Los
“Castellanis” apócrifos
EL NUEVO SÓCRATES
Por Antonio Caponnetto
Faltaban
escasos días para que Sócrates tomara la cicuta, con la serenidad y el decoro
que Clío ha registrado, cuando un haz fidelísimo de discípulos se llegó hasta
la celda, de visita. A duras penas se les franqueó el ingreso, no sin antes ser
requisados por dos macizos penitenciarios de Devoto -polis próxima a Cannas- a
quien el vulgo llamaba “candados”, al parecer por su rígido celo con los
reclusos.
Fueron
de la partida Aristodemo, el descalzo, hijo de Príamo; Apolodoro, el gemebundo,
hijo de Tetis, modelo de lactancia; Cratodemos, hijo de Torosidis, el defensor
de la Eurocopa ,
y Dióscoro, hijo de Xipolitakis, aunque temblaba cada vez que lo llamaban “hijo
de...”.
Sentado gallardamente sobre un taburete jónico, el
maestro –tras las “gracias muchachos” de rigor- tomó la palabra y así
expresóse:
-Dime
Aristodemo, ¡y cuanto antes, por Zeus!, ¿qué cosa es la paz?
-Lo
saben todos, maestro. Es la capital de Bolitatrópolis, de cuyo seno han nacido
los descendientes hiperbóreos de Evo, a quienes los oligarcas y los contreras desdeñan
por bárbaros,según Pontificem Peronio
dixit.
-Tú
sabes –ya que al oráculo romano mentas- que el espacio me importa menos que el
tiempo. No te preguntaba por La
Paz como accidente geográfico sino como categoría social o
forma de la república.
-En
tal caso, Sócrates, sin vacilar te respondo. La paz es la Verdad.
-Lo
contrario de la Verdad ,
es la mentira,¿consientes?
-¡Por
las bodegas de los cuarteles beocios, que sí!
-Pues
dime, ¿si la paz es la Verdad ,
y a cada quien le es permitido tener la suya y defenderla con la intransigencia
de los hoplitas en Maratón, no sería entonces la paz causa de guerras,
disensiones, gruñidos y batallas.
-Evidente,¡oh
veterano de Potidea!
-La
paz entonces llevaría a la guerra. La cual,según el Pseudo Píndaro, es un
monstruo grande y pisa fuerte. Como los plantígrados; por caso, los osos
kinkajás.
-Sócrates
–intervino inquieto Apolodoro- tú nos hacés entender todo. Bien deduzco ahora, y
bendigo tu mayéutica, que los nacidos en La Paz son como osos kinkajás, y que los que hacen
el amor y no la guerra, están en el extremo opuesto de la Verdad. Otrosí los que llaman
verdades a sus propias doxas, como lo agendó el membrudo Plato en uno de sus
apuntes. ¿Digo bien?
-Estás
para anotarte en el Ciclo Básico Común.
Pero
dime, tú, Cratodemos, ya que has guardado discreto silencio hasta ahora, ¿cómo
crees que se sentiría Apolo, si su propio y mayor templo fuera invadido por
nigromantes bazucas y arúspices selváticos, para tributarle honras y plácemes a
los demiurgos pachamámicos?
-Se
sentiría ofendido, hijo de Fenáreta.
-¿Ofendido
pero manso y paciente como Hestia, la primogénita de Cronos, u ofendido al modo
de Aquiles, cuya cólera profirió Homero,el Canoro de los Cien Barrios Helenos?
-Pues
no soy oraculólogo, ni quién para juzgar a los dioses, maestro, pero
conociéndolo a Apolo, colijo que hubiera sacado a los invasores a golpes de
dorus y de grebas.
-¿Tenéis
a la cólera por justa en estos casos,oh descendiente del shoteador en Salónica?
-Así
la tengo, heredero de Sofronisco
-¿Y
tenéis a lo justo por lo contrario de lo injusto?
-Patente,como
hiperinflación macrista.
-Pero
¿no dice Grabois en Página 12 que es una injusticia el hambre?
