Nueva York,
22 de marzo.
En este
mes he comprado una República. Capricho costoso que no tendrá continuaciones.
Era un deseo que tenía desde hace mucho tiempo y del que he querido librarme.
Me imaginaba que eso de ser el amo de un país daba más gusto.
La
ocasión era buena y el negocio quedó concluido en pocos días. Al presidente le
llegaba el agua hasta el cuello: su ministerio, compuesto por paniaguados1 suyos,
estaba en peligro. Las arcas de la República estaban vacías; imponer nuevos
impuestos hubiera sido la señal para el derrocamiento de todo el clan que
asumía el poder, tal vez de una revolución. Ya había un general que armaba
bandas de rebeldes y prometía cargos y empleos al primero que llegaba.
Un agente
norteamericano que estaba allí me advirtió. El ministro de Hacienda corrió a
Nueva York: en cuatro días nos pusimos de acuerdo. Anticipé algunos millones de
dólares a la República y además asigné al presidente, a todos los ministros y a
sus secretarios unos estipendios dobles que los que recibían del Estado. Me han
dado en prenda -sin que lo sepa el pueblo- las aduanas y los monopolios.
Además, el presidente y los ministros han firmado un convenio secreto que,
prácticamente, me da el control sobre toda la vida de la República. Aunque yo
parezca, cuando voy allí, un simple huésped de paso, soy, en realidad, el amo
casi absoluto del país. En estos días he tenido que dar una nueva subvención,
bastante fuerte, para la renovación del material del ejército y me he
asegurado, a cambio de ello, nuevos privilegios.
El
espectáculo, para mí, es bastante divertido. Las cámaras continúan legislando,
en apariencia libremente; los ciudadanos siguen imaginándose que la República
es autónoma e independiente y que de su voluntad depende el curso de los
acontecimientos. No saben que todo lo que ellos creen poseer -vida, bienes,
derechos civiles- penden, en última instancia, de un extranjero desconocido
para ellos, es decir, de mí.
Mañana
puedo ordenar la clausura del Parlamento, una reforma de la Constitución, el
aumento de las tarifas de aduanas, la expulsión de los inmigrantes. Podría, si
quisiese, revelar los acuerdos secretos de la camarilla ahora dominante y
derribar con ello al Gobierno, desde el presidente hasta el último secretario.
No me sería imposible empujar al país que tengo en mis manos a declarar la
guerra a una de las repúblicas limítrofes.
Este
poder oculto, pero ilimitado, me ha hecho pasar algunas horas agradables.
Sufrir todas las molestias y servidumbre de la comedia política es una fatiga
tremenda; pero ser el titiritero que, tras el telón, puede solazarse tirando de
los hilos de los fantoches obedientes a sus movimientos es un oficio
voluptuoso. Mi desprecio por los hombres encuentra aquí un sabroso alimento y
miles de confirmaciones.
Yo no soy
más que el rey de incógnito de una pequeña República en desorden, pero la
facilidad con que he conseguido adueñármela y el evidente interés de todos los
enterados en conservar el secreto, me hace pensar que otras naciones, y
bastante más grandes e importantes que mi República, viven, sin darse cuenta,
bajo una análoga dependencia de misteriosos soberanos extranjeros. Siendo
necesario mucho más dinero para su adquisición, se tratará, en vez de un solo
dueño, como en mi caso, de un trust, de un sindicato de negocios, de un grupo
restringido de capitalistas o de banqueros.
Pero
tengo fundadas sospechas de que otros países son efectivamente gobernados por
pequeños comités de reyes invisibles, conocidos solamente por sus hombres de
confianza, que continúan representando con naturalidad el papel de jefes
legítimos.
FIN
1.Paniaguado: El que
está protegido por una persona y es excesivamente favorecido por ella
Visto en: Ciudad
Seva
Enviado por
Santiago Mondino
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
Que terrible!...
ResponderBorrarA qué país no aplicarlo?? Es la realidad del nuevo orden mundial.
ResponderBorrarDejá de delirar, Santiago...
ResponderBorrarGracias a las urnas, eso acá no pasa. Es el pueblo el dueño de su destino...
Espero tu llamado en breve.
Saludos desde el mas áca!
Bucelarios #1.-
como Elsztain en Arg, el kahal sudaca.
ResponderBorrarhttps://eladiofernandez.files.wordpress.com/2013/11/17352177_1417359358335122_1793784747379421461_n.jpg?w=497
LOS GOBIERNOS PASAN ELSZTAIN QUEDA!!!
les animo a imprimir el texto publicado con esta imagen debajo y acto seguido ¡pegatina generalizada, que no se salve ningún poste!!!
ResponderBorraravivandogiles.
https://eladiofernandez.files.wordpress.com/2013/11/17352177_1417359358335122_1793784747379421461_n.jpg?w=497
https://edicionesfides.com/2017/09/04/el-trabajo-no-libera-contra-el-mito-del-valor-trabajo/
ResponderBorrarhttps://youtu.be/XawGtpUgToA
Especial TLV1 N°34 - España y las pretensiones independentistas de Cataluñia, por Josep Alsina