Cuatro años con Francisco: La medida está colmada
Alejandro Sosa Laprida
Francisco recibiendo el crucifijo comunista de manos del presidente
boliviano Evo Morales
Índice
Prefacio de Flavio Infante
1. La medida está colmada
2. El proselitismo es pecado
3. Jesús se hizo serpiente
4. Francisco el pornógrafo
5. Caleidoscopio bergogliano
6. ¡Vayan con los anglicanos!
7. Hay que reinterpretar a Jesús
8. Francisco, comunista y
excomulgado
9. La bula que se burla de la
misericordia
10. Sobre las dudas de los cuatro
cardenales
11. Piezas escogidas del «
magisterio » bergogliano
12. Dejate misericordiar, por
Federico Mihura Seeber
13. El concilio de los
malhechores me ha asediado, por Jean Vaquié
Postfacio de Augusto Torchson
A
Jesús y María con amor
Prefacio
Las florecillas de Francisco y la Babel esjatológica
Flavio Infante
Si no hubiese habido
una cuidadosa preparación, una propedéutica adecuada al término finalmente
alcanzado, la artillería de groserías, blasfemias y herejías de Bergoglio
habría sido rechazada desde el comienzo de su incomparable pontificado. Por
desgracia se ha cumplido, a lo largo de varias décadas, una eficaz adaequatio de los oídos y de las mentes
de la inmensa mayoría de los fieles y los clérigos a los embrollos teológicos,
a los errores más o menos enmascarados, al no-decir-nada de tantos documentos
papales y conciliares, de manera de alcanzar esta instancia, que ha sido
llamada de «plena actualización del Concilio», la hora de exprimir y consagrar
las consecuencias de las premisas asentadas oportunamente en el Vaticano II:
libertad religiosa (= laicismo de Estado), colegialidad y ecumenismo (vale
decir, la transcripción eclesiástica de la funesta tríada liberté, égalité, fraternité ya sin ningún embozo). La prueba del
éxito de la estratagema revolucionaria se asienta en el simple hecho de que hoy
día, ante la irreverencia sistemática del «obispo vestido de blanco» para con
la fe católica, no se ve alzarse un cardenal Ottaviani, ningún monseñor
Lefebvre o De Castro Mayer para oponerse a la demolición programada. La tiranía
de los faits accomplis, inconmovible
a esta altura, alcanzó a infestar la conciencia de los bautizados. […]
Esta infestación del
modernismo ha ido tanto más allá que los más temibles de los pronósticos, que
ahora se comprende mejor cuán vanos fueran los ingentes esfuerzos de san Pío X
tratando de extirpar de la Iglesia este cáncer tan invasor, a pesar de que el
santo Papa Sarto había previsto que un día la apostasía habría alcanzado un
ápice entonces inimaginable. Por otro lado, había sido justamente su predecesor
quien compusiera el texto del exorcismo contra Satanás y los ángeles apóstatas
-escrito después de una célebre visión acerca del futuro de la Iglesia- y quien
lo incluyera desde entonces en el Rituale
Romanum, uno de cuyos fragmentos reza que «allí donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad
que debe iluminar al mundo, [los enemigos de la Iglesia] han elevado el
abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y
dispersar al rebaño», palabras que dan escalofríos y que al día de hoy se leen
como una profecía cumplida. […]
«Se atizarán fuegos para testimoniar que dos más dos
son cuatro. Se desenvainarán espadas para demostrar que las hojas son verdes en
verano», escribió Chesterton
en previsión de la fatal pérdida del juicio que hoy, finalmente, se verifica en
todo el mundo. No habremos descubierto América con estas precedentes
observaciones, pero sí habremos humildemente contribuido, junto al autor de este volumen, a dar cuenta de una
evidencia desestimada incluso por muchos hombres de Iglesia en este « silencio como de media hora »
(Ap. 8, 1) que precede al
juicio de Dios sobre nuestro tiempo y sus actores.
La medida está
colmada
« Los más astutos enemigos han llenado de
amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber
ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido.
Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como
luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la
impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. ¡Oh,
invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los
espíritus que lo atacan y dale la victoria! [1] »
León XIII.
