Siete
años con Francisco
Miles Christi - 13/03/2020
Francisco nos
enseña cómo ser felices sin Jesucristo
« Los
más astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero
Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo
lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro
y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el
trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda
dispersarse la grey. ¡Oh, invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la
perversidad de los espíritus que lo atacan y dale la victoria! [2] » León XIII.
Índice
1. Nueva
blasfemia bergogliana - p. 3
2. Francisco
golpea de nuevo - p. 7
3. La “conversión
ecológica” une a cristianos y musulmanes - p. 8
4. Bergoglio,
maestro del engaño - p. 10
5. El
Vaticano promueve la idolatría - p. 16
6. Bergoglio no descansa - p. 21
7. Herejías
destacadas de Francisco - p. 23
8. Una
protesta legítima pero insuficiente - p. 28
9. Francisco
y el Sínodo de Amazonia - p. 30
10. Nueva
impúdica blasfemia de Francisco - p. 42
11. Acerca
de un viejo artículo sobre Francisco - p. 53
12. La última mentira de Bergoglio: El proselitismo es pecado - p. 56
13. Francisco
ultraja a María - p. 61
14. Bergoglio, la masonería y el judaísmo - p. 74
15. La falsa paz sin verdad de Francisco - p. 81
16. Francisco, comunista y excomulgado - p. 85
17. Una mirada escatológica ante la crisis - p. 91
18. Epílogo
- p. 95
Para mayor información:
Nueva blasfemia bergogliana
06/02/2019
Francisco y el Gran Imán nos
aleccionan acerca de la fraternidad universal
«
El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son
expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres
humanos[3]. »
Esto
es lo que puede leerse en la declaración conjunta que Francisco y el Gran Imán
de Al-Azhar firmaron el 4 de febrero en Abu Dhabi, durante la visita apostólica
efectuada por Francisco en los Emiratos Árabes Unidos. Ahora bien, pretender
que las falsas religiones (heréticas, cismáticas, idólatras, etc.) son
positivamente queridas por Dios en su sabiduría infinita, es no sólo un error
gravísimo, sino una blasfemia incalificable, ya que de esta manera se hace del
Creador la fuente del mal y de la división entre los hombres. Lamentablemente,
este tipo de insensatez no es algo nuevo en boca de Francisco. Muy por el
contrario. Recordemos, por ejemplo, la que profirió al finalizar la audiencia
con miembros de la Cruz Roja italiana el 27 de enero de 2018, en la Sala Pablo
VI del Vaticano:
«
Pido para todos ustedes la bendición de Dios, Padre de todos nosotros, Padre de
todas las confesiones[4]. »
En
guisa de comentario a semejante despropósito, me limitaré aquí a reproducir lo
que manifesté en aquella oportunidad:
«
Huelga decir que semejante declaración es absolutamente contraria a la fe
católica, e incluso al sentido común, ya que viola el principio lógico de no
contradicción. Esto es algo tan manifiesto que no requiere demostración alguna,
a menos de haber uno perdido completamente toda noción acerca de lo que es el
cristianismo y la revelación divina. Esta aseveración bergogliana, diametralmente
opuesta tanto a la enseñanza del Magisterio de la Iglesia como a la de la
Sagrada Escritura, es eminentemente gnóstica y panteísta, puesto que realiza la
identificación de los contrarios, equiparando la verdad con el error y la
mentira, conciliando la luz con las tinieblas, identificando la revelación
divina con las abominaciones de la idolatría, nivelando el dogma católico con
las incontables herejías inventadas por los enemigos de la Iglesia, sosteniendo
implícitamente que la doctrina revelada por Jesucristo es equivalente a las de
las perversas fábulas anticatólicas inspiradas por el Padre de la Mentira. No
es necesario poseer un diploma en teología ni ser un erudito en historia del
cristianismo para comprender que Francisco no profesa la fe católica. Ni para
caer en la cuenta de que, a pesar de las apariencias exteriores engañosas
relativas a su posición eclesiástica y del vocabulario bíblico que falaz y
profusamente utiliza para seducir a los fieles incautos, no estamos ante un
cristiano, sino ante un gnóstico que desfigura el Evangelio, interpretándolo en
el sentido de su ideología esotérica, progresista y evolucionista. Así de
simple. Una declaración de esta naturaleza -lisa y llanamente inconcebible y de
un descaro a toda prueba- es evidencia por demás suficiente para que cualquier
cristiano de buena fe y mínimamente conocedor de su catecismo se encuentre en
perfectas condiciones de poder efectuar este elemental e indubitable juicio de
la razón: este hombre sencillamente no es católico. Qui habet aures, audiat…»
Decididamente,
Francisco no profesa otra cosa que la quintaesencia de la doctrina modernista -avatar
“católico” de la gnosis panteísta-, condenada por San Pío X en su encíclica Pascendi y en el decreto del Santo Oficio Lamentabili, según
la cual la “experiencia religiosa” emanada de las “profundidades del
subconsciente” constituye la revelación divina de un Dios inmanente al hombre.
