Se conmemoran 12 años del 3 agosto
del 2008 la jornada en la que entregó su alma a Dios, Alexandr Solzhenitsyn, Premio
Nobel de Literatura 1970, pero por encima de todo, eterno Caballero Cristiano
sin Miedo y sin Tacha. Su personalidad fruto de esa Europa - flor de la
humanidad - que recogiendo los valores subyacentes en el mundo greco romano fue
vivificada por el poderoso aliento sobrenatural de Cristo Rex. De aquí que su
vida tuvo sentido de la Verdad
de la Belleza
y del Honor. Sentido de la plenitud de la vida. Había nacido en Kislovodsk,
Caucaso, en 1918. Cuando el terror rojo desatado hizo volver a la memoria de
muchos la pregunta que estampara Gógol en las “Almas muertas”: ... “¿Y tú Rusia
hacia dónde corres? ¡Contesta! Nada más que silencio”. Silencio de muerte - decimos
nosotros - ya que empujada por un demoníaco ángel rojo iba en búsqueda del
paraíso prometeico inmanentista para encenagarse en los pantanos del llanto y
el rechinar de dientes. En pocas semanas (julio de 1918) el Czar Nicolas II, con
toda su familia, sería masacrado por un pelotón de subhumanos bolcheviques en la
pequeña ciudad de Ekaterimburgo última estación del calvario de los Romanoff.
El mundo estaba conociendo al nihilismo
en estado puro y sin el disfraz de “radicalismo progresista” el hipócrita
producto del Occidente masónico. Ello hace necesario para una mejor compresión de esta nota una referencia al
pensamiento de Fedor Dostoyevsky escritor que, como muy bien decía Alberto
Falcionelli en su “Historia de la Rusia Contemporánea”
(Universidad Nacional de Cuyo Mendoza 1954) “es el primero entre todos los
siciólogos modernos…” y “nos introduce en
el mundo subterráneo de los neuróticos que caracterizan la vida anímico
escondida y aparente de la sociedad contemporánea: el intelectual destructor,
el aristócrata descarriado, el burgués mediocre y pasivo cuyo único sentimiento
es la envidia, el revolucionario por odio, el terrateniente liberal que, sin
caer en la cuenta, prepara su propia tumba al ayudar a los enemigos de los
valores tradicionales con la esperanza de utilizarlos en vista de su propia
ascensión política...”.
Todo el mundo exaltado y morboso del izquierdismo está
presente en el realismo del gran novelista cuya pluma profetiza en “Los
Endemoniados” (1871) el tsunami subversivo de febrero de1917 puesto en marcha
por los liberales y llevado a sus últimas consecuencias por sus hijos putativos:
los bolcheviques de Vladimir Ilich Ulianov Blank (Lenin) y León Bronstein (Trotzky)
en octubre de ese año apocalíptico. La tesis del trabajo es esta: Dios ama a
Rusia, la vigila y como quiere ahuyentar de ella los demonios hace que entren en
los socialistas nihilistas para que sus poseídos, como los puercos de los que
habla el Evangelio según San Lucas, se arrojen al mar. El relato premonitorio
nos presenta el modo de actuar de las células comunistas que hoy llamamos
gramscianas. Nada de atentados terroristas. Lo que importa es desmoralizar la sociedad.
Pero “Rusia nunca renegará de Cristo” por lo que escribe Dostoyevsky: “Rusia es
la gran reserva que dirá la última palabra, la palabra nueva al Occidente ateo
y Occidente la oirá y se conciliará con el Oriente en el nombre de Cristo que
es el del sufrimiento y del perdón”.
El pensamiento de Solzhenitsyn hunde sus
raíces en el tradicionalismo religioso que lo consustancia con lo dostoievskiano.
Tal su declaración a la revista brasileña “Manchete” para el número de agosto
de 1989: “Admiro a Tolstoy por su narrativa y forma de trasmitir los temas con
variedades de circunstancias. Pero estoy unido a Dostoyevski por la comprensión
e interpretación espiritual de la historia”. En la misma entrevista cuando se le preguntó
su opinión referente a Vladimir Ilich expresó: “Lenin estaba tomado por el espíritu
del internacionalismo. No pertenecía a ninguna nación. Durante 1917 integró el
ala de la extrema izquierda democrática. Todo cuanto acontecía en ese año era
manejado por los dirigentes de la democracia revolucionaria, pero ellos
perdieron control sobre los acontecimientos. En octubre Lenin tomó el poder que
estaba caído. Y fue implacable. Jamás borró de su programa la violencia y el
terror como elemento básico de gobierno. Tenía un odio teológico de endemoniado.