Introducción
1. El
homosexualismo no es condenado sino « integrado »
2. El laicismo va en
el sentido de la « Historia »
3. Iglesia y
Sinagoga, una misma dignidad
4. Herejías
caracterizadas
5. Destrucción del
matrimonio y abolición del pecado por la falsa misericordia
6. El mundialismo, la
ecología y la encíclica Laudato Si’
7. Blasfemias
espeluznantes
8. Apoyo al islam y a
la inmigración musulmana en Europa
9. Francisco,
Teilhard de Chardin y el panteísmo
10. Francisco,
paroxismo del ecumenismo conciliar
11. La cuestión de la
pena de muerte
12. Hacia un gobierno
mundial
Conclusión
« Los más astutos enemigos han llenado
de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado »[2]
Introducción
Hablar de Francisco
podría resultar no sólo un ejercicio desagradable sino, sobre todo, peligroso,
y esto por una doble razón, concerniente al pasado y al futuro. En lo relativo
al pasado, existe el riesgo de concentrarse excesivamente en la persona de Bergoglio
y de olvidar, por ello, de dónde proviene la crisis actual, que, en lo
esencial, no es asunto de Bergoglio, ya que él no hizo sino exacerbarla y
llevarla hasta sus últimas consecuencias. En lo referente al futuro, el riesgo
es el de perder de vista el sentido de esta crisis espantosa, quedando de
alguna manera prisioneros de la presente pesadilla y olvidando que, si Dios la
permite, es para hacer mejor resplandecer la gloria de Nuestro Señor cuando Él
se digne intervenir para castigar a los malvados, recompensar a los justos y
restaurar todas las cosas.
El primer riesgo
consiste entonces en perder de vista la perspectiva global y en sobreestimar a
una persona en detrimento de un sistema del cual ella no es sino una pieza
intercambiable. El segundo, más grave aún, reside en el debilitamiento de la
virtud teologal de la esperanza, olvidando que Nuestro Señor ya ha vencido el
mal y que nosotros tendremos parte en su victoria, por la gracia de Dios, si
permanecemos fieles a Él.
He aquí porqué me
esforzaré primeramente en demostrar, en referencia al pasado, que la raíz de
los errores bergoglianos toman su origen en el Concilio Vaticano II. En segundo
lugar, en referencia al futuro, y para no ser presa del desaliento, trataré de
destacar el aspecto escatológico de la crisis actual, recordando, al decir de
San Pablo, que « Dios dispone todas las
cosas para bien de los que lo aman » (Rm. 8, 28). Y que el pleno
desenvolvimiento del misterio de iniquidad, incluso « en el lugar santo » (Mt. 24, 15), es permitido por Dios
para hacer brillar aún más su triunfo al tiempo del Juicio de las Naciones, el
glorioso Dies Irae en el que será
destruido el imperio del mal.
Corruptio optimi pessima, la corrupción de lo mejor es lo peor que pueda darse.
La mayor autoridad moral de la tierra puesta al servicio del mal y de la
mentira resulta necesariamente el principal factor de acción revolucionaria en
el mundo. Como lo dije antes, esta obra de iniquidad no es exclusivamente fruto
de Francisco, ya que él abreva en la fuente envenenada de Vaticano II, de la
cual es el más reciente de los propagadores. Pero es cierto que, con él, la
revolución en la Iglesia ha alcanzado un nivel inédito, ha efectuado un
auténtico salto cualitativo, haciéndose
omnipresentes el error y la mentira, la blasfemia y el sacrilegio, los
que se manifiestan ya con tal desvergonzado impudor y con un tan frenético
recrudecimiento, que vuelven irrespirable la atmósfera espiritual.
A cuatro años de
pontificado, la obra de devastación perpetrada por Francisco supera lo
imaginable: necesidad de una conversión ecológica; pedido de perdón a los «
gays » por haber sido « discriminados » por la Iglesia; construir una « nueva
humanidad » a través de la « cultura del encuentro
»; la Iglesia y la Sinagoga poseen la « misma dignidad »; María y la Iglesia
tienen « defectos »; Lutero no se equivocó con la doctrina de la justificación;
los Estados católicos son incompatibles con el sentido de la « Historia »; los
musulmanes son « hijos
de Dios »; la pena de muerte para los criminales es « inadmisible »; la especie
humana « se extinguirá » algún día; no existe un Dios católico; la
multiplicación de los panes no tuvo lugar; Dios se sirve de la evolución y no
hace « magia »; el matrimonio cristiano no es más que un « ideal »; transmitir
la fe en el lenguaje de los luteranos o de los católicos es « lo mismo »; la
Iglesia en el pasado tuvo « comportamientos inhumanos » pero gracias al CVII
aprendió el « respeto » hacia las otras religiones... La lista es interminable[3].
