Nota
de NCSJB: Hace un par
de años publicábamos un extenso y excelentemente documentado artículo del prestigioso
teólogo Alberto Villasana, en el cual al referirse al verdadero tercer secreto
de Fátima, nos ilustraba cabalmente lo que ahora parece confirmar el Padre
Mancuso. Al tratarse de un sacerdote de probada fidelidad a su ministerio y
ortodoxia, nos aclara bastante el panorama en medio de tanta confusión y una
apostasía nunca vista en la Iglesia, ni aun en los tiempos del Arrianismo.
Al final del artículo del “Diario Pregón de
La Plata”, reproducimos nuevamente el artículo antes citado del Dr. Villasana.
Exorcista P. Mancuso: Parece que Sor Lucía, vidente de
Fátima fue sustituida por otra - Emilio Nazar Kasbo
El día 29 de septiembre de 2016, día del
Arcángel San Miguel el exorcista de la ciudad de La Plata, P. Carlos Mancuso
ofreció una charla en el Centro de Estudios Manuel Belgrano de La Plata sobre
el tema “EL DIABLO: MITO O REALIDAD”.
El sacerdote explicó que realiza los
exorcismos en Latín, utilizando el Ritual del Siglo XVI de la Iglesia Católica,
y que no existe otro modo de realizar el exorcismo que sea efectivo. A su vez,
dijo que hay un impostor que ni siquiera es sacerdote, y difunde que él es el
"suplente" del P. Mancuso para hacer exorcismos, lo cual es falso.
En el marco de su disertación, amena como
siempre y utilizando el recurso del humor, expresó que una persona le ha
llevado un libro en borrador, con sus hojas anilladas, en el cual aborda el tema
de Sor Lucía, la vidente de Fátima, para que lo lea y lo prologue.
Sostuvo el sacerdote exorcista, que el libro
se halla documentado por fotografías, que denuncian que la vidente de Fátima,
cuyo fallecimiento se habría producido hace varias décadas, fue sustituida por
otra. También dijo que una cosa es la Iglesia, que es Santa y Perfecta, y otra
las personas que la integran o que están dentro, que cometen pecados y errores
de los cuales se deben explicaciones. Es decir, se interpreta que de ser cierta
esta versión este hecho no debe ser atribuido a la Iglesia sino a la acción de
algunos de sus miembros sin representación alguna.
El P. Mancuso expresó que la estructura ósea
de una persona no cambia, y que el libro se fundamenta detalladamente en las
fotografías existentes de la vidente. El libro será de próxima aparición, según
anunció también el Exorcista.
INFORMACIÓN
EN INTERNET
Desde hace tiempo circula en Internet la
versión a la cual ha aludido el P. Mancuso. Las hermanas que convivieron en el
Carmelo de Coimbra con Sor Lucía dos Santos, la vidente de Fátima, han escrito
un libro llamado “Un Camino Bajo la Mirada de María”, que aclara algunos puntos
sobre las cosas que había sido informada la vidente por la Santísima Virgen.
Este libro tiene la virtud que esclarece algunos temas relacionados con los
secretos de Fátima: devela las condiciones bajo las que Portugal conservará la
fe; relata una ‘iluminación’ interior de sor Lucía en 1944 en que ‘vio’ los
detalles del castigo y la tribulación en la tierra; y esclarece el manido tema
de si el Cielo aceptó o no la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de
María.
También se afirma en Internet en varias webs
que la original Sor Lucía murió y fue cambiada por una impostora.
El Tercer Secreto conocido por la vidente,
habría sido puesto por escrito en enero de 1944, cuando Sor Lucía tenía una
salud muy endeble. El Secreto fue entregado a la Obispo inmediatamente con la
advertencia de publicarlo después de su muerte o todo lo más antes de 1960.
ALGUN
TIEMPO
¿A qué se refería Nuestra Señora con aquella
expresión de “por algún tiempo” que viviría Sor Lucía tras la muerte de los
otros dos niños videntes? La misma Lucía
responde en el diálogo habido con Francisco después de la segunda aparición,
que le preguntaba por los años que viviría. “No lo sé; bastantes”.
Esta expresión encaja perfectamente con los
32 años, 2 meses y 18 días
que viviría Lucía después de aquel 13 de junio de 1917, muriendo a Los 42 años de edad.
¿Cuantos
años te quedas?
No
lo sé. Bastantes.
¿Fue
Nossa Senhora quien lo dijo?
Fue.
Y yo lo ví en aquella luz que nos metió en el pecho.
Ahora
bien la expresión “algum tempo” no
encaja en absoluto con los casi 90 años
que separan aquel trece de junio con la supuesta muerte de la supuesta Lucía, “muerta” el día 13/02/2005.
EL
31 DE MAYO DE 1949
La biografía oficial dice que profesó el 31
de mayo de 1949, después de un año de novicia en el convento, en el que entró
en marzo de 1948 a los 41 años de edad. Según dicha historia oficial profesaría
justo un año y dos meses después, contra lo mandado en los conventos
carmelitanos, que al parecer exigen dos años de noviciado. Según Internet, Sor
Lucía, nacida el 22 de marzo de 1907 en Fátima habría fallecido el 31 de mayo
de 1949, fecha en la cual fue sustituida por una impostora.
La Hermana Lucía después de una supuesta vida
en la Orden de 56 años que supuestamente comenzó el 31 de mayo de 1949,
(después de 1 año y dos meses pasados en el Carmelo de Coimbra como novicia)
cuando supuestamente profesó como religiosa en la Orden de Nuestra Señora del
Carmen, en la rama de las descalzas de Santa Teresa, tiene como fecha de
profesión el 03/10/1928 – que consta en numerosas biografías- en la
congregación de las Hermanas de Santa Dorotea. Pero su supuesta profesión en
las carmelitas fue la el 31 de mayo de 1949, como proclaman todas las
biografías de Lucía (y que habría sido la misma fecha de su fallecimiento).
El libro que prologará el Exorcista Padre
Carlos Mancuso, seguramente será esclarecedor acerca de numerosos datos y
posibles contradicciones existentes en torno al Tercer Secreto de Fátima, y de
la vida de Sor
Visto
en: Diario
El Pregón de La Plata
El
título de este artículo puede causar asombro, ya que la mayoría conoce y da por
auténtica la versión oficial, publicada por el Cardenal Angelo Sodano en junio
del año 2000, en la que supuestamente se dio a conocer la revelación hecha por
la Santísima Virgen María a los tres pastorcitos de Fátima, Portugal, en 1917.
También se acepta que la "Hermana Lucía" validó ese texto al año
siguiente y falleció en 2005.
Sin embargo, existen suficientes pruebas de que la verdadera Hermana Lucía
murió realmente el 31 de Mayo de 1949, fiesta de María Reina, y de que la
fallecida en 2005 fue en realidad una impostora. También hay certeza de que
existe una parte del Tercer Secreto que aún no se ha querido publicar
oficialmente, si bien se ha dado a conocer ya de forma extraoficial y ofrecemos
aquí una reflexión respecto a ella.
