La Cruzada de la División Azul –Luis Alfredo Andregnette Capurro
“Atlas Ilustrado de la División
Azul”
Carlos
Caballero Jurado
Madrid
2010. Susaeta Ediciones S.A. 253 Págs.
Redactamos
estas carillas, sintiendo en nuestra alma desde hace 75 años, el dolor por
aquellos mártires que en defensa de nuestra civilización Romano Católica dieron
su sangre entre 1941 y 1945, sin pedir nada a cambio. Duelo respetuoso ante la
muerte de heroicos guerreros. Luto al haber caído por la Fe y la Cultura que nos hermanan. En
estas mismas páginas hemos discurrido, por una concesión que nos ha honrado, intentado
ser espejos de horas veloces siempre con el objetivo de la Verdad que libera. En esa
ruta continuamos y persistimos “inasequibles al desaliento” hasta que Dios disponga.
Hace
algún tiempo nos ocupamos del estudio histórico (La División Francesa Carlomagno en las Waffen SS)
que el Profesor Carlos Caballero Jurado nos regaló para la juventud política
sana de España e Hispanoamérica. Ahora tenemos sobre nuestro escritorio otra
obra del mismo autor en cuyas páginas expone información más relevante “aventajando
otros estudios dedicados al mismo tema”. Hay aquí una “versión directa”. La historia de la División Azul viene
hacia nosotros con siete capítulos compactos y de tiro seguro como el haz de flechas de Isabel y José Antonio
lanzadas por los arcos de los Pelayos. Llegan para compartir el rincón más
familiar de nuestra biblioteca. Se corporizan en un ejemplar que ya es obra de
consulta.
Su
autor resume en sus apellidos el sentido de una vida prometida con votos
sagrados “rescatar la verdad y vindicar a los mártires”. Confesamos que el lenguaje
de Caballero nos ha llegado sangre adentro como una ola gigante. Y en verdad
que cumplió su cometido al hacernos sentir presión en los pulsos y fuerza en la
andadura para ser peregrinos y legionarios como aquellos de la División
Azul que combatieron, casi enterrados en la nieve o bajo el
sol ardiente, a la masa bolchevique.
Se
despliega ante nuestros ojos un definitivo trabajo con espíritu que anida las
almas transidas de valor, sueños y esperanzas de los que con voluntad de darse
por la Cristiandad Civilizadora y quienes la forjaron. Verdad del alma que no
puede estar al alcance del bisturí ni bajo la lente del microscopio. Muy bien
señala el prologuista Stanley G. Payne: la División Azul “no
fue normal pues siempre tuvo efectivos de superior grado que las divisiones
alemanas y ocupó un sector del frente muy amplio. Además estuvo dos años
enteros en el frente sin ser retirada en ningún momento de la línea de
combate…” y continúa Payne: “En la actualidad no hay nadie más indicado que
Carlos Caballero Jurado para presentar una síntesis de la División Azul. Caballero ha
publicado una serie de estudios de investigación sobre algunos aspectos de la
historia de esta unidad y es uno de los mayores especialistas del mundo en la
participación de Voluntarios Internacionales en la lucha contra la Unión Soviética”.
En
la gigantesca contienda del siglo XX con pertinacia diabólica la bestia
apocalíptica fue esotéricamente apuntalada. Se unieron enmaridaje antinatural el super capitalismo deshumanizado, el marxismo
junto al sionismo y la herejía de los “demócratas
cristianos” con la que traicionaban, la
civilización fundamentada en las enseñanzas del DivinoMaestro deGalilea.
Pero
veamos algunos aspectos bélicos sin los cuales quedan pálidas las palabras utilizadas
para describir estos años septuagésimos del Occidente militante. Veamos. La
“Operación Barbarroja” comenzó el 22 de junio de 1941 para adelantarse al
zarpazo soviético. Ella se desarrollaba de acuerdo a los planes trazados La URSS se derrumbaba. Las
fuerzas del Eje eran recibidas con flores y vítores por los campesinos del
falso paraíso soviético.
A
mediados de setiembre de 1941 las tropas alemanas se habían abierto paso y
cerraron por tierra el cerco de Leningrado Unos días antes del mes, citado
Stalin escribió a Churchill un mensaje lindante en la desesperación. Decía en
uno de los párrafos: “Hemos perdido media Ucrania y por si fuera poco los Fascistas
están a las puertas de Leningrado”. El pedido del tirano bolchevique era el de
abrir urgentemente un segundo frente para obligar a Hitler a retirar 40
divisiones de esa zona. Al mismo tiempo pedía, 30.000 toneladas de aluminio, 400
aviones y 500 tanques. Finalizaba expresando que “de no recibir a tiempo lo
solicitado la Unión
soviética quedará derrotada…” El Comando de la División Azul, que inició su
marcha hacia Rusia en julio de 1941, lucía como Jefe Supremo al brillante General
AGUSTIN MUÑOZ GRANDES, combatiente en África y durante la Cruzada de Liberación Española
(1936-39), ascendido por méritos de guerra, siendo condecorado en el campo de
batalla ¿De que estaba fabricado aquel cuerpo místico indoblegable igual al de
un caballero del Greco, acribillado varias veces, pero resistente mas allá de
lo posible?Estaba construido de con un
producto compuesto de cristiano espíritu de servicio y sangre de nuestra raza.
