domingo, 29 de noviembre de 2020

Domingo Primero de Adviento - Leonardo Castellani

 


Hay cosas que no pueden saberse sin volverse loco, antes de saberlas o después de saberlas.

Imaginemos por ejemplo que un sanjuanino hubiese conocido de antemano el terremoto de San Juan ¿no era como para volverse loco? ¿Y si hubiese tenido que anunciarlo? Pobre de él...

Cuenta el historiador Josefo, en La Guerra Judaica, que antes de la destrucción de Jerusalén apareció en sus callejas uno que no se sabía si estaba loco o inspirado, venido nadie sabe de dónde, que tenía el mismo nombre de Nuestro Señor (Ieshua), el cual recorría la ciudad sagrada –y deicida– gritando sin cesar “¡Ay de Jerusalén! ¡Ay del Templo!...”. Fue detenido, interrogado, reprendido, amenazado, castigado y azotado, como “derrotista” y sacrílego; y todo fue inútil; nadie pudo hacerle abandonar su estéril tarea, hasta que un día fue herido en la frente por un proyectil arrojado de una catapulta; y cayó muerto gritando: “¡Ay de mí!”.

Es un ejemplo de lo que decimos: este cuitado había visto la realidad antes que los demás. El que tiene razón un día antes, veinticuatro horas es tenido por irrazonante –dice un proverbio alemán–.

Hay muchas palabras en el Evangelio que son o de un Dios o de un loco; y que no pueden ser de un hombre común; y el Discurso Esjatológico es una de ellas. Sobrecoge el ánimo imaginarse a ese grupo de pescadores y labradores galileos sobre el borde Norte de la ciudad (sobre el Templo y mirando a Jericó); rodeando a Ieshua-ben-Nazareth y escuchando salir de sus labios, a manera de relámpagos que rompen la noche del futuro, palabras desmesuradas como éstas:

“Será la tribulación más grande que ha existido desde el principio del mundo; más grande que el Diluvio...

Se secarán los hombres de miedo y de expectativa ante las convulsiones del Universo...

Las fuerzas cósmicas se descompaginarán...

Habrá signos en el sol, en la luna y en las estrellas; y gran presión entre los pueblos...

Entonces alegraos [!] porque está cerca vuestra redención...

Verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con gran majestad y poderío...

El cielo y la tierra, pasarán; mis palabras no pasarán”.

 

Hay muchos lugares en el Evangelio en que Cristo pronuncia palabras que a ningún puro hombre serían lícitas, palabras que rompen el equilibrio humano y muestran como en un relámpago los abismos de la Eternidad; y sin embargo no están pronunciadas con énfasis ni ahuecando la voz, como hacen los poetas humanos que se tienen por “os magna sonaturum”–y Olegario Andrade y su maestro Hugo en esto de hacerse los “bíblicos” llegan muy lejos– sino más bien atenuadas y como puestas en sordina. Estas palabras sobrehumanas fueron notadas desde el primer momento: “¿Quién es Éste? Éste no habla como los demás rabbies. “Nadie ha hablado jamás como este hombre!...”. Efectivamente.

El apokalypsis de Lucas, cuya perícopa final se lee en este Domingo primero del año litúrgico, es el más breve de todos; y aquel en que está en cierto modo indicada la división de la doble profecía; de los signos de la cuida de Jerusalén hasta el versillo 25; y los de la agonía del Universo del 25 al 32; puesto que lo que hay que decir, como vimos, de esta dificultosa escritura, es que predice a la vez el fin de una época de la historia del mundo y el fin de toda la historia del mundo: en dos planos subordinados, que se llaman typo y antitypo. Pero en este evangelio esos signos se pueden distinguir más o menos en dos secciones, de las cuales la primera mira más bien el fin de Jerusalén y el Templo, y como fondo al fin de la Cristiandad y el mundo; y la segunda más bien el fin del mundo. Cosa análoga sucede, como ya hemos notado, en el discurso de la Promesa de la Eucaristía (Jn VI, 22-58): trata del “Pan de vida”, es decir, a la vez de la Fe y del Sacramento; y primeramente la fe está delante como figura y el sacramento detrás como fondo; y luego paulatinamente el Sacramento de la Fe ocupa sin solución de continuidad el primer plano.

El año 1941 este mismo Domingo primero de Adviento, prediqué este evangelio en la Iglesia de Don Bosco de la ciudad de San Juan; tengo todavía los apuntes: el evangelio de los Terremotos. Si hubiese sabido que poco después San Juan iba a ser probado por la Calamidad y la Catástrofe, ciertamente no hubiese podido ni nombrarlo al terremoto. Mas Nuestro Señor dice aquí que habrá “entonces terremotos grandes por varios lugares, y pestilencias y hambre, y terrores desde el cielo, y grandes renales...”. Enseguida después de la tribulación de aquellos días –especifica San Mateo– el sol se oscurecerá, la luna se pondrá sangrienta y las estrellas caerán del cielo –sol en la Escritura es el símbolo de la verdad religiosa; luna, de la ciencia humana; estrellas son los sabios y doctores– porque “las fuerzas cósmicas se desquiciarán” que así se traduce mejor lo que la Vulgata vierte: “las virtudes del cielo se conmoverán”; pues el texto griego dice literalmente “las energías uránicas” (“dinámeis toon ouranoón”).