Lucía Dos Santos ingresó al Carmelo de Santa Teresa de Coimbra en 1948, treinta
y un años después de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, teniendo
41 años de edad. Anteriormente, había sido religiosa de las Hermanas Doroteas,
en Pontevedra, España, en donde ingresó en 1925, a los 15 años de edad, y
profesó en octubre de 1928.
Desde que estuvo con las Hermanas Doroteas tenía una salud muy precaria, motivo
por el que, en 1944, Mons. Da Silva le ordenó escribir el Tercer Secreto de
Fátima, temiendo que con su muerte se perdieran las revelaciones de Nuestra
Señora.
Después de ingresar al Carmelo de Porto, en Portugal, la salud de la Hermana
Lucía continuó agravándose, y murió el 31 de mayo de 1949, al año y dos meses
de haber ingresado.
Cuando, 65 años después, murió la impostora "Lucía", el 13 de febrero
de 2005, en el listado oficial de monjas fallecidas de los Carmelitas Descalzos
pusieron a la Hermana "Lucía Dos Santos" en la casilla 265. Pero, por
más de un año, apareció allí la fecha real de su fallecimiento, 31 de mayo de
1949, sin que nadie se diera cuenta. Hoy día aparece ya corregido (ver
"Moniales Defunctae" de la Orden: (http://www.ocd.pcn.net/defunti/n_def9.htm).
Con todo, nótese que aún hoy aparece como fecha de su profesión el 3 de octubre
de 1928, lo cual simplemente no pudo haber ocurrido, ya que Lucía entró a la
Orden Carmelita hasta 1948.
¿Porqué el obituario no reproduce el 31 de mayo de 1949 como la fecha de su
profesión, como por mucho tiempo se manejó en las biografías oficiales? Por
varias razones: la primera, porque la Regla carmelita establece que la
profesión se hace hasta después de dos años de noviciado, mismos que Lucía no
había cumplido y, la segunda, porque ese fue el día en que ella murió.
El error, que por más de un año se mantuvo en el sitio de la Orden, llevó a que
un lector preguntara ese extraño dato a los editores de Tradition in Action:
(Ver tercera conversación titulada "Death Notice in Carmel Archives":
Traducción
al español:
Pregunta:
"No
estoy a favor de las teorías de conspiración, pero a las bizarras fotos de la
Hna. Lucía a las que se refiere Ms. Hovart añádase otro asunto bizarro: al
mirar al sitio web de los Hermanos Carmelitas y ver los obituarios de monjas de
2005, dice que Sor Lucía murió el 31 de mayo de 1949. Esta lista ha estado allí
por al menos un año sin que nadie la corrija, quizá ustedes me puedan explicar
el porqué. Nuevamente: no creo en las teorías de la conspiración, pero las fotos
son raras y esta fecha de fallecimiento me parece muy extraña. Solo quería
hacer notar eso".
Respuesta
de los Editores:
"El
cuadro 265 enlista correctamente la fecha de nacimiento y de profesión: nació
el 22 de marzo de 1907 en Fátima, e hizo sus primeros votos como Hermana
Dorotea el 3 de octubre de 1928. Pero es difícil entender por qué el sitio
oficial de documentos puso como la fecha de su fallecimiento el 31 de mayo de
1949. Tal vez porque ella realmente murió en aquella fecha, y otra persona, que
falleció en 2005, haya tomado su lugar".
Tan es cierta esa posterior corrección, que en el documento digitalizado
aparece aún, en las fuentes originales, la fecha del 31 de mayo de 1949, como
se puede observar en la parte baja derecha:
Por
otro lado, las clamorosas discrepancias entre la verdadera Lucía y la impostora
"Lucía" son la que documentan sin lugar a dudas que se trata de dos
personas totalmente distintas. Las diferencias existen al menos en tres
elementos: faciales, de caligrafía, y contenido del mensaje.
En
las fotos de la verdadera Lucía I y la impostora "Lucía" II se
destacan:
Diversa
forma de ojos:
Diversa
forma de nariz, labios y mentón:
Diversa
dentadura, boca, pómulos y mentón:
Verdadera
Lucía de joven Impostora "Lucía" de joven
La caligrafía también es distinta, como lo revela el estudio elaborado por el
Speckin Forensic Laboratories, empresa internacional especializada en
falsificación de documentos. Las dos Lucías escriben distinto la "h",
la "N" mayúscula, el saludo personal, la "g" minúscula, y las
"S, s" mayúscula y minúscula:
Por último cabe señalar que después de la segunda aparición, la Virgen María le
había revelado a Lucía que sus primos, Francisco y Jacinta, morirían en breve,
y que ella, Lucía, moriría "algún tiempo" después. Ese "algún
tiempo" choca con la edad de 98 años que supuestamente tendría al morir en
2005: "Sim; a Jacinta e o Francisco levo-os en breve. Mas tu ficas
cá mais algum tempo".
Además, hay una prueba concluyente de que estamos ente una falsa
"Lucía", y es que ésta apoyó la versión fraudulenta del 3er Secreto
de Fátima operada por el Cardenal Sodano en el año 2000. Si se tratara de la
auténtica Hermana Lucía no lo hubiera hecho, siendo ella la protagonista y
principal conocedora del verdadero Secreto.
Pero ¿quién creó a la falsa Hermana "Lucía" y por qué?
Ante todo, es preciso exonerar al Papa Pio XII de este fraude. Él fue un gran
creyente de las apariciones en Fátima, al punto que obedeció el mandato de la
Virgen y consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María el 7 de julio de 1952,
si bien no obedeció en hacerlo con los obispos de todo el mundo.
No. Todos los indicios conducen a un personaje de alto nivel en El Vaticano,
con gran poder para influir en los superiores del Carmelo pero a espaldas del
Papa, y por motivos de una agenda política personal.
De haberse difundido el hecho de la muerte de la Hermana Lucía en 1949, los
católicos de todo el mundo habrían reclamado la publicación del Tercer Secreto,
ya que la Virgen había pedido que éste se diera a conocer a la muerte de la
Hermana Lucía, o en 1960, lo que sucediera primero. Igualmente, la feligresía
habría pedido la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, cosa que
Pio XII no había hecho aún.
¿A quién en Roma le interesaba impedir ambas cosas, que se publicara el Secreto
y se consagrara a Rusia? Principalmente a un personaje, al Sostituto de la
Secretaría de Estado, Mons. Giovanni Battista Montini.
En su libro "Undermining the Catholic Church", Mary Ball detalla que
en 1944 tuvo lugar una reunión de alto nivel entre Montini y Palmiro Togliatti,
líder del Partido Comunista Italiano que había vuelto de su exilio de 18 años
en la Unión Soviética. En esa reunión, documenta, se pactó un acuerdo entre
Democracia Cristiana, los socialistas y los comunistas, para obtener el control
total de Italia en cualquier gobierno de la post-guerra, y también se esbozaron
las condiciones para un acuerdo de acercamiento entre la Iglesia Católica y la
Unión Soviética. Esa reunión, subraya Ball, se hizo sin el conocimiento de Pío
XII, puesto que Montini se encargo hábilmente de ocultarle el asunto. En el
libro "¿La Iglesia eclipsada?" se menciona que Montini y Togliatti
eran amigos desde la infancia. Y afirma que no fue esa la única traición y
engaño de Montini a Pío XII.
