La Historia, como diría Macaulay, si se
entiende como mera recopilación de datos adecuadamente seleccionados, es tarea sencilla;
pero el reconstruir lo pasado haciéndolo vida, es un accionar en el que, la
razón tiene un campo vasto y con dificultades, cuando trabajando con sentido
moral, se busca la Verdad.
En los tiempos que
corren, la Historia ha sido utilizada para justificar guerras, con crímenes monstruosos
cometidos por jefes vencedores a los que, por serlo, nunca se les llamó a
responsabilidad. Los ejemplos son múltiples, pero los sucesos de la Segunda
Conflagración Mundial creemos, se destacan en especial y deberían seguir mereciendo
un muy detenido examen. Sin embargo, esto no es así.
A través de la
“indiscutible, por deificada, vía democrática” diversos parlamentos, han
establecido Leyes Mordaza, respecto a sucesos históricos los cuales No
se pueden discutir ni plantear su revisión. La hipocresía partitocrática ha
llegado a sumirse en el fango pestilente, al establecer penas de prisión, para
quienes se atrevan a desconocer lo que militantes del furioso sionismo han
resuelto, es decir que, permanezca intocable la sentencia del Kahal, para los
siglos de los siglos. Vale decir para nuestro camarada lector Nacional
Católico, que ahora nos vamos a referir al verdadero Holocausto, por lo
cual, y como corresponde a su grandeza divina, lo escribimos con mayúscula. Porque,
antes, en épocas más serias, esta palabra, era solo requerida para referirse al
Supremo Sacrificio, el del Gólgota, cuando Cristo Jesús Crucificado y Coronado
de Espinas por los deicidas, entregó su Espíritu y volvió al seno del Padre y
del Espíritu Santo. Gigantesco sacrificio de Dios Uno y Trino que partió en dos
la Historia.
Hoy, con
voluntarismo de Apostasía, todo pretende ser cambiado por las fuerzas
esotéricas que campean en medio del hedonismo y el sufrimiento de la humanidad
atea. Un autor, Norman Finkelstein, hace la “historia de la idea del “holocausto”
y sostiene que luego, de la segunda guerra mundial éste no estaba tipificado como
un fenómeno singularmente judío y mucho menos como una singularidad histórica. Es
un “presente posterior” el de la guerra de 1967, el que es usado por Israel y
por la comunidad judía, en los EEUU para transformar el holocausto en
Holocausto”[1].
El Dr. David Irving,
es un ejemplo de los atropellos actuales. Este notable investigador historiador
revisionista inglés, fue llevado ante los tribunales de Austria, por haber
expresado, en una conferencia pública y documentada, su posición negativa
respecto a la nueva forma de encarar el holocausto. Fue condenado, a dos años
de cárcel por exponer su trabajo en público, amén del efecto que podría
producir en el futuro.
No amigo lector,
no se indigne. Lo que señalamos sucede porque vivimos en el mundo del
relativismo. Donde la diferencia entre el bien y el mal ha desaparecido. En este
farisaico “paraíso” demo liberal, homosexual y drogadicto, la única verdad es:
“para los amigos sirvientes del sistema, Todo. Para quienes luchan
contra las fuerzas abisales Ni la Justicia”.
Por el momento
dejaremos de lado este informe de situación, al decir militar, para presentar
al lector la personalidad cuyo nombre encabeza esta página: Otto Skorzeni. Un
Héroe, cuya síntesis de su vida vivida como universitario y guerrero
caballeresco, la resumió en dos tomos que tenemos ante nosotros y que los
tituló con acierto: “Vive Peligrosamente” y “Luchamos y Perdimos”. Editados por, en la España del Caudillo, en el
año 1965, por la Editorial Acervo de Barcelona.