Este estudio no se
propone ser exhaustivo (pero, ¿cómo podría serlo, sin adquirir proporciones
enciclopédicas?): sólo tiene el modesto objetivo de pasar someramente revista a
las principales aberraciones y estragos consumados por este hombre idolatrado
por los medios de comunicación del sistema y adulado por todos los enemigos de
la Iglesia. Las iniquidades de este pontificado son de una tal amplitud e
indecencia que no puede uno impedirse el decir con el salmista: « ¡Levántate, Juez de la tierra! ¡Da a
los soberbios el pago de sus obras! ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo
triunfarán los malvados? ¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia y se jactarán
los malhechores? » (Sal. 94, 2-4) Atención, Francisco: la medida está
colmada...
“Dejate
misericordiar”
Federico Mihura Seeber
Entre
las múltiples herejías y blasfemias de “Papa Francisco”, se destaca la
profanación de una de las más excelsas verdades del cristianismo: la de la
infinita Misericordia de Dios para con el hombre pecador. Ello constituye una
prueba en ejercicio de su apostasía. Porque se ha pasado al Enemigo,
llevándole, para su beneficio, esta verdad, inmensamente consoladora para el
fiel, corrompiéndola.
Lo digo, en efecto,
con plena convicción: la infinita Misericordia de Dios para con el hombre
pecador ha sido profanada en boca -y
en gestos- del actual pseudo-Papa Bergoglio. Pro-fanada: vertida
según el gusto y los parámetros del Mundo Moderno. Ha arrojado esta maravillosa
“perla” del Mensaje cristiano, “a los cerdos”, a sabiendas de que los cerdos la
embarrarían hasta hacerla irreconocible.
Y es que,
ciertamente, la Misericordia de Dios es
infinita. Pero si ello es así es porque la
gravedad del Pecado es infinita. Así lo enseñó siempre la Santa Iglesia.
Que el pecado tiene una dimensión infinita, no sin duda porque el agente del
Pecado sea infinito, sino porque Dios, el destinatario de la Ofensa, es
infinito. Para hacerlo más claro: es el Amor
infinito de Dios, el Ofendido por el Pecado. Ya que es el Amor infinito de Dios
el que, gratuitamente, nos ha creado: nos ha traído de la nada al ser. Contra ese Padre, infinitamente amante de la
criatura, es la Ofensa del Pecado, de cualquier
pecado (“Contra Ti, contra Ti solo pequé, haciendo lo que es malo a Tus ojos”
Sal. 51,6).
De modo tal que, si el
Pecado es de gravedad infinita, la Misericordia de Dios al perdonarlo, es
también una Misericordia infinita. La Misericordia es Amor. Y así, es el mismo
Amor infinito que nos ha creado, el que nos perdona el Pecado. El mismo Amor
que, en cierto modo, nos vuelve a crear.
La Misericordia es Amor. Sólo que Amor dolido.
Dios “se duele” infinitamente por la suerte en que ha quedado el pecador,
después del pecado. Porque ha quedado en mucho peor “situación” a la que
“tenía” antes de ser creado: cuando aún no era
(Sin duda, es un modo de decir: porque no hay situación alguna para quien no es). Infinita es, pues, la conmiseración del Creador para con su
creatura pecadora.
Misericordia infinita de Dios… El Amor de Dios
penetra hasta el último hondón, infinito, del Pecado. Es evidente, entonces: sólo Dios puede perdonar el Pecado.
Sabemos a qué precio. Sabemos a qué “costo” para Él: ofreciéndose Él mismo, en
su Hijo encarnado, como víctima propiciatoria. Esta es la “perla”, la perla más
insigne del Mensaje cristiano. Esta es la Buena
Nueva: que el Pecado, esta tremenda carga de la Humanidad, que es mucho
peor que no haber sido, es perdonado,
por los méritos y la fe en Jesucristo. Lo cual es, en lo cual consiste,
esencialmente, la Salvación (Porque
no consiste, en esencia, la salvación, en otra cosa: no en la liberación del
dolor y de la muerte, no en la liberación de la enfermedad, ni de la guerra,
sino sólo en esto: en la liberación de la
Culpa Infinita). […]
Postfacio
El proceso de desintegración espiritual del mundo
Augusto Torchson
El proceso de
descomposición que vive la humanidad, especialmente en su aspecto más esencial,
es decir, el espiritual, entró hoy definitivamente en una etapa irreversible,
mas no sin fin. Sabemos que lo creado en el plano material es finito, y en ese
sentido, si vemos como insostenible la situación actual, resulta mucho más
difícil imaginar que ésta siga avanzando sin límites.
Se podrían analizar
por separado la descomposición de la Iglesia y la del mundo, pero no podemos
dejar de reconocer una relación de causa a efecto de la primera respecto del
segundo. La Iglesia es la que tiene que ser luz del mundo, la que ilumine los
espíritus para conducir a los hombres de regreso a su Creador y para así poder
compartir con Él su gloria sempiterna. […]
En un panorama que
muchos consideran desolador, otros vemos una enorme esperanza. Y esto de
ninguna manera implica el rehusarnos a padecer con nuestra Iglesia, con
nuestras patrias, con nuestras familias, en estos tiempos aciagos que
transcurren y en medio de la descomunal apostasía que se observa en la Iglesia
Universal. Pero para poder acompañar a la Iglesia en su camino final al
Calvario, para poder completar en nuestra carne “lo que falta a los sufrimientos de Cristo” (Col. 1, 24), para
conseguir así la eterna recompensa, debemos estar conscientes de dicha
apostasía, cosa que claramente ignora la inmensa mayoría de los fieles
católicos, los que fueron educados en el humanismo masónico del Concilio
Vaticano II, producto éste del arrastre de errores y concesiones realizados
antes del mismo, y que fueron el caldo de cultivo apropiado para que luego
pudiera plasmarse la neo teología antropocéntrica que impera en la jerarquía
conciliar.
Y mucho contribuye a
la concientización de la situación actual el exhaustivo trabajo documental de Miles Christi en éste, su nuevo libro
sobre Francisco, en el cual el autor no se limita al señalamiento de las
transgresiones doctrinales de la neo iglesia liberal y a la denuncia de sus
nocivos procederes, sino que, además, gracias a su aporte apologético,
contribuye eficazmente a esclarecer a quienes poseen una instrucción religiosa deficiente,
que es lo corriente desde hace ya muchas décadas entre los fieles católicos,
incluso entre los mejor intencionados.
La gestión de Jorge
Mario Bergoglio al frente del Vaticano constituye sin lugar a dudas la más
desastrosa desde el establecimiento mismo de la Iglesia Católica Apostólica
Romana. Y a quienes pretendan que podrían haber sido peores otros períodos en
la historia de la Iglesia, como el de la época del arrianismo, se les debe
recordar que por lo menos, en dichos momentos, todavía se conservaba el orden
natural, cosa que Jorge Bergoglio está visiblemente empeñado en destruir,
apoyando a todos los promotores de la contra-natura y plegándose a sus
mundialistas políticas anticatólicas.
Es por esto que, si
bien es necesario impartir una buena catequesis que prepare a los fieles
adecuadamente para los tiempos que vivimos, también se vuelve necesario
conocer, si no todas, al menos gran parte de las nefastas acciones perpetradas
por el Vaticano conciliar y modernista, a fin de saber a quién como católicos
no podemos seguir, y, más importante aún, qué es lo que debemos combatir.
Contratapa
La obra devastadora
perpetrada por Francisco en cuatro años supera lo imaginable: necesidad de una
conversión ecológica; pedido de perdón a los « gays » por haber sido « discriminados » por la
Iglesia; construir una « nueva humanidad » a través de la « cultura del
encuentro »; la Iglesia y la Sinagoga poseen la « misma dignidad »; María y la
Iglesia tienen « defectos »; Lutero « no se equivocó » con la
doctrina de la justificación; los Estados católicos son incompatibles con el
sentido de la « Historia »; los musulmanes son « hijos de Dios »; la pena de
muerte para los criminales es « inadmisible »; la especie humana « se
extinguirá » algún día; no existe un Dios católico; Dios se sirve de la
evolución y no hace « magia »; el matrimonio cristiano no es más que un « ideal
»; la Iglesia en el pasado tuvo « comportamientos inhumanos » pero gracias al
CVII aprendió el « respeto » hacia las otras religiones. La lista es
interminable. Este estudio no se propone ser exhaustivo, sólo tiene el modesto
objetivo de pasar revista a las principales aberraciones cometidas por este
hombre idolatrado por los medios de comunicación del sistema y adulado por
todos los enemigos de la Iglesia. Las iniquidades de este pontificado son de
una tal amplitud e indecencia que no puede uno dejar de exclamar con el
salmista: « ¡Levántate, Juez de la
tierra! ¡Da a los soberbios el pago de sus obras! ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo
triunfarán los malvados? ¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia y se jactarán
los malhechores? » (Sal. 94,
2-4) Atención, Francisco: la medida está colmada...
[1] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida
en el Exorcismo contra Satanás y los
otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf y en el Ritual
Romano de 1903, p. 227: http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm - https://materinmaculata.wordpress.com/2014/09/20/exorcismo-completo-de-leon-xiii-latin-espanol/
[3] Para mayor información
sobre las innumerables herejías y blasfemias de Francisco, se puede consultar
el libro Tres años con Francisco: la
impostura bergogliana, publicado por las Éditions Saint-Remi en cuatro idiomas (castellano, inglés, francés
e italiano): http://saint-remi.fr/es/livres/1436-tres-anos-con-francisco-la-impostura-
bergogliana.html http://saint-remi.fr/fr/anti-liberalisme/1463-three-years-with-francis-the-bergoglian-deceit.html http://saint-remi.fr/fr/anti-liberalisme/1432-trois-ans-avec-francois-limposture-bergoglienne.html
http://saint-remi.fr/fr/anti-liberalisme/1464-limpostura-bergogliana-i-cronache-di-un-empio.html
Para adquirir el
libro:
Descuentos a librerías: 35 %. A partir de diez ejemplares: 40 % (incluso para particulares); a partir de 50 ejemplares, 50 %.
Gastos de envío: 2, 5 euros; 8, 5 euros por envíos de diez ejemplares.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
bergoglio NO ES PAPA
ResponderBorrarPor qué Juan Pablo II no fue Papa | Iglesia católica | Video documental
ResponderBorrarhttps://youtu.be/OUEucUsBX3c
ResponderBorrar“Si vivimos del Espíritu, caminemos también en el Espíritu”. (Gálatas., V, 15.)
El principio de nuestra santidad es el Espíritu Santo, el espíritu de Jesús, este espíritu divino que Jesús ha venido a traer al mundo. La vida interior no es otra cosa que estar el alma unida con el Espíritu Santo y obedecer sus mociones. Estudiemos estas operaciones en nosotros mismos.
Notad ante todo que el Espíritu Santo es quien nos comunica a cada uno en particular los frutos de la Encarnación y de la Redención. EI Padre nos ha dado a su Hijo, y el Verbo se da a nosotros y nos redime en la cruz: estos son los efectos generales de su amor. ¿Quién sino el Espíritu Santo nos comunica estos divinos efectos? EI Espíritu Santo forma a Jesucristo en nosotros y le completa. Este es, pues, el tiempo de la venida del Espíritu Santo, así como el que siguió a la Ascensión del Señor. Esta verdad nos la mostró el Salvador cuando dijo: “Os conviene que yo me vaya para que venga el Espíritu Santo.”
Jesús nos ha adquirido las gracias, ha reunido el tesoro, ha puesto en la Iglesia el germen de la santidad: la misión del Espíritu Santo es cultivar este germen y conducirlo hasta su término; acaba y perfecciona la obra del Salvador; asi decía Nuestro Señor: “Yo os enviaré mi Espíritu, y este Espíritu os enseñará todas las cosas; os explicará y os dará a entender todas las palabras que yo os he dicho; si no viniera, seríais débiles e ignorantes.” En el principio el Espíritu se extendía sobre las aguas para fecundarlas. Esto mismo hace con las gracias que nos ha dejado Jesucristo: las fecunda y nos las aplica, porque habita en nosotros y en nosotros obra. El alma justa es mansión y templo del Espíritu Santo; Él habita en ella, no solamente por Su gracia, sino por sí mismo; su adorable Persona mora en nosotros, y cuanto más pura es nuestra alma, más lugar halla en ella el Espíritu Santo y mayor es en ella su poder.
Este divino Espíritu no puede obrar ni morar allí donde hay pecado, porque el pecador está muerto, porque sus miembros están paralíticos y no pueden cooperar a su acción; cooperación que siempre es necesaria. Cuando nuestra voluntad es perezosa o son desordenados nuestros afectos, puede, es verdad, morar en nosotros, pero no puede obrar. El Espíritu Santo es una llama que siempre sube y quiere hacernos subir consigo. Si queremos ponerle obstáculos, se extingue esta llama, o más bien el Espíritu Santo acaba por alejarse de nuestras almas paraliticas y adheridas a la tierra, porque no tardamos en caer en pecado mortal. La pureza es, pues, condición necesaria para que el Espíritu Santo habite en nosotros. “No consentirá que ni siquiera haya una paja en el corazón El posee, y si la hay la quemará, dice San Bernardo”
La misión del Espíritu Santo es formar a Jesús en nosotros. Es cierto que su misión general en la Iglesia consiste en dirigirla y guardar su infalibilidad; pero su misión especial en las almas es formar a Jesucristo. Esta nueva creación, esta transformación la hace mediante tres operaciones, en las cuales es absolutamente necesaria nuestra asidua cooperación.
http://sanmiguelarcangel-cor-ar.blogspot.com.ar/2017/05/la-vida-de-union-con-el-espiritu-santo.html
Asi es que Dios elige y el E.S. dirige a los creyentes, a cada uno, y si no cojen la mano divina, desviandose del camino de Justicia y el Reino, es cuando sufren y pagarán con pesares aquí, y peor en el juicio al alma.
BorrarCON LO Unico que no estoy de acuerdo es Que pongan a Maria como divinidad e intercesora.YO SOY EL UNICO CAMINO PARA LLEGAR AL PADRE ( ,JESUCRISTO ),no creo en las apariciones Marianas...El ,, engañara con su astucia a las naciones...Saludos
BorrarLa llamada "santa sede" es tan pervertida como los antipapas,cómo es posible que se haya permitido la elección de este grotesco hombre al que sin ninguna vergüenza le hacen llamar Papa? Solo una intervención Divina podrá volver a poner las cosas en su sitio,pero sabemos que satanás está en su primavera haciendo de las suyas,en efecto el morbo modernista no solo ha penetrado en la Iglesia,si no que ha llegado a su vértice. Ahora bien por encima del Papa está solamente Dios,y cómo los artífices de la teología neo modernista han sido estos "papas":Juan XXIII,Pablo VI,Juan Pablo II,Benedicto XVI,y este último que ni para que nombrarlo,es el peor. Solo Dios puede detener la avalancha de errores que ha caído sobre el mundo eclesial a partis de 1959. Estamos viviendo en una inmensa hipocresía de antivalores. Que venga pronto Nuestro Señor Jesucristo con Su brazo justiciero a arrojar definitivamente a satanás y sus argucias con la que está manejando todo lo que concierne a la humanidad. Ven pronto Señor Jesús.
ResponderBorrarConfraternidade do Rosario de Fatima e Tercer secreto 2017
ResponderBorrarconfraternidadedorosario.blogspot.com.br
Lucia
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ResponderBorrarhttp://saint-remi.fr/fr/35-livres#/filtre_auteur-miles_christi
Como se atreven decir que Juan Pablo ll no es Papa , ni Benedicto XVl, cuando fueron fieles a la doctrina de la Iglesia de Cristo. Que pudieron cometer errores en el gobierno de la Iglesia o con los Obispos y Sacerdotes en quienes depositaron su confiaza. Que buscaron la Paz y la armonía entre las religiones en favor y del cuidado de los cristianos católicos en los Pueblos donde son minorías. No se puede comprar éste desquiciado mental, desviado sexual , hereje consciente ,ecuménico masón , falso profeta con estos verdaderos Papás.
ResponderBorrarCon todo respeto, estimado Sr. Lugo Medina, le recomiendo que se informe al respecto. Todos los papas conciliares, desde Roncalli en adelante, son modernistas, liberales, progresistas, ecuménicos, laicistas, democráticos, derecho-humanistas y mundialistas onusinos. No es éste el lugar para demostrar la heterodoxia de JPII ni de BXVI, pero un solo ejemplo debería bastar para convencerlo de ello: ambos organizaron las reuniones ecuménicas e interreligiosas de oración por la paz mundial en Asís, invitando a todas las sectas heréticas y cismáticas, al igual que a todos los cultos paganos e idólatras, a "orar por la paz", en detrimento de la verdad católica. Un hecho semejante implica indiferentismo religioso y apostasía de la fe cristiana. Si no me cree, léase la encíclica Mortalium Animos, de Pío XI, y podrá comprobar que no estoy exagerando la nota...
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