Andreas Böhmler explica que la gota que colmó el vaso, y evidencia que se agotó
la paciencia del Papa Pío XII, fue un desagradable incidente ocurrido en 1954,
en el que se vio salir de El Vaticano a un hombre esposado que fue subido a un
coche. Este hombre, despojado de su sotana por orden del Papa, no era otro que
Mons. Alighiero Tondi, jesuita, secretario particular de Montini. Según
trascendió, el secretario de Montini tenía acceso al Archivo Secreto Vaticano,
y de allí obtenía los nombres de los sacerdotes que eran enviados detrás de la
Cortina de Hierro. De ello le informaba a Togliatti, quien a su vez se lo
transmitía a sus camaradas rusos quienes se encargaban de martirizar y asesinar
a esos sacerdotes. En cuanto Pío XII tuvo conocimiento de estos gravísimos hechos,
expulsó a Mons. Alighiero Tondi y lo sometió a juicio, en el que confesó ser
agente de la KGB formado en Moscú e infiltrado en la Iglesia. Pio XII se quitó
de encima a Montini enviándolo a Milán como Arzobispo, pero siempre le negó el
birrete cardenalicio impidiendo así, al menos temporalmente, que pudiera ser
considerado "papabile". Este gravísimo caso hizo enfermar a Pío XII.
No solo al pro-comunista Montini, sino a varios modernistas y ecumenistas
espantaba la posible publicación del Secreto a la muerte de la Hermana Lucía en
1949. El Hno. Michel de la Trinité en el Cap. VIII del Tomo III de su Corpus
sobre Fátima, después citado por el P. Paul Kramer, dice que, además de
Montini, existían otros opositores a la revelación del Secreto, entre los que
destacaba el jesuita Edouard Dhanis:
"El obstáculo estaba en Roma, y solamente en Roma. Era el clan de los
partidarios de Dhanis, o más bien, el clan anti-Fátima, del cual Dhanis
meramente había sido su portavoz. Monseñor Montini había sido trasladado, pero
estaba su mano derecha, Monseñor Dell'Acqua, el nuevo sustituto de la
Secretaría de Estado. El Padre Bea, confesor del Papa, aún estaba allí -él ya
estaba secretamente enamorado del ecumenismo y listo para hacer todas las
concesiones, especialmente en el área de la devoción mariana-. También
permanecían el Padre Janssens, Superior General de los Jesuitas y Dhanis mismo,
quien se había convertido en el experto cuasi-oficial de la Compañía -si no del
Vaticano mismo- para todo lo concerniente a Fátima.
La ofensiva más ingeniosa, la más tenaz, y ciertamente la más efectiva contra
Fátima, fue conducida por el jesuita belga, Padre Edouard Dhanis, profesor de
Teología en Lovaina de 1933 a 1949, quien enseñó luego en la Universidad
Gregoriana de Roma, donde en 1963 fue nombrado Rector por Paulo VI. Con el paso
del tiempo, él aparece hoy, a causa de su aparente objetividad y prudente
moderación, como el más inflexible y terrible adversario de Fátima".
Además, fue el propio Montini quien intervino para que la Hna. Lucía saliera de
las Hermanas Doroteas de España y entrara al convento de clausura del Carmelo
en Portugal. Montini se lo pidió personalmente al Obispo de Porto el 27 de
agosto de 1947.
Y es que a Tuy y Pontevedra acudían ya numerosos peregrinos y la Hna. Lucía
estaba en el centro de la atención. Por ello urgía al grupo anti-Fátima
trasladarla a la soledad, reclusión y silencio de Porto.
En una carta que la Hna. Lucia escribió a su confesor, el P. José Aparicio Da
Silva, el 11 de enero de 1946, le manifiesta su molestia por las maniobras que
había para sacarla de Tuy-Pontevedra y trasladarla a Portugal. Comenta:
"un padre de La Compañía de quien se sirvió el demonio, no sé qué cosas contó
a la Madre Provincial".
La impostora Hermana Lucía apareció por primera vez en público en 1957, a los
ocho años de fallecida la verdadera Hermana Lucía. Fue en una entrevista con el
P. Agustín Fuentes, con motivo de la causa de beatificación de Jacinta y
Francisco. El Vaticano declaró que la entrevista había sido
"fraudulenta", silenciaron al P. Fuentes regresándolo a México y lo
alejaron de la causa de beatificación.
Después, la impostora "Lucía" apareció en público en diversas
ocasiones. En el año 2001, echaron mano de ella para que avalara como verdadero
el texto del Tercer Secreto publicado por el Cardenal Angelo Sodano el año
anterior. En realidad, esa publicación había sido un fraude mayor.
El Cardenal Angelo Sodano solo dio a conocer la primera parte del Tercer
Secreto, la visión que tuvieron los pastorcitos de Fátima, pero omitió la
segunda parte, que son las palabras explicativas de la Virgen sobre esa visión.
Los niños vieron, como bien dice el comunicado oficial, a un obispo vestido de
blanco (que temían fuera el Papa) huyendo de una ciudad en ruinas, sobre los
cadáveres de muchos sacerdotes y laicos, para posteriormente ser asesinado de
forma violenta.
Pero en vez de dar a conocer la explicación dada por la Virgen María a los niños,
Sodano inventó una explicación falsa, afirmando que la visión se refiere al
atentado que sufrió Juan Pablo II en la Plaza San Pedro en 1981.
Eso es simplemente absurdo. Cuando el atentado de 1981, Roma no estaba en
ruinas, el Papa Juan Pablo II no salió huyendo, no había cadáveres por las
calles, y no fue asesinado posteriormente. Es decir, no hay absolutamente
ninguna concordancia de ese hecho con la visión que tuvieron los niños.
Por otro lado, si de verdad se refiriese a ese acontecimiento histórico, ¿por
qué esperar veinte años para darlo a conocer?
No. La visión que tuvieron los tres pastorcitos se refiere a una situación
futura de la Iglesia que al día de hoy no ha tenido verificación. Además, cabe
mencionar, la visión que tuvieron corresponde casi textualmente con la
revelación que tuvo el Papa San Pío X en 1909: "He tenido una visión
terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de
Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna
parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel". Ese
acontecimiento claramente no ha tenido aún verificación.
El punto medular y delicado de la cuestión es que después de la visión que
tuvieron los niños, la Virgen María les dio a conocer el significado de la
visión, explicándoles claramente lo que sucederá con la Iglesia. Esas son las
palabras que el Cardenal Angelo Sodano intencionalmente ocultó, dándole a la
visión un significado diverso.
