La
Rata[1]
Miles Christi -
05/08/2020
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Rodríguez Larreta se negó a vetar el aborto en la ciudad de Buenos Aires
El
lunes 3 de agosto el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hizo
saber que no vetaría la ley de adhesión de la ciudad de Buenos Aires al
protocolo de interrupción legal del embarazo (ILE) actualizado por el
Ministerio de Salud de la Nación, presentado por el ministro de Salud, Ginés
González García, nada más asumir el gobierno de Alberto Fernández[2].
Según este protocolo, cualquier mujer podrá hacerse abortar con solo alegar que
el embarazo constituye un riesgo para su salud psíquica[3],
o bien que es el fruto de una relación no consentida, sin que deba presentar
una declaración policial o judicial[4].
A las menores no se les exige contar con la autorización parental[5],
ni siquiera a las niñas de menos de 13 años, quienes, en caso de oposición de
los padres, podrán solicitar el aborto acompañadas por otro “referente
afectivo”, y en caso de no ser esto posible, la última palabra queda de todos
modos en manos del “equipo de salud”[6].
Por si esto fuera poco, la objeción de conciencia no está garantizada, puesto
que, por un lado, se obliga a los objetores, en todos los casos, a volverse cómplices
o “partícipes necesarios” del aborto, debiendo cooperar indirectamente con su
realización[7] y, por
el otro, se los obliga a realizar el acto mismo del aborto en determinadas
circunstancias[8].
El
totalitarismo estatal de este protocolo es por tanto absolutamente escandaloso.
Primero y principal, por el hecho criminal del aborto en sí mismo, el asesinato
del nonato, convertido en un fantástico “derecho de la mujer”. Pero, además,
porque se vulnera la autoridad de los padres sobre sus hijas menores y la
libertad de conciencia de los médicos es conculcada. Se avasallan despóticamente
los derechos del bebé por nacer -el principal de ellos, fuente de todos los
demás, el derecho a la vida-, los de los padres respecto a sus hijas menores y
los de los profesionales de la salud objetores de conciencia. Finalmente, el
protocolo no pone límite alguno en cuanto al período de gestación, lo cual,
implícitamente, significa autorizar el aborto durante los nueve meses del
embarazo, sabiendo que el bebé es perfectamente viable durante los últimos tres
meses, lo cual constituye un caso asimilable sin dificultad al infanticidio.
Cabe
agregar que el protocolo toma en cuenta lo establecido por la ley de “identidad
de género”[9],
sancionada en 2010, cuando estipula que, “a
los fines de facilitar la lectura, en el presente Protocolo se usa en muchas
ocasiones el término “mujer” para referirse a las personas con derecho a ILE,
por tratarse mayoritariamente de mujeres, pero de ninguna manera debe
entenderse este derecho de manera restrictiva.” Este despropósito no
debería sorprendernos demasiado, dado que, en un país en el cual las madres
tienen el “derecho” de masacrar a sus hijos en su propio seno, los varones y
mujeres a “desposarse” entre sí, los niños pueden tener dos “papás” o dos
“mamás” y cada persona puede “autopercibirse” del sexo que le plazca,
convengamos que el hecho de que un “varón” pueda quedar “embarazado” y
solicitar un “aborto” no desentona en absoluto.
Transcribo
seguidamente el resto de la cita, tomada de la página 30 del protocolo, ya que
es edificante e ilustra el estado de confusión mental agudo que padecen los
políticos argentinos:
“Todas las personas con capacidad de
gestar (es decir: mujeres, niñas, adolescentes, varones trans y personas que no
se identifican con ningún género) tienen derecho de acceder a la interrupción
legal del embarazo cuando este se encuadre en alguna de las causales que la ley
establece para solicitar la práctica: que represente un peligro para la vida o
la salud, o que sea producto de una violación.”
El
jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, recibió incontables
pedidos de particulares y de entidades médicas y culturales[10]
para que ejerciera su derecho de veto, pero se negó a hacerlo. Por este motivo,
se convierte en cómplice del genocidio de niños por nacer en su distrito, y
deberá rendir cuenta de su decisión ante el tribunal de Dios a la hora de su
muerte. Y por su complicidad anterior igualmente: el año pasado se efectuaron nada
menos que 8388 abortos “no punibles” en la ciudad de Buenos Aires[11].
Esta complicidad con el asesinato de niños indefensos, reprensible en sí misma,
se ve notoriamente agravada por el supuesto catolicismo que él profesa
públicamente.
En
efecto, durante la misa celebrada con motivo del Tedeum, por el aniversario de la Independencia, el 9 de julio de
2018, en la catedral metropolitana, el jefe de gobierno porteño realizó una
consagración suya y de la ciudad que preside al Sagrado Corazón de Jesús[12].
Cito sus palabras:
“En
este 9 de julio, al celebrarse un nuevo aniversario de la Independencia
Nacional, quiero presentarme ante Dios como Jefe de Gobierno, consagrando mi
vida, mi gestión y la Ciudad de Buenos Aires al cuidado del Sagrado Corazón de
Jesús, lo hago bajo la protección del Inmaculado Corazón de la Virgen, su Madre,
cuyo nombre lleva esta Ciudad. Me acompañan en este momento los vecinos que,
desde su propia oración, expresada en la diversidad religiosa que tanto nos
enriquece o con el buen deseo del corazón, quieren lo mismo: construir una
sociedad justa, pacífica, basada en el respeto y la solidaridad.”
Invocar los Santísimos Nombres de Jesús y de María
al tiempo que acepta el abominable crimen del aborto, rehusando ejercer su
prerrogativa de veto, es dar muestras de una hipocresía ilimitada y de un
cinismo a toda prueba. Cito a continuación dos pasajes de su comunicado del 3
de agosto, en el que dio a conocer su posición sobre el tema[13],
acompañados de algunos comentarios:
“El
pasado 16 de Julio, la Legislatura de la Ciudad sancionó con una mayoría categórica
(50 votos a favor, 3 abstenciones y 7 en contra) la ley de adhesión al
protocolo nacional para la interrupción legal del embarazo (ILE) por causas
justificadas de acuerdo al fallo FAL de la CSJN/2012 (violación y/o riesgo de
salud para la madre). Como Jefe de Gobierno, respeto profundamente las
opiniones de todos, y, por supuesto, la división republicana de poderes.”
Que el voto de la legislatura haya sido “categórico”,
solo habla del grado de perversidad y de confusión mental de los legisladores,
y eso no lo exime de ejercer su responsabilidad como jefe de gobierno y como
católico de hacer uso del derecho del que dispone de vetar tan inicua decisión.
Por otra parte, se debe respetar a las personas, pero de ninguna manera eso
implica respetar sus convicciones erróneas e inmorales, la distinción entre
ambas cosas es muy clara e indispensable. En cuanto al respeto debido a la
“división republicana de poderes”, se trata de un pretexto falaz y
completamente demagógico, dado que es la misma Constitución de la ciudad la que
le confiere la potestad de veto[14],
en su artículo 87.
“Siempre
he sido muy claro respecto a mi posición personal frente al aborto: creo que
hay vida desde la concepción y creo que hay que hacer todo lo posible para
resguardar esa vida. Al mismo tiempo, el Fallo de la CSJN (FAL/2012, en
referencia a la interpretación del artículo 86 del Código Penal vigente)
estableció causales para la interrupción legal del embarazo, que no pueden
soslayarse cuando se trata de la vida de las mujeres en esa situación tan
dramática. Todos los argentinos debemos hacer un esfuerzo por compatibilizar
nuestras convicciones más profundas con algunas realidades que nos interpelan y
ponen a prueba nuestro sentido de comunidad.”
Las incoherencias de estas declaraciones son numerosas
y profundamente reveladoras de un grado inconcebible de confusión conceptual,
tanto en el plano lógico como en el moral. Me limitaré a criticarlas muy brevemente:
1. Es un hecho objetivo que hay una nueva vida a
partir del instante de la concepción, la genética así lo atesta. No se trata
pues de una creencia subjetiva, abierta a pluralidad de opiniones.
2. Larreta miente descaradamente al decir que hay
que hacer “todo lo posible” para preservar esa nueva vida, puesto que le era
posible vetar la ley pero se abstuvo de hacerlo.
3. Las causales “que no pueden soslayarse”
establecidas por la inicua Corte Suprema de Injusticia de la Nación no
solo pueden sino que deben soslayarse, pues nadie tiene derecho a suprimir la
vida de un inocente.
4. Ciertamente existen situaciones “dramáticas” de
mujeres embarazadas, en ciertos casos extremos, por dificultades de salud, de
orden social o de abuso. Es en tales casos que el poder público debe acudir en
su auxilio durante el embarazo, facilitando su desarrollo, y favoreciendo
incluso la adopción del niño tras el parto. Pero no se puede responder a un
“drama” provocando otro mayor e irreversible.