Los intérpretes se preguntan si estos signos en el cielo tan extraordinarios serán físicos o metafóricos; si hay que tomar esas palabras del Profeta como símbolos de grandes desórdenes y perturbaciones morales, o si realmente las estrellas caerán y la luna se pondrá de color de sangre; en cifra, si los “terremotos” profetizados serán los terremotos de San Juan visibles o bien los invisibles –y mucho peores– terremotos de Buenos Aires. Probablemente las dos cosas; porque al fin y al cabo, el universo físico no está separado del mundo espiritual –los ángeles mueven los mundos, decían los antiguos filósofos– y estas dos realidades, materia y espíritu, que a nosotros aparecen como separadas y aun opuestas, en el fondo no son sino como dos rostros de la misma realidad fundamental. Esas “fuerzas del Cielo” de que hablamos, para los filósofos griegos eran espíritus, para los científicos modernos son vibraciones del éter; y esas “energías cósmicas”, que somos advertidos “se desquiciarán”, el hombre ya les ha encontrado el quicio, porque ha penetrado en ese éther (áitheer) que los griegos tenían por el alma del fuego o el fuego esencial; y Santo Tomás ensenó es el dominio propio de los ángeles. El hombre moderno ha penetrado en este dominio de los ángeles guiado quizá por uno de ellos ¿chi lo sí? Lo cierto es que los grandes astrólogos, alquimistas y hechiceros de nuestros días han realizado un enorme progreso: han inventado el instrumento con el cual se puede destruir el mundo; o por lo menos “la tercera parte de él”, como dice el Apokalypsis. “Las energías uránicas se desquiciarán...”. Bien, la bomba atómica la fabrican hoy con un metal llamado uranio, al cual lo desquician o desintegran.

Lo que tiene que ser, será. El tiempo no vuelve atrás. La creación madura. El drama de la Humanidad pecadora, redimida y predestinada, tiene que tener su desenlace. El Bien y el Mal han ido creciendo en tensión desde el principio del mundo, como dos campos eléctricos; y algún día tendrá que saltar la chispa. Ese día no es un día perdido en la lejanía de lo ilimitado, porque Cristo por San Juan pronunció categóricamente que sería –relativamente– pronto; y por San Lucas y los otros Sinópticos recomendó que estemos ojos abiertos para verlo venir. “Mirad la higuera: cuando reverdece vosotros sabéis que está cerca el verano; así cuando veáis que comienzan estas cosas, sabed que está cerca vuestra redención.”

Las primeras generaciones cristianas vivieron en la ansiosa expectativa de la Parusía, conducidas a ello por el versículo oscuro y ambivalente de cuya dificultad hemos hablado; mas no es verdad lo que dicen los racionalistas actuales, que se “han equivocado” propiamente, pues una cosa es temer, otra es afirmar; y así vemos, por ejemplo, que San Pablo reprende a los de Tesalónica los cuales temerariamente “afirmaban”; declara y reitera que “él no sabe”, ni nadie, cuándo será el Advenimiento; reta a los temerarios o perezosos que arreglaban su vida sobre la base de esa afirmación; y les notifica que no puede aparecer el Anticristo mientras no sea retirado el “Obstáculo” –ese misterioso “katéjon-katéjos” que está una vez en género neutro y otra en masculino– y que el “Obstáculo” todavía está allí “¿No recordáis que os lo dije?”, reprende el Apóstol. “A ellos se lo dijo, a nosotros no”, se queja San Agustín.

A pesar de eso, este eco del versículo difícil se dilató y resuena aún en la Epístola CXXI, § 11, de San Jerónimo, siglo V; cuando vencido y muerto el “Imperator” Estilicón por el vándalo Alarico, los reyes bárbaros desbordaron la frontera de Milán y tomaron y saquearon a Roma, haciendo temer al solitario de Belén que había sido retirado el

“Obstáculo”; el cual para él no era otra cosa que el Imperio y la Civilidad Romana; lo mismo que para Agustín[1] y la mayoría de los Santos Padres antiguos.

Solamente cuando los sucesos mismos mostraron que aquella raya de Esta Generación no pasará” se aplicaba solamente a la Pre-Parusía (el fin de la Sinagoga) y no a la Parusía, repararon bien los cristianos en los varios rasgos que en el Evangelio indican el Intersticio; como por ejemplo el patente versillo de Lucas XXI, 24, donde se predice la matanza y la dispersión de los judíos por todo el mundo, y que “Jerusalén será pisoteada por los Gentiles hasta que llegue el tiempo (del Juicio) de las naciones”. Luego uno fue el Juicio de Israel, otro será el Juicio de las Naciones: dos sucesos separados contemplados como en uno.

