¡Cómo podríamos
olvidar la fecha que nos trae la fecha de una de las figuras más interesantes e
importantes del siglo XX! Su nombre Benito Amílcar Andrea Mussolini Maltoni
quien vio la luz del mundo terrenal el 29 de julio de 1883 siendo hijo de
Alessandro Mussolini y Rosa Maltoni. Bautizado al día siguiente, fue un romano
de alma y cuerpo, que Dios envió en los días finales del Mes de Julio César
guerrero invicto y el 1 de Agosto, aniversario de la asunción de Octavio con el
título Imperator.
Pero leamos una
página que en un jalón de su vital caminar escribió el conductor romañolo: “Nací
un domingo a las dos de la tarde durante la fiesta del Patrón de la parroquia Delle
Caminate”, la vieja torre ruinosa que desde el último contra fuerte de los
Apeninos desciende hacia las ondulaciones de Ravaldino dominando alta y
solemnemente toda la llanura de Forli. Hacía 8 días que el sol había entrado en
la constelación de León. Mis antepasados -prosigue- eran campesinos que labraban
la tierra y mi padre un herrero que doblaba el hierro candente sobre el yunque.
Yo, de pequeño a veces ayudaba a mi padre en su duro trabajo…”. Origen
proletario que no oculta, como no esconde la pobreza y miseria de su primera
infancia ni los problemas que, por su militancia política tuvieron abuelo y
padre y que él llamó: “sagrada tradición de la familia Mussolini”.
Su patria chica la
que amó tanto como a la Gran Italia, es la región de las provincias de comarcas
fértiles en la hermosa llanura del Po, extendida entre el mar Adriático, los
Apeninos y los Alpes. Un Cónsul Romano cuyo nombre injustamente no registró la
historia, hizo construir, en el siglo II A.C. la “Vía Emilia”, atravesada por
torrentes entre los cuales está el Rubicón a cuyas aguas el Gran Julio César,
arrojara el dado cuando ordenó a sus guerreros, encabezados por la Décima
Legión, cruzarlas en la primera Marcha sobre Roma para limpiarla de una “legitimidad”
política corrupta y corruptora. Carretera militar recta en la campiña verde fue
testigo y ES, testimonio del accionar histórico, viendo pasar cohortes con sus
águilas y lábaros, condotieros, santos, poetas y mártires. Grandes mojones de
la Vía secular son: Módena, Plasencia, Parma, Bologna y muy cerca del mar,
entre pinos solitarios, se encuentra la tumba de Dante Alighieri el excelso
poeta soñador del Imperio restaurado por entonces Romano Germánico. Hacia el
oeste se eleva FORLI ciudad de las pasiones políticas en cuya aldea DOVIA, dentro
del municipio del PREDAPPIO, distante 15 kilómetros del centro urbano, nació
quien fuera Duce de Italia y personalidad mundial.
Del linaje de la
gens Mussolini afincados en Montemaggiore desde 1600 es poco lo que sabemos. Un
historiador señala que solo existen 3 biografías de plumas diferentes que
pueden catalogarse de sinceras. Del propio Benito Mussolini tenemos 2
fundamentales: “Vita di Arnaldo” (1932) dedicada a su querido hermano y “Parlo
con Bruno” (1941) en la que habla a su hijo caído en servicio como Oficial de
la Fuerza Aérea durante la guerra mundial. “El que lee estos escritos” dice el
historiador Richard Wichetrich en su “Benito Mussolini” (Editorial Iberia
Barcelona 1954) “se siente impresionado por el espíritu familiar que se revela
en ellos y, más por los sentimientos de condolencias y humanidad que embargan a
su autor. ¡Que poder de comunicación, que
don de expresión! ¡La bondad del corazón y la belleza formal rivalizan entre
si¡ !Quien expone de esta manera al desnudo su corazón y encuentra tan bellas
expresiones para sus sentimientos, no puede engañar, conscientemente a los
demás ni tampoco a si mismo¡ Esto es lo que tiene que pensar el lector, por
desapasionado que sea”.