En dos ocasiones, durante su visita a Fátima en mayo de 2010, el Papa Benedicto
XVI corrigió las cosas y señaló que el contenido del Tercer Secreto de Fátima
tiene un significado de futuro.
No fue la primera vez que declaró algo parecido. En el año 2003, siendo aún
cardenal, Joseph Ratzinger admitió públicamente, en una entrevista en el canal
EWTN de la Madre Angélica, que la interpretación del Tercer Secreto podría ser
diversa a la ofrecida en junio del año 2000, y también referirse a un
acontecimiento futuro. Y algo más revelador aún: a Mons. Williamson, Ratzinger
le confesó que el entonces Secretario de Estado lo obligó a aceptar la
interpretación falsa: "Sodano me torció la mano" (ver Paronama
Católico, Vol. 2, No. 14 (12/01/07).
¿Por qué se facilitó el separar la visión de las palabras explicativas de la
Virgen? La razón está en que la Hermana Lucía escribió la visión y las palabras
explicativas de la Virgen en dos documentos diversos.
El
primer documento:
Ella se enfermó gravemente en junio de 1943. Su superior, Monseñor Da Silva,
temiendo que pudiera fallecer por la enfermedad, le ordenó, el 15 de
septiembre, escribir el texto del Secreto. La Hermana le pidió la orden
formalmente y por escrito. A partir de que la recibió, a la monja le atacó una
extraña parálisis que ella consideró de tipo sobrenatural. Finalmente, el 2 de
enero de 1944, la misma Virgen María se le apareció nuevamente confirmándole
que esa era la Voluntad de Dios, y que le daría la fuerza y la luz necesarias
para poder escribirlo, cosa que hizo al día siguiente. Sin embargo, por el
decaimiento tan severo que tuvo, la Hermana Lucía sólo pudo escribir, en tres
páginas de su diario, la visión, pero no las palabras de la Virgen que
interpretan la visión.
El
segundo documento:
No fue sino hasta seis días después que la Hermana Lucía volvió a tener fuerzas
y finalmente escribió, en una hoja suelta, las palabras explicativas de la
Virgen respecto a la visión. Este hecho sucedió el 9 de enero de 1944 en la
Capilla del Convento de Tuy.
Existen varios testimonios, si bien indirectos, que confirman la existencia de
dos documentos diversos: el Cardenal Ottaviani; el Cardenal Luigi Ciappi,
teólogo personal del Papa Juan Pablo II; el Padre José Schweigl, enviado por el
Papa Pío XII a visitar a Lucía en el Carmelo de Coimbra el 2 de septiembre de
1952; el Padre Agustín Fuentes, sacerdote mexicano postulador de las causas de
beatificación de Francisco y Jacinta. Pero el más importante es el del Arzobispo
Loris Capovilla, ex secretario particular del Papa Juan XXIII, quien pudo leer
personalmente el segundo documento.
Incluso se sabe en qué fechas, diversas también, llegaron ambos documentos a El
Vaticano, en dónde se guardó cada uno de ellos por separado, y hasta en qué
fecha los Papas los han leído. Toda esta historia se haya compendiada en
diversas obras recientes: Andrea Tornielli (Il Segreto Svelato, Italia, 2000);
la del vaticanista Marco Tossati (Il Segreto Non Svelato, Italia, 2002), la de
Solideo Paolini (Fátima, non Disprezate le Profezie, Italia, 2005), la de
Antonio Socci (Il Quarto Segreto di Fatima, Italia, 2006).
En el segundo documento, que escribió la Hermana Lucía el 9 de enero de 1944,
se encuentra descrito, con detalle, la verdadera explicación de la visión que
tuvieron.
Por cuanto a la entrevista del Cardenal Bertone con la impostora Hermana Lucía,
para obligarla a afirmar que lo publicado por El Vaticano era el Tercer Secreto
auténtico y completo, sin duda constituye la fuente más desacreditada. El
relato que hace Bertone, de una entrevista que según él duró dos horas,
consiste en tan solo 44 palabras en italiano (de lo que la impostora dijo en
portugués), y de la que no hay ningún registro o grabación.
Así dice el escritor y periodista Antonio Socci: "Tanto para acallar
muchos rumores y leyendas, como para proteger al Vaticano de las acusaciones de
manipulación, Bertone debería haber grabado, o a lo mejor también filmado, esos
coloquios excepcionales para dejarlos a la posteridad. O al menos transcribir
todo, preguntas y respuestas, para que la vidente pudiese al final firmarlos y
evitar futuras y previsibles contestaciones. Pero increíblemente esos tres
interrogatorios (mayo del 2000, noviembre del 2001 y diciembre de 2003), de al
menos diez horas de duración, según el prelado, no fueron ni grabados, ni
filmados, ni verbalizados. El prelado hoy nos explica que él "tomó
notas". De modo que en los documentos oficiales de Fátima solo constan
algunas pocas frases atribuidas a la monja, frases de credibilidad
controvertida y para nada exhaustivas dado que las preguntas decisivas, las que
eran adecuadas para aclarar todas las dudas, no las hizo, o al menos no son
reproducidas por Bertone. Y lo que es peor, le atribuye hoy a la monja, que
mientras tanto ya ha muerto y no puede desmentir nada, frases que no fueron
reproducidas en el informe oficial del año 2000.
Según Bertone, la monja con el texto del año 2000 enfrente, habría dicho
"éste es el Tercer Secreto", "el único texto", y no he
escrito ningún "otro". ¿Por qué una frase tan importante no fue
reproducida por Bertone en la publicación oficial? ¿Y por qué no le preguntó el
prelado a la vidente si escribió alguna vez la continuación de las misteriosas
palabras de la Virgen dejadas en suspenso por el "etcétera" ("En
Portugal el dogma de la fe se preservará siempre, etc.") que han sido
consideradas siempre por los expertos el comienzo del Tercer Secreto? Realmente
extraño. Del mismo modo que la otra frase que ahora, y solo ahora, muerta la
vidente, el prelado le atribuye, según lo cual Lucía, cuando supo del atentado
al Papa de 1981, "pensó enseguida que se cumplió la profecía del Tercer
Secreto". ¿Por qué una confirmación tan decisiva jamás se incluyó en el
informe oficial? ¿Por qué en el dossier Vaticano, que publicó el texto de la
visión, nadie, ni sor Lucía, ni los cardenales Sodano, Ratzinger y tampoco el
propio Bertone, escribió explícitamente que el atentado de 1981 fue el
cumplimiento del Tercer Secreto? ¿Y por qué dijo Ratzinger que tal
interpretación solo fue una hipótesis y no hubieron "interpretaciones
oficiales" de la Iglesia, mientras hoy Bertone pretende imponerla como
versión oficial? ¿Y por qué sor Lucía, en su carta al pontífice, adjunta al
dossier Vaticano y escrito en el 1982 (un año después del atentado), explicó
que "no constatamos todavía la consumación final de esta profecía",
pero "nos estamos encaminando poco a poco a grandes pasos"? ¿Por qué
en aquella carta al pontífice Lucía no hace mención del atentado que se había
verificado hacía muy poco tiempo, si justamente era el cumplimiento del
Secreto?
