sábado, 3 de septiembre de 2016

A los jóvenes estudiantes - Jordán B. Genta




Jóvenes Estudiantes:

  Hay quien cree que la juventud quiere que le fomenten sus pasiones y le hablen de un destino cómodo como si fuesen pasantes de comercio o de una negación nihilista, como si para demostrar la audacia juvenil hubiera que destruirlo todo.

  Chesterton muestra a los jóvenes que el valor, especialmente en los tiempos actuales, consiste en ser partidarios del orden, porque lo verdaderamente revolucionario y renovador, por paradójico que parezca, es el orden. Vuestra rebeldía halla así un magnífico escenario de acción: tened el valor de ser realmente revolucionarios y decid con denuedo las palabras definidas que solo cohíben a los timoratos.

  Ir contra la corriente, contra esa fácil corriente que arrastra, es en nuestros días proclamar el orden inmutable: habrá quien os diga reaccionarios: demostradles que no os asustan los epítetos de su retórica gastada.

  Y frente al internacionalismo con que se os ha querido minar el concepto y la posición de la nacionalidad, proclamad vuestro amor a la Patria y vuestra fe en sus destinos. No se os importe que los demás os contradigan; sólo debe preocuparos, por identidad como a Sócrates, no estar en contradicción con vosotros mismos.

  Se os quiso descastar: se intentó que renunciarás a nuestra estirpe; mostraos orgullosos de vuestros mayores. Se os dijo, en nombre del igualitarismo abstracto y nivelador, que los héroes no existen, que, a lo sumo, deben ser estudiados como casos patológicos.

  Contra esa enseñanza plebeya afirmad la pedagogía del Arquetipo y recordad en todo momento que el ideal cristiano y caballeresco de la vida os identifica como argentinos.

  Sobre los Arquetipos humanos digo en mis lecciones de Psicología:

  “A los jóvenes argentinos dedicamos estos retratos de altas excelencias de vida. Sócrates o el educador; Aristóteles o el filósofo; San Francisco o el amor; San Martín o el soldado; Claudio Bernard o el investigador. Cada una de las cuales testimonia un logrado y magnífico destino. Y es siempre una esencial vocación que se realiza en las varias formas de ascetismo, mostrándonos que la vida es servicio y que hay renuncias que no significan derrota, sino una difícil victoria”.

  “Destacar que la vida existe en función de algo más alto que la trasciende y que concede el supremo rango a la vida del hombre ejemplar - el santo, el filósofo, el educador, el sabio, el caballero, el artista, el soldado - es referir los secretos en pasos por la «senda estrecha», el triunfo sobre sí mismo en toda consagración y la voluntad de afirmación y de sacrificio ahincada en lo más excelso del alma”.

  “Negarlo es demostrar la esclavitud del hombre a los apetitos y a las contingencias de un tiempo perecedero y antihistórico, es aceptar la pura animalidad, es desconocer la realidad profunda, la raíz metafísica de su existencia”.

  “Un hombre dominado por sus impulsos y pasiones, un hombre o un hombre libre que vive como San Francisco, muere como Sócrates, se destierra como San Martín, «desface entuertos y venga agravios» como Don Quijote, o colma sus vigilias de serena sabiduría como Aristóteles”.

  “He aquí, pues, para los jóvenes argentinos la lección de estas vidas ejemplares. Ellas nos enseñan que el hombre no es la bestia de la que nos habla el materialismo y que el más alto decoro de existencia se logra en la tensión y en el alerta de la conciencia lúcida y en la voluntad de dar testimonio y ser recordado”.




Jordán Bruno Genta - "Acerca de la Libertad de Enseñar y de la Enseñanza de la Libertad" Ed. Dictio. Págs. 85-87



Nacionalismo Católico San Juan Bautista


3 comentarios:

  1. Hoy quieren vividorismo de ego y ser funcionarios de estado elitista socialistón.

    O ser pavos de Sodoma y Gomorra directamente....

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  2. alisiosaruquenses4/9/16, 8:44 p.m.

    Creemos que ese católico ejemplar y brillante pensador que se llamó Jordán Genta goza de la dicha del Cielo, según la promesa de Cristo a su Iglesia, a sus discípulos; por ello, los que nos consideramos discípulos de Cristo estamos exhortados a decir la verdad, aunque duela, nos duela, nos comprometa o nos incomode la vida.

    Neopaganismo, mediocridad, vacío de virtudes y valores, egoísmos a mansalva, materialismos varios, agnosticismos, indiferencia ante el dolor del otro, pasotismo, sectas estúpidas e irrisorias: a un lelo sectario meramente prototipo de adepto lavado de cerebro a lo bestia, lo confronté yo mismo con su absurdo y alucinado bloqueo de secta desquiciada, y el nota ha "enloquecido".

    Cuento esto porque yo, que adolezco de innúmeros defectos y debilidades, cada día estoy más convencido de que en este caso he actuado como "buen católico". Y es lo que hay que hacer: frente a un mundo donde imperan la mentira, la inmoralidad, el abuso, la estafa, la burda manipulación sectaria, el pasotismo ateísta, la apostasía, en definitiva, el odio a Cristo y a su Iglesia, debemos confesar a Cristo. Así que Él nos confiese ante el Padre.

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  3. Yo sigo sin comprender del todo qué corpus doctrinal sea el nacionalismo católico, si bien como su manifestación política en España ha sido el régimen del general Francisco Franco, de cajón me sale que el nacionalismo católico tiene mucho que ver con el franquismo, o mejor dicho, al revés, el franquismo fue la manifestación española de muchas de las doctrinas del nacionalismo católico.


    Con esto no pretendo ni satanizar el régimen de Franco -que yo no viví, pues era muy pequeño el autor de estas líneas cuando los últimos años del franquismo- ni encumbrar la democracia formal o liberal, burguesa, y menos aplaudir a políticos como el socialista del PSOE Pedro Sánchez, que acaba de presentar su dimensión como secretario del PSOE.

    Me siento demócrata, pero no socialdemócrata descafeinado y burguesote. Y esto quiere decir que sintiéndome demócrata pero sobre todo reconociéndome católico, el testimonio de un filósofo como Jordán B. Genta -contando con que no sé gran cosa de él, todo sea dicho- me resulta más atractivo que la trayectoria del histórico del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) Felipe González, en cuya balanza también hay aspectos positivos y logros, cosas buenas, no afirmo que no. Pero González de fe católica confesa y militante, muy pobre, pobrísimo, pues de su lejana y breve militancia o premilitancia en organizaciones apostólicas u obreras católicas (HOAC, JOC, Acción Católica, JEC...), ya debe quedarle un vago recuerdo, si acaso.

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