Este versillo dice con claridad un intersticio o intervalo entre los dos sucesos (Pre-Parusía y Parusía), claridad que resulta meridiana si se repara en que el versillo alude a la Profecía de las 70 Semanas de Daniel, donde paladinamente se predice la destrucción de Salen y su Santuario por un Príncipe y su ejército, y después la “Abominación de la desolación que durará sobre la Ciudad Santa y Deicida hasta que el mismo Devastador [el Imperio Romano, la Romanidad] sea a su vez devastado”; que es lo que se diría está pasando o por pasar ahora; a 1.900 años de la devastación de Salen por Tito César.

Del Libro de las Instituciones Divinas de Lactancio, libro XII, capítulo 15.

Título.- Que la submersión del lagartón y los Egipcios, y la liberación de los Hebreos de la servidumbre egipcia prefigura la liberación de los elegidos y la reprobación de los condenados que ha de ser en el fin del mundo. Y que muchas señales precederán a la liberación ésta, igual que aquella. Y que antes desaparecerá el Imperio Romano. Y que la hegemonía total retornará al Asia...

Tenemos en los arcanos de las Sacras Letras [escribe Lactancio y traduzco en el mismo tono retórico del autor] que el Patriarca de los Hebreos pasó al Egipto con toda su familia y parentela apremiado por la carestía de alimentos; y que su posteridad, habiendo habitado mucho tiempo en Egipto y crecido en sector numeroso, siendo oprimida con yugo de esclavitud grave e intolerable, hirió Dios a Egipto con llaga insanable y libertó a su pueblo sacándolo por el medio del mar, rasgadas las aguas y apartadas a una y otra parte, para que el pueblo caminara por lo seco; mas tentando el Rey de los Egipcios seguir a los fugitivos, volvió el piélago a sus cauces, y el Rey fue atrapado con todo su ejército. Prodigio tan claro y tan asombroso, aunque por el momento mostró el poder de Dios a los hombres, sin embargo fue principalmente signo y prefiguración de una cosa mayor, la cual parecidamente Dios ha de hacer en la última consumación de los tiempos. Pues liberó a su gente de la pesada esclavitud del mundo. Pero como entonces era uno solo el pueblo de Dios, y estaba en una sola nación, entonces sólo Egipto fue golpeado. Mas ahora, porque el pueblo de Dios congregado de entre todas las lenguas, habita entre todas las gentes, y es dominado y oprimido por ellas, ocurre que todas las naciones, es decir, el orbe entero, sea azotado con justo flagelo, para librar al pueblo santo y cultor de Dios. Y como entonces acontecieron prodigios con que la futura derrota de Egipto se mostrara, así en el final sucederán portentos asombrosos en todos los elementos, por los cuales se entienda por todos el final inminente.

Aproximándose pues el término de este ciclo, es forzoso que se inmute el estado de las cosas humanas y caiga más abajo aún, a causa de la maldad creciente; de tal modo que aun estos tiempos nuestros en que la injusticia y la malignidad creció al sumo grado, en comparación con aquel mal extremo e insanable, se podrían tener como felices y realmente áureos.

Pues de tal manera escaseará la justicia; y crecerán de tal modo la codicia y la lascivia, que si algunos entonces fueren buenos, serán presa de los malevos y atropellados de todos modos por los injustos;

sólo los malos serán opulentos, y los buenos se debatirán la pobreza y en las velaciones.

Se contusionará todo el derecho y perecerán las leyes. Ninguno entonces poseerá nada si no fuere adquirido o defendido malamente: la audacia y la fuerza lo poseerán todo. No habrá confianza en los hombres ni paz ni humanidad ni pudor; ni verdad. Y así tampoco habrá seguridad ni gobierno derecho, ni refugio contra los males.

Toda la tierra se alborotará, y rugirán guerras por doquiera; todas las gentes andarán en armamentos y se resistirán mutuamente. Las naciones fronterizas pelearán entre sí. Y Egipto el primero de

todos pagará el castigo de sus estúpidas supersticiones y será cubierto de un río de sangre. Entonces la espada recorrerá la tierra, segándola toda y postrando las cosas como mies madura[2].

Y de esta confusión y devastación, la causa será que el nombre Romano, por el cual hoy se rige el orbe (me horroriza el decirlo, pero lo diré porque ha de suceder) será quitado de la tierra y el dominio volverá al Asia, y de nuevo mandará el Oriente; y el Occidente servirá.

Ni debe extrañar a nadie que un reino tan potentemente cimentado, tanto tiempo y por tan magnos varones valido, y con tan grandes munimentos confirmado, todo no obstante un día caerá. Nada hay creado por fuerzas humanas que las mismas fuerzas humanas no puedan destruir: porque mortales son las obras de los mortales; pues los otros reinos anteriores, habiendo luengamente florecido, sin embargo también murieron”...