El
12 de octubre la División
se desplegó ocupando un frente de 35 kilómetros. Cerca en Possad enfrentó el
ataque de los comunistas. Era su bautismo de fuego. Y cumplió. No se perdió ni
una sola posición gracias a su tesón y heroísmo. Habían caminado mil kilómetros
y estaban empapados por la arenga inolvidable de Muñoz Grandes en los bosques
de Grafenworhr lugar de su entrenamiento. Allí, Muñoz Grandes, pidió a sus
hombres de la División Azul
ganarse el privilegio de un trozo de tierra en que morir en defensa de la Europa de las Catedrales,
Monasterios y Castillos. Los que escuchaban allí formados como cuerpos de acero
eran estudiantes, cuadros de la
Falange, obreros con el alma llena de ilusión nacional, Oficiales
enrolados como soldados rasos, para poder luchar en aquella Cruzada, de la hora
histórica y hasta adolescentes que declaraban una edad mayor, para poder vivir
la Camisa Azul con el casco de acero y la bayoneta encastrada en el fusil durante
los ataques.
Y
Muñoz Grandes podía pedir porque había dado el ejemplo y veía en aquellos
hombres sol en sus ojos y entusiasmo en los corazones. Con ellos estuvo el Gran
Capitán luciendo su sencillo capote y apareciendo en el lugar de mayor peligro.
Compartiendo los rigores del cruel invierno ruso hundiendo sus botas en la
nieve cediéndole su mejor abrigo al Camarada que tiritaba con el frío en la
guardia de la noche. Presente en los cañoneos y en las angustias, con el dolor y
la decisión de los que no dudaban en clavarse en el suelo para que la Bestia bolchevique no
pasara. Estaba con sus hombres siempre en primera fila o conversando en los vivacs.
Ya fuera en Possad cuando la primera batalla, en Possalock, en el monasterio de
Otenski y en el cruce del extenso Lago Ilmen episodio que merece especial destaque.
Fue
en enero de 1942 cuando se decidió liberar un batallón de la Wermacht asediado por los
comunistas. Doscientos seis Divisionarios comandados por el Capitán Ordás emprendieron
el cruce de 36 kilómetros
por el famoso lago con una temperatura de 50 grados bajo cero más otros 30 kilómetros fuera
del infierno. Lucharon con el ardor que los caracterizaba durante 19 jornadas conquistando
6 aldeas y liberando a los camaradas alemanes. Luego regresaron.…
En
ese momento tan solo eran 12 Camisas Azules. Los Ausentes en la eternidad, hacían
“guardia junto a los luceros”. En diciembre de 1942 Muñoz Grandes dejó la jefatura
de la División Azul
luciendo en su chaquetilla la
Cruz de Hierro de Primera Clase y sobre su corazón la Cruz de de Hierro honrada con
Hojas de Roble Ambas impuestas por el Jefe de III Reich, quien solicitó
conocerlo admirado por su valor. Lo sustituyó el General Esteban Infantes de
similares quilates. Durante su Comandancia, se desarrolló la batalla de Krasny
Bor (Enero de 1943) en la que 800 cañones soviéticos martillaron durante horas la División Azul. Cuando el
ablandamiento artillero cesó, los Azules se agruparon y abandonando los
cráteres dejados por los proyectiles de los rojos arremetieron con ametralladoras
y bayonetas caladas provocando el retroceso de 30.000 bolcheviques a los que
habían producido 11.000 bajas.
La
“pasión de los vencedores democráticos”, (1944) obligó a Madrid la retirada
oficial de la División
Azul. Tocó al tercer Jefe Divisionario, el General Santiago
Lóriga, la triste repatriación. Sin embargo, se negaron a partir un buen número
de indoblegables Falangistas que formaron la Legión Azul, combatiendo hasta
el final en Berlín defendiendo el bunker del Führer y contra el partisanismo
viperino en Italia y Francia.
No
nos cabe la menor duda. La División Azul, y la Legión, se ganaron por derecho
propio un lugar en las páginas heroicas de la Historia porque
consumieron su vida en accionar santo y dieron muerte al reposo.
El
contubernio Jew York - Moscú y Londres se lanzó a la orgía dantesca del triunfo.
Con su amoralidad intrínseca, en Yalta se repartieron el mundo esclavizando a
cientos de millones de hombres. Recordar lo que nos dejó 1945 trajo a nuestra
mente un párrafo leído, hace ya tiempo, en una nota firmada por el Canciller Bismarck:
“Lo que se impone en la tierra… está siempre relacionado con el Ángel Caído,
que parece hermoso pero carente de paz, grande en sus planes pero ineficaz,
altivo y triste”.
Luis
Alfredo Andregnette Capurro
Desde
la Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo
Relatos maravillosos de una historia que no se quiere contar. Heroísmo y lucha hasta dar la vida por el bien, la verdad y la belleza. No debemos olvidarlos. Debemos honrar su entrega haciéndonos eco de esos valerosos soldados por medio de nuestras palabras y nuestras acciones. Sigamos avivando en nuestros corazones el eterno fuego de la lucha contra aquel enemigo que más alla de del paso del tiempo sigue teniendo el mismo objetivo. La destrucción del occidente católico.
Muchas gracias Señor Don Luis Alfredo Andregnette Capurro!!!
Relatos maravillosos de una historia que no se quiere contar.
ResponderBorrarHeroísmo y lucha hasta dar la vida por el bien, la verdad y la belleza.
No debemos olvidarlos.
Debemos honrar su entrega haciéndonos eco de esos valerosos soldados por medio de nuestras palabras y nuestras acciones.
Sigamos avivando en nuestros corazones el eterno fuego de la lucha contra aquel enemigo que más alla de del paso del tiempo sigue teniendo el mismo objetivo. La destrucción del occidente católico.
Muchas gracias Señor Don Luis Alfredo Andregnette Capurro!!!