Hay muchas teorías
conspirativas respecto de los atentados del 9/11. La propia explicación del
gobierno de Estados Unidos sobre el 9/11, es una teoría conspirativa en la que
unos pocos árabes saudíes lograron burlar los controles de la Agencia nacional
de seguridad del Estado norteamericano. Hay muy poca duda de que muchas de
las teorías de la conspiración más imaginativas fueron creadas con el propósito
de estigmatizar (y acorralar, NT) cualquier escepticismo no importa qué tan
bien razonado y sustentado se encuentre, respecto a la verdad oficial.
Cuando se piensa en
9/11, es importante diferenciar la opinión de expertos de las explicaciones
improbables.
Entre las opiniones de
expertos están las de 2.600 ingenieros estructurales y arquitectos de
reputación, que formaron los “Arquitectos e Ingenieros por la verdad sobre el
9/11” y han escrito al Congreso pidiendo una investigación verídica, “Bomberos
por la verdad del 9/11”, “Pilotos por la verdad del 9/11” y asociaciones
similares de físicos y químicos que analizaron los restos del polvo de las
Torres Gemelas los cuales informan del hallazgo de materiales cuyos
comportamientos son típicos en los utilizados en demoliciones controladas, y ex
funcionarios del gobierno que comprenden que una falla de seguridad tan grande
como la del 11 de septiembre habría producido y exigido una investigación
profunda e inmediata.
Estos grupos de personas
calificadas y con experiencia afirman que la historia oficial del 9/11 es
falsa. Arquitectos, ingenieros y científicos sostienen que la historia oficial
es técnicamente imposible. Los bomberos y el personal de mantenimiento de las
Torres Gemelas dicen que hubo numerosas explosiones dentro de las torres y que
las primeras explosiones fueron en los sub-sótanos antes que los edificios sean
impactados por los aviones. Experimentados pilotos militares y civiles dicen
que las maniobras de las aeronaves están más allá de la capacidad de los
presuntos secuestradores. Tanto el co-presidente de la Comisión del 9/11 y
su asesor legal han escrito libros en los que han dicho que se le ha ocultado
información a la Comisión, que el gobierno de Estados Unidos mintió a la misma
Comisión, y que la Comisión se creó para fallar (en sus labores. NT)
En otras palabras, la
firme evidencia, claramente no es compatible con la versión oficial.
Sabemos que la historia
oficial es falsa. No sabemos quién es el responsable o cual fue el propósito
que se pretendió con el evento. Sin embargo, la evidencia circunstancial apoya
firmemente la sospecha hacia los neoconservadores cuya alta posición en el
gobierno les habría permitido tener éxito con un ataque de bandera falsa y
retrasar y desviar cualquier investigación hasta que la historia oficial
termine siendo grabada en la piedra. También sabemos por los “bailarines
israelíes” que elementos del gobierno israelí sabían anticipadamente del
ataque y dispusieron agentes israelíes listos para filmar la destrucción de las
Torres Gemelas.
Según documentos de doctrina
neoconservadora escritos en la década de 1990, se reclamó “un nuevo Pearl
Harbor” con el fin de lanzar las guerras de Washington por la hegemonía,
empezando por Medio-Oriente. Estos documentos doctrinarios señalan ataques a
Irak, Siria, Irán, Libia antes del evento del 9/11. Ninguno de estos países
tuvo nada que ver con la historia oficial del 9/11 que culpa a Osama bin Laden
de Al Qaeda; grupo yihadista establecido por Washington en la década de 1970
para resistir la ocupación soviética de Afganistán.
Ninguno de estos países
tenía gobiernos yihadistas. Irán tiene una forma moderada de ley islámica, pero
Saddam Hussein en Irak y Assad en Siria dirigían gobiernos seculares. Sin
embargo, los neoconservadores reclamaron falsamente que Saddam Hussein tenía
“conexiones con Al-Qaeda”. Esta mentira y la mentira de que Irak tenía armas de
destrucción masiva que amenazaban los EE.UU. fueron usadas para invadir Irak (y
de paso desestabilizar el Medio Oriente y el Levante. NT) bajo los ataques del
9/11. A continuación, la justificación de las invasiones cambió. La excusa del
9/11 desapareció, y la “guerra contra el terror” y para “llevar la democracia”
tomó su lugar.
Desde mi cuarto de
siglo en Washington, es claro para mí que si un evento como el 9/11 en realidad
habría sucedido según la versión oficial, la Casa Blanca, el Congreso y los
medios de comunicación habrían pedido a gritos una explicación sobre cómo unos cuantos
árabes pudieron engañar cuatro veces en una hora, en el mismo día, a la
totalidad de las agencias de seguridad de EE.UU., las agencias de seguridad en
Washington de los aliados de la OTAN e Israel, el Consejo Nacional de
Seguridad, el control de tráfico aéreo y de seguridad del aeropuerto. En
cambio, el
gobierno se negó a realizar cualquier investigación durante un año hasta que la
mayor parte de la evidencia fue destruida. Que unos pocos árabes hayan
derrotado a la seguridad nacional de EE.UU. sería la más grande humillación
jamás infligida a una superpotencia, pero nadie se hace responsable. Esto me
dice que el 9/11 fue un crimen de Estado contra la democracia.
El 9/11 fue utilizado
por el gobierno de Estados Unidos para lanzar las guerras que han destruido
total o parcialmente siete países, matando a millones de personas y que
producen millones de refugiados. El 9/11 también se utilizó para crear un
estado policial estadounidense, que es una amenaza mucho mayor para la libertad
y la democracia que el terrorismo musulmán.
Nota de NCSJB: Si bien entendemos que Paul Craig Roberts, como político conservador norteamericano considere a los atentados del 9/11 como un ataque a la “democracia”, verdadera propiciadora de estas tragedias; sin embargo, al haber sido funcionario del Tesoro durante la Administración Reagan, es un testimonio que vale la pena tenerse en cuenta.
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista
Excelente
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=TOCfCNNAC-k
ResponderBorrarAntonio Caponnetto. El Pacto Perón-Israel. Presentación del libro.
Cristian Rodrigo