Alguien escribió,
caracterizando esta egregia personalidad: “Jefe de comando alemán,
altamente popular y publicitado, durante la Segunda Guerra Mundial cuyas
hazañas elevaron la moral alemana”. Con el milagro de la evocación, lo
tendremos junto a nosotros, latiendo su corazón en setecientas páginas de su
puño y letra. Primeramente, en los momentos claves de su formación juvenil, y
luego como servidor homérico, con Fe ardiente en la santa causa del Occidente
anti masónico y anti bolchevique.
La obra del
Coronel Skorzeny, está presentada por Peter Hauser Generaloberst der Waffen SS quien expresa: “Su
camarada y antiguo Jefe de División se complace en poder decirle unas palabras
de saludo y confirmarle su estima”, continuando, “Otto Skorzeny no era
ningún luchador convencional pero, después de haber empezado a participar en el
funcionamiento de una división acorazada, como una pequeña rueda del mismo,
más tarde, Dios, le dio ocasión de perfeccionarse como motor propio en nuevas
misiones”. Ahora, es el mismo Skorzeny quien toma la palabra. Lo que el
relata no se refiere solamente al pasado, sino que se interesa también por el
futuro. Las órdenes sólo pueden ser ejecutadas por hombres dispuestos para las
más diversas acciones, con valentía, que encuentran salida incluso en una
posición perdida. Quizá el título “Vive Peligrosamente” pueda parecer
altisonante, pero no hay duda que aquí, está plenamente justificado. Así
saludamos a todos los hombres, procedentes de las unidades de la Wermacht que,
bajo sus jefes, fueron verdaderos guías que le ayudaron a alcanzar el éxito en las
misiones más difíciles”.
En el primer
capítulo Skorzeny estampa esta dedicatoria: “A todos los camaradas caídos en
la guerra 1939-1945”. Luego da comienzo a su autobiografía de esta manera: “12
de Julio de 1908. El pueblo vienés llenaba las calles de la Imperial Viena, cabeza
del Imperio Austro- Húngaro. Se celebraba con entusiasmo, el sesenta
aniversario de la coronación del Emperador Francisco José I. En las primeras horas
de la tarde de aquel día, mi madre, que había presenciado y admirado el desfile
y los cortejos por la mañana, me dio el ser. Mis primeros recuerdos
infantiles están estrechamente vinculados con el hundimiento de aquella época
dorada y, por lo tanto, con el estallido de la primera guerra mundial” (julio
agosto de 1914). “Las calurosas noches de aquel agosto, nos hicieron ser
testigos de los primeros bombardeos, efectuados por los ingleses sobre el
puerto de Bremer. A pesar de que todavía la guerra estaba en pañales, hubo que
cumplir el ‘toque de queda’, y las órdenes de oscurecimiento de las ciudades;
se instalaron baterías antiaéreas y la población civil, compuesta de mujeres y
niños, sufrió por los efectos de la nueva situación. Es comprensible que, las
angustiosas noches de aquel dramático mes de agosto quedaran grabadas en
nuestras mentes infantiles… Realicé mis estudios secundarios entre 1919 y1926…
Muy pronto me decidí por una carrera: quería ser ingeniero. Igual que mi padre
y hermano e ingresé en la ‘Escuela Técnica de Viena’ en el otoño de 1926 y pasé
satisfactoriamente por los exámenes del primer semestre llegando, incluso a
hacer una disertación sobre el desarrollo de la construcción de la maquinaria...
En 1927, me hice miembro de un ‘clan’ juvenil lo que me proporcionó la ocasión
de tratar con los que se denominaban ‘hermanos de grupo’”.
En esta parte del
capítulo Skorzeny explica el origen de las cicatrices de su rostro. Ellas,
dieron origen a que un periodista, años más tarde, lo llamara “scarface” (cara
cortada) popularizando su apelativo. Así nos escribe nuestro magnífico
Camarada: “Puedo afirmar formalmente que, las cicatrices de mi rostro, no
son consecuencia de duelos a cuchillo sostenidos en ambientes de bajos fondos. Me
las gané, de un modo honrado. No ignoro que la costumbre austríaca y alemana de
los de los duelos a espada entre los estudiantes se considera, en algunos
países, como una actitud primitiva… Sin embargo, quiero explicar el porqué de
esta costumbre y romper una lanza” por dichos duelos… El duelo a espada era,
sencillamente, un medio educativo y como tal fue ejercido durante mucho tiempo.