Hay quien ha sostenido que Bertone no grabó ni verbalizó los coloquios con la
vidente porque se habrían puesto de manifiesto las presiones psicológicas
ejercidas sobre la monja de clausura, para inducirla a avalar ciertas tesis. Lo
he rememorado leyendo la página del libro de Bertone donde el cardenal recuerda
que en algún punto la vidente "se irritó" y le dijo "¡no estoy
confesándome!" ¿A qué pudo contestar Lucía con esas duras palabras? ¿Quizá
alguien le recordó a la anciana monja de clausura el poder eclesiástico y le
insinuó la posibilidad de que le negase la absolución? No se sabe, porque el
prelado, que recuerda bien la respuesta, por el fastidio de la monja, dice
haber retirado su pregunta".
El contenido de las palabras explicativas de la Virgen, a la visión que
tuvieron los niños de Fátima, y que El Vaticano ha ocultado hasta ahora es este
en resumen: un grave cisma, un enfrentamiento entre dos Papas, y cómo la
apostasía, la destrucción de la fe, vendrá desde el vértice mismo de la
Iglesia.
Así declaró el Cardenal Karol Wojtyla, ante el Congreso Eucarístico de
Pennsylvania, en 1977: "Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y
la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esas palabras hacen eco a la
versión diplomática del Tercer Secreto circulada por el Papa Juan XXIII arriba
mencionadas: "Habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos.
Satanás marchará en medio de ellos y en Roma habrá grandes cambios".
Pero
citemos otros testimonios:
Cardenal Luigi Ciappi, 1995: "En el Tercer Secreto se dice que la pérdida
de la fe, es decir la apostasía, saldrá de la cúpula de la Iglesia".
Mons. Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII, 1938: "Estoy obsesionado por
las confidencias de la Virgen a Lucía, la niña de Fátima. La obstinación de
Nuestra Señora ante el peligro que amenaza a la Iglesia es una advertencia
divina contra el suicidio que supondría la alteración de la fe en su liturgia,
su teología y su alma. Escucho a mi alrededor a los innovadores que quieren
desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la Iglesia,
rechazar sus ornamentos, hacer que se arrepienta de su pasado histórico. Vendrá
un día en que el mundo civilizado renegará de su Dios, en el que la Iglesia
dudará como San Pedro dudó. Estará tentada a creer que el hombre se ha
convertido en Dios, que su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía como
tantas otras, y en las iglesias los cristianos buscarán en vano la lamparilla
donde Dios los espera y como María Magdalena gritarán ante la tumba vacía:
¿Dónde le han puesto?"
El Padre Joaquín Alonso, archivista de Fátima: "El Tercer Secreto habla de
la crisis de fe dentro de la Iglesia y a graves diferencias de la alta
jerarquía superior de la Iglesia".
El Cardenal Silvio Oddi, en 1990: "La Virgen Bendita nos alertó en Fátima
contra la apostasía en la Iglesia".
La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: "Vi una
fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de
la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una
secta. Cuando esté cerca el reino del anticristo, aparecerá una religión falsa
que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más
grande que se haya visto en el mundo".
Si esto es así, si ese es el contenido del segundo documento, entonces se
explica el testimonio del Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan
Pablo II cuando dijo: "El Tercer Secreto se refiere a que la pérdida de la
fe en la Iglesia, es decir, a que la apostasía saldrá de la cúspide de la
Iglesia".
Y se explican también las palabras del Padre Paul Kramer, "El antipapa y
sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del
demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada".
Al Padre Stefano Gobbi, fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, la Virgen
María le reveló en 1979: "Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia
de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo
lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando
cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido
revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis
viendo".
Si el segundo documento pone en descubierto la trama que altos masones clérigos
infiltrados en la Iglesia están fraguando desde la cúspide de la Iglesia, se
explican también las palabras del Cardenal Ottaviani cuando dijo: "El
Tercer Secreto tenía que ser enterrado en lo más oculto, en el lugar más
profundo, oscuro e inaccesible de la Tierra".
Este sería el texto auténtico del Tercer Secreto de Fátima, fotografiado en
2010 y transmitido vía faxsimil a Tradition in Action:
Traducción
al español:
JMJ
Tuy
1/4/1944
Ahora
voy a revelar la tercera parte del secreto: Esta parte es la apostasía en la
Iglesia!
Nuestra
Señora nos mostró una visión de un individuo que yo describo como el
"santo Padre" frente a una multitud que lo vitoreaba.
Pero
había una diferencia con un verdadero santo Padre, la mirada del demonio, éste
tenía los ojos del mal.
Entonces,
después de algunos momentos vimos al mismo Papa entrando en una iglesia, pero
esta Iglesia era la iglesia del infierno; no hay manera de describir la fealdad
de ese lugar. Parecía como una fortaleza hecha de cemento gris con ángulos
quebrados y ventanas similares a ojos; tenía un pico en el tejado del edificio.
Enseguida
levantamos la vista hacia Nuestra Señora que nos dijo: Visteis la apostasía en
la Iglesia; esta carta puede ser abierta por el Santo Padre, pero debe ser
publicada después de Pío XII y antes de 1960.
En
el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser
removida y llevada a Fátima. Porque el dogma de la fe no ha sido conservado en
Roma, su autoridad será removida y entregada a Fátima. La catedral de Roma debe
ser destruida y una nueva construida en Fátima.
Si
69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue su abominación, la
ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está escrito en Daniel
9:24-25 y Mateo 21:42-44
Argumentos
que apuntan a la autenticidad del Secreto:
1.
Respecto a su contenido, es una descripción que ciertamente coincide con la
realidad de confusión que estamos viviendo en la Iglesia, con toda una serie de
transgresiones a la liturgia y a la doctrina. Si este texto se hubiera revelado
antes de 1960 sin duda podría haberse evitado gran parte de la presente crisis;
2.
Respecto a su forma, corresponde totalmente con las otras dos partes
previamente reveladas, y manifiesta una coherencia con el mensaje general de
Fátima;
3.
Se trata de un texto completo en sí mismo, con una introducción, una
explicación en su parte central y una conclusión, y es de 25 líneas, tal y como
el auxiliar del Obispo Da Silva, Mons. Venancio, vio a contraluz;
4.
El sentido resulta comprensible para cualquiera que lee el texto, incluso con
las referencias meta-temporales;
5.
La grafía y el estilo corresponden a los observados en los escritos de la
auténtica Hermana Lucía en la primera y segunda parte del Secreto.
6.
Concuerda con lo expresado por las personas que han visto el verdadero Tercer
Secreto de Fátima personalmente, y cuyos testimonios hemos mencionado arriba:
el Papa Pío XII, los cardenales Alfredo Ottaviani, Luigi Ciappi y Silvio Oddi,
el Arzobispo Loris Capovilla. Todos ellos mencionan que el contenido se refiere
al cisma y enfrentamiento entre dos Papas, y a que la apostasía, la corrupción
de la fe, vendrá del vértice mismo de la Iglesia.