No sabemos de dónde sacó el insigne predecesor y maestro de San Agustín en el siglo m esta descripción y predicción de unos tiempos que, en nuestra opinión, se dan un aire a los del siglo XX... Pero allí está ella; y yo la he copiado al pie de la letra.

Cristo quizá advirtió a sus oyentes –como algunos quieren creer– que los dos Grandes Sucesos no eran Uno sino en reflejo; pero no así el Evangelista a sus lectores. San Pablo dijo a los de Tesalónica cuál era el “Obstáculo” que impedía la manifestación del Anticristo; “pero no a nosotros”, exclama dolido San Agustín. La Primera Venida de Cristo fue marcada por Daniel profeta con una cifra exacta de años109; pero no así la Segunda. Varias veces la Cristiandad (siglo IV, siglo X, siglo XIV) ha temido ya estar delante de “la Hora temida y el Día definitivo” como decía San Jerónimo el año 409; y se ha equivocado; pero algún día no se equivocara.

Yo sé decir que si todos mis conciudadanos supieran algo que yo sé, habría más golpes de pecho y menos risotadas en la República Argentina. Desdichado del que ha sido escogido para saber cosas que no se pueden decir; pero feliz en definitiva el que ha sido escogido para saber cosas; y mil veces feliz si esas cosas son “las que te van a salvar” (“ea quae sunt ad pacem tibi”, Lc 19, 42). Como el pobre loco Ieshua de Jerusalén, que las paso muy malas; pero al fin y al cabo, él sabía, y los demás estaban ciegos.

 

Leonardo Castellani. “El Evangelio De Jesucristo”

 

Nacionalismo Católico San Juan Bautista



[1] De Civitate Dei, XX, 19.

[2] Egipto figura de la capital opresora, sea cual fuere. Ver Apokalypsis XI, 8

viernes, 27 de noviembre de 2020

El providismo y su afán de seguir cabeceando la pared - Augusto TorchSon


Mañana sábado 28 de noviembre del año de la encerrona global, se realizará una marcha más en contra de la legalización del aborto, que es oficial y oficiosamente practicado por diferentes medios, todos estos promovidos y apoyados por los últimos gobiernos hasta el día de la fecha ininterrumpidamente con o sin ley.

La respuesta una vez más, es mostrar que "somos muchos", "somos más", que la "verdadera Argentina" es provida, y con una descomunalmente grande muestra del poder del número y la "fuerza" de la masa, hacerle entender a los gobernantes, que tienen que cambiar de rumbo y que están equivocados. "!Qué hermoso poder manifestarse libremente en democracia¡".

Lo absolutamente claro y empíricamente demostrado hasta el hartazgo, es que los gobiernos del mundo entero, no promueven todas las perversiones habidas y por haber por ignorancia, por "estar equivocados", sino por seguir las eugenésicas y endemoniadas políticas impuestas por el verdadero poder detrás de los gobiernos del que tanto y tantas veces hablamos en este portal.

La experiencia también nos demostró claramente que nunca una manifestación, por más multitudinaria que sea en la Argentina, y ahora lo vemos en el mundo en contra de la Plandemia, cambiaron las políticas genocidas y orwellianas para someter o aniquilar la población, especialmente a la de verdadero riesgo, es decir, la que pone en peligro el bienestar o estabilidad del verdadero gobierno oculto (y ocultista) del mundo. La lógica también indica que es una necedad intentar convencer al necio, o lo que es peor, pretender hacer recapacitar o reflexionar al que tiene su voluntad absolutamente dirigida hacia el mal. 

Seguir confiando en la fuerza del número, mayormente embozalado y cuidadosamente distanciado como lo dicta las normas cívicas de "resistencia aborregada", es hacer cada vez más fuertes a los gobernantes que saben que pueden ir a fondo con cualquier plan genocida o de absoluto control de las mentes y las almas, porque comprobaron que nunca va a haber una resistencia proporcional y adecuada, así quieran esterilizarnos, lobotomizarnos, matarnos o pervertirnos (en especial a los niños).

En las marchas globeras lo que reina es el espíritu de alegría, jolgorio por la "celebración de la vida", cuando deberían ser concentraciones amenazantes, a cara de perro y vestidos de luto.

Con esto no solo no pretendo convencer a nadie (todavía no me pegó el providismo), sino que además no me caben dudas que más probablemente voy a aumentar la cantidad de los odiadores del "odiador" TorchSon, incluso perder algunos de los pocos seguidores de estos escritos. Menos mal que ni el número (ni los likes) me interesan, para que mis móviles sigan siendo los mismos que fueron desde el principio, a pesar de mis muchas flaquezas.