-Lo
dice en cada piquete, maestro.
-Luego
lo justo sería lo contrario del hambre. ¿Me sigues,o estás con la cabeza en la
filosofía de Lacleau?
-Te
sigo, Sócrates.
-Si
la cólera es lo contrario del hambre, y lo del deífico Apolo puede tenerse por
una bronca de aquellas ante la invasión de su templo mayor por rústicos
salvajes, nadie osaría reprocharle que sacióse de mamporros, chuletazos y
guantadas contra los infiltrados, y sobre todo, con el primer responsable de
cuidar la integridad de su templo. Bien haría Apolo entonces, como ha sucedido,
en dejar caer una gruesa mampostería de su magna colegiata, bien cerca de las
testas purpurinas...
Lo
interrumpió pudorosamente Dióscoro, que la pudibundez veníale de su madre, y
dirigiéndose con mesura al héroe de
Anfípolis que tenía por delante, le habló de este modo:
-Sócrates,
tu siempre que vienes con un acertijo eres temible cuanto respetable. Un enigma
en tu boca es como un hálito próximo a darnos vida, y una elemental adivinanza
se vuelve vaticinio y profecía. ¿Me parece a mí, que soy el menos docto de tus
discípulos, o el ejemplo de Apolo que acabas de ponernos es sólo un tropo de
los tuyos para que las generaciones venideras aprendan a respetar la deidad
verdadera? Porque nosotros,oh maestro venerable,vivimos en la chacota pagana
del politeismo, pero días vendrán, dice Virgilio, plagiando a Teodoro Haecker, en
que el Deus asconditus nos será
revelado...
Iba
a sacarnos de la incógnita Sócrates,y a sacar asimismo a toda la posteridad ,
cuando uno de los “candados” interrumpió las delicias del logos arguyente, para
anunciar con voz de moscato y caña a dos imprevistos visitantes.
-¡Preso
de la 11/14,visitas...! ¡Cinco minutos y cerramos!
Nomás
fue verlos y el insigne cautivo tuvo que esforzarse por mantener la gravitas
que lo acompañaba en todo momento. Eran Protágoras de Abdera y Tucholipón
Hermafrodito, sacerdote de Hermes y sirviente del desdichado Troilo. A juzgar
por la bolsa que portaba, este último venía de hacer compras en una refinada
boutique de la Plaza
del Mercado.
-No
me alegra veros, dijo Sócrates, ni sé qué os trae por aquí. Pero antes de que
oséis importunar esta amable despedida con los míos, saciareís una curiosidad
que tengo pendiente.
-¡Me
lo como a achuchadas!, susurró Tucholipón; aunque más cauteloso el de Abdera,
fue poniendo las barbas en remojo. Por lo que, rápido de reflejos, el guardia,
desenvainó una prestobarba.
-Yo
vine con los bolsos de López, ¡recio rival!, se atajó Protágoras. Me dijeron
que hay en esta mazmorra un candado que es argento, de Argoflores, para más
señas. Y que por unas dracmas de Lucania estaría dispuesto a dejar abierta esta
madrugada la puerta de la celda... Como decía Balbín, El Chino de Sanata, este
viejo adversario hoy despide a un amigo.
-¡Insensato!,
fue todo el seco y firme laconismo que obtuvo por respuesta. Y como quien no
tiene tiempo para perder en sandeces, giró con desprecio hacia la izquierda e
interpeló a su acompañante. El cual, viendo la potencial furia del cautivo
egregio, se atajó diciendo:
-Sócrates,
deja la violencia, que así me lo dicta Príapo, de cuyos atributos no hay quién
dude en el Helesponto. Además, yo he leído tus Obras Completas, que me regalara Menón, el liberto de Anillaco...
Lo
interrumpió el maestro,asqueado de corroborar su proximidad con Príapo, y así
le habló con llaneza:
Dime
Tucholipan, ¿cuántos dedos ves en mi diestra?, le dijo mientras replegaba el
pulgar sobre la palma.
-Cuatro,
patriarca de Xantipa.
-¿Acaso
un pulgar deja de ser dedo o de estar inserto en la mano, sólo por replegarse
sobre sí mismo? Estás peor que Alcibíades, que creía en las encuestas preelectorales.
Escrito está que un ciego no debe ser guía de otro ciego. ¡Abandona el
sacerdocio de Afrodita y convierte al Dios Venidero!
Y
ahora, para que veas la realidad tal cual es, y que un pulgar o dedo gordo
sigue perteneciendo a la mano, y la mano a su cuerpo,con sus cinco falanges, y
el cuerpo respondiendo al alma, cuya inmortalidad probaré mañana, en esta misma
celda. Ahora, ¡lígate esta realidad que mis cinco dedos te prodigan!.
Y
un sonoro y terrible bofetón hizo rodar por el piso a Tucholipán, mientras
Protágoras hacia mutis por el foro, y los discípulos, ya presos de la hybris,
enhebraban rimas indecorosas contra Hermafrodito.
-Se
lo adverí alguna vez a Calicles –remató Sócrates enhiesto en su taburete jónico-
la solución metafísica de los dos contrarios paradojales sobre la violencia
tiene una sola alternativa: más vale dar
que recibir. ¡Candado, cinco minutos cumplidos!. Saca de mi vista al
achuchador.
Por
volver al diálogo estaban todos, cuando pidió la palabra Aristodemo, con indisimulada
preocupación interior.
-Habla,
que es tiempo de partir.
-Maestro,
tú le has pedido a Critón, como cuadra, que no nos olvidemos de sacrificar un
gallo a Esculapio.
-Como
cuadra, bien dices; que la
Tradición debe ser bien servida por nuestros ritos
ancestrales, sin ceremonias pachamámicas como las que practica Pontificem
Peronio.
-Pero
ocurre que gobierna Atenas el tirano Vegano, y ha declarado que los gallos son
violadores de lesa gallinidad, y que ni
una menos por las gallinas, sea bajo la forma clásica del pucherito o del
guiso. De resultas que los galliformes están todos presos, maestro. Hemos
interpuesto un habeas gallo, para liberar siquiera al de nuestra ofrenda a
Esculapio, pero Zafaroni no les concede siquiera la prisión corralaria.
-Comprendido.
Haréis esto mis amigos. Esta misma noche, bajo el amparo de las sombras y
guiados por Critón, liberáreis un gallo. Para lo cual, si es necesario,
consultaréis los pormenores de la maniobra al Gordo Valor. Y tras mi óbito,
Esculapio será servido, como Dios manda. Alguien tiene que conservar las
tradiciones.
Esa
misma noche, los diligentes discípulos, trazaron el plan de operaciones para la
liberación del gallo. El plan tuvo por nombre: “Operativo Otto Skorzeny”.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Fenomenal. Lo de la paz, casi me hace escupir un pulmón. Pero estos diálogos del insigne griego quedan opacados ante la luz de la confesión del romano Scalfari confirmando que Su Luminosidad le afirmó que Jesús de Nazareth no es Dios.
ResponderBorrarMe tomo una cicuta on the rocks y vuelvo.
El Ciclonero Tradi de Flores.
Geniales referencias al malhadado Pontificem Peronium que -en realidad- fue uno de "los Demetrios" (luego engañosamente "Guardianes" pseudoperucas) escindidos del PCA como el Gallego Álvarez, Pajarito Grabois, Matilde Svatetz ex Menéndez y demás bolcheviques "entristas en el peronismo", al Chino de Sanata guitarrero,al Canoro de los Cien Barrios Helenos, a la paz del altiplano (metrópolis bolita), etc. Como quasiDecano del haz fidelísimo de discípulos gentistas, exijo (o suplico implorante) una versión ya impresa de estas obras maestras coleccionables a las que tengo derecho a atesorar ¡qué tanto embromar!...
ResponderBorrarMe sumo humildemente al terrible bofetón a TUcholipan
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