5. “Hacer un esfuerzo por compatibilizar
nuestras convicciones más profundas con algunas realidades que nos interpelan y
ponen a prueba nuestro sentido de comunidad” es una fórmula hueca y
engañosa que apela al sentimentalismo y a una “sana tolerancia” de la gente en
aras de favorecer una convivencia social pacífica, en cuestiones que deben
dirimirse ante todo en el ámbito de la razón, salvaguardando los principios de
la justicia debida a todo ser humano, comenzando por el del respeto a la vida, desde
el momento de su concepción hasta su muerte natural.
Conviene recordar igualmente la responsabilidad que
incumbe a Mauricio Macri, ex jefe de gobierno porteño y anterior presidente
argentino, del mismo partido de Larreta, puesto que fue él quien decidió abrir el debate nacional sobre
el aborto, en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso,
en marzo de 2018, dando de este modo un respaldo inesperado y un impulso decisivo
a la causa de los partidarios del aborto en nuestro país. Cito sus palabras:
“La educación sexual es una herramienta
que empodera a los jóvenes. Los ayuda a tomar decisiones informados. Estamos
trabajando con el equipo de Desarrollo Social, Salud y Educación en una
iniciativa integral para que, en las escuelas, en los centros de salud y en las
comunidades, haya profesionales que acompañen y asesoren a los chicos en
Educación Sexual, salud reproductiva y métodos anticonceptivos. Sólo con
información van a tener la libertad de elegir qué quieren para su vida. Hace 35
años que se viene postergando un debate muy sensible que como sociedad nos
debemos: el aborto. Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida. Pero
también estoy a favor de los debates maduros y responsables que, como
argentinos, tenemos que darnos. Por eso, vemos con agrado que el Congreso
incluya este tema en su agenda de este año. Espero que se escuchen todas las
voces y se tomen en cuenta todas las posturas.”[15]
Posteriormente,
el 18 de julio, luego de la aprobación del aborto por la cámara de diputados,
Macri ratificó su postura:
“Yo
abrí el debate porque creo que la Argentina tiene que hacerlo, es un camino
hacia el crecimiento de ejercer nuestras libertades con responsabilidad. Creo
que estos debates enriquecen y no les tenemos que tener miedo. Pienso que lo
importante es valorar lo que estamos logrando. Algo que era tabú, de lo que no
se podía hablar, lo estamos debatiendo como corresponde. Estos debates
enriquecen y no hay que tenerles miedo. Lo peor es creer que no estamos en
condiciones. Los argentinos hemos madurado mucho.”[16]
Y el 9 de agosto, tras el rechazo de la
ley por parte del Senado, mantuvo su posición, reivindicando con orgullo el
haber debatido sobre un tema “tabú”, y asegurando que el debate sobre el aborto
“va a continuar”, porque:
“los
argentinos estamos madurando en libertad, entendiendo lo que significa vivir en
democracia. (…) Queremos que estas chicas realmente tengan la posibilidad de
elegir, de planificar su vida (…) no queremos que crean que su vía de
desarrollo es tener un chico cuando no están en condiciones.”[17]
Concluiré este artículo transcribiendo
un pasaje de otro, publicado recientemente, referido a los “festejos”
organizados por la ciudad de Buenos Aires con motivo del décimo aniversario de
la sanción de la ley del mal llamado “matrimonio igualitario”, y que se aplica
perfectamente al tema aquí abordado[18]:
“La clase política argentina se esmera
en “deconstruir” las principales realidades sociales y familiares, como si
fuera presa de un frenesí diabólico que la impulsara compulsivamente, en una fuite en avant demencial, a hacer tabla
rasa del pasado y a abolir todas las realidades naturales y cristianas que aún
subsisten. Por supuesto que esto no es un fenómeno propio de nuestro país, sino
que es impulsado a escala planetaria por todos los organismos mundialistas,
carentes de toda representatividad, usinas tecnocráticas del “hombre nuevo”,
ciudadano anónimo y desarraigado de un mundo sin fronteras, dócil receptor del
adoctrinamiento mediático de masas. (…) ¿Qué futuro tiene un país cuya clase
política avasalla la autoridad de los padres sobre sus hijos, priva a los niños
por nacer del derecho a la vida y, a los ya nacidos, del derecho de tener un
padre y una madre?
Las raíces del mal son tan profundas y
están tan arraigadas en la mente del hombre moderno que, desde una perspectiva
humana, no se ve cómo podría revertirse la situación. Quienes tienen en sus
manos el destino de la Patria parecerían sufrir de una ceguera incurable ante
la verdad, y estar entregados en cuerpo y alma al servicio del mal y a la
promoción sistemática de la mentira. Debemos comprender que estamos asistiendo
a lo que nos fuera anunciado por San Pablo, cuando, al hablar de los últimos
tiempos, dijo que los hombres “apartarán
sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas” (2 Tim. 4, 4). También
me vienen a la mente las palabras finales del libro de Daniel, referidas a los
tiempos escatológicos: “Muchos serán purificados
y acrisolados, y quedarán limpios, pero los malvados perseverarán en su
maldad. Ninguno de ellos comprenderá nada, pero los sabios comprenderán todo.”
(Dn. 12, 10).
Esta
situación que padecemos no es exclusiva de nuestro país, lo repito. La
dimensión del mal presente, en su triple faceta espiritual, intelectual y
moral, es universal, y anuncia indudablemente el advenimiento próximo del
Hombre de Pecado, de cuya ominosa opresión seremos finalmente liberados por Nuestro
Señor Jesucristo en persona, con motivo de su gloriosa Parusía. Mientras tanto,
velemos y oremos, para que, en estos tiempos aciagos, podamos perseverar en la
fe, en la esperanza y en la caridad, a la espera de que se cumpla la promesa
divina: “Los hombres prudentes
resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a
muchos la justicia, brillarán como las estrellas, por los siglos de los
siglos.” (Dn. 12, 3).”
Para mayor información:
https://gloria.tv/user/PsqnxVeozUAb11SRjPVhdKjWu
[1] Tercera
acepción. Nombre femenino. Registro coloquial: “Persona despreciable”. Diccionario de la RAE: https://dle.rae.es/rata?m=form
[3] “La salud es un concepto integral que tiene tres dimensiones: física,
mental y social, de acuerdo a lo establecido por la OMS. La afectación de la
salud mental incluye el dolor psicológico y el sufrimiento mental asociado con
la pérdida de la integridad personal y la autoestima. El peligro para la salud
debe ser entendido como la posibilidad de afectación de la salud. No requiere
la constatación de una enfermedad y, en este sentido, no debe exigirse tampoco
que el peligro sea de una intensidad determinada. Bastará con la potencialidad
de afectación de la salud para determinar el encuadre como causal de no
punibilidad para el aborto. El concepto de peligro no exige la configuración de
un daño, sino su posible ocurrencia.” Página 16 del protocolo: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001792cnt-protocolo-ILE-2019-2edicion.pdf
[4] “En los casos de violación, nunca es exigible la denuncia policial o
judicial para acceder a una ILE, basta con una declaración jurada de que el
embarazo es producto de una violación. En el caso de las niñas (menores de 13
años) la declaración jurada no es necesaria. Si existe una denuncia judicial o policial
previa a la solicitud de ILE, puede adjuntarse una copia a la declaración
jurada, pero nunca contar con dicha copia es un requisito. En ningún caso la
recolección de material genético como evidencia forense puede convertirse en
una barrera o generar dilaciones en el acceso a la práctica. La declaración
jurada debe ser simple, sin formalidades legales, y no se podrá exigir a la
persona que profundice en las circunstancias del hecho o que brinde prueba
alguna.” Página 17.
[5]“Todas
las personas de 16 años o más son consideradas por la legislación argentina
como adultas en lo referente al cuidado del propio cuerpo. Por ello, pueden
otorgar por sí mismas su consentimiento informado y realizar personalmente y
firmar la declaración jurada requerida para la interrupción de un embarazo
producto de una violación (en caso de que corresponda) sin que se requiera el
asentimiento de sus progenitores o representantes legales. Todas las personas
adolescentes de entre 13 y 16 años pueden brindar su consentimiento en forma
autónoma si se trata de prácticas que no representen un riesgo grave para su
vida o su salud. (…) Sólo en estas últimas situaciones será necesario, además
de su consentimiento, el asentimiento de sus progenitores.” Página 20.
[6] “Todas las niñas, es decir menores de 13 años, podrán brindar su
consentimiento con el acompañamiento de sus progenitores, representantes
legales, personas que ejerzan formal o informalmente roles de cuidado, personas
allegadas o referentes afectivos. (…) Si existiera una negativa de
progenitores, tutores o encargados de acompañar la decisión de la niña, podrá
ser acompañada para brindar su consentimiento por otro/a referente afectivo. Si
no existiera esta posibilidad, el conflicto debe resolverse desde el equipo de
salud teniendo en cuenta el interés superior de la niña, la regla de no
sustitución del consentimiento, y la aptitud de la niña para decidir en base al
desarrollo de su autonomía progresiva.” Página 21.
[7] “La objeción puede ser invocada respecto a realizar la práctica
concreta de la ILE, pero no para las acciones necesarias para garantizar la
atención integral, sean previas o posteriores a la interrupción (por ejemplo:
ecografías, toma de tensión arterial, etc.). Estas acciones no tienen como
finalidad interrumpir la gestación y se realizan de forma complementaria a un
gran número de prácticas de salud para garantizar la salud integral y, por
tanto, no puede existir conflicto moral o religioso con su realización en
profesionales dedicados al cuidado de la salud.” Página 26.
[8] “No podrá ejercerse la objeción de conciencia si no existiera un/a
profesional disponible para la realizar la práctica de forma oportuna, tal y
como lo establecen las leyes de derechos del pacientes y de ejercicio de la
medicina (Ley 26.529, artículo 2.a; Ley 17.132, artículo 19.2). Tampoco podrá
ejercerse objeción en los casos de emergencia, cuando la práctica deba
realizarse de forma urgente, pues pondría en riesgo la vida o salud de la
paciente.” Página 26.
[9] “Artículo 1º.- Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene
derecho: a) Al reconocimiento de su identidad de género; b) Al libre desarrollo
de su persona conforme a su identidad de género; c) A ser tratada de acuerdo
con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en
los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de
pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.”
http://www.jus.gob.ar/media/3108867/ley_26743_identidad_de_genero.pdf
[10] Como, por
ejemplo, esta solicitud del Infip: http://www.infip.org.ar/wp-content/uploads/2020/07/Solicitud-de-veto-al-aborto-en-la-ciudad-de-Buenos-Aires.pdf
[11] https://www.lanacion.com.ar/sociedad/larreta-habilita-el-protocolo-para-ile-pero-hara-ajustes-nid2411782
[14] “El Poder Ejecutivo puede vetar totalmente un proyecto de ley
sancionado por la legislatura expresando los fundamentos. Cuando esto ocurre el
proyecto vuelve a la Legislatura, que puede insistir con mayoría de dos tercios
de sus miembros, en cuyo caso el texto es ley. Si no se logra la mayoría
requerida, el proyecto no puede volver a considerarse en ese año legislativo.”
[15]https://www.casarosada.gob.ar/informacion/discursos/42114-mensaje-del-presidente-mauricio-macri-en-la-apertura-del-136-periodo-de-sesiones-ordinarias-del-congreso
[17]https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/macri-afirma-que-debate-sobre-aborto-continuara-tras-rechazo-del-senado/ https://www.facebook.com/mauriciomacri/videos/10156790587533478/?__cft__[0]=AZUNghl1gFiZwHX4VDN5YmIAypW_ER71OXjAZexzGMngaLjDkvT91ctCcWgRQmT_ZPW88cAUN2_YEkwQwKVQMnXPwWi5An6EM2Efco6j3WpDenzNmpMtsc1yjMiGJ_nnA66n-9drcx0WuMMesxrz_I4g64E_UF8syw5dWOgYQvC1Lfau0nOvvGF4ErKnNmlDcNlhlu4OuqVg8hQAD_PODkH_
[18] Diez años de “matrimonio
igualitario” en Argentina - Miles Christi - 24/07/2020: https://gloria.tv/post/CeMByZBbqMT41RwtPcxQ48BTS
https://catolicosalerta.com.ar/2020nuestra-argentina/diez-anos-de-matrimonio-igualitario.pdf
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Le agradezco la publicación. Le paso el enlace al pdf. Saludos cordiales en Cristo y María.
ResponderBorrarhttps://drive.google.com/file/d/17Gsl7sDO4WYyJJpuhuimXMcqaK1jQRVK/view
Muy bueno el artículo.
ResponderBorrarYo siempre me pregunto lo siguiente: si la menor quiere Abortar, los padres no pintan nada, no tienen nada que añadir, es el sacrosanto "equipo médico" quien decide en última instancia. Ahora bien, si la menor decide tener a la criatura, y dado que la menor no tiene posibilidades económicas de mantenerla,
quién se hará cargo de la manutención de la criatura y de la menor?, el susodicho "equipo médico", es decir, la Administración del Estado, o los padres de la menor que no pintan nada????....me da que serán estos últimos. Los que no pintan nada si la menor decide asesinar a su nieto, pero lo pintan todo si hay que sacar adelante la vida de ese niño y la de su madre. Conclusión: estamos en manos de verdaderos psicópatas.
Esta ideita demoníaca aquí en España fue al presidente masón grado 33 Rodríguez Zapatero a quien se le ocurrió hace ya quince años.
ALABADO SEA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Larrata jaja asi le digo yo.....alesolap me copió....jee
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