Por otro lado, mencionar el traslado de la piedra angular de la tumba de San
Pedro a Fátima y la destrucción de Roma resulta llamativo ya que, cuando se
reveló el Secreto, en 1917, todavía no se sabía que los restos de San Pedro
estaban allí, lo cual avala el carácter sobrenatural, auténtico y profético del
mensaje.
Con todo, la expresión "la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser
removida y llevada a Fátima" se refiere de forma eminente a la autoridad
doctrinal del papado, y deja de ser misteriosa por cuanto apunta a la
legitimidad del sucesor de Pedro como "piedra angular" que vuelve a
sostener el "dogma de la Fe", después de que éste ha sido adulterado.
También hay que subrayar la coherencia que tiene esta versión auténtica del
Tercer Secreto con la profecía católica en general. Dice, por ejemplo, la
Virgen María en La Salette: "Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede
del anticristo". Y en el exorcismo del Papa León XIII se lee: "Donde
fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz
para las naciones, ellos han erigido el trono de la dominación de la impiedad,
de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey". Y la famosa
profecía del Papa San Pío X que ya citamos: "He tenido una visión
terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de
Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna
parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel", misma visión que
tuvieron los pastorcitos de Fátima y El Vaticano dio a conocer en junio del año
2000.
Llama la atención, en el auténtico Tercer Secreto de Fátima, la mención de los
Papas Pío XII y Juan Pablo II, pues en el año en que se dieron las revelaciones
gobernaba la Iglesia Benedicto XV, y después vendría Pío XI y luego otros tres
más hasta llegar a Juan Pablo II.
Pero aquí también hay concordancia con el conjunto de las revelaciones de
Fátima respecto a la mención de Papas futuros que aún no se conocían, pues en
la segunda parte del Secreto les dijo la Virgen: "La guerra pronto
terminará (Primera Guerra Mundial). Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el
pontificado de Pío XI comenzará otra peor". Si alguien hubiera inventado
este texto no hubiera mencionado a Papas futuros, dado que esto podría haber
sido señalado como una objeción. Es decir, la impugnación misma que se puede
hacer a la autenticidad del texto se convierte en prueba de su autenticidad.
Lo más dramático y grave del Secreto es la que se refiere a la fe: "En el
reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser
removida y llevada a Fátima". De esto hablaremos más abajo.
Y la parte más difícil, al menos desde le punto de vista teológico, es:
"Si 69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue su
abominación, la ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está
escrito en Daniel 9:24-25 y Mateo 21:42-44".
Las citas nos dicen que hay una correlación entre Fátima y las profecías
escatológicas de la Biblia. La cita de Daniel se refiere a la "70
semana", faltante a las 69 semanas que se cumplieron desde Nabucodonosor
hasta el bautismo del Mesías en el Jordán. Para los judíos, la
"semana" (shabua) no son 7 días, sino 7 años. Por lo que entonces se
verificaron 483 años.
A ese lapso falta aún la "70 semana" que corresponde a los siete años
del gobierno mundial del anticristo (denominada por Jesucristo la "Gran
Tribulación"), en que iglesia apóstata estará al servicio del orden global
anticristiano, y en que la Iglesia fiel a Dios y a la tradición será
perseguida.
Por ello, la mención de 69 semanas es literal, no puede subyacer a la
interpretación judaica del Antiguo Testamento. Son propiamente 69 semanas
naturales a partir de un acontecimiento concreto que el Tercer Secreto no
menciona explícitamente.
La otra cita, la de San Mateo, como explicando el que la autoridad doctrinal
petrina sea retirada al Papa y transferida a quienes son fieles a la tradición
y al mensaje revelado en Fátima, consiste en la condena lanzada por Jesucristo
a las autoridades judías farisaicas que rechazaron al Mesías: "Ahora yo
les digo, a ustedes se les quitará el Reino de los Cielos, y le será entregado
a un pueblo que le hará producir sus frutos" (Mt 21, 42).
La "abominación" en que vive Roma actualmente es debida a la
infiltración masónico-comunista a la que se refiere el Padre Gobbi, y cuya
máxima expresión cristalizará a futuro en el gobierno mundial del anticristo
con la complicidad de la nueva iglesia. El plan es construir un gobierno
centralizado, socialista y ateo, del cual la falsa iglesia proclamará que puede
ser considerado como "cristiano".
Uno de los mayores secretos con relación a la Iglesia y al Concilio Vaticano II
es el "Pacto de Metz". En agosto de 1962, en la ciudad francesa de
Metz, el cardenal Tisserant, siguiendo órdenes precisas de Juan XXIII, llevo a
cabo un pacto entre la Santa Sede y el patriarca ortodoxo Nikodim, enviado por
el politburó soviético. Con ese pacto, la Iglesia se comprometía a que en el
Concilio no habría ninguna condena contra el comunismo y el marxismo, a cambio
de que los rusos enviaran dos representantes al Concilio.
Ese Pacto era una traición, ya que el Papa Pío XI, en 1937, había enseñado y
explicado ampliamente, en su Encíclica Divini Redemptoris, que
"el comunismo es intrínsecamente perverso; y no se puede admitir que
colaboren con él, en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización
cristiana". Y ya en su Encíclica Non Abbiamo Bisogno había
condenado la masonería, y en laPascendi Dominici Gregis, había advertido
de la infiltración a la Iglesia: "Al presente no es menester ir a buscar a
los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y esto es
precisamente objeto de grandísima ansiedad y angustia, en el seno mismo del
corazón de la Iglesia. Enemigos, a la verdad, tanto más perjudiciales, cuanto
lo son menos declarados. Hablamos venerables hermanos, de un gran número de
católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes. Ellos
traman la ruina de la Iglesia no desde fuera, sino desde adentro; en nuestros
días el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas
venas. No hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna
que no se esfuercen por corromper".
La masonería fue creada por nueve prominentes judíos, en el año 43, en la corte
del rey Herodes Agripa, con el nombre "La Fuerza Misteriosa" y con la
finalidad de perseguir a los cristianos. En el año 1717 cambiaron de nombre y
comenzaron a llamarla "Masonería" simulando públicamente una
finalidad filantrópica. Pero el hecho de que en los grados superiores se
conservase siempre el objetivo último de destruir la Iglesia y a la
cristiandad, llevó a que los Papas, desde Benedicto XIV (1751) hayan
establecido la excomunión para quien se adhiere a cualquiera de sus ritos,
disciplinas, logias y sociedades secretas.
La advertencia concreta del Papa Pio XI surgió porque en su pontificado se
hacían contactos ocultos para hacer una "amnistía", un acuerdo inicuo
entre la Iglesia y la masonería negra pro comunista. El primer encuentro formal
se tuvo, en 1926, en Aix-La Chapelle de Aachen, en la que se reunieron los
sacerdotes jesuitas Herman Gruber y Joseph Berteloot, con los tres eminentes
masones Kurt Reichl, del Consejo Supremo de Austria, Eugen Lenhoff, gran
maestre de la Gran Logia Austriaca, y el doctor H. Ossian Lang, secretario
general de la Gran Logia de Nueva York. Otra entrevista se tuvo, poco después,
entre los sacerdotes Gruber y Mukermann, con el cabalista Oswald Wirth y el
gran maestre grado 33 Albert Antoine, del Supremo Consejo Escocés, para planear
la estrategia de crear un "socialismo global cristiano" vinculado al
marxismo.
En 1937, los dignatarios del Consejo Supremo de Francia emprendieron, con
Oswald Wirth, la tarea explícita de propiciar el acercamiento entre sacerdotes
católicos y la corriente espiritualista de la masonería negra.
Contactos con grupos de la masonería siguieron teniendo eminentes jerarcas
católicos como los cardenales Bea, Liénar, Frings, Köning y Suenens; los
teólogos Han Küng, el dominico Schillebeckx y el jesuita Van Kolsdonk. En
París, el delegado apostólico Angelo Roncalli trabajaba por una "reconciliación"
entre la Iglesia y la masonería, ya que él mismo había sido iniciado en la
logia Rosacruz siendo delegado apostólico en Turquía. En 1953, después de haber
sido investido cardenal por Pio XII, quiso regresar a Francia para encontrar al
gran masón Vincent Auriol, ante quien se arrodilló para que éste le
re-impusiera el capello cardenalicio, ratificando así su lealtad a la
masonería.
Angelo
Roncali recibiendo el birrete de manos del masón Vincent Auriol
La revolución había de comenzar en las mentes. En 1946 los jesuitas de Bruselas
crearon el Centro Lumen Vitae, con el supuesto de crear y diseminar
publicaciones "catequéticas". Pero el propósito de la organización
era otro. Dice Farley Clinton en The Wanderer: "Se trataba de una
institución dedicada al rechazo de las ideas recibidas y a vaciar la enseñanza
religiosa de todo contenido tradicional. Lumen Vitae tuvo un
financiamiento amplísimo desde un principio y se creó para funcionar como un
movimiento mundial".
Antes del Concilio se tuvo una reunión secreta de alto nivel, en Münich,
presidida por el pro-comunista arzobispo de Milán Giovanni Battista Montini, en
la que repasaron los planes de manipulación doctrinal liberalista al detalle.
En dicha reunión estuvieron presentes Hans Küng, Bernard Häring, Suenens,
Döpfner y Köning.
Escribió posteriormente Küng en la revista Concilio, Reforma y Reunión:
"Todo lo que se presentara al Concilio debía filtrarse previamente a
comisiones seleccionadas con cuidado, y luego seguir adelante, no tanto como si
fuera voluntad de los obispos, sino como por voluntad del Papa". En
efecto, algunos obispos reconocieron, años más tarde, que se les había
convencido de firmar bajo ese argumento.
Terminado el Concilio, un grupo de sacerdotes, obispos y cardenales adheridos a
la masonería, entronizaron a Satanás en una misa negra llevada a cabo en la
Capilla Paulina de El Vaticano. El rito tuvo lugar en la fiesta de San Pedro y
San Pablo, la noche del 28 al 29 de junio de 1963. Hubo un sacrificio ritual con
un menor y cada uno de los asistentes, con su propia sangre sellada sobre un
pergamino, ofreció su alma a Lucifer y juró solemnemente trabajar por la
"Iglesia Universal del Hombre".
En el libro de Galeazzi y Pinotti "Wojtyla Secreto", tanto el cardenal
Secretario de Estado Jean Villot como Mons. Paul Marcinkus del Banco Vaticano
IOR, son señalados como participantes en esa misa satánica, y como los
ejecutores materiales del asesinato del Papa Juan Pablo I, quien tenía el plan
de sacarlos de El Vaticano. Esto mismo lo afirma y documenta el Padre Jesús
López Sáez en su libro "El día de la cuenta". El Cardenal Villot
apareció como integrante masón de la "Lista Pecorelli" con los datos
6/8/166, 041/3 JEANNI:
En su libro "Windswept House", el Padre Malachi Martin, exorcista,
afirma que también el Cardenal Agostino Casaroli, Secretario de Estado de 1979
a 1990, participó en aquella misa negra de la Capilla Paulina, y fue expuesto
como masón de la "Lista Pecoreli" con los datos 28/9/1957, 41/076
CASA. El Cardenal Casaroli fue el principal ejecutor de la Ostpolitik, la
política de El Vaticano que costó la vida a millones de católicos que fueron
entregados al comunismo. En su libro "Atentado al Papa", el autor Ferdinando
Imposimato, quien es magistrado y juez, presidente honorario adjunto de la
Suprema Corte de Cassazione de Italia, afirma que Casaroli estuvo al tanto del
atentado contra Juan Pablo II y no hizo nada por impedirlo.
Dice Malachi Martin en las páginas 492-493 de ese libro: "la organización
de la Iglesia Católica Romana tenía dentro de sí una permanente presencia de
clérigos que practicaban el culto a Satanás y lo apreciaban; de obispos y
sacerdotes que se sodomizaban mutuamente y sodomizaban niños; religiosas que
practicaban los ritos negros de la Wicca y que vivían en relaciones lésbicas...
Cada día, incluso los domingos y los días santos, actos de herejía y blasfemia
eran cometidos y permitidos en los sacros altares por hombres que alguna vez fueron
llamados sacerdotes. Actos y ritos sacrílegos no sólo eran efectuados ante los
sagrados altares, sino que tenían la connivencia, o al menos el tácito permiso,
de ciertos cardenales, arzobispos y obispos... Su número total era minoritario,
como del uno al diez por ciento de los consagrados. Pero de esta minoría,
muchos ocupaban sorprendentemente altas posiciones o rangos".
También el Padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de la diócesis de Roma, ha
declarado en diversas ocasiones que está al corriente de la existencia de las
sectas satánicas en El Vaticano y de sus actividades contra la Iglesia.
A todo esto es a lo que se refieren las advertencias de la Virgen María en el
Tercer Secreto de Fátima: "si Roma sigue su abominación, la ciudad será
destruida".
Llama la atención que el destino del mundo en estos días gira entorno a Rusia.
La Virgen en Fátima avisó, en 1917, apenas unos meses antes de la Revolución
Bolchevique, llevada a cabo por eminentes judíos, que si Rusia no se convertía
y no era consagraba por el Papa a su Inmaculado Corazón, esa nación esparciría
sus errores por todo el mundo.
Y así ha sido. La caída del Muro de Berlín facilitó que el marxismo se
difundiera más ampliamente a nivel global, y hoy nos encontramos con organismos
mundialistas como la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial,
etc... plagados de principios socialistas y marxistas. También llama la
atención la difusión de las políticas internacionales para reducir la
población, entre las que destaca el crimen del aborto, siendo que el gobierno
de Lenin fue el primero en legalizarlo en 1920.
Por otro lado, conviene recordar que Rusia sigue siendo un bastión de la
masonería negra -conocida como "iluminista"- cuya finalidad es
establecer un gobierno mundial centralizado y ateo a través del comunismo.
"La meta específica de los Illuminati, escribe John Robinson citando al
fundador Adam Weishaupt, es abolir el cristianismo y derrocar los gobiernos
civiles".
Los pasos para la ocupación global, de la que algunos eclesiásticos son
colaboradores, fueron claramente definidos por Albert Pike, Gran Soberano del
Antiguo y Aceptado Rito de la Francmasonería, en una carta que dirigió, el 15
de agosto de 1871, a Giuseppe Mazzini, Gran Soberano de los Illuminati después
de Weishaupt. En ese documento establecía las tres guerras mundiales que
habrían de provocar para poder implantar un Nuevo Orden Mundial bajo un
Gobierno Mundial:
La Primera Guerra Mundial habría de destituir a los zares católicos en Rusia
para someter el vasto territorio ruso bajo el control de los Illuminati y poder
usarlo como plataforma desde la cual difundir sus objetivos.
La Segunda Guerra Mundial se realizaría exacerbando las diferencias entre el
sionismo político y el nacionalismo germano, con el fin de consolidar y
extender la influencia rusa y establecer en Palestina el Estado de Israel.
La Tercera Guerra Mundial se suscitaría, dice textualmente, "exasperando
las diferencias entre judíos y árabes para provocar un formidable cataclismo
social que en todo su terror demuestre a las naciones el efecto del ateísmo
absoluto, origen de la barbarie y de la más violenta confusión. Entonces, las
muchedumbres, desilusionadas con el cristianismo y no sabiendo a quién adorar,
recibirán la verdadera luz de Lucifer, en una manifestación que será resultado
del movimiento general reaccionario, siguiendo la destrucción del cristianismo
y del ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo".
Si leemos el libro "Tragedy and Hope", del Dr. Carroll Quigley, quien
fuera historiador de la Universidad de Georgetown, vemos cómo el financiamiento
de las dos guerras mundiales vino precisamente de los Illuminati, señaladamente
de la dinastía Rothschild.
El impacto de las "nuevas ideas" propagadas por la masonería
eclesiástica está a la vista de todos. En conversaciones con católicos, muchas veces
se escucha decir, por ejemplo, "el comunismo es algo bueno, aunque su
puesta en práctica haya fallado", "el comunismo es parecido al
cristianismo, porque se preocupa por los pobres", "si el mundo entero
fuera comunista habría justicia social y todos viviríamos mejor", etc,
etc.
Son pocos los que reparan en que el comunismo, como bien dijo el Papa Pio XI,
es "intrínsecamente perverso". Y lo es porque va en contra de la
dignidad humana, al reducir la persona a una mera pieza dentro de un engranaje
social que busca el bienestar material en este mundo con independencia de Dios,
porque niega el derecho a la propiedad privada y a la posesión legítima del
fruto del propio trabajo, porque persigue la igualdad mediante el odio de
clases, porque no busca el Reinado Social de Cristo en este mundo, sino que
trata de tergiversarlo y abiertamente lo persigue.
En este sentido, no pocos católicos se han alarmado, y con razón, de que el
Papa Francisco vuelva a introducir la Teología de la Liberación en la Iglesia,
después de que a Juan Pablo II y a Benedicto XVI les costó grandes sufrimientos
combatirla por las amenazas que implica contra la fe. En efecto, recién electo
Papa, Francisco anunció que trabajaría por una "Iglesia de los pobres para
los pobres" (cuando en realidad la salvación debe ser para todos), y en su
Exhortación Evangelii Gaudium hizo una relectura marxista de la economía al
criticar la libertad del mercado (misma que deriva de la libertad de la persona
humana). En febrero de 2014 recibió en El Vaticano, con bombo y platillo, a
Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación, a quien Juan Pablo II
había condenado por sus errores doctrinales. Por ende, le prologó su libro
"Pobre y para los pobres". Todo esto no hace más que abonar en pro del
gobierno mundial socialista que persigue la masonería.
Desde luego que la Iglesia es santa. Lo sigue siendo, a pesar de la
infiltración masónica, marxista y satánica. Y ello porque su fundador es Santo;
porque sus medios, los sacramentos, son santos; y porque muchos de sus miembros
han alcanzado la santidad. No debería escandalizarnos el tema de la
infiltración que se ha dado y se sigue dando en nuestros días. Si nos fijamos
detenidamente, en El Vaticano es donde se encuentra el mayor satanismo, pero también
la mayor santidad. Es el lugar en donde el bien y el mal libran la batalla
suprema antes del establecimiento del Reino de Cristo.
El mensaje de Fátima es una invitación a la conversión, a volver a Dios
mediante la penitencia, la oración y la caridad. Pero también es un llamado a
defender la fe contra cualquier relectura marxista del Evangelio que se nos
quiera imponer. Y en este sentido es preciso volver a leer la Encíclica
Divini Redemptoris del Papa Pio XI.
Tal vez esa es la razón por la que algunos no quieren que se conozca el
auténtico Tercer Secreto de Fátima ni la historia de la verdadera Hermana
Lucía. Quieren alargar la mentira lo más que se pueda, para así lograr la
perdición del mayor número de almas posible. Pero Jesús ha prometido el triunfo
de su Iglesia y estar con nosotros "todos los días hasta la consumación
del mundo". Más bien, hay que rezar para que los pobres satanistas,
masones y marxistas recapaciten. Y para que la misericordia infinita de Dios
toque sus corazones y se conviertan, evitando así la condenación eterna de su
alma y que sigan dañando a la Iglesia. Todo es posible para aquel que cree.
Visto
en: http://ultimostiempos.org/
Nota de NCSJB: Nuestra intención no es generar una postura definitiva
respecto a este tema, más sí poner en consideración una situación que puede
llevar al discernimiento sobre el origen de muchos de los males que hoy se ven
como humanamente invencibles en la Iglesia y el mundo.
Hechos verificables
desde el más obsecuente oficialismo como el caso del Mons. Tondi, condenado por
espía comunista por Pio XII, profesor de ateísmo y casado con una dirigente
marxista; sirven para entender el porqué de la conciliación con el mundo y por
consiguiente con la Rusia comunista, pretendida desde Juan XXIII, terminaron
dando cumplimiento a la profecía del comunismo expandiendo sus errores a todos
los rincones del planeta como bien advirtiera Nuestra Santísima Madre la Virgen
en Fátima. Recordemos que no solo fue llamado el obispo marxista y amancebado a
colaborar con Pablo VI en su pontificado sino que Juan Pablo II le devolvió el
estado clerical.
Agregamos para mejor
consideración del caso un par de fotos del sitio "Amor a
la Verdad" que también trató extensamente el tema.
Sobre el tema de Mons.: Tondi: Tondi, espía asesino comunista y amigo de Paulo VI - La Voz Nacionalista
Sobre el tema de Mons.: Tondi: Tondi, espía asesino comunista y amigo de Paulo VI - La Voz Nacionalista
Nacionalismo Católico San Juan Bautista