Combatíamos, basándonos en la idea de medir nuestras fuerzas, nuestra destreza,
no siendo, por lo tanto, una vergüenza ser herido por nuestro adversario. No
obstante, aquel que intentaba, evitar la herida desviando la cabeza, era
sancionado. El único motivo de nuestras luchas, era tratar de conseguir un
dominio completo sobre nuestros cuerpos y nervios. Estábamos obligados a luchar
en actitud ofensiva, prohibiéndosenos adoptar una actitud defensiva. Esto, es
indiscutible, tenía un sentido digno de elogio. Todo hombre que piensa pasivamente,
no llegará nunca a realizar grandes cosas… El hombre activo, consigue
desarrollar su personalidad de una manera más completa. Desde jóvenes se nos
educó para que nos inspirásemos en dichos principios, y me siento reconocido en
que así fuera. La educación que recibí me ha permitido tener completo el
dominio de mis nervios que en muchas ocasiones así lo requerían; me dio la
capacidad de enfrentarme fríamente a toda clase de peligros…, tanto morales
como físicos… pero nunca me descorazoné y, cada vez luché con nuevos bríos. Aprendimos
a ‘dar la cara’, como hombres en defensa de lo que decíamos y hacíamos;
aprendimos a luchar por nuestros actos y palabras hasta la última consecuencia.
Pero también, aprendimos a encajar todos los golpes, manteniendo una actitud
impasible; a soportar el dolor y apretar fuertemente los dientes cuando
estábamos a punto de gritar de angustia y dolor. En muchas situaciones de mi
vida, sentí agradecimiento por haber sido formado con tanta rudeza. No
obstante, nada más lejos de mi ánimo afirmar que, la rudeza solo puede ser
alcanzada por tales procedimientos. Me limito hacer constar que los ‘Duelos
Estudiantiles’ tenían un significado honroso ajenos a toda mezquindad … Cuando
recuerdo aquellos tiempos, observo que muchas costumbres han cambiado. ¡También
el dogma católico advierte ilicitud en tales costumbres! Reconozco sus
argumentos, pero… yo guardé siempre, de ellos, una herencia positiva de
nuestras costumbres. Proclamo que, estoy
orgulloso de que mis heridas sean consecuencia de Duelos Estudiantiles. De
haber soportado estoicamente el dolor y, de haber sabido comportarme en todo
momento con dignidad”.
Antes de 1914 un
hombre todavía podía darse el, lujo de ser apolítico. Pero las cosas cambiaron
a partir de 1918. La Paz y el Tratado de Versalles fueron causas del nacimiento
de problemas que no podían ser pasados por alto. ¿Por qué se habían formado
Estados autónomos tales como, Polonia, Hungría, Checoeslovaquia, Yugoeslavia,
Letonia y se había privado de tal privilegio, a grandes grupos de alemanes que
vivían, en el norte de Silesia y en el sur del Tirol?
