EVANGELIO
DEL NACIMIENTO [Jn
1, 1-14] Jn 1, 1-18
En la noche de Navidad la Iglesia lee en
las dos primeras misas la mitad del Capítulo II de San Lucas; y en la tercera,
el Prólogo del Evangelio de San Juan, que se lee también al final de todas las misas del año. En San Lucas están los pormenores tan
conocidos del nacimiento del Salvador, que el arte cristiano ha popularizado en
todo el mundo.
Primero está marcado el tiempo: fue en el
tiempo del gran Censo o empadronamiento general
ordenado por Augusto
César en todo
el Imperio; y
en la Siria
–de que era gobernante–, por el Propretor Quirinius
en el año 42 del César. Por este orden, debió bajar de Nazareth José con su
esposa encinta a la ciudad-cabeza Bethleem, patria del Rey David, de quien
ambos descendían; para que se cumpliera la Escritura:
Mas tu, Bethleem de
Ephratah
pequeña entre los
millares de Judá,
De ti me saldrá el que
señoreará a Israel
y su origen de muy
antiguo,
de Los días de mayor
antigüedad.
El Jahué los entregará [a
los judíos] hasta el tiempo
en que la que ha de parir
parirá
y los demás hermanos volverán
a Israel.
Y se robustecerá con la
fortaleza de Jahué
con la majestad del
nombre de su Dios Jahué
Y entonces habrá
seguridad
porque su prestigio irá hasta los fines de
la tierra
(Miqueas V, 1-3)
Dante Alighieri dice muy alegre que Cristo
es romano, porque eligió nacer en el Imperio
Romano y obedeciendo a una orden del Emperador... Sí, nació en el Imperio para
pagar un nuevo impuesto, y para no encontrar una alcoba donde nacer; y al fin
de su vida, los soldados imperiales lo crucificarán. Cristo es de todo el
mundo, así como antes de encarnarse no era deste mundo. Parejamente el P. Lombardi dice que Dios ha prometido a
Italia el “primado religioso” en el mundo, porque los vicarios de Cristo viven
en Roma. Son cuentos; cuentos patrióticos, como el del negro Falucho... un
negro que no existió.
El lugar fue una caravanera y un pesebre.
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre; porque no había
para ellos lugar en la posada”. No hubo
para Cristo recién nacido ni un cubículo de fonda; y este rasgo asombroso y de
tan gran patetismo está puesto por Lucas de paso, en una frase incidental. ¡Si
habrán decantado sobre él los predicadores!
Cristo quiso nacer en la mayor pobreza,
quiso hacemos ese obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre
ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio:
no es el misterio. El misterio
inconmensurable es que Dios haya nacido. Aunque hubiese nacido en el Palatino,
en local de mármoles y cuna de seda, con la guardia pretoriana rindiendo
honores, y Augusto postrado ante El, el misterio era el mismo. El Dios
invisible e incorpóreo, que no cabe en el Universo, tomó cuerpo y alma de
hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y de verdad; ése es el
misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la Fe. Bueno es
que los niños se enternezcan ante las pajas del pesebre, la mula y el buey; que
los poetas canten:
Caído se le ha un clavel
Hoy a la Aurora del seno
¡Qué glorioso que está el
heno!
Porque ha caído sobre él.
.........................................
Las pajas del pesebre
Niño de Belén
Hoy son flores y rosas
Mañana serán hiel;
y
que los predicadores derramen lágrimas sobre la pobreza del Verbo Encarnado;
pero los adultos han de hacerse capaces de la grandeza del misterio y han de
espantarse no tanto de que Dios sea un niño pobre, sino simplemente de que sea
un niño.
La herejía contemporánea, que consiste en
una especie de naturalización del dogma, no tiene inconveniente en celebrar la
“Fiesta de la Familia” y en enternecerse ante el “niño divino”; con tal que sea
divino como todos los otros niños son “divinos”. El cristiano debe estar atento: no es un niño como los otros niños.
El profeta Miqueas dice en el mismo capítulo del nacimiento:
Aquel día te quitaré los
caballos
dice Jahué, y destruiré
tus carros
Y abatiré las ciudades de
tu tierra
y arruinaré todos tus
fortines
Y te quitaré de las manos
las hechicerías
y no habrá cabe ti
agorerías
Destruiré tus ídolos y
tus cipos
y no te postrarás ante la
obra de tus manos
Y arrancaré del medio tus
lucos sacros,
y derribaré tus árboles
idolátricos.
Y en ira y furor haré
venganza en tus gentes
que no quisieron
escucharme.
Los
paganos de hoy
celebran “el día
del Niño” y
después se vuelven
a sus espiritismos; cuando no lo
celebran con hechicerías o con excesos paganos o animales. El cristiano celebra
la Noche-Buena con santa alegría, pero con profundo sobrecogimiento.
Os anuncio una gran
alegría
Que será para todos los
pueblos:
Hoy os nació en la ciudad
de David
Un Salvador, el Mesías y
el Señor.
Y ésta es la señal:
encontraréis un niñito
envuelto en pañales
y reclinado en un
pesebre,
dijo
el Ángel a los pastores.
El
acontecimiento de los acontecimientos fue anunciado antes que a todos a
unos pobres pastores que velaban en tomo de una hoguera en la noche helada.
Ellos creyeron, y corrieron, y hallaron “lo que el Señor les había hecho saber”; aunque al ver
al espíritu luminoso “temieron
grandemente”; mas no pudieron temer al rey de los ángeles hecho niño pequeño.
Ellos fueron los primeros ciudadanos del Reino, y sus primeros evangelistas.
