosa es tal que nadie se percata de
ello y que la inmensa mayoría de los neo-católicos conciliares no percibe la
incompatibilidad radical que existe entre el catolicismo y la « religión
ecuménica conciliar », la cual se evidencia en Francisco con claridad
meridiana…
Francisco
es un agente activo del mundialismo religioso y político al servicio del proyecto
iluminista de las Naciones Unidas. Las fronteras deben desaparecer, las
naciones deben abdicar su soberanía en provecho del mundialismo ecológico,
tanto los pueblos como los individuos deben perder su identidad y su memoria,
sometiéndose al « multiculturalismo » y al « inmigracionismo. »
Francisco
lavando los pies de doce inmigrantes musulmanes el Jueves Santo13
Con
el episodio de Lesbos hemos asistido a un capítulo más de la maléfica obra de
devastación espiritual, cultural y social ejecutada por el falso profeta
argentino quien, en una suerte de espeluznante Lepanto invertido, abrió
las puertas de Europa al islam conquistador, con el añadido altamente simbólico
de haber perpetrado su fechoría nada menos que en la isla de Lesbos, la cual
representa universalmente el homosexualismo, cuya dictadura ideológica hace
estragos en el mundo cristiano ante el silencio cómplice de Francisco…
Porque
es bien sabido que el pecado, la ofensa a Dios y la condenación eterna carecen
completamente de sentido para la fe gnóstica y naturalista de este ídolo de las
masas descristianizadas. Lo único que cuenta para este ser insensato es resolver
la « cuestión social » y proteger nuestra « casa común ». A este respecto, vale
la pena citar tres declaraciones efectuadas hace pocos días en las que
Francisco abogó una vez más por la implementación global del mundialismo
socialista y ecologista:
«
Un verdadero planteamiento ecológico debe integrar medio ambiente y justicia,
escuchando el
clamor de la tierra y el grito de los pobres14.
»
«
El cambio climático supone uno de los principales desafíos actuales para la
humanidad; para afrontarlo se requiere la solidaridad de todos15. »
«
Esto es lo que me ha venido en mente -concluyó- Y ¿cómo se puede lograr?
Simplemente siendo conscientes de que todos tenemos algo en común, de que todos somos humanos.
Y en esta humanidad nos acercamos para trabajar juntos. ‘‘Pero yo soy de
esta religión, yo soy de esta otra...’’ ¡No importa! Todos adelante para
trabajar juntos. ¡Respetar a los demás! Y así veremos el milagro de un desierto
que se convierte en bosque16. »
Lo
único que importa, para este hombre cuya impiedad supera todo lo imaginable, es
erradicar la pobreza, instaurar la « justicia social » y combatir el « cambio
climático ». La pérdida de la fe, el laicismo, la pornografía, el aborto, la
eutanasia, el « matrimonio » homosexual, la « teoría de género » y demás
abominaciones de nuestras sociedades occidentales « pluralistas » y «
democráticas » no parecen inquietar demasiado al impostor argentino.
Salvar
el planeta del « cambio climático » y construir la sociedad multicultural y
sincretista del Nuevo Orden Mundial luciferino, edificado sobre las
ruinas humeantes de la civilización cristiana apóstata, tal parece ser el
principal objetivo perseguido por este siniestro gurú mundialista, el cual se
presenta falazmente ante el mundo como si fuera el Vicario de Nuestro Señor
Jesucristo en la tierra, cuando en realidad no se trata más que de un vil
impostor, un miserable usurpador de la sede petrina, un esmerado y diligente
precursor del Anticristo…
4 La basmala es
una fórmula ritual islámica con la que se inician las suras o capítulos del
Corán y dice así: En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso :
https://es.wikipedia.org/wiki/Basmala
8 Ibidem.
11 Entrevista con
Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La
Repubblica.
12 Ibidem.
Para
mayor información acerca de « Papa Francisco »:
Nacionalismo Católico San Juan Bautista