“En el año 1919 el
parlamento austríaco había adoptado el lema, con un solo voto en contra, que
establecía: “Austria es una parte integrante de la gran Alemania”. Los aliados,
encabezados por Wilson, prohibieron que se llevase adelante la deseada unión de
los austriacos con Alemania. La política exterior del Canciller Hitler el
austriaco Führer del III Reich desde 1933, concretaría el anhelo del Anchluss (unión
con Alemania) de sus compatriotas en marzo de 1938. Por otra, parte dice
Skorzeny, en el mismo capítulo del tomo “Vive Peligrosamente” lo
siguiente: “¡Como respuesta a la agitaciones y desórdenes de las izquierdas
agrupadas en las ‘Uniones Protectoras Republicanas’ surgieron los ‘Cuerpos
Francos de Estudiantes’! Yo formé parte de ellos”, agregando que, “se
regían por leyes militares sin que por ello dieran formación militar a los que
los integrábamos. Las nuevas ideas políticas para formar un ‘Estado Fuerte’
encontraron gran aceptación porque el sistema democrático fue deteriorándose y
disolviéndose a causa de las rencillas de los partidos políticos que no
proporcionaban ninguna ventaja ni alivio visible a la situación general. Creo
que el éxito que el Parido Nacional
Socialista del Trabajo (NSDAP) obtuvo en Alemania, y más tarde también de Austria, se debió a la intención de que no
se formara parte de ningún partido y sí de un Movimiento que englobara a toda
la población, destinado a lograr mejoras en el trabajo, mejorar el nivel de
vida, y la unión, para conseguir eliminar la lucha de clases, en base a que,
el único objetivo fuera, una sola idea: ‘El bienestar de la Patria’. En el invierno
de 1931 pasé mis últimos exámenes de final de carrera en la ‘Escuela Técnica
Superior’. Ello, me permitió estar capacitado, para colocarme como ingeniero en
cualquier industria. Pero… ¡era más fácil decirlo que lograrlo! En aquellos
momentos, tanto Alemania como Austria, sufrían la crisis internacional que
parecía alcanzar entonces, su punto culminante...”
Hacia 1931, al que
se refiere el entonces joven ingeniero, ya se cumplían dos años de fundación en
Austria del Partido Nacional Socialista del Trabajo (NSDAP) hermano, por su
programa y características del Movimiento alemán. Su aparición fue muy bien
recibida. Empezó por ser un grupo
reducido, que fue aumentando vertiginosamente, a medida que pasaba el tiempo. “Algunos
de mis conocidos -escribe Skorzeny- y muchos de mis amigos se hicieron miembros
del movimiento” que en Alemania crecía en medio de luchas callejeras con
los comunistas, acercándose al poder con su Führer, el austríaco Adolf Hitler. En
esos meses, ya había cruzado las fronteras, el libro fundamental de Nacional
Socialismo titulado “Mi Lucha”, y que fuera escrito por Hitler, en 1924, en la
cárcel de Landsberg, donde cumplía prisión luego del fracasado levantamiento en
Münich de noviembre de 1923, contra el dominio bolchevique en la
tradicionalista Baviera.
Si bien, nuestro
biografiado, el ingeniero Skorzeny, nos da más adelante en sus “Memorias”, la
fecha de su afiliación al Nacional Socialismo, intuimos, cuando leímos esta
página, que estaba muy próximo a obtener su documento. Veamos la forma de
acercarse: “Una de las primeras reuniones políticas a las que asistí, fue
decisiva para la formación de mis posteriores puntos de vista, referentes a
esas cuestiones. En el verano de 1932, el doctor Joseph Goebbels, figura de
primera línea del Hitlerismo alemán, pronunció un discurso en un local de Viena
completamente abarrotado de público. Nunca había tenido la ocasión de comprobar
personalmente que, un hombre fascinase totalmente, con el inmenso don de la
palabra, a la masa de gente, como la que tuvo de auditorio en aquella ocasión, el
doctor Goebbels. No podía caber la menor duda que el orador, creía absoluta y
totalmente en sus ideas sus palabras eran tan efectistas, que, durante las dos
horas de su discurso, el público que escuchaba permaneció sentado, inmóvil,
completamente hipnotizado por su verba, pendiente de cada una de sus expresiones,
de sus ideas y de cada una de sus exposiciones”.
