San Juan Bautista

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domingo, 16 de agosto de 2020

Gloria Eterna a los combatientes antibolcheviques – Luis Alfredo Andregnette Capurro

 

     Hace ya largo tiempo, en el bastión de la Verdad que encarnó la Revista “Cabildo”, recordamos con unción el 75 aniversario de la Cruzada de España. Fue esa Guerra Justa, un ejemplo de hidalguía que dieron sus FFAA las que con la Falange y los Carlistas mostraron como se debe reaccionar cuando la masonería y los marxistas atacan a Dios y la Patria.

 

     En días presentes estamos conmemorando los 75 años del final la última Cruzada Anticomunista, desarrollada con la heroicidad de la que puede ser capaz, nuestra Civilización Greco Romana Germánica y Católica (1941-1945). Estas dos fechas, marcan el comienzo y el final de la gigantesca batalla con un frente de miles quilómetros, tal como nos lo dice una simple ojeada en el mapa observando la posición del Lago Ladoga en el norte, soviético pasando la línea hacia el sur por Moscú, Kursk hasta Rostov, en el Mar de Azov, del extremo austral. La Unión Soviética de Stalin era la única carta que podían jugar Delano Roosevelt y Winston Churchill para derrotar al Eje antimarxista encabezado por el Führer de Alemania y el Duce de Italia firmantes del Pacto de Acero con el Imperio del Japón (Lamentablemente este acuerdo, se limitó luego al Occidente europeo porque el Japón incumplió su promesa. y no participó en la Cruzada).

 

     La situación estaba preparada. Los peones del supercapitalismo, harían lo indecible para salvar a la Unión Soviética, para luego pasar al ataque contra el Eje antiliberal y antimarxista. Todo se preparaba desde la década de los treinta. Vaya un dato claro. El general inglés Fuller, en su magnífica obra “Batallas decisivas…” Editora Caralt tomo III página 419 nos informa: “Churchill, en 1936 le expresó al general americano Robert Wood que era necesario aplastar a Alemania porque estaba creciendo demasiado” Ya Premier, WINSTON CHURCHILL decía en 1941: “Si Hitler invadiera el Infierno, yo estaría al lado del mismo demonio”. De esto concluimos que, en la mente de aquel sujeto, anidaba un oscuro ateísmo demoníaco porque sólo quien no acepta a Dios, puede afirmar el horror de favorecer el mal absoluto.

 

     El cometido acariciado por aquella mente era posible en esos meses, ya que la ley norteamericana llamada de “Préstamos y Arriendos” del 11 de marzo de 1941, daba al presidente Roosevelt poderes para “obrar a su placer sin interferencias de ninguna otra disposición” Lisa y llanamente significaba que podía hacer la guerra, declarada o sin declarar en cualquier parte del mundo. Roosevelt se precipitaba ciegamente en el camino de la guerra universal, resentido minusválido llegado al poder en 1933 con el apoyo de logias masónicas y mafias delictivas, simpatizante secreto de los comunistas iba a terminar sus días en 1945 entregando, junto a su cómplice Winston Churchill, en la reunión de Yalta, (febrero de 1945) la mitad del mundo a STALIN.

 

     Pero sigamos la línea de los sucesos históricos dejando de lado, por un momento, a los criminales de guerra, en la consumación uno de sus brutales designios. Cuando Hitler, después de rechazar las exigencias del soviético Molotov, en noviembre de 1940, tuvo la seguridad que Stalin con sus 240 divisiones mecanizadas y 10.000 aviones se preparaba para entrar en campo. Por ello ordenó poner en acción la “Operación Barbarroja”, preparada con croatas, fineses, rumanos y eslovacos alemanes e italianos. Había que golpear primero y fuerte al judas bolchevique.

 

     Eran las 3 y 45 del 22 de junio de 1941. Los alemanes lanzaron un vigoroso ataque en un frente de 1800 kilómetros. En pocos meses, los germanos y sus aliados estaban a escasos kilómetros de Moscú, (noviembre de 1941) listos para aplastar la maquinaria bolchevique contra los Urales. Hasta esos momentos las pérdidas comunistas eran impresionantes. Más de diez millones de hombres entre prisioneros muertos y heridos además de 21 mil tanques y 32 mil cañones capturados o destruidos. A todo esto, hay que agregar el arma aérea casi aniquilada. Las cifras mostraban la “crueldad” del ataque de los Fascistas del Eje, a una “casi desarmada” Unión Soviética “pacífica y pacificadora”. Moscú, no pudo ser liberada, porque los caminos de la “progresista Unión Proletaria” se transformaron en pantanos con fango viscoso, producto de la lluviosa primavera de 1941. En ese barro se enterraban las ruedas de todo tipo de vehículos, hundiéndose además las botas de los guerreros de la fiel infantería. La artillería, debía ser arrastrada por caballos, los que asimismo se encenagaban. Se llegaron a fotografiar más de 100 kilómetros de tanques del Eje, esperando se sacaran un poco esas “carreteras” construidas por los “esclavos de la clase obrera”. Estados Unidos entraba entonces en la guerra. El “buen tovarich” José no sería abandonado. Había que evitar el desastre del “genial” representante de “progresismo”, con su obrar socialista soviético.

 

     En el plano de la traición, la red de espionaje comunista en Japón, montada y dirigida por el “alemán” Richard Sorge y con presencia secreta en el mismo Consejo Privado del Emperador Hiroito, había informado que los nipones no atacarían el Asia soviética y se produciría un ataque del “Sol Naciente” a Pearl Harbor.

 

     Stalin (nuevo Gengis Khan) inmediatamente retiró semisalvajes mogoles que guarnecían las tierras lindantes con las zonas japonesas, para enviarlos al frente europeo y frenar así la embestida victoriosa del Reich y sus aliados. En tanto Delano Roosevelt con su Secretario de “Defensa” el Gral. Marshall, (futuro Premio Nobel de la Paz 1953) veían confirmadas las informaciones obtenidas al descifrar el Código Secreto Japonés.  A esto, se sumaba que, las provocaciones habían cumplido su objetivo, al hacer morder el anzuelo al Mikado que atacaría las islas Hawai.

 

     El silencio de Roosevelt y Marshall fue absoluto, porque el pretexto para entrar en la guerra estaría dado a la brevedad (7 de diciembre de 1941) La propaganda directa y subliminal de los poderes que manejan las democracias totalitarias y plutocráticas se encargaría de sembrar el odio en el universo con el “Remember Pearl Harbor”. Los EEUU con unos viejos acorazados hundidos y algunos miles de marinos muertos, estaban “moralmente justificados” para ser beligerantes y apoyar la tiranía terrorista de la URSS con sus Gulags en peligro de desaparición.

 

     En Europa, se extendía el entusiasmo por la Cruzada, para participar en la lucha contra la tiranía lenino-stalinista. Todos se aprestaron a la Guerra Justa. Ni una Nación falló. Cada una, envió voluntarios. Eslovacos, Franceses, Españoles, Noruegos, Flamencos, Valones, Daneses, Holandeses, Ucranianos, Bielorusos, Serbios, Armenios y hasta Árabes seguidores del Gran Mufti de Jerusalén. Asimismo, lo hicieron las Naciones directamente beligerantes como Italia, Croacia, Hungría, Rumania, etc.

 

     La línea del frente se alargó a 4500 kilómetros cuando la necesidad de combustible hizo acuciante un cambio de rumbo hacia Rostov y Stalingrado. Los Cruzados resistieron todo el invierno, con temperaturas de 50 grados bajo cero, lo que fue aprovechado por los soviets para fortalecerse con las enormes cantidades de equipo bélico, que les enviaban los Estados Unidos y Gran Bretaña. Casi seiscientos mil voluntarios integraban el Frente Cristiano Europeo. Con heroicidad, combatieron años convencidos que, sólo con la destrucción del bolchevismo antropofágico, era posible una Europa reencontrada con su dignidad y grandeza. Se incorporaron a las unidades de las Waffen SS con las Banderas y Símbolos Nacionales de cada uno de los Estados en los uniformes de una Fuerza que se había revelado como la única capaz de contener y derrotar al bolchevique”. De hecho, Eslovaquia, fue el primer Estado en acompañar a lo que, su Primer Ministro el católico Monseñor Josef Tiso, con justicia, llamó Cruzada.

 

     En nuestra estadía en Madrid, durante diciembre del 2011, tuvimos ocasión de acceder a una seria Revisión Histórica referente a estos Héroes calumniados como traidores por la internacional siniestra y las plutocracias decadentes.

 

     El Profesor Carlos Caballero Jurado con su pasión por la Verdad y magnífica pluma, es autor de numerosos volúmenes, cuál más apasionante. Van unos ejemplos.  Trilogía con tomos de 500 páginas cada uno, donde estudia, con documentos la “División Carlomagno” que estaba compuesta por Voluntarios franceses en la Waffen SS. Editado por García Hispán en Granada (España). Además, el brillante Historiador español ha presentado al público un hermoso Atlas (250 páginas) titulado “División Azul” con textos, documentación gráfica y cartografía. Editado por Susaeta (Madrid). Allí se plantea, una parte ineludible de la historia de la España gloriosa, por lo que deseamos dar una visión a los lectores. Lo intentaremos en otra edición. En la presente nos circunscribiremos a la serie de los “Voluntarios Franceses”, sobre la que haremos un rápido vuelo de reconocimiento.

 

     He aquí párrafos de páginas destacables de la obra: “La noticia del ataque alemán a Rusia desencadenó en Francia una intensa emoción... La Galia no podía mantenerse al margen del conflicto contra el Soviet. El resultado, con una derrota de Occidente en el enfrentamiento contra los comunistas, significaba la vida misma de la Civilización. Alemania era la única opción… Continuando el autor…  “Los voluntarios franceses que venían combatiendo en las distintas armas alemanas se agruparon en la “División SS Carlomagno”. Con esta, lucharon en los más crueles y dramáticos escenarios que vio el suelo de Europa… La campaña en Rusia... Pomerania, Italia (contra los traidores terroristas partisanos) culminando en Berlín…junto a la “Legión Valona” del heroico General Degrelle. Estos voluntarios, continuaron combatiendo al bolchevismo cuando la suerte estaba echada.

 

     Atacando, y es un ejemplo, con la columna Francesa del Coronel Labourdette al aeropuerto de Tempelhoff en Berlín, para recuperarlo de los stalinistas. Mientras tanto, junto a españoles Falangistas (división “Fantasma”) defendían el Bunker del Führer en lucha sin igual despiadada y sin cuartel” Algunos miles contra las hordas de la Estrella Roja, armadas hasta los dientes disparando con 8000 cañones sobre la capital del Reich. En estos libros del Profesor Caballero, está la historia para que las generaciones futuras admiren a unos hombres que, al volver a su patria, los que pudieron hacerlo, fueron tachados de traidores... Las páginas 331,332 y 333 del tercer tomo son de antología…Allí se desarrolla la Verdad.

 

     Impacta esta frase contundente: “Francia había decidido inventarse de arriba abajo su historia de la Segunda Guerra y los antiguos Voluntarios no iban a aguarle la fiesta...” De golpe y porrazo se hizo una amnesia colectiva. Se olvidó que el Ejército heredado por Francia del Frente Popular judeo marxista, se había rendido a un costo ridículo para el Ejército alemán. Se olvidaron más de 1000 muertos causados por los Británicos atacando a sus todavía aliados en la base naval de Mers el Kebir.  

 

     Al “río de las sombras”, fue la felonía inglesa de Dunkerque desde donde trasladaron a Inglaterra 250.000 de sus soldados rodeados por los germanos, rechazando con golpes de bayonetas, a sus aliados franceses que querían subir a las lanchas. Albión, dejó en el continente sólo una división organizada. Todo el episodio, fue una catástrofe para Francia (26 de mayo 3 de junio de 1940). La rendición del Paris masónico era inevitable.

 

     (17 de junio de 1940) “Se olvidaron las 600.000 Toneladas de bombas que los Angloamericanos lanzaron sobre Francia entre 1943 y 1944, causando decenas y decenas de miles de muertos. Nadie quiso darse por enterado que el trato cotidiano entre alemanes y franceses era singular como para que, en 1943, la autoridad militar Germana estuviera pasando pensiones a 80.000 mujeres que tenían hijos con soldados del Reich”.

 

     “El gran mistificador fue sin duda el general De Gaulle que se presentó a sí mismo como encarnación de Francia”. Nada se ha dicho, ni se dice sobre las serias sospechas existentes respecto de su intervención, en el asesinato del Almirante Darlan  (diciembre 24 de 1942).                                                                                

                                                                                               

     Pero De Gaulle, el petulante locutor de la radio de Londres, hacia donde huyó luego de derrotada Francia en 1940, no estaba solo. Para inventar orwellianamente una nueva historia, tenía a su lado, entre otros, a Andrë Malraux. Con referencia al personaje citado, el profesor Caballero Jurado escribe: “Vale la pena detenerse en su figura sobre todo después que Oliver Todd publicara en el 2001 su biografía: “André Malraux, une vie” (editada por Gallimard Paris. Libro que se publicó en castellano en el 2002). Una obra imprescindible para quien desee comprender como Francia reescribió su historia. Todd nos revela -continúa Caballero- que quien fue considerado un icono del siglo XX debe ser visto como un aventurero mitómano…” Este párrafo del Historiador Todd, explica la maniobra de quien había rechazado unirse a la “Resistence” porque esta no contaba con tanques y aviones”, a ella se afilió en la penúltima hora, dentro de filas comunistas. Sin embargo “pasó a la posteridad como el intelectual comprometido y luchador”.

 

     Caballero, transcribe un párrafo de Todd que dice así: “Malraux se beneficia de la colusión gaullista comunista justo recién acabada la guerra. El general necesitaba repetir que Paris se había liberado sola, que el pueblo francés había luchado heroicamente y los comunistas alimentar el mito que eran el partido de los 70.000 fusilados…” “Malraux acabó enterrado en el Panteón pero sus libros siguen trasmitiendo la ficción. Pero cuando la ficción trata de hechos históricos reales –continúa Caballero– ya no es sólo ficción, es mentira”. “Francia aceptó las falsedades de un De Gaulle, un Malraux, y tantos otros, porque deseaba creérselas.” (Destacados nuestros) ¡Oh! poder de la semántica instrumentada para robotizados cerebros democráticos. Dios nos guarde de ellos.


     Los molinos del Señor, Nuestro Dios, muelen lentamente, … pero muelen y muestran la Verdad.           

               

Por eso rogamos, para que nos siga contando entre sus peones molineros.

 

Luis Alfredo Andregnette Capurro

 

Desde el Real de la Muy Fiel y Reconquistadora

Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo 

 

Nacionalismo Católico San Juan Bautista

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3 comentarios:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=cOKnrtWQCaI
    historias no contadas

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  2. La traición a occidente de los yankis no puede ser callada!!!

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  3. Traidores a occidente en beneficio de la barbarie bolchevique.

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