Puedo confirmarle lo que dijera Bertrand Russell: “Lenin era un ser extraordinariamente
maligno. Estaba vacío de piedad. Al no tenerla es lógico que no la pudiera
sentir por nadie. Se le puede aplicar la palabra “maligno” no sólo en el sentido
metafísico sino también en el significado cotidiano”.
Luego de la Segunda Guerra en
la que combatió alcanzando el grado de Capitán, Solzhenitzyn fue condenado a
varios años en un campo de concentración por sus planteos discordantes con el
“Socialismo real y el Soviet” que en cartas privadas había expresado a quien
creyó “amigo”. Libre y rehabilitado en 1957 su experiencia como presidiario le
inspiró “El Primer Círculo” novela en la que en un lugar “privilegiado” del infierno
están recluidos los científicos a quienes se obliga a hacer “inventos” para el
Estado bolchevique. Cabe subrayar que en la obra del Padre Alfredo Sáenz “De la
Rus´ de Vladimir al Hombre Nuevo Soviético” (Ediciones Gladius, Argentina 1989)
también aparece como nota especial que en la Tercera Edición de Emecé (Bs.As.
1970) la relación de la novela se vincula con la búsqueda del Santo Grial… Allí está
el preciso sentido del reencuentro con Rusia lo que exigirá toda clase de
renuncias como en la Edad
Media lo requería la dama de los sueños. La Dama es Rusia digna de todos
los sacrificios los que una vez superados permitirán alcanzar el Grial, la
perfección, la trascendencia…”. En “Un día en la vida de Ivan Denisovich”
testimonia el horror de la jornada de un prisionero en las cárceles del Soviet.
Todas las obras de Solzhenitzyn están impregnadas del misticismo del alma rusa.
Algunos ejemplos claros son: “Por el
Bien de la Causa”
“La Procesión
Pascual” y “La Casa de Mátriona”.
Su paso obligado por las
Juventudes Comunistas no hizo mella en
su profunda Fe Cristiana. En el mensaje al III Concilio de la Iglesia Ortodoxa
Rusa en el exterior, escribía: “El triste panorama del aplastamiento de la Iglesia en el territorio
de nuestro país me acompaña, desde mis primeras impresiones infantiles: como
irrumpen los guardias armados en el templo; como se ensañan durante los
servicios religiosos como mis condiscípulos me arrancan la crucecita que llevo
sobre el pecho, como son derribadas las campanas de las Iglesias y como son
destruidos los templos…” Sus “Cuentos en miniatura” describen la belleza del
campo “creado por Dios a la imagen de un ícono” atacado por la ideología
destructora del marxismo leninismo que en décadas hizo desaparecer cien mil
poblados rurales”. Fue el golpe devastador para rematar la aldea rusa… Lo mismo
pasó con el aldeano “a quien describió Dostoyevsky como “el que anuncia y lleva
a Dios” Cuando se le concedió el Premio Nobel de Literatura (1970) gran parte
de la obra literaria de Solzhenitsyn se había difundido en forma clandestina. Pero
el libro que motivó su expulsión de la
URSS privándolo de su nacionalidad en 1974, fue el estremecedor
“Archipiélago Gulag” que es y será siempre más que una obra maestra. En sus
páginas presenta los infernales campos de concentración bolcheviques a través del
testimonio de 227 prisioneros agregando su propia experiencia del sufrimiento vencido
con la Fe. Con
ella probó una vez más la
Verdad Evangélica: “Las Puertas del Infierno No Prevalecerán”
(Mt 16-18).
A
partir de 1975 el genial escritor se instaló con su esposa e hijos en Cavendish
un pequeño poblado del Estado de Vermont (EEUU) Desde allí continuó su
extraordinaria obra historiosófica
comenzada con “Agosto de 1914”
y cuyo ciclo completo bautizó “La
Rueda Roja”…nombre que adoptó porque –dijo- “estamos hablando
de una gigantesca rueda cósmica de fuego rojo destructor de la Patria Rusa, una
galaxia en espiral, una rueda enorme que una vez comenzado su giro, todos los
que están dentro de ella, se transforman en átomos indefensos” (declaraciones a
“Manchete” Agosto de 1989).