De esta experiencia primordial surgen las diferentes confesiones religiosas,
cuyos diferentes dogmas y ritos son la expresión más o menos exacta de dicha
teofanía fundacional. De allí que no haya que poner el acento en las
divergencias teológicas
entre los diversos credos -lo que “separa”; cf. los famosos “muros” que
Francisco nos invita recurrentemente a “abatir”-, sino en el común substrato
“psico-espiritual” del
que derivan, el “sentimiento religioso”, -es decir, lo que “une”; cf. los
“puentes” a erigir, otro clásico de la jerga bergogliana-. Así es como se
explican, por ejemplo, las múltiples jornadas interreligiosas de “oración por
la paz” convocadas por Juan Pablo II, Benedicto XVI y el mismo Francisco.
No
hay, por tanto, sendas erróneas ni caminos inadecuados para allegarse a la
divinidad, puesto que ella reside en el alma de cada cual, y se manifiesta en
todas las religiones. Es importante comprender que esta concepción modernista
de la religión no es exclusiva de Bergoglio, sino que ha sido profesada
oficialmente por la jerarquía eclesiástica a partir del Concilio Vaticano II, de
un modo más o menos explícito -principalmente en los documentos Nostra Aetate, Unitatis Redintegratio y Dignitatis
Humanae- y de manera cada vez más precisa en los diferentes documentos
magisteriales y actos ecuménicos post conciliares. En aras de la brevedad, me
circunscribiré aquí a citar un solo ejemplo, tomado de la Audiencia General
dada por Juan Pablo II el 9 de septiembre de 1988:
« Ante todo, es preciso tener presente que toda
búsqueda del espíritu humano en dirección a la verdad y al bien, y, en último
análisis, a Dios, es suscitada por el Espíritu Santo. Precisamente de esta
apertura primordial del hombre con respecto a Dios nacen las diferentes
religiones. No pocas veces, en su origen encontramos fundadores que han
realizado, con la ayuda del Espíritu de Dios, una experiencia religiosa más
profunda. Esa experiencia, transmitida a los demás, ha tomado forma en las
doctrinas, en los ritos y en los preceptos de las diversas religiones. En todas
las auténticas experiencias religiosas la manifestación más característica es
la oración. Teniendo en cuenta la constitutiva apertura del espíritu humano a
la acción con que Dios lo impulsa a trascenderse, podemos afirmar que ‘‘toda
oración auténtica está suscitada por el Espíritu Santo, el cual está misteriosamente
presente en el corazón de cada hombre’’ En la Jornada mundial de oración por la
paz, el 27 de octubre de 1986 en Asís, y en otras ocasiones semejantes de gran
intensidad espiritual, hemos vivido una manifestación elocuente de esta verdad[5]. »
Recordemos que el juramento
antimodernista, contenido en el Motu Proprio Sacrorum Antistitum, promulgado por San Pío X en 1910 y que todos
los clérigos debían prestar antes de recibir las órdenes mayores e igualmente
para poder acceder a una cátedra de enseñanza o a un oficio eclesiástico, fue
suprimido por Pablo VI en 1967[6],
ya que era manifiestamente incompatible con el aggiornamento emprendido por Juan XXIII desde el inicio de su
pontificado y continuado luego por todos sus sucesores. Esto significa que no
es posible alegar ignorancia por parte de los papas conciliares, puesto que
todos ellos prestaron dicho juramento, para luego quebrantarlo
sistemáticamente. Todas las novedades doctrinales de Vaticano II y de las
subsiguientes reformas litúrgicas y canónicas, así como el magisterio post
conciliar y la praxis ecuménica e interreligiosa, abrevan en la cloaca
modernista -“sumidero de todas las herejías”, al
decir de San Pío X- e incurren en
las condenaciones pontificales de las que el modernismo fue objeto a comienzos
del siglo pasado.
Francisco golpea de nuevo
« Dentro de la Santísima
Trinidad, ellas [las tres Personas divinas] se la pasan discutiendo a puertas cerradas, pero, exteriormente, dan
una imagen de unidad »[8] 11/03/2017.
Francisco,
además de tomar el Santo Nombre de Dios en vano, infringiendo el segundo
mandamiento, blasfema de un modo espeluznante al introducir en el seno del Dios
Uno y Trino la discordia y el engaño. No hace falta ser muy versado en teología
para comprender que ésos son precisamente los atributos del diablo, quien es el
« padre de la mentira » (Jn. 8, 44), y cuyo nombre significa, etimológicamente,
el divisor, el que separa y crea discordia. Introducir en el ser íntimo de Dios
la división y la falsedad -pues la apariencia de unidad de la divinidad sería
algo ficticio, puramente exterior- supone hacer del mal y de la discordia el
fundamento de la realidad. El conflicto como fundamento de la realidad es lo
propio de la tesis gnóstica -en todas sus variantes, principalmente hegeliana,
marxista y teilhardiana-, con el “Espíritu” avanzando dialécticamente a través
de los sucesos históricos, resolviendo el enfrentamiento entre opuestos y
creando nuevas “síntesis” englobantes, superadoras de los conflictos.
Conflictos y crisis que constituyen precisamente el principio dinámico de toda
realidad… Emilce Cuda interpreta perfectamente el pensamiento bergogliano: “el
Espíritu Santo forja una nueva síntesis a partir de disparidades y
desacuerdos”. Esto, concretamente,
referido a la vida intratrinitaria, no es sino la doctrina dialéctica
hegeliana de la “tesis-antítesis-síntesis”: al “Padre”, ser infinito pero
indefinido, carente de determinaciones concretas, se opone el “Hijo”, quien se
“aliena” de su divinidad en la creación, en cuanto opuesto al “Padre”, y de
esta oposición dolorosa, que se despliega en la historia humana, termina
surgiendo el “Espíritu” absoluto, el Dios completo, reconciliado consigo mismo,
a través de las vicisitudes de la historia humana. En definitiva, un Dios
trascendente, eterno e inmutable, sencillamente no existe. Solamente existe el
Dios panteísta de la evolución progresiva de la única substancia divina, que se
opera en el hombre y por el hombre. Y en esto reside la quintaesencia del
luciferianismo: “seréis como dioses” (Gn. 3, 5)…
La
“conversión ecológica” une a cristianos y musulmanes
07/06/2017
“El Papa Francisco afirma que la
crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Lo que se
necesita es la educación, la apertura espiritual y una "conversión
ecológica global" para responder adecuadamente a este desafío. Como
creyentes, nuestra relación con Dios tiene que ser cada vez más evidente a
través de la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Nuestra
vocación de ser los guardianes de la obra de Dios no es facultativa, ni
marginal en relación con nuestro compromiso religioso como cristianos y
musulmanes: es una parte esencial del mismo. ¡Que los pensamientos religiosos y
las bendiciones derivadas del ayuno, la oración y las buenas obras, nos sostengan,
con la ayuda de Dios, en el camino de la paz y de la bondad en el cuidado de
todos los miembros de la familia humana y de todo lo Creado!” Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso - Mensaje a los musulmanes
para el mes de Ramadán, 2/6/2017.[9]
Esto
es algo tan, pero tan grotesco, que huelgan los comentarios: cualquier
cristiano que conozca mínimamente su catecismo y que haya leído un poquito a
San Pablo es capaz de darse cuenta de ello sin asomo de duda. Digamos
simplemente que para la jerarquía conciliar -liberal y modernista- la ecología
no es algo marginal ni facultativo para los “creyentes” -en Cristo o en Mahoma,
sin distinciones- pero aparentemente Jesucristo sí lo es.
