¿Resistencia o sumisión? - Luis Alvarez Primo

De la Eco ’92 al COVID-19 y las vacunas compulsivas de Bill Gates

    En 1992 participé en Río de Janeiro con un grupo de norteamericanos y brasileños en la organización de una mini Eco alternativa y en contra de la primera gran Conferencia Mundial de las Naciones Unidas llamada ECO ‘92 sobre el tema, denominado por entonces un tanto crípticamente, “Desarrollo Sustentable”.

    En la reunión oficial participaron presidentes y funcionarios de casi todos los Estados del orbe. Por la Argentina concurrió María Julia Alsogaray en representación del gobierno de Carlos Menem. El libro fundacional y guía de la ECO’92 era “The Population Bomb” del judío eco-terrorista malthusiano Paul Erlich. En una de las salas del Banco Mundial había un inmenso reloj contador de población mundial con números que caían rápidamente indicando la diferencia entre los nacimientos y los fallecimientos por minuto en el mundo. La conclusión mostraba un crecimiento geométrico exponencial de la población mundial que obligaba a implementar con urgencia una política antinatalista de control demográfico a nivel global, a fin de preservar el planeta y permitir un desarrollo sostenible. El mayor depredador de recursos, según los eco-terroristas antinatalistas de la ONU y su multifacética red global  de ONG’s era (y es),  el ser humano, cuya reproducción se debía impedir a toda costa  ( aborto, esterilización, eugenesia, feminismo, ideología del género, cultura gay y homosexualismo), so pena de agravar el “cambio climático” y otras fruslerías para giles y no tan giles, como el globalista seudo católico al servicio de la judeo masonería global, el patético Bergoglio/alias Francisco ( Laudato Si, Pachamama, etc) y su lacayo Monseñor Sánchez Sorondo, amigo de los facinerosos  Jeffrey Sachs y George Soros  (Sanahuja , Juan Claudio. Poder Global y Religión Universal. Librería Córdoba. Buenos Aires .2016) ( También ver: el  Llamado  Veritas liberavit vos http://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2020/05/llamamiento-para-la-iglesia-y-el-mundo.html  )

    Desde entonces a la fecha, cada 10 años siguieron las conferencias de El Cairo, Pekin etc. Aunque los agoreros pronósticos de la ONU no se cumplieron, la guerra para imponer una cultura de la muerte continúa.( El montaje del globalismo antinatalista con sus dogmas y su religión sincretista New Age expresada en la Carta de la Tierra de la ECO’92 y las sucesivas conferencias de la ONU está magníficamente documentado a través de 12.000 documentos en las obras de un auténtico profeta, el lúcido y valiente sacerdote católico antes citado, Juan Claudio Sanahuja  (El Desarrollo sustentable . La Nueva Ética Internacional. Vórtice.  Buenos Aires .2003).  Desde entonces a hoy hay una línea clara y directa, perfectamente trazable de esta historia que desemboca en la presente falsa pandemia llamada COVID-19, cuyo padrino visible es el multimillonario megalómano endemoniado llamado Bill Gates. Por aquella época ya se conocían los antecedentes antinatalistas de Bill Gates.

    Los lodos de la presunta pandemia COVID-19 que hoy nos agobia comenzaron a caer desde aquella ECO ‘92 de Río de Janeiro, cuyos precursores más lejanos eran el pastor Malthus, la enfermera Margaret Sanger,  los Rockefeller y el omnipresente Henry Kissinger ( autor del famoso documento liminar antinatalista Memorandum 200).

    La falsedad de la pandemia, grotesca excusa para la encerrona totalitaria en curso, ha sido denunciada por los médicos infectólogos más serios del mundo (El Profesor Knut Wittkowoski, cuyo video “Perpectives on the Pandemic” fue censurado y bajado por You Tube, al igual que el de los  dos  famosos médicos californianos o el del Dr Rashid Buttar o el de  las jóvenes y valientes médicas alemana y española,  también censurados y  dados de baja por You tube, o la diputada italiana Sara Cunial).  Los gobernantes títeres—Fernández en la argentina o Conte en Italia-- que  implementan  la encerrona totalitaria son manejados por teléfono por los personeros del poder mundial, como el judío George Soros o Bill Gates ( ver  videos de Nicolás Morás ) cuyos rostros, por lo general no se ven, tal como dijo Cristina Fernández de Kirchner en un acto de sinceridad bipolar  https://www.youtube.com/watch?time_continue=7&v=bYd25Zr9ypA ).

    La oligarquía partidocrática local, que gobierna al servicio de la judeomasonería global, como se sabe, no es elegida por el pueblo argentino, que ingenuamente vota a quienes ya fueron elegidos a  otro nivel y en otro lugar,  después  de visitar  Nueva York y  de sacarse una foto en el Muro de los Lamentos en Israel. En la Argentina, la troica payasesca de Alberto Fernández, Rodríguez Larreta y el comisario bolchevique judío, Axel Kichiloff, los gobernadores, y los intendentes son—con matices y alguna rarísima excepción-- los perversos ejecutores y/o idiotas útiles de esta encerrona totalitaria, que en nuestro país se lleva cobradas más de 6000 vidas por falta de atención médica en otras patologías ajenas al COVID-19 ( Más aún, la depresión del sistema inmunológico que esta encerrona provocará en la población a causa del quebranto económico, el aislamiento social y diversas psicopatologías anexas, se cobrará aún más vidas, según denuncian  importantes médicos psiquiatras).

    En las zonas más pobres del África y del sudeste asiático se ve poblaciones sometidas a cuarentenas de hambre y tristeza. Eso sí, todos tienen barbijo, en medio del hacinamiento y el hambre provocado.  El barbijo es la marca del sometimiento y la sumisión.

    Para terminar. Hace unos días viajé más de 600 kms a una localidad en el interior de la Provincia de Buenos Aires, presentando mi carnet de prensa en todos los controles de ruta. Al llegar, no me dejaron ingresar al pueblo. Si lo hacía debía permanecer 15 días en cuarentena. Y mi contacto tampoco podría salir del pueblo por el mismo lapso.   Sin embargo, y contradictoriamente me permitieron ir a una estación de servicio de gas dentro del pueblo—seguido por un patrullero-- donde estuve en contacto con gente del lugar.

   Todos los pueblos bonaerenses por los que pasé cumplen rigurosos protocolos de desinfección (autos, zapatos, manos etc), tienen un solo acceso –todas las demás calles de acceso están bloqueados por montículos de tierra y diversos artefactos. A las cuatro de la tarde suena la sirena de bomberos y los vecinos corren a guardarse. Es el modo que los intendentes “eligen”, cual comisarios de un campo de concentración, para lograr la sumisión de los vecinos.

    El sinsentido, la contradicción, el absurdo y la arbitrariedad son las notas distintivas de la encerrona. Pues, como se sabe el 80 % de los humanos nos auto inmunizamos en contacto con el entorno, el 98 % de los que se infectan de una enfermedad respiratoria se cura—nadie se muere de COVID -19-- y el 2 % de los que mueren tienen más de 80 años y varias patologías complejas. (Pero los neo comisarios de la democracia pandémica en la argentina, hablan de “casos” y nunca dan datos de filiación de los pocos fallecidos).  Los tiranuelos democráticos locales—llenos de hipocresía-- deciden qué es un servicio esencial y qué no lo es en sus protocolos burocráticos para el sometimiento colectivo, en complicidad con los mercenarios medios de comunicación masivos dedicados a fomentar, a través del alarmismo y el miedo, la sumisión.

    “Sumisión” es el título de la impactante novela de Michel Houellebecq (Anagrama París. 2015) en la Francia (Europa) islamizada de hoy, a causa de las guerras genocidas llevadas adelante en Iraq, Siria y Libia por la oligarquía judeo-masónica estadounidense al servicio del sionismo israelí. Sumisión debería ser el título de la ominosa historia del COVID-19 en la Argentina.  Por ello, nuestra disyuntiva real hoy también es Sumisión o Resistencia. Tenemos un compromiso con nosotros mismos, con nuestros compatriotas y con nuestros descendientes. Resistir—primera nota de la auténtica fortaleza-- como mejor se pueda. Quizá, empezando por quemar públicamente los barbijos y denunciando a los lacayos y cómplices de esta patraña global. Caso contrario, vayamos desnudando el brazo para someternos a la próxima Fase del engaño, la inoculación compulsiva de la vacuna digitalizada de Bill Gates. ( https://lifepetitions.com/petition/no-mandatory-vaccine-for-covid-19 )

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