Como Oriental del
Uruguay, el autor de estas líneas no puede dejar de citar al Caudillo Dr. Luis
Alberto de Herrera nativo de Montevideo, que con su accionar y pluma
Revisionista y documentación apabullante, recuperó para la posteridad a los
héroes de la Patria Grande, tales como Manuel Oribe, Juan Manuel de Rosas y
Francisco Solano López. Nunca le fue ajena la Hispanidad Romana a la que pertenecía
y a la cual sirvió con altivez por afinidad espiritual con la Falange de José
Antonio Primo de Rivera. No podía faltar con Benito Mussolini del cual, en una
de las salas de su casa, hoy Museo, lucía una gran fotografía dedicada por el
propio Duce. Allí estuvo hasta su fallecimiento en 1959. Luego, manos “non
santas,” la retiraron contrariando, su última voluntad, amén de falsificar su
pensamiento. Hemos citado al doctor
Herrera porque respecto al último César escribió una página de la cual
extraemos para los revisionistas actuales unos párrafos imperecederos. Así
habló el Dr. Herrera: “Después de una larguísima depresión, Italia se ha
encontrado a sí misma. A las grandes memorias del pasado suma hoy, las grandes
realidades del presente. Ya la gente Itálica no sólo habla de imaginación con
el testimonio monumental de lo que fue, sino que proclama magníficamente, con
su famosa resurrección lo que ahora es y lo que será”…
“Revelación de un
estado de conciencia, varonil arranque de una raza de enorme historia que se
pone de pie y con pleno derecho pide la palabra para influir decisiva y noblemente
en el desdoblamiento de los sucesos universales”. “Veo ahora aquí lo que antes nunca viera: colosal
despliegue de energías morales y materiales, infatigable acción reconstructiva,
progresos de portento, irradiando luces y liberación social en todos los planos
y a todos los rumbos del pensamiento de la nueva solidaridad, en lo alto una
bandera gloriosa y una gran afirmación colectiva… En el centro de este
formidable movimiento anímico, cívico, patriótico y social cual propulsor de la
obra inmensa, la figura extraordinaria de Benito Mussolini, que llena la época
contemporánea”…
La vida del DUX
puede dividirse en varias etapas. Helas aquí: Infancia y Juventud (1883-1914) Camino
hacia el poder (1915-1922) La Revolución (1923-1934) Horas Triunfales (1935-1941)
Traición, Martirio, Asesinato (1943-1945). En su juventud milita en el
socialismo radical al que sin dudar llegó por influencia paterna. A los 18 años,
diplomado como Maestro de Escuela ejerce algún tiempo, pero pronto su inquietud
lo lleva a Suiza donde pasa hambre y cuando consigue ocupación trabaja para
subsistir 14 horas diarias aprendiendo en el trajinar, alemán y francés. En la
Universidad de Lausana asiste a las clases de Wilfredo Paretto (1848- 1923) En
aquel discípulo quedó profundamente impreso el desarrollo de la teoría cíclica
de los cambios sociales: “Lo único importante en una sociedad es la elite, es
decir, las clases dirigentes; la masa siempre sigue a éstas. El carácter y la
historia de una sociedad son el carácter y la historia de sus élites. Cuando
éstas se vuelven débiles y corruptas serán inevitablemente sustituidas por
otras”. “La ley de hierro, para todos los tiempos: la historia es un cementerio
de aristocracias”, observaba el eminente profesor Paretto.
Cuando le era
posible pasaba horas en las bibliotecas inclinado sobre libros algunos de
páginas amarillentas. Pero a cada momento su propio afán y la pluma era todavía
la mejor forma de predicar. He aquí un artículo sobre la democracia que
tiene actualidad para aquellos días y
para todos los tiempos: “La
democracia es un sistema que ha llevado siempre a la decadencia moral y
espiritual… el que dice democracia dice montón de profesionales de baja
política, dice abogados que buscan clientes, dice profesores que intrigan para
obtener cátedras, periodistas que llaman a las ventanillas de los fondos
secretos, especuladores que compran el silencio y los jueces, conciencias
inquietas que hacen anticlericalismo, pero en el seno de la Masonería,
asociación internacional de mafiosos”. Ya en el camino del poder, en el
glorioso Octubre de 1922, habló como siempre, claramente, iniciando con su voz varonil
un discurso fascista que como tal debía ser franco y duro. Y lo fue. Así habló
a sus Camisas Negras: “Entre tanto nuestro sindicalismo se diferencia de
los otros porque nosotros no admitimos la huelga en los servicios públicos por
ningún motivo. Estamos por la colaboración de clases especialmente en un
período como el actual de crisis económica agudísima. Pero es necesario decir
con igual franqueza que los industriales y los patronos no deben coaccionarse, porque
hay un límite más allá del cual no se debe pasar ya que, debe tenerse en cuenta
que hay un pueblo que trabaja, que no se puede pensar en la grandeza de las naciones
si el sector de operarios, está inquieto u ocioso…”. “Sólo cuando el trabajo esté injertado
en la vida y en la historia de la nación, podremos forjar obras maestras…
Entonces no tendremos al hombre económico porque no existe, estará frente
a nosotros el hombre integral, que es político, que es religioso, que es santo,
que es guerrero”. También proclamaba la necesidad que el Estado
interviniese en la economía: estimulando, protegiendo, completando, la
iniciativa de los individuos y de las organizaciones. En otra intervención ante
sus queridos camaradas en la que se muestra el discípulo de Paretto señala: “Los
muchos escándalos que se verifican en muchos países demuestran que las clases
dirigentes ya son inferiores a su misión. La moral decae y la reemplaza el
cinismo que pervierte a nuestras sensibilidades. A la religión sucede el
mercantilismo”. Sobre la mentira
democrática vuelve regularmente para despejar los cantos de sirena perniciosos.
Oigámosle: “El Fascismo representa una reacción contra el movimiento
democrático según el cual todo debía ser gris, mediocre, uniforme, nivelador; en
el que desde el Jefe del Estado hasta el último conserje de pretura, se hacía
todo para atenuar, esconder rendir fugaz y transitoria la autoridad del Estado.
Hemos sufrido las consecuencias de esas concepciones falsas de la vida. La
democracia creía captarse el aprecio de las masas populares y no comprendía, que
las masas populares desprecian a aquellos que no tienen el valor de ser lo que
deben ser”.
Roma está presente
siempre en el espíritu de Mussolini. Ese sentimiento le hace señalar que, los
Fascios de Combate, fundados el 23 de marzo de 1919, marchan con Fe y
Entusiasmo como precedidos por una columna de fuego romano. Por ello el Dux
dirá: “Roma es nuestro punto de partida. Nuestro símbolo y si se quiere
nuestra idea fuerza. Nosotros soñamos la Italia Romana, sabia, fuerte, disciplinada
e imperial. Mucho de lo que fue el espíritu inmortal de Roma resurge en el
Fascismo; romano es su saludo brazo en alto y mostrando la palma, con el Lictor
(haz de gruesas varas, que no se quiebran porque están unidas por un cinturón
de acero con el filo de un hacha que sobresale, junto a la cabeza de la Loba,
como símbolo de justicia romana), es nuestra organización de combate al
bolchevique, romano es nuestro orgullo y nuestro valor”. Los romanos,
no eran sólo combatientes, sino constructores formidables que podían desafiar,
como han desafiado al tiempo. Roma traza caminos, señala fronteras y da, al
mundo, leyes eternas de su inmutable Derecho. Con el Catolicismo, Roma
encuentra su forma y el modo de regirse en el mundo.
El estallido de la
guerra de 1914 marca el final de su vinculación con el socialismo a cuyos
ideólogos llama “castrados” al oponerse a la intervención de Italia. Funda el cotidiano
“El Pueblo de Italia” que subtitulará: “De los Combatientes y los Productores”
En los primeros meses de 1915 marcha al frente como integrante del XI Batallón
de Bersaglieri. Combate durante 17 meses hasta que, cae gravemente herido en el
Carso. Su “Diario de Guerra” es una síntesis en lo que todo parece dominado por
la velocidad, angustias, coraje, sufrimientos, miserias y esplendores. Dedica a
los camaradas más de 250 páginas “en las que alienta-dice-mi vida y la
vuestra, vida que hemos hecho juntos en inolvidables jornadas de la trinchera… Me
habéis ofrecido seguridad donde no existía más que esperanza. Habéis demostrado
que la estirpe romana no está agotada”.
Desde 1919 la paz
de Versalles, verdadera Torre de Babel masónica, siembra Europa con bombas de
acción retardada mientras la subversión bolchevique golpea con las huelgas, el
sabotaje y el motín, previos a la guerra revolucionaria con el terror rojo. El marxismo explota la miseria. El Dux sobre
esas jornadas nos dice mostrando nuevamente al alumno de Paretto. “La
decadencia de las jerarquías significa la decadencia de los Estados, cuando la
jerarquía militar ha perdido su virtud, viene la hecatombe; cuando la jerarquía
de los tributos roba, el Estado se tambalea”.
Cualquier
similitud con los momentos actuales no es simple coincidencia.
Surge entonces el
Partido Nacional Fascista cuya línea de acción fue marcada por el DUX como un
Anti-Partido. Mussolini arenga entonces a las Milicias Fascistas de Combate.
“Es hora de que se imponga una férrea disciplina a los individuos y a la
multitud. Porque, una cosa es la renovación social y otra la disolución en
casa. Mientras se hable de transformación todos estamos dispuestos, pero, si se
quiere dar un salto en la obscuridad, entonces pondremos un alto ahí”. La
Nueva “Marcha Sobre Roma” concretada, el 28 de Octubre de 1922, fue
consecuencia de “ese estado espiritual con posibilidad de irradiación universal”.
“El Pueblo de Italia” dirigido por el victorioso DUX, da cuenta de ello, cerrando
filas a las vanas tentativas de las oligarquías partidarias. Se estaba en el
primer día de la Era Fascista. El 16 de noviembre de 1922 Mussolini, ya Primer
Ministro, prestaba juramento expresando al finalizar su intervención: “Que
Dios me asista para llevar a buen término mi ardua empresa”. Y llegó al
poder el gran hombre que conocía la pobreza, la miseria, el estudio, y siempre
la lucha coronada con 17 meses de trinchera, mirando de frente a la muerte sin
pestañar. Inauguraba veinte años de gloria para su Patria llevando en su mente
y corazón una visión integral de la sociedad. El problema religioso de una
Italia con fuerte actividad masónica. Su accionar es católico en 1924 cuando,
la inauguración de la Plaza de la Victoria, dice: “Si hace poco he entrado en el Templo y
me he inclinado ante el Altar no lo he hecho para rendir un obsequio
superficial ante la religión del Estado sino por un íntimo convencimiento,
porque pienso que, un pueblo no puede hacerse grande y potente, consciente de
sus destinos, si no se acerca a la religión y no la considera como un elemento
esencial de su vida privada y pública”. Al año siguiente, 1925, dispone
la puesta fuera del orden legal, a la Masonería expresión secreta del
anticristianismo radical y auténtico poder siniestro en las sombras. Toda la
legislación Fascista de la década prepara los Acuerdos de Letrán (Febrero de
1929) que crean el Estado Vaticano.
Finalizaba por siempre
el horroroso período de la separación de Jesús y Roma aberración inspirada y concretada
por la Masonería de los Saboya en 1870. En el aspecto social la política de
Mussolini es la consecuencia de hacer realidad el Estado Participativo. La
Carta del Lavoro (1927) reconocida hasta por sus enemigos como el “Monumento
legislativo del siglo XX” es la concretización de los derechos del ciudadano. Ahí
está, y es un ejemplo, no el derecho de propiedad, sino como decía el DUX, “el
derecho a la propiedad” “El trabajo debe entrar con pleno en el Estado y no permanecer
al margen o adverso a él”. En su obra codificadora puso el sello del Orden
Romano Cristiano. A través de las Corporaciones combatió el egoísmo clasista
haciendo converger todos los intereses hacia un vértice. Estas son la
superación del carácter sectorial que tienen los sindicatos y sus particularismos.
Por ello se puede decir que el Fascismo fue una conquista proletaria.
La Codificación
Penal fue admirada, por los mejores tratadistas y hasta copiada en el mundo de
nuestra civilización. Su diplomacia alertó sobre la necesidad imperiosa de revisar
los “Tratados de Versalles” porque ellos, con sus horrores a designio,
conducían al mundo a una nueva conflagración. No fue escuchado. Las camarillas
belicistas movidas por el odio masónico preparaban su zarpa contra las
Revoluciones Nacionales. En lo interno la obra fascista fue gigantesca. En los “Pantanos
del Pontino” recuperados, se levantaron 5 nuevas ciudades que Mussolini
proyectó y concretó.
Lo artístico no le
fue indiferente. El estilo fascista en arquitectura se mostró con sus líneas
rectas como expresión contundente de la palabra transformada en mármol como
esencial grandeza de la Romanidad consagrada por Dios.
Con la guerra de
Etiopía realizó lo que la antigua Roma hacía, después de haber vencido, incorporaba
los territorios a la Civilización y conseguía para los latinos un lugar bajo el
sol La política mussoliniana demográfica había cambiado hacia lo prolífico de
estilo romano dejando atrás, la decadencia senil y abortista de la modernidad.
Combatió al
marxismo en España. Allí batallaron miles de voluntarios Camisas Negras
logrando, con los Nacionales de Franco, la Falange de José Antonio Primo de
Rivera y los Tradicionalistas, la Victoria de la Cruzada de 1936. Consiguió en
Múnich salvar la Paz (1938) cuando la guerra por causa del problema checo
manejado por el “presidente” Benes parecía inevitable. No pudo contra el belicismo
del hipócrita Roosevelt y las camarillas de Londres y Paris. En 1939, la guerra buscada por las Fuerzas
Ocultas estalló. En los días finales de aquella tragedia, cuando su grandeza se
hizo manifiesta, seguramente para honrarlo, sobre el Valle del Po llovió sangre
de héroes. Y ellas, fueron la del asesinado Catilina, junto a la de César,
derramada en los Idus de Marzo, uniéndose a la del linchamiento de Cola de
Rienzi, a la de Giovanni Gentile el gran filósofo, con la del Conde Mazzolini,
leal entre los leales. Torrentes de sangre que marcharon estoicamente con las decenas
de miles de mártires Camisas Negras. La tarde cruel del 28 de abril de 1945, se
unieron con la del inmolado DUX. Su figura romana, de incansable batallador,
sigue siendo ejemplo, para todos los tiempos, porque es eternidad a la diestra
de Dios.
Luis
Alfredo Andregnette Capurro.
Desde el Real de la Muy Fiel y
Reconquistadora Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo
Nacionalismo Católico San Juan Bautista