Una vez más cabe la pregunta retórica que tantas veces se hicieron muchos de los que mañana van a ir a la marcha: ¿Qué hubieran hechos nuestros héroes en esta situación? Sabiendo la respuesta, quienes en otro momento intentaron ser coherentes, hoy sin embargo, cuando casi inequívocamente estamos en el principio de fin de la Historia, de la inminente aparición de Hombre de Iniquidad; se deciden por convertirse en apóstoles del "algo hay que hacer", no importa qué, ni para qué, ni en compañía de quién. Lo importante es unir fuerzas, que como mencionamos precedentemente, nos hacen cada vez más débiles ante los cada vez más poderosos; todo esto gracias al pusilánime accionar de los "cruzados del amor". Mi pregunta sería ¿Qué pensarían Carlomagno, San Luis Rey de Francia o San Fernando de Castilla, al ver a estos "guerreros" con globos por estandartes y cartelitos de "salvemos las 2 vidas" por escudos?

Yo por lo pronto, prefiero quedarme en casa rezando un Rosario por los miles de niños que se abortan "sin ley" o con contraceptivos y por millares en fertilizaciones asistidas ante la indiferencia globera, los que perdieron el trabajo y están cada día más cerca de la desesperación, los que están aterrados hasta de su sombra cuidándose hasta de respirar, los que murieron sin ser atendidos de enfermedades comprobables en una autopsia, o los que fueron "protocoleados" sin atender a sus existentes patologías, y a los cada vez más acechados jóvenes y niños por las perversiones mediáticas, que hoy son la única alternativa que tienen de contacto con una "realidad" cada día más distópica. Pero por sobre todas las cosas, para pedir que se acorten los tiempos, y como bien aconseja un amigo, al mismo tiempo y no menos importante, voy afilando el cuchillo.

Trabajando para que Cristo Reine y vuelva pronto

 

Augusto Espíndola

  

Nacionalismo Católico San Juan Bautista


Cuando una muerte es un insulto - Antonio Caponnetto

 
 

Difícil sintetizar en un par de líneas el oscuro fenómeno que desató la muerte de Maradona. Valga el intento:

         El sujeto que acaba de morir era un degenerado; un vicioso ostensible, que aglomeró en su conducta todos los pecados capitales. Una contrafigura, un antimodelo, un personaje despreciable. Los filigranas que supo hacer con una pelota no quiso ni supo hacerlas con su vida, a la que llevó, en no pocas ocasiones, al límite mismo del bestialismo. Sus predilecciones hacia la izquierda rabiosa y virulenta, tan ostensibles cuanto básicas, completaron el cuadro de una degradación que parecía no hallar fondo.

La deificación que se le tributó en vida –y que él fomentó como parte de su inmoralidad- hasta la actual apoteósis insensatamente organizada por el gobierno alrededor de su cadáver, muestran como pocas veces en la historia la inmensa y avasallante corrupción que envuelve al poder político, y la penosísima estupidización de las masas, incapaz el uno como las otras, de admirar a los verdaderos arquetipos, pero siempre prontos a glorificar a los canallas.

La reacción oficial de la Iglesia, desde el obsceno Bergoglio hacia abajo, pasando por Poli, Tucho, capellanes futboleros et caterva, fue la previsible en estos tiempos de felonías múltiples e idolatrías formales: se sumó a la oclocracia imperante y desbordada, laudando al finado cual si estuviera ante los funerales de Héctor o el tránsito de un Padre del Yermo. Frases estamparon los encumbrados pretes en estas horas aciagas, que escandalizan y ofenden la vida y la memoria de los hombres de bien. El precitado Tucho, verbigracia, –que al fin de cuentas también se llama Fernández- osó decir que Maradona “nunca perdió la fe popular de los sencillos”. El besólogo episcopal debería saber que el occiso era la cabeza de una “Iglesia Maradoniana”, fundada en Rosario el 30 de octubre de 1998,en nombre de cuyos principios blasfemos pidió ser embalsamado y exhibido. No habrá sido la Pachamama, pero de haberse cumplido con su voluntad póstuma, no habría faltado quien lo llevara después hasta los mismos jardines del Vaticano.

Se repite por todas partes que “al Diego” le debemos felicidad los argentinos todos; que no ha sido sino un surtidor de dichas, gozos y alegrías colectivas. Y el mismísimo Alberto, tras declarar tres días de duelo nacional y ordenar su velatorio en la Casa de Gobierno, usando el mismo argumento de la felicidad emanada por doquier, se preguntó retóricamente: “con qué autoridad moral puede alguien decirle algo?”.

La respuesta es muy simple: con la autoridad moral que no tiene el que se formula el interrogante. Con la autoridad moral que sí tienen, en cambio, los simples hombres buenos, que a diferencia del orgulloso papi de “Dyhzy”, no son aborteros, ladrones, mentirosos, verdugos de la nación, hermafroditas o mafiosos.

Mala señal para un pueblo cuando su máximo dador de felicidad es precisamente alguien que ha sido la antítesis de las dos condiciones que señalan los maestros clásicos para ser genuinamente feliz: vivir virtuosamente y contemplar lo que rectamente se ama.

Como paradójico saldo positivo del circo tanático orquestado por el Gobierno, quedan varias evidencias. La mentira infame de la cuarentena; el mito del distanciamiento social, la cruel insensatez de embarbijar a la población y la aberración de la llamada neonormalidad. De la noche a la mañana, en cuestión de minutos, todo este andamiaje homicida y tiránico montado por el Gobierno, en consonancia con el Nuevo Orden Mundial al que sirve, se vino completamente abajo. Las multitudes recuperaron por arte de magia la paleonormalidad habitual, ordinaria, común y corriente. Dieron la vuelta al mundo las fotos de esos morochos rubicundos en cuero, “ferné” o “birra” en ristre, amontonados, atiborrados y hacinados; llorando, gritando y mucho más, los unos encima de los otros.

De ahora en más, el ciudadano que siga creyendo en que nos han estado cuidando la salud, a costa de nuestra libertad genuina y de nuestra dignidad creatural, o es un estulto o es un cómplice de la “plandemia”. De ahora en más, lo reiteramos, será tenido por necio o por aliado de la tiranía, el que no advierta que hay muertos de primera y otros de cuarta, que la plata y la fama no tienen protocolos sanitarios que cumplir, y que para los actuales gobernantes se puede prohibir el culto, la educación y la familia, pero se debe permitir el desborde de las hordas futboleras.

 Interrogado el asesino Ginés González García acerca del peligro de un contagio masivo ante los desmanes provocados por las tales hordas, respondió con uno de sus flatus vocis: “no se puede ir en contra del pueblo”. Esto es lo que sucede cuando se confía el cuidado de la salud pública a un regenteador de chiqueros, a un repartidor de condones, a un promotor de vacunaciones probadamente dañinas, a un propulsor del filicidio y de la contranatura.

Ha muerto Maradona. Dios sabrá –siempre lo supo, ya lo sabe- lo que tiene que hacer con su alma. A nosotros, más que su previsible muerte, nos duele hasta la sangre, constatar una vez más que, en la patria, hace tiempo ha muerto la Verdad, el Bien y la Belleza.

Ha muerto Maradona. Su muerte, seguida de faraónicos tributos y de libertinajes por doquier, ha sido un insulto para los tantos muertos de estos meses de encierro; apenas dígitos de las estadísticas fraguadas por el oficialismo; apenas bolsas de cenizas; acaso apenas desconsolados agonizantes.

Que a nadie se le ocurra, tras lo visto y vivido, que debemos quedarnos en casa; sin templos, sin escuelas, sin cercanías hogareñas; sin responsos ni festejos ni duelos.


                                                                                       Antonio Caponnetto

    

Nacionalismo Católico San Juan Bautista



miércoles, 25 de noviembre de 2020

Goldschmidt vuelve a dar razones científicas en el marco del accionar “plandémico”

 Siempre polémico, el científico argentino Pablo Goldschmidt habló sobre las vacunas contra el COVID-19: “Hablar de eficacia no es igual a inmunidad”


El doctor en farmacología molecular dialogó con Infobae desde París e indicó que “la eficacia es clínica: hay que aguardar al año que viene para ver si quien se vacunó, no se enferma y quien no lo hizo sí”. Además, arremetió contra la cantidad de casos que se informan y aseguró que existen muchos falsos positivos: “Hubo pacientes con influenza a los que se les atribuyó COVID″

 

En los últimos días de marzo, cuando despuntaba la cuarentena en nuestro país y la Organización Mundial de la Salud hacía tres semanas había declarado la pandemia del nuevo coronavirus, el doctor Pablo Goldschmidt fue uno de los promotores de un debate que con el correr de los días pasó del murmullo a la voz en cuello. Según dijo en esa oportunidad, el coronavirus no merecía que el planeta estuviera en un parate total.

Dueño de un frondoso currículum (Farmacéutico, Licenciado en Análisis Clínicos y Bioquímico en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, Psicólogo Clínico de la Facultad de Filosofía y Letras también de la UBA, diplomado en Farmacología Clínica en la Facultad de Medicina del Centro Hospitalario de la Pitié-Salpetrière de París, doctorado en Farmacología Molecular de la Universidad Pierre et Marie Curie de París y diplomado en el Instituto Curie y Pasteur de ese país en Virología Fundamental y de Biología Molecular), volvió a hablar con Infobae, esta vez sobre el nuevo panorama que plantea el COVID-19 en Europa. Residente en Montecarlo, viajó a París para dar charlas referidas a sus dudas sobre la eficacia de los testeos y en un resquicio de su agenda tuvo lugar la conversación con este medio.

 

-¿Cómo se vive la segunda ola de COVID-19 en Europa, que parece ser peor que la primera?