Durante
1978 en memorable conferencia dictada en la Universidad de
Harvard, hizo pública su visión sobre la perdida base moral de la Civilización Occidental
expresando que “ella ha dejado de ser Cristiana pudiendo ser considerada más
adecuadamente pagana” “No tengo -continuó- ninguna esperanza en Occidente y
ningún ruso debería tenerla. La excesiva comodidad y prosperidad han debilitado
su voluntad y razón. Durante el transcurso de su disertación expuso a fondo las
raíces de la decadencia pasando revista a las etapas culturales de nuestro
mundo en las que señaló al Renacimiento con el subjetivista. Libre Examen desembocando
en el Iluminismo racionalista en donde lo Humano, se convirtió en la medida de
todas las cosas. “El nuevo sistema de
pensamiento basó la civilización en la tendencia peligrosa a adorar el Hombre y
sus necesidades materiales”. Durante 300 años –prosiguió- Occidente ha ido
registrando una eliminación de los deberes y una expansión de los derechos…”. “En
los comienzos, los derechos individuales eran concebidos sobre la base que todo
hombre era criatura de Dios. Libertad si, pero responsabilidad religiosa. Nadie
por entonces hubiera pensado en reclamar una libertad ilimitada simplemente
para satisfacer sus instintos. Pero con el correr del tiempo esas limitaciones
se fueron abandonando proclamándose una liberación total de la Verdad Cristiana.
Ya no se habló de responsabilidad del
hombre ante Dios. La vida se hizo cada vez más materialista. Los progresos
tecnológicos no redimen la pobreza moral del siglo XX”.
Sus públicas denuncias referentes a la connivencia entre bolcheviquismo y
capitalismo liberal, junto a sus ideas en lo religioso y político lo tornaron
un objetivo para el ataque de los medios que, también utilizaron la orwelliana
fórmula de silenciarlo como inexistente. Respecto a esta situación expresaba el
escritor en 1989: “Entre la
Unión Soviética y los EEUU, hay como una línea de montaje. Todas
las opiniones sobre mi, son exactamente iguales. En la Unión Soviética es
comprensible. El Politburó aprieta un botón y todos hablan como ordenan. En los
EEUU cuando soplan determinados vientos todos escriben de la misma manera y con
unanimidad perfecta”. Sin duda aquí está la explicación del por que la “Inteligentsia”
del mundo globalizado post crímenes de Yalta y Nuremberg asumió una opinión negativa del Solzhenitzyn de
los años setenta en oposición al Solzhenitzyn anterior.
Nos tuvo Dios de su mano cuando
redactábamos los párrafos anteriores ya que, en ese momento nos entregaron un
periódico en el cual, el escribidor Mario Vargas Llosa expresaba del genial
caucasiano: ... “En la última etapa de su vida se dedicó a lanzar fulminaciones
contra la decadencia de Occidente y a
defender un Nacionalismo sustentado en la Tradición y el Cristianismo Ortodoxo,
se había vuelto una figura incómoda, hasta antipática, y ya casi no se hablaba
de él”. Evidentemente la Verdad se transforma, para el culto del relativismo
democrático, en algo políticamente incorrecto e inquietante. Por ello, la
policía del pensamiento, lo fue marginando en un nuevo Gulag.
Tuvo la vida de Alexander Solzhenitzyn,
toda la elocuencia pujante y viril de un inmenso acto de fe en Cristo, a quien
sirvió, con su inteligencia y pluma, en páginas para todos los tiempos. Conoció
todas las tempestades, y dio pruebas del valor con que se las puede vencer,
cuando se posee una pasión indómita por la Verdad. Victorioso, ha entrado en la
Inmortalidad, con los que confesaron y confiesan al Divino Maestro. De pie, le rendimos
homenaje con el eterno Saludo de nuestra Civilización, Greco Romano Germánica.
Con la oración, en el corazón y en nuestros labios que Cristo enseñó, nos
inclinamos reverentes ante el Sepulcro donde descansa en Paz, aguardando la
Resurrección, para estar, entre los llamados a la diestra de Dios.
Desde
el Real de la Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad de San Felipe y Santiago de
Montevideo
Luis
Alfredo Andregnette Capurro
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
Los articulos historicos de don Luis Alfredo si que son pequeños oasis en el desierto historico de hoy en dia
ResponderBorrar