Digamos
las cosas con claridad, y por enésima vez -es algo cansador y exasperante, pero
hay que hacerlo-: esta gente no tiene la
menor idea de lo que es el cristianismo. La vida sobrenatural, el don de la
gracia divina, la redención operada por el sacrificio de la Cruz, la salvación
eterna, el pecado original, la purificación bautismal, la existencia del
demonio y del infierno, etcétera, son meros conceptos escolásticos, resabios
teológicos medievales, nociones abstractas huecas y perimidas, y por supuesto,
completamente ajenas a su universo mental liberal, existencialista,
evolucionista y progresista, siendo que lo único que cuenta para ellos es la
resolución de la “cuestión social”, el “igualitarismo” derecho-humanista y el “compromiso” ecológico…
Por
último, les paso una de las últimas “perlas” de Francisco, de la cual se sigue
un tal número de conclusiones teológicas y filosóficas aberrantes que se podría
escribir un libro al respecto, pero no creo que sea necesario, al menos, no
para ustedes. En todo caso, ¡eso espero!...
« Las religiones verdaderas son el desarrollo de la
capacidad que tiene el hombre de trascenderse hacia lo absoluto[10]. »
« En
ese momento sentí la necesidad de rezar. Le pregunté: ‘‘¿Rezamos un poco?’’ Y
él me respondió: ‘‘Sí, sí’’. Yo recé por toda Turquía, por la paz, por el
muftí, por todos y por mí... Dije: ‘‘¡Señor, acabemos con estas guerras!’’ Fue
un momento de oración sincera[11]. »
Una mirada escatológica ante la crisis
« Entonces
aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces se lamentarán
todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las
nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. » (Mt. 24,
30-31)
Habiendo hecho esta muy perturbadora constatación
de la situación eclesial, se vuelve indispensable dirigir a esta realidad
aterradora una mirada sobrenatural, comprender estos acontecimientos dramáticos
a la luz de la revelación divina. Salta a la vista que la crisis conciliar no
reviste la misma naturaleza que aquellas que la Iglesia ha conocido en tiempos
pasados y que presenta una inequívoca dimensión escatológica, puesto que el
« misterio de iniquidad » ya se encuentra instalado en el
« lugar santo »…
Debo
repetirlo, es menester no perder de vista que este trance sin igual en la vida
eclesial no es únicamente ni principalmente el fruto de las iniquidades de
Francisco, si bien es innegable que desde su llegada los acontecimientos se han
acelerado de manera vertiginosa. No, esta crisis no es
más que la culminación de un largo combate, de una lucha a muerte librada contra
la Iglesia por Satanás y sus secuaces en la tierra, con el propósito de
infiltrarla, ocupar sus instituciones, modificar su culto y su doctrina,
vaciándola de su substancia, metamorfoseándola desde dentro, transformándola en
un remedo abominable del Cuerpo Místico de Cristo, en una falsificación
diabólica de su Esposa Inmaculada, haciendo emerger una parodia monstruosa de
la Iglesia que, en última instancia, terminará enseñando su verdadero rostro,
el de una contra-iglesia satánica consagrada enteramente al servicio del
Anticristo.
Aquellos a
los cuales mi diagnóstico se les antojaría excesivo, permítanme invocar a León
XIII y su Súplica a San Miguel Arcángel,
contenida en el Exorcismo contra Satanás
y los otros ángeles apóstatas, publicada en 1890, cuya naturaleza
manifiestamente profética se ajusta perfectamente a la situación actual:
« Los más taimados enemigos han
llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a
beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más
querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la
Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación
de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey.
¡Oh, invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los
espíritus que lo atacan y dale la victoria! [12] »
Esta
plegaria nos ayuda a comprender lo que sucedió tras la elección de Juan XXIII y
la convocatoria del CVII, asamblea subversiva dirigida por el partido
modernista infiltrado en la Iglesia desde fines del siglo XIX y encargado de
ponerla a tono con el « mundo moderno ». San Pío X lo explicó de
maravilla en su admirable encíclica Pascendi
del año 1907 acerca de los errores modernistas.
El
trono de San Pedro, la cátedra de la Verdad, el lugar santo por excelencia de
la Nueva Alianza, se halla ocupado por hombres ganados a la causa de la secta
liberal, modernista y progresista, los cuales, desde que se hicieran con el
poder en la Iglesia durante el CVII, no han cejado en su diabólico empeño en
trastornarlo todo, en desfigurarlo todo, en envilecerlo todo, destruyendo el
patrimonio bimilenario de la Iglesia, haciendo tabla rasa de la tradición, del
dogma, de la moral y de la liturgia católicas.
Esta
lectura de la crisis se ve reforzada por las palabras de San Pablo a los
tesalonicenses, explicándoles que el Anticristo habrá de sentarse en el templo
de Dios, en clara alusión a la sede petrina[13], y precisando que, para que eso
pueda verificarse, es menester que antes sea quitado el « obstáculo »
que lo retiene, el famoso katejon, el
que impide provisoriamente su manifestación pública y personal. Este obstáculo
no puede ser otro que el poder espiritual romano, es decir, el papado legítimo,
fundamento sobre el cual Jesucristo instituyó su Iglesia.
No
bien la infalibilidad pontifical fue neutralizada por la llegada de los
impostores modernistas a la Sede de Pedro, un maremoto devastador, acarreando
consigo la quintaesencia de los errores modernos, sumergió a la Iglesia,
asolando todo a su paso, y así, con la cátedra infalible de la Verdad quitada
de en medio transitoriamente, la condición requerida para que el advenimiento
del Hombre de Pecado sea viable se encuentra realizada.
Éste
es el texto clave de San Pablo que nos permite comprender mejor la situación
actual, la cual a mi
entender corresponde a la última crisis de la historia de la Iglesia, y que es
por consiguiente, de naturaleza terminal y apocalíptica, aquella durante la
cual el mysterium iniquitatis
alcanzará su paroxismo, y que Nuestro Señor, retomando la expresión
utilizada por el profeta
Daniel, denomina « la abominación de
la desolación en el lugar santo » (Mt. 24, 15):
« Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y sea revelado el hombre
de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta contra todo lo
que se llama Dios o es adorado; tanto que como Dios se sienta en el templo de
Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con
vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, para que
sea revelado en su tiempo. Porque el misterio de iniquidad ya opera; sólo
espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene» (2 Tes. 2, 3-7).
Desearía
transcribir un texto sumamente esclarecedor para nuestro tiempos, tomado del
motu proprio Sacrorum Antistitum,
promulgado por San Pío X el primero de septiembre de 1910, en el cual se
encuentra el juramento antimodernista, que todos los clérigos debían prestar
antes de recibir las órdenes mayores e igualmente para poder acceder a una
cátedra de enseñanza o a un oficio eclesiástico. Este juramento fue suprimido
por Pablo VI en 1967[14], ya que era manifiestamente
incompatible con el aggiornamento
emprendido por Juan XXIII y su Concilium
Malignantium II (Ps. 21, 17)[15],
cuya inspiración tiene sus raíces en el movimiento modernista condenado por San
Pío X en su encíclica Pascendi y en
el decreto del Santo Oficio Lamentabili.
Veamos
seguidamente un extracto de ese motu
proprio antimodernista, el cual se aplica de manera eminente a Francisco:
« Hemos creído conveniente
prescribir y recordar todo esto, mandando que se observe religiosamente; Nos
vemos movidos a ello por la gravedad del mal que aumenta día a día, y al que
hay que salir al paso con toda energía. Ya no tenemos que vernos, como en un
primer momento, con adversarios disfrazados de ovejas, sino con enemigos
abiertos y descarados, dentro mismo de casa, que, puestos de acuerdo con los
principales adversarios de la Iglesia, tienen el propósito de destruir la fe.
Se trata de hombres cuya arrogancia frente a la sabiduría del cielo se renueva
todos los días, y se adjudican el derecho de rectificarla, como si se estuviese
corrompiendo; quieren renovarla, como si la vejez la hubiese consumido; darle
nuevo impulso y adaptarla a los gustos del mundo, al progreso, a los caprichos,
como si se opusiese no a la ligereza de unos pocos sino al bien de la sociedad[16]. »
Este
triunfo efímero de las potencias del mal en la tierra y dentro de la Iglesia,
esta victoria universal, momentánea e ignominiosa, de Satanás en las personas
del Anticristo y del Falso Profeta, será seguida por la de Nuestro Señor
Jesucristo y de su Iglesia, tal y como lo anunció el profeta Daniel:
« Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos
serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Reino eterno es su reino, y
todos los imperios le servirán y le obedecerán » (Dn. 7, 27).
Cornelius a Lapide, el gran
exégeta jesuita, comenta ese pasaje profético del siguiente modo:
« Digo que es cierto que vendrá este reinado de Cristo y de los santos, y
que no será solamente espiritual como el que ha tenido siempre en la tierra,
cuando sufrieron persecuciones y el martirio, sino será corporal y glorioso,
pues reinarán gloriosamente con Cristo para siempre. Sin embargo, Cristo y los
santos comenzarán este reino en la tierra, tras la muerte del Anticristo.
Entonces, destruído su reino, la Iglesia reinará en todo el orbe y habrá un
solo rebaño y un solo pastor constituido por judíos y gentiles, ya que no dice
‘‘arriba’’ sino ‘‘bajo el cielo’’, es decir toda la tierra, todo el espacio que
se halla bajo el cielo. Luego, un poco después, este reino será confirmado y
glorificado por toda la eternidad[17] » (Cornelius a Lapide, Commentaria In
Danielem Prophetam 7, 27).
Para
concluir, y a los efectos de alimentar nuestra esperanza y de no desalentarnos
durante la prolongada y penosa espera de ese día glorioso entre todos,
reproduzco a continuación dos textos, tomados de una encíclica de Pío XI y del
libro del Apocalipsis, que nos lo dejan vislumbrar y nos lo hacen desear con un
amor renovado:
« ¡Aleluya!
Porque ha establecido su reino el Señor, nuestro Dios Todopoderoso »
« Cuando, al término del año jubilar, instituimos la
fiesta de Cristo Rey y su solemne celebración en todo el orbe cristiano, no
sólo declaramos el sumo imperio de Jesucristo sobre todas las cosas, sobre la
sociedad civil y la doméstica y sobre cada uno de los hombres, mas también
presentimos el júbilo de aquel faustísimo día en que el mundo entero,
espontáneamente y de buen grado, aceptará la dominación suavísima de Cristo Rey. » (Pío XI, Miserentissimus Redemptor[18],
1928)
« Y salió del trono una voz que decía: ‘‘Alaben a nuestro Dios, todos
sus servidores, todos los que honran a Dios, pequeños y grandes.’’ Y oí el
ruido de una multitud inmensa, como el ruido del estruendo de las olas, como el
fragor de fuertes truenos. Y decían: ‘‘¡Aleluya! Porque ha establecido su reino
el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. Alegrémonos, regocijémonos, démosle honor
y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. Su esposa se ha engalanado,
la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura, porque el lino fino son
las buenas acciones de los santos’’. Después el ángel me dijo: ‘‘Escribe:
Felices los que han sido invitados al banquete de las bodas del Cordero’’. » (Apoc. 19, 5-9)
DESCARGAR LIBRO COMPLETO EN PDF
AQUÍ:
[2] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida
en el Exorcismo contra Satanás y los
otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf y en el Ritual
Romano de 1903,p.227:http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm - https://materinmaculata.wordpress.com/2014/09/20/exorcismo-completo-de-leon-xiii-latin-espanol/
[3]
Documento intitulado “La fraternidad
humana por la paz mundial y la convivencia común”: Esta declaración pronto
formará parte del adoctrinamiento practicado por los organismos mundialistas
-con la complicidad del Vaticano- para allanar el camino a una futura religión
mundial que “garantice” la paz y la seguridad del planeta. Cito el texto, para
que no queden dudas: “ […] la Iglesia
Católica y al-Azhar, a través de la cooperación conjunta, anuncian y prometen
llevar este Documento a las Autoridades, a los líderes influyentes, a los
hombres de religión de todo el mundo, a las organizaciones regionales e
internacionales competentes, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones
religiosas y a los exponentes del pensamiento; y participar en la difusión de
los principios de esta Declaración a todos los niveles regionales e
internacionales, instándolos a convertirlos en políticas, decisiones, textos
legislativos, planes de estudio y materiales de comunicación. Al-Azhar y la
Iglesia Católica piden que este documento sea objeto de investigación y
reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y
formación, para que se ayude a crear nuevas generaciones que traigan el bien y
la paz, y defiendan en todas partes los derechos de los oprimidos y de los
últimos.” http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2019/02/04/0097/00199.html#tradinglese
[4]
Ver desde 20:57 hasta 21:08 = https://www.youtube.com/watch?time_continue=1269&v=COHGXGo0IdU
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2018/january/documents/papa-francesco_20180127_croce-rossa-italiana.html
- Ésta es la cita completa: «Pido por
esto sobre todos vosotros la bendición de Dios -Dios Padre de todos nosotros,
Padre de todas las confesiones- y la invoco en particular por los que han
perdido la vida cumpliendo su servicio y por sus seres queridos. Me encomiendo
también yo a vuestras oraciones. »
[8] « La Dra. Emilce Cuda
[teóloga argentina de la UCA] dice que Francisco les instó a hacer la ética
teológica con una “hermenéutica de la unidad en la diferencia” una idea que la
red [A la que ella pertenece: The
Catholic Theological Ethics in the World Church] ya ha adoptado antes de su
elección. Es un tema que se repite en las pasiones intelectuales del Papa: crear
procesos en los que el Espíritu Santo forja una nueva síntesis a partir de
disparidades y desacuerdos. En la reunión, el papa, bromeando, comparó esto
con la manera en la cual funciona la Santísima Trinidad. ‘‘Dentro de la
Santísima Trinidad, ellas se la pasan discutiendo a puertas cerradas’’, Cuda
cuenta que Francisco les dijo, ‘‘pero, exteriormente, dan una imagen de
unidad’’. »
[12] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida
en el Exorcismo contra Satanás y los
otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf y en el Ritual
Romano de 1903, p. 227: http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm
[13] Sin perjuicio de que el Apóstol
también pueda estar aludiendo a un tercer Templo de Jerusalén, reconstruido por
el Anticristo mismo, y en el cual los judíos lo reconocerán como al
« mesías » que siguen aguardando y en el cual él exigirá que se le
rinda el homenaje que corresponde solamente a Dios.
[15] « Me rodea una manada de novillos, me acorralan toros de Basán; abren
sus fauces contra mí como leones rapaces y rugientes. Soy como agua que se
derrama y todos mis huesos están dislocados; mi corazón se ha vuelto como cera
y se derrite en mi interior; mi garganta está seca como una teja y la lengua se
me pega al paladar. Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de
malhechores; taladran mis manos y mis pies y me hunden en el polvo de la
muerte. Puedo contar todos mis huesos » (Ps. XXI, 14-18). Este pasaje de la Escritura se aplica en primer
lugar a la Pasión de Nuestro Señor, es decir, a su cuerpo físico. Pero se
aplica igualmente, en un sentido espiritual, a la Pasión de la Iglesia, Cuerpo
Místico de Cristo. El concilium
malignantium -en la Vulgata-, « la asamblea de los malvados », se
refiere, primeramente, al Sanhedrín que condenó a muerte a Nuestro Señor y, en
segundo lugar, al CVII -XXI concilio
ecuménico- que decretó la crucifixión de la Iglesia, la cual vive
actualmente su pasión. Ella debe seguir los pasos de su Esposo en la Pasión,
para luego seguirlo también en la Resurrección y en la Gloria. En efecto, del
mismo modo que el cuerpo físico de Cristo murió y resucitó, su cuerpo místico
conocerá una muerte mística y luego resucitará, con ocasión de la Parusía del
Señor. No puedo evitar ver una concordancia numérica muy sugestiva, la del XXI:
la pasión de la Iglesia es anunciada por el salmo 21, fue iniciada por el 21er
concilio ecuménico y todo parece indicar que será consumada durante el siglo
21… Agradezco al Señor Jean Vaquié por haberme brindado esta pista exegética
tan importante para los tiempos en que vivimos:
[16]http://www.statveritas.com.ar/Magisterio%20de%20la%20Iglesia/Magisterio%20de%20los%20Papas/Magisterio%20de%20San%20Pio%20X/Sacrorum%20Antistitum.htm « Neque enim iam res est, quemadmodum ab initio, cum
disputatoribus prodeuntibus in
vestimentis ovium, sed cum apertis infensisque inimicis, iisque
domesticis, qui facto foedere cum Ecclesiae capitalibus hostibus, propositam
habent fidei eversionem. Sunt hi nempe, quorum audacia adversus deductam caelo
sapientiam quotidie consurgit, cuius corrigendae sibi ius arrogant, quasi esset
corrupta; renovandae, quasi esset senio confecta; augendae aptandaeque saeculi
placitis, progressionibus, commodis, quasi eadem, non levitati paucorum, sed
bono societatis esset adversa. »
[17] « Dico ergo, certum est hoc regnum fore Christi et Sanctorum: illudque
non tantum spirituale, quale fuit in terra, cum ipsi persecutionibus, martyriis
et morti obnoxii: sed etiam corporale ac gloriosum, quo scilicet Sancti et
corpore et anima beati, cum Christo in coelis gloriose regnabunt in saecula
saeculorum. Porro hoc regnum inchoabunt Christus et sancti in terra, mox post
necem Antichristi; tunc enim Antichristi regno everso, Ecclesia ubique terrarum
regnabit, et fiet tam ex Judaeis quam ex Gentibus unum ovile, et unus pastor:
et hoc innuitur hic, cum ait, non ‘‘quae est super’’, sed ‘‘quae est subter
omne caelum’’, id est in omni terra, sive in omni plaga caelo subjecta. Deinde paulo post hoc regnum confirmabitur et
glorificabitur in coelis per omnem aeternitatem. »
Muchas gracias, Augusto. Un cordial saludo en Cristo y María.
ResponderBorrarMuchas gracias, Augusto. Un cordial saludo en Cristo y María.
ResponderBorrar