-Los datos objetivos de la enfermedad ocasionada por el SARS-COV 2 son discutibles desde siempre. Primero, no sé si recuerda, la mortalidad se calculó con pacientes que se internaban en aquel momento en el hospital de Wuhan. Las cifras no se refirieron a la población general ni al total de personas infectadas. Después se consideró que una persona con un hisopado nasal positivo rRT-PCR (PCR en tiempo real con transcriptasa inversa) estaba infectada. Este error conceptual hizo que muchos con hisopado negativo hayan transmitido la enfermedad, y que mucha gente con falsos resultados positivos y sus familias hayan vivido en un estado de ansiedad y angustia por tests inexactos. Hoy se sabe por ejemplo que sobre 350 mil test que hicieron en Marsella y 12 mil personas enfermas con síntomas confirmados, que la mortalidad se bajó al 50 % en las personas internadas con cuadros severos. Se sabe que desde que empezaron los síntomas hasta que la situación se complicó e internaron a los pacientes en terapia intensiva pasaron seis o siete días, momento en que empezaron los problemas respiratorios. Los cuadros clínicos se confirmaron por radiografía o tomografía de pulmón. Eso es importantísimo. Cuando se tomaron en cuenta estos parámetros y se atendió a los pacientes que necesitaban asistencia médica intensiva, la mortalidad fue de seis enfermos cada diez mil casos. Ese es el análisis que resulta de la segunda ola en algunos hospitales. Sin embargo, el número de casos informados de personas con el virus de la influenza en Francia fue diez veces menor al del año pasado en gente que no se vacunó. En otras palabras, hubo pacientes con influenza a los que se les atribuyó COVID-19.

-¿Una se enmascara con la otra?

-Las cifras indican que ya casi no hay gripe, y eso deja abierto un interrogante. Existe mucha presión sobre las políticas públicas, la ciencia y la prensa que llevó a una histeria en el planeta, a una pasión que está muy lejos de la verdad científica que construimos día a día. Hay resultados contradictorios, y la ciencia no puede responder de forma inmediata, necesita serenidad y tiempo.

-¿Usted dice que hay muchos casos de COVID que en realidad son otras afecciones respiratorias?

-Siempre las hubo, siempre hubo neumonías virales y bacterianas y personas con insuficiencia respiratoria. Este año, prácticamente todas esas presentaciones son consideradas COVID-19. Sin embargo, para que se confirme COVID debe manifestarse fiebre durante dos días, síntomas clínicos gripales con pérdida de olfato y gusto -que no siempre se observan- y parámetros de laboratorio e imágenes radiológicas que lo confirmen. Si los linfocitos están alterados, si la proteína C-reactiva está aumentada, si hay dímeros circulantes aumentados en personas que nunca los tuvieron antes, significa que hay probablemente una infección viral. El diagnóstico se confirma generalmente por imágenes que son patognomónicas y por hisopado, y ahí viene el problema.

.¿Por qué?

-El hisopado se validó al inicio del brote en China, Estados Unidos, Corea y Japón. Se hizo en personas que se presentaban en hospitales con síntomas clínicos, pero no fue una validación por tamizado de la población general. Cuando un individuo no tiene síntomas, el hisopado sólo puede tener un poder predictivo si en los tres a cinco días anteriores estuvo en contacto con gente enferma con diagnóstico sospechoso o confirmado. Pero si no estuvo en contacto y el hisopado da positivo, lo primero es dudar de la calidad del test. La rRT PCR es una técnica de detección de genomas virales y no una técnica de diagnóstico de infección. Hay muchos resultados positivos en gente no expuesta y eso tiene que poner en duda el resultado. Estos test de hisopado sirven sobre todo cuando, por ejemplo, un médico o una enfermera y todo el personal del área de salud estuvo en contacto directo con pacientes infectados confirmados por laboratorio y con imágenes de pulmón. Cuando un sujeto no estuvo en un contexto de transmisión viral y el hisopado da positivo, hay que volverlo a controlar, porque es probable que sea un falso resultado positivo. Un hisopado positivo sin noción de contacto y sin síntomas clínicos ni marcadores radiológicos o biológicos, pone en duda la veracidad del resultado.

-¿Pero suceden muchos casos de falsos positivos?

-En China hubo cerca del 30%, en Japón 56%, en el Véneto, Italia, más del 50%, en Nueva York más del 30% de casos de falsos positivos. Por otra parte, si una persona estaba infectada con un virus respiratorio -sea el que fuere-, al cabo de un mes ese organismo infectado reacciona y genera anticuerpos. Por eso es necesario que a la gente con resultados rRT PCR positivos y sin síntomas, se les haga un dosaje de anticuerpos por test Elisa y no por las técnicas rápidas, para verificar si el resultado fue un falso positivo.

-Si fuera como usted dice, que los falsos positivos no son algo eventual, sino masivo, impactaría directamente en las políticas sanitarias y económicas de los países. En Europa hasta hubo toques de queda...