Ellos presenciaron el júbilo de los “ejércitos celestiales” sobre la
caravanera, después de María y José, y antes que los Magos. Salieron contando
el suceso y hubo pasmo y una gran esperanza entre la
pobre gente. “Pero
María conservaba todas
estas palabras rumiándolas
en su corazón”. De ella sin duda
las obtuvo muchos años después el médico griego meturgemán de San Pablo llamado
Lucas, el evangelista de la niñez de Cristo y de la virginidad de María, de quien
se dice también que hizo una pintura de Nuestra Señora; porque era tan mal
médico y mal pintor como excelente “recitador”.
Tunc prius ignaris
pastoribus ille creatus
Emicuit, quia Pastor
erat. ..,
canta
el poeta latino Sedulius:
Por eso primero que a
todos a pobres pastores
Mostróse; porque era
Pastor....
La
palabra “primogénito” que
pone San Lucas,
ha dado pie
a muchos herejes (Joviniano, Hevidio, Ebión y Eunomio;
así como algunas sectas protestantes) para aseverar que la Santísima
Virgen Nuestra Señora tuvo después
de Cristo otros hijos; cosa que reproduce
el judío Schalom Asch en su pesado
novelón que como “historia de Cristo” escribió con el título de
El Nazareno. Pero la palabra
griega protótokon significa tanto primogénito,
como unigénito, según los peritos. Es como la palabra primeriza que usan los libros
de Medicina, que se refiere al primer parto sin determinar si es único; o uno
seguido de otros.
El cántico de los ángeles sobre el khan de
Belén (“Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena
voluntad”) ha sido traducido diversamente y dado pie a muchas discusiones. La
traducción más exacta es:
Gloria
en el cielo
a Dios; paz
en la tierra
a los hombres del
beneplácito.
Tés
eudokías significa en griego a los hombres
bien enseñados; es decir, a los creyentes; de los cuales los
primeros fueron los Pastores; que si fueron tres pastores –como dice San
Agustín– o doce pastores –como dice Teofilacto– no lo sabemos.
San Lucas dice que María “dio a luz su
hijo, lo fajó y lo reclinó en el pesebre”, sin ayuda de obstétricas o
comadronas: el nacimiento de Cristo fue milagroso y virginal. “Los pañales
–escribe San Cipriano de África– están en lugar de las púrpuras, y las fajas en
lugar de las holandas de los reyes. La misma madre que da a luz es la obstetriz
que presta al recién nacido sus cuidados: lo toca, lo abraza, lo besa, lo
amamanta; todo ello inundada de gozo. No hay en este parto dolor ni lesión
alguna... Por sí mismo se desprendió del árbol este fruto maduro”.
La tradición del pueblo cristiano ha
retenido desde los primeros tiempos que había en el khan
de Belén una mula y un buey: los Santos Padres antiguos se han
complacido en aplicar a los dos humildes animales el versículo de Isaías, I, 3:
“Conocerá el buey a su dueño - Y el asno el pesebre de su Señor”. La tradición
española tiene que San José llevaba el buey para pagar el tributo al Déspota
Imperial, y la mula para cabalgadura de María; puesto que de Nazareth a Belén
hay cuatro días de camino a pie. El bueno de Maldonado se opone a esta tradición,
diciendo que si tenían una mula no eran tan pobres, y no les hubieran negado lugar
en la fonda. Pero ¿no se puede ser pobre y tener una pobre mula?
Para mí que la mula fue prestada.
Y así pasó esa noche que habría de ser
recordada como Buena por excelencia en todo el mundo por siglos sin fin, sin
que nada pasara en el mundo fuera de un movimiento de pastores y una nueva
estrella desconocida que vieron tres astrónomos caldeos en el cielo de Oriente.
El Verbo de Dios se hizo hombre, y los periodistas de aquel tiempo no se
enteraron de nada. Pasó la noche y vino el Alba y un nuevo día. “Caído se le ha
un clavel - Hoy a la Aurora del seno...”.
“Y
pecaron los hombres como todos los días”, dijo el poeta Paúl Fort. Esto se
puede poner en verso
¿por qué no?
por lo menos
para no aparecer como
enemigo de los “villancicos”.
Hoy ha nacido un niño y
hay un gran parabién
Hay cánticos de ángeles y
hay luces en Belén.
Hoy ha nacido un niño:
una mula lo aceza
Un obrero lo adora y una
virgen lo besa.
Hoy ha nacido un niño; y
unos pobres pastores
Vienen de prisa a verlo
con corderos y flores.
Gloria a Dios en los
cielos, paz a los que han creído
¿Cuál pensáis será el
nombre de este recién nacido?
Paz a los que han creído
y a los que han de creer
¿Quién pensáis será Este
nacido de mujer?
Hoy ha nacido un niño muy
antiguo de días
Más que el Hermón nevado con
su testa de armiño
Que viene de las últimas
místicas lejanías
Hoy ha nacido un niño y
es Dios que se ha hecho niño
Y pecaron los hombres
como todos los días.
El pueblo judío era un buey pesado y
bruto; y era cabezudo como una mula y tan ignorante y mistificado como el
pueblo argentino: tenía que haber pensado que si Dios se hacía hombre –si se
realizaba en el mundo la perfección de la Humanidad en un hombre– ese hombre
iba a pasar desapercibido, y que había que abrir bien los ojos. Así que el
buey reconoció a su Señor; y el Pueblo Elegido pasó la Noche Buena como
todas las otras noches; y sigue pasándola.
Leonardo Castellani – El
Evangelio de Jesucristo 1957
Nacionalismo Católico San
Juan Bautista
https://youtu.be/RMHguvZPcqQ
ResponderBorrarVivaldi - Gloria
NATIONAL CHAMBER ORCHESTRA OF ARMENIA