-Si los supuestos o
reales indios cortan la ruta, se llama resistencia ancestral. Si los gendarmes
restituyen la viabilidad del camino obstaculizado, se llama salvaje represión.
-Si a uno o
varios gendarmes le fracturan los pómulos a pedradas, se llama rebeldía
atávica. Si los gendarmes devuelven los cascotazos, es genocidio.
-Si diez
adoquines son arrojados por un mapuche resulta autodefensa. Un guijarro lanzado
por un gendarme es discriminación racial y violencia étnica.
-Si grupos de
mapuches incendian iglesias y matan a los que están en ellas, es afirmación de
la identidad originaria. Si los gendarmes corren a los agresores para
capturarlos es invasión del espacio sagrado.
-Si los mapuches
le gritan asesinos a los gendarmes,
amenazándolos con que los van a ir a buscar adónde vayan, es manifestación de
telurismo. Si los gendarmes le dan la voz de alto a los depredadores es acoso
verbal homicida.
-Si los mapuches
van encapuchados, rompiendo todo a su paso, es costumbrismo añejo y sacro. Si
los gendarmes llevan el casco reglamentario, se están ocultando y encubriéndose
corporativamente.
-Si los mapuches atacan
en malón, en organizadas guerrillas, viven en la clandestinidad y prometen
matar a sus enemigos, es el reclamo sempiterno de las raíces contra los malvados
huincas. Si los gendarmes detienen a los guerrilleros, sorprendidos in
fraganti, es Terrorismo de Estado.
-Si los mapuches
reclaman millones de hectáreas del territorio patrio, es el derecho originario.
Si las fuerzas de seguridad les piden – y ¡por favor! -que dejen de saquear el
microcentro, volvió “la dictadura”.
-Si se ocultan,
evanescen, se volatilizan, se esfuman los integrantes de RAM, tras cometer todo
tipo de tropelías, es táctica de intransigencia en pos de reclamos milenarios.
Si todo el planeta político, jurídico, legal y militar se moviliza para
encontrar a un anarquista filomapuche, es un caso evidente de desaparición
forzada.
- Si mueren en
cumplimiento de sus misiones contingentes enteros de gendarmes, a nadie se le
ocurre pensar que detrás de cada uno de ellos hay una familia que los llora. Si
le tocan una rastra a un nómade por propia decisión, Maldonado es mi hermano,
mi hijo, mi nieto, mi chozno.
-Si the Benetton Group,
nos roba la Patagonia, es capitalismo salvaje y penetración foránea; y es
cierto. Si lo mismo hace The Mapuche Nation con sede en la británica Lodge
Street, también lo es. Pero de eso no se habla. Y mucho menos de las
explícitas, antiguas y remozadas pretensiones israelitas a nuestra soberanía
patagónica. Esto ya es conspiracionismo nacionalista. Que nadie ose traspasar
el umbral de lo políticamente correcto.
-Si el imbécil del
rabino Bergman, investido de Ministro Planta y de Funcionario Plasma, les
devolvió oficialmente a los mapuches, el 30 de diciembre de 2016, el bastón de
mando que en 1938 Perón les había obsequiado, “como reconocimiento de los
derechos ancestrales del pueblo mapuche”, según lo glosa, larga y
admirativamente la revista kirchnerista Zoom (http://revistazoom.com.ar/el-baston-perdido-de-peron-y-la-lucha-de-los-mapuches/ ),embanderada ahora con la causa Maldonado,
entonces quiere decir que tanto el macrismo como el peronismo no están
dispuestos a defender a la patria de la demencia criminal de estas tribus
sediciosas, delictivas e insurrectas. Son partes intercambiables del mismo
Régimen.
Conviene tomar nota y
obrar en consecuencia. Esto no lo arreglan ni lo entienden los brujos de la
tribu, sean liberales o marxistas, sino los Defensores de la Argentinidad.
Antonio
Caponnetto
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
BRAVO !!!!!!! EXCELENTE DOCTOR....!!!ES EL PENSAMIENTO DE MUCHOS !!!!!!
ResponderBorrarLa perfida Albion sigue en sus trece de divide y vencerás, sea con piratas o con negocios, la coñeta indigenista alucinando, que no serán anglicanizados, no.
ResponderBorrarque delirio
ResponderBorrarTiene razón lo que dice en la nota, pero por favor respete el color celeste de la bandera argentina, no es ese azul oscuro que aparece en la imagen.
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