“Yo sentí lo mismo
que los demás. No solo me conmovió la influencia de la maravillosa retórica de
aquel hombre, sino que comulgué plenamente con el sentido de sus ideas, que me
parecieron realizables. ¿Acaso no era verdad la idea expresada por el orador de
que el pueblo austriaco tenía de siempre, orígenes alemanes, exactamente como
los bávaros y los prusianos? Solo había una solución para acabar de una vez con
los problemas económicos del país: ¡Una estrecha y definitiva unión del pueblo
austríaco con el pueblo alemán! ¿Acaso no era justo romper enérgicamente con
las fuerzas de capitalismo internacional y el valor de la moneda fundamentarlo No
sobre el patrón oro, sino sobre el trabajo y la producción nacional? ¿Acaso no
era Verdad, que el Tratado de Versalles había creado un sin fin de problemas y
un ilimitado número de inquietudes universales difíciles de ser superadas?”
“Las ideas y
pensamientos sociales de su discurso, sobre todo las que se referían a la
superación de las luchas entre los partidos, fueron para mí, acicates decisivos
que me iluminaron y me hicieron ver la Verdad. Decidí, en aquel instante, inscribirme
en el NSDAP. Sin embargo, antes de dar el paso decisivo, pasé un año estudiando
a fondo todos sus puntos y bases programáticas, asistiendo a todas las
reuniones; incluso pagando la cuota establecida. En junio de 1933 las actividades
del NSDAP austriaco fueron declaradas ilegales En aquella ocasión el gobierno
del Canciller Dolfuss No tuvo en cuenta que todas las prohibiciones pueden
ser consideradas como un arma de doble filo… Medidas como esa sólo pueden ser
coronadas por el éxito, si las ideas prohibidas son sustituidas por otras que
estén dotadas de tanta fuerza de persuasión como aquellas... Las gentes que se
identificaban con nuestro partido no perdieron contacto entre si… Yo consideré
que el ayudarnos unos a otros era justo y acertado, ya que creía que era
indispensable que el tiempo fuese operando en favor de nuestras ideas... En pocas
palabras, aguardaba que era mejor que la dictadura instaurada en Austria, se
fuese pudriendo por si sola. En 1934 aprovechando una de mis vacaciones visité Roma.
Me encontré que tenía un ambiente totalmente festivo, como solo puede encontrarse
en las naciones meridionales. Los obreros ofrecían un aspecto que era difícil
ser superado. Las antorchas encendidas en todas las fachadas de los barrios populares,
aumentaban la alegría general de sus habitantes. No creo que esta alegría de
las masas fuera motivada únicamente por la conmemoración oficial del 2687
aniversario de la fundación de la Urbe… No creo equivocarme si afirmo que los
romanos, con su vehemente entusiasmo de latinos, exaltaban la doctrina y los
logros del Régimen Fascista… Pronto aprendí a conocer que el hombre italiano en
sí, como el humilde campesino, el hotelero, como el cochero, o el aristócrata
eran seres humanos dignos de ser considerados y tenidos en cuenta, tan dignos
como sus iguales austriacos o alemanes… Una noche, en los últimos días el mes
de mayo de 1934, paseaba por las concurridísimas e iluminadísimas calles de
Roma, dejándome zarandear por la multitud llegué a la, Plaza de Venecia, esperando
al parecer, que sucediera algo importante. Aquella noche vi por primera vez, a
Benito Mussolini, Duce de Italia. Apareció en el balcón del Palacio Venecia
rodeado de sus Camisas Negras, y fue recibido por los vítores de la multitud Miles
y miles de gargantas gritaban, una y otra vez:
¡¡ E VIVA IL DUCE!!
“No pude sustraerme al entusiasmo
general…”
Luis Alfredo Andregnette Capurro
Desde el Real de la Muy Fiel y Reconquistadora
Ciudad San Felipe y Santiago de Montevideo
[1] Norman Finkelstein: “La industria del holocausto. Reflexiones sobre
la explotación del sufrimiento” Buenos Aires, Siglo XXI, cap 2,47-87.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista
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