-Lo que pone en tela de juicio a los gobiernos es que rRT PCR positivo no significa un caso positivo. Ahora, las cifras de rRT PCR positivas requieren una confrontación con las imágenes de confirmación y con el número de pacientes internados y con la ocupación de camas de terapia intensiva. La rRT PCR es una técnica amplificadora, es como el amplificador de sonidos cuando se escucha música, y con esta técnica, el sistema amplifica las señales 10.000 millones de veces (10 a la 11). El método tiene que detectar tres señales específicas del genoma del virus SARS-CoV 2. Al inicio de este brote, con una sola informaban positivo, sabiendo que mucha gente presentaba esa sola señal y no había estado en contacto con el virus. De ahí que, desde hace algunas semanas, se consideren positivos solo los tests que presenten un mínimo de dos señales. En muchos sitios, sin haber tenido en cuenta la falta de especificidad de una sola señal, se crearon situaciones de angustia social, encerrando a la población por una sola señal de la rRT PCR, el llamado gen N.

-Pero el estudio de rRT PCR para SARS-CoV 2 está diseñado específicamente para detectar esa enfermedad. Y usted dice que las grandes cantidades de infectados de las que se habla son muchos menos...

-No es cantidad de infectados, ahí está el error. La cantidad de rRT PCR positivas que se informa no es sinónimo de gente infectada. Si el análisis está técnicamente bien hecho, el resultado corresponde al número de quienes tienen genoma viral del virus vivo o muerto. A quien tenga una rRT PCR positiva, debe preguntarse si estuvo en contacto cercano con personas enfermas. Si ningún marcador de laboratorio indica infección viral, es entonces necesario esperar cuatro días y verificar el estado clínico y los marcadores de laboratorio. A partir de ahí se puede sospechar que el resultado sea un falso positivo. Integrando toda esta información el periodo de cuarentena se redujo a 7 días.

-Pero nadie se hisopa si no tiene síntomas, ¿o sí?

-Aparentemente obligan este test a personas que tienen que pasar de una provincia a la otra, o que viajan entre regiones, pueblos y países. Sin embargo, vale la pena recalcar que el test rRT PCR no se ha validado aún para hacer tamizados de la población, sino para confirmación de pacientes con síntomas, para enfermos. La falta de claridad ha generado una ansiedad planetaria que estamos viviendo desde enero por no habernos coordinado con serenidad para diseccionar los riesgos de tests falsos positivos y falsos negativos con especialistas que conozcan de cerca los límites y potencialidades de estas técnicas.

-¿Los gobiernos sobreactuaron? ¿No tienen sentido las cuarentenas o los toques de queda?

-Eso no lo puedo decir yo. No tengo conocimientos para juzgar lo que está bien o mal por parte de los gobiernos. Yo hablo de evidencia científica. Los gobiernos utilizan los resultados que les brinda la comunidad científica. Ahora, si no fueron correctamente validados, no se puede acusar al gobierno de sobreactuar, sino que debe indicarse que la comunidad científica no hizo el trabajo como debería haberlo hecho.

-Entonces, usted apunta a la OMS…

-Tampoco. La OMS también basa sus recomendaciones en los resultados de otros… Apunto a quienes no analizan con sentido crítico lo que se hace y lo que se publica sabiendo que hay falsos resultados negativos y positivos. Lo que sugiero es que se pueda corroborarlos. Por ejemplo, si sobre mil personas con rRT PCR positiva hay 300 que nunca tuvieron fiebre, no tosieron y no generaron anticuerpos específicos, el test puede haber generado 30% de conclusiones falsas.

-Le reitero: eso impacta en muchos aspectos...

-Por supuesto. Desde enero trato de explicar que hay que parar con la histeria que puede producir un virus respiratorio, porque las consecuencias son inmensas. Me parece correcto que la gente use una barrera mecánica, una máscara para que la saliva no lo alcance y viceversa. Es necesario proteger al personal de salud y a la gente vulnerable para que proteja, pero hay que seguir viviendo. En varios países no terminaron aún el estudio de mortalidad global, y parece que la mortalidad en general no aumentó de manera dramática como se predijo. Lo que no puede ponerse en tela de juicio es que este virus afecta a gente que ya tenía una esperanza de vida reducida.

-Pero Argentina está sexta en muertes por millón después de una cuarentena bastante estricta.

-Se requiere de datos robustos para poder afirmarlo, porque ¿todas esas muertes fueron por neumonías con alteraciones hemostáticas confirmadas por imágenes y análisis de laboratorio validados?

-Lo que se informa es que fueron por COVID-19...

-¿Y cómo se determinó que fue el virus SARS CovD 2 responsable de la COVID-19? Ahí viene el error: ¿Se determinó por la clínica? Fue gente que tenía fiebre y tosía, pero estos síntomas pueden ser provocados por distintos virus. ¿El laboratorio confirmó la sospecha de un virus? Si hubo infección respiratoria viral, ¿la rRT PCR positiva pudo confirmarse con producción de anticuerpos específicos? Decