Retomamos contacto espiritual con nuestros amigos
lectores, luego de haber aprovechado esta semana, para tener la satisfacción de
releer el magnífico trabajo del Dr. José Luis Jerez Riesco “León Degrelle en el
Exilio”. Cuantas ideas y emociones, nos dejó en el alma este libro. Llamaradas
de admiración por el Héroe fundamentado en una fe religiosa imbatible imbricada
en su ideal tradicionalista. Ira por las injusticias y las hipocresías vigentes
desde 1945. Además, tristezas e indignación por la tiranía del poder invisible que
lleva el alma sacrílega del becerro de oro. De los mismos que desde la Segunda
Guerra continúan detentando una tiranía mundial que utiliza a gusto y paladar
el Consejo de Seguridad.
En nuestra no tan lejana histórica está el horror de
la guerra Balcánica, las agresiones a Irak con el asesinato de Sadam Husein y la
mal llamada “primavera árabe” con el cruel magnicidio del Jefe libio Kadafy. Y
actualmente Siria cuya derrota incondicional puede significar la guerra atómica
contra Irán desatada por la camarilla belicista del extremista sionista Netanyahu
con su “lobby norteamericano”. ¿Cederá el robusto Trump tan vinculado al
sionismo internacional? Aguardemos las decisiones de Poder “invisible e
increíble”. El tenebroso cerrojo pergeñado en la Conferencia de San Francisco que
funciona o no, según disponga la asamblea que podríamos llamar Sanhedrín con el
vicario de Caifás.
Pero retornemos al tema central. En la lectura nuestros
ojos se deslizaron por páginas en las que se analizan, estudios del General
Degrelle mostrando una época que se entrelazaba la historia del “Caudillo de
España por la Gracia de Dios” con una Europa “liberada” en medio de una orgía
de matanzas eso sí, “democráticas”. Tomo de ineludible lectura para el que
desee conocer la Verdad histórica tan deformada.
En otro artículo de tiempo atrás nos referimos a la
forma casi milagrosa en la que el General Degrelle llegó a España en mayo de
1945 cuando la resistencia heroica de las fuerzas del Eje había quebrado. Fueron
los meses y los años en los que la horda comunista desatada, junto con los
yanquis, saqueaba, violaba, e incendiaba al continente que decían “liberar”. En
un Heinkel con sus insignias (Cruz Gamada con la de los Caballeros Teutónicos) sobrevolando
muy bajo las líneas enemigas y por designio de Dios, a salvo del nutrido fuego
antiaéreo el avión, cayó finalmente en la bahía de San Sebastián. Allí, el Caudillo
de los Cruzados Valones, con numerosas y graves fracturas obtuvo refugio
político y atención médica. Los Aliados, con prepotencia amenazaron invadir España
para que fuera entregado a la “justicia” aliada junto al ex Premier Pierre Laval.
El horror de lo acontecido en Milán (28 de abril de 1945) con los restos mortales
del Duce Benito Mussolini, el más grande de los Italianos en siglos, marcaba el
666 satánico de los vencedores en nombre de los “Derechos Humanos.” 300.000 mil
fascistas fueron asesinados por la chusma comunista. Ante esta situación, que
se expandía por la Europa otrora gloriosa, el gobierno de España para frenar el
pretexto invasor optó por entregar a Laval bajo palabra que le fuera respetada
la vida.
La promesa aliada era moneda tan falsa como la
democracia que pregonaban: Laval, poco después de haber pasado por un “juicio”,
imitando el gran Guignol y con sentencia redactada de antemano, fue llevado moribundo
ante un pelotón de fusilamiento donde expiró y expresando en voz muy alta que,
como ex Premier de Francia tenía derecho a que le disparasen al corazón, (octubre
13 de 1945). El 6 de febrero de 1945, el enano moral “señor de vida y muerte,” Charles
Degaulle, le negaba gracia y era fusilado, el más grande poeta de Francia:
Robert Brasilach. En ese momento contaba con 33 años. El crimen por el que “mereció”
el suplicio fue rechazar la decadencia y corrupción de su Patria, declarándose
fascista.
La misma suerte corrió Alexis Carrel Premio Nobel de Medicina
aplicándose para artistas como Sacha Guytry. Encontramos en la interminable
lista al General Maurice Blanc, Héroe de 1914-18 junto a Auguste Lumiere
(inventor del cinematógrafo) así como el de George Claude creador del “Agua
Pesada” con Abel Bonnard miembro de la Academie Francaise. Subrayamos el nombre
del Cardenal Baudrillart, Decano de la Universidad Católica de Paris que no fue
coronado de espinas porque Dios lo llamó a su diestra, antes de la llegada de
los “libertadores”. Nombres que deberían estar grabados en oro. Incontables los
linchados y torturados brutalmente que sumaron muchos más que el genocidio de
la vesánica “Revolución Francesa”. Esto lo reconocería en 1957, con nobleza, el
entonces Ministro de Justicia francés.
Pero volvamos nuestra atención al homérida que es
motivo de esta nota. León Degrelle estuvo durante 16 meses en el Hospital
“General Mola” donde padeció, enyesado para recuperarse de las horrorosas
fracturas. Tiempo después, el Héroe comentaría a un periodista: “La aventura
de San Sebastián era una misión imposible. Se logró superar la imposibilidad
porque cualquier cosa para mi era preferible a la capitulación. Prefería mil veces
la muerte, ser abatido en vuelo, estrellarme contra el suelo, morir en el mar, antes
que perecer víctima de la injusticia”. La victoria del alma, superó a la
derrota del cuerpo. Así ha escrito el Caballero y Patriarca Falangista Blas
Piñar en sus “Memorias”: “Solo un hombre fuerte de cuerpo y de alma… pudo
sobrevivir a la tragedia y a las y lesiones de aquel forzadísimo y peligroso
aterrizaje”.
Apenas pudo mover un poco los brazos, el General
comenzó a escribir los recuerdos de guerra. La primera sección escrita en esas
condiciones de casi paralización lo tituló “Campaña en Rusia” que fue publicada
en Francia en dos tomos. Así respondía aquel Grande al gobierno “libre” de Bélgica
que lo condenara a la pena de fusilamiento luego de un “juicio” que duró una
hora. La fecha de la infamia fue el 27 de diciembre de 1944. Los demócratas -
bolcheviques no pudieron satisfacer su sed de vampiros con la sangre del Cruzado.
En carta a un camarada refugiado en la noble República
Argentina, luego que los intentos de los esbirros fracasaran con ese guerrero,
escribía el General: “En el momento en que los aliados llegaban a Bélgica yo
estaba combatiendo en Letonia, país emocionante, de brezos, abetos y lagos. Pude
allí salvaguardar la vieja Ciudad Universitaria de Dorpat, ganando por ello la
Cruz con las Hojas de Roble. Después, fue la ofensiva de las Ardenas… ¡La Navidad
en nuestra casa! Estábamos en nuestras bellas Ardenas repletas de nieve con sus
valles violetas y sus albergues con torretas. Pasamos la Nochebuena y la
Nochevieja muy conmovedoras entre aquellos bravos campesinos que nos habían
dispensado una acogida inolvidable… luego… llegó el enemigo “liberador” con la
masacre metódica e implacable. Todo fue reducido a cenizas. La Roche, Saint Vith,
Houffalizeno, quedaron como horribles montañas de escombros. Pronto una nueva
orden: marchar otra vez al frente del Este, para detener a las bestias bolcheviques…
En Pomerania, delante nuestro, otra vez el infierno. La potencia de los soviéticos
era brutal. Al asalto de cada aldea ellos, lanzaban 20 o 30 carros de combate T
34. Era horroroso. Tuvimos 450 muertos y 700 heridos (de los 1400 hombres que
combatíamos) en cinco semanas. Cuatro veces en una semana fui hecho prisionero.
Cada vez que me hacían prisionero me escurría como una culebra. Las noches eran
grandiosas. Todas las aldeas ardían en las nieves mientras que los carros
comunistas, vomitaban acero ardiente. Pese a todo, en 35 días retrocedimos 30
kilómetros. ¡¡El heroísmo del Ejército Alemán fue indescriptible!! Tuvimos un
respiro detrás del Oder. Habíamos reunido 2000 hombres de los cuales 650 eran tropas
de choque. El 20 de abril de 1945 los rusos cruzaron el Río. Lanzamos nuestros
650 hombres al contraataque que en 5 ocasiones rechazaron a los bolcheviques varios
kilómetros para atrás, pero, al final los combates eran cuerpo a cuerpo y solo
éramos 35 hombres, sin municiones. Tan solo me quedaba un puñado de valientes,
que ya habían alcanzado Lubeck. Un último frente anti bolchevique, permanecía
en el norte de Noruega, por lo que decidí allí, constituir una unidad de
combate, ya que tenía noticias que otros valones intentaban por mar acceder a Dinamarca
para luego llegar a Japón que seguía luchando. Desembarcamos en Copenhague, justo
para caer en plena revolución. Pasé catorce horas en medio de la jauría
triunfante. Uno de mis oficiales, fue engullido por la marea bestial. Gracias
al desparpajo de un alemán, atravesé la ciudad y pudimos saltar a una lancha de
guerra y llegar a Oslo el domingo…”
En el reportaje: “Degrelle me dijo” y que firmó la
duquesa de Valencia, el General realiza un análisis de la victoria de los soviéticos
armados por los yanquis. Así resume, el cierre del libro Jerez Riesco: “Analiza
las carencias de la democracia y los logros del Fascismo en el período interbélico.
La revolución social del Nacional Socialismo, que despertó al pueblo alemán del
somnífero utilizado por los detentadores del oro, lo cual puso a la nación a la
cabeza de los pueblos más avanzados de la tierra…” El colofón va en los
siguientes términos: “Es todo lo que el 8 de mayo de 1945 nosotros perdimos.
Las dos grandes democracias tan falsas la una como la otra. Ambas dictaduras
del dinero y la leninista, una tiranía de la Nueva Clase Marxista. La URSS le
ha robado a Europa la mitad de su territorio aumentando sus presiones cada año”
“...prefiero mil veces haber militado entre los que han perdido, pero mantenían
un gran sueño que haber estado del lado de estas pluto -democracias las que,
después de haber provocado la Segunda Guerra dejaron sobre la tierra calcinada
por su victoria, a una Europa decadente.”
Degrelle permaneció en España luego que el gobierno
del Generalísimo, resolviera expulsarlo oficialmente pero no, en la realidad. Se
mantuvo en refugios desde el barrio de Carabanchel hasta el Monasterio del
Valle de los Caídos. Escritor de casta, como muy bien lo titula el Dr. Jerez
Riesco, continúa lo comenzado en el Hospital, traduciendo y comentando a Santa
Teresa. Al prefacio le dio plenitud: “He adivinado más que traducido estas
poesías de Santa Teresa de Jesús. No soy un filósofo ni un filólogo, tan
siquiera conozco la lengua española. Pero más allá de la gran mística estaba el
cántico. He sentido ese cántico que me ha estremecido. He querido reproducir este
gran grito de un alma”. Estas páginas íntimas fueron publicadas en dos
libros titulados “Je te benis belle mort” y “Pastorales”.
La poesía de su tierra natal fue también glosada en escritos
durante diez jornadas. “Allí estaba el paisaje y sus gentes”. Esos trabajos estampan
para la inmortalidad “su pasión por la vida y por todo lo noble y lo bello”. Precisamente,
dice el Dr. Jerez Riesco, cuando estaba en los umbrales del túnel que podía
conducirle a la muerte”.
El gobierno belga integrado entre otros por Henry
Spaak masón que habló con Hitler para ofrecerle sus servicios hasta que
habiendo llenado la medida fue expulsado de Berlín. Luego de finalizada la
guerra, rebosante de odio lanza la gran ofensiva contra el Monje Caballero,
promoviendo la llamada “Ley Degrelliana” por la cual se penaba poseer, o
recibir libros del Héroe. Mientras tanto preparaba arteramente un secuestro que
felizmente pudo abortar la policía española. Este fue el primero, de los varios
intentos para llevarlo a Bruselas, París o Tel Aviv. Fue autor de la idea el
mismo ex locutor de la BBC de Londres que respondía al nombre de Charles Degaulle
quien intentó llevarlo a Paris para conseguir, con métodos democráticos, “demostrar
las trapacerías morales y políticas de Henry Spaak”.
Cebados por la impunidad hubo intentos de la Mossad. Recordemos
el secuestro de Eichmann (1960) en Argentina y en Uruguay (1963) el vil
asesinato del aviador letón Cukurs. El 5 de julio de 1961 la policía española arrestó
a los ciudadanos israelitas, Alduide Idewlon y Suison Jake de Moncoln, éste con
pasaporte francés. En poder de esos sujetos, se encontraron armas, 500.000
dólares y un equipo de anestesia. Ambos confesaron ser un comando judío con la
misión de secuestrar a Degrelle.
Trabajó Degrelle como obrero de la construcción y así llegó
a tener su empresa de construcción. Ello no le impedía seguir escribiendo. Entre
sus varios trabajos ya citados publicó las “Memorias de un Fascista” y una
“Carta al Papa Juan Pablo II”. De ella, entresacamos algunos párrafos. Está
fechada el 20 de mayo de 1979. “Muy Santo Padre: Yo soy León Degrelle, Jefe
del Rexismo Belga Comandante de los Voluntarios en el Frente Este… Soy católico
como Usted y me creo por este hecho, autorizado a escribiros como un hermano en
la fe…” y luego, agrega preguntando a Su Santidad, como testigo de excepción,
“Ya que el Santo Padre estuvo allí detenido: ¿ha usted visto personalmente
esas grandes masacres colectivas tan repetidas una y otra vez por
propagandistas sectarios? Ciertamente se sufrió en Auschwitz. En otras partes
también. Los centenares de miles de niños carbonizados por orden directa de los
Jefes de Estado Aliados en Dresden, Hamburgo, Hiroshima y Nagasaki etc. tuvieron
padecimientos más horribles…”.
S. S. Juan Pablo II no le contestó a su Hermano en
Cristo. ¿Olvido u omisión a designio? No lo sabremos jamás. Pero de todas
maneras… ¡¡cuánto dolor debe haber provocado, el sepulcral silencio, en aquel
Hombre de FE!! Seguramente, recordó lo que el Divino
Maestro dijera para todos los tiempos: “La Verdad os hará libres”. Y así fue, es y será.
En el caso que estudiamos, el silencio de quien
ocupaba el Solio Pontificio, se convirtió luego en una “Clarinada Divina”.
Nuevamente Cristo Jesús, realizó el milagro que
relata el Evangelio cuando, leemos que, tocando los oídos de los buscadores
de la Verdad, permitió que escucharan. El que quiera oir que oiga, el que
quiera seguir que siga clara, por la Luz Divina, es el camino de la Verdad, y
tan pura como un manto de seda blanca, nuestra divisa. Ya oímos la Verdad, y
también la oyó Degrelle que por olvido u omisión se le negó. Ya nadie podrá
negarla, por más manejos subliminales que realicen.
Degrelle entregó su alma al Creador, en Paz y
confortado con los Santos Sacramentos, el Jueves Santo 31 de marzo de 1994. Claro
mensaje de Dios: “Sin Viernes Santo no hay Resurrección”. Hubo sí, Viernes
Santo en los Cielos, con la presencia del Caudillo a la Diestra del Señor Dios
de los Ejércitos. Para cumplir con su
ruego, las cenizas del General y Caballero fueron llevadas secretamente a
Bélgica para ser repartidas por los lugares que más amó. En primer lugar, Bouillon,
la nobilísima cuna de Godofredo y Degrelle. Tierra y Ancestros en comunión,
para seguir el combate como llama eterna.
Para finalizar, leamos de pie, el postrer
mensaje del Héroe: “Veo con la mirada limpia que esta vida me ha dado un
máximo de congojas y de alegrías. Recapitulo. Valía la pena. Soy feliz. Sólo
estamos vencidos cuando nuestra alma está vencida. La derrota no es más que un
incidente. Al servicio de la Fe mi vida ha sido una espada. Permanecí
inflexible tanto en la Victoria como en el Infortunio”.
General León Degrelle
¡¡PRESENTE¡¡
Luis Alfredo Andregnette Capurro.
Desde el Real de la Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad
de San Felipe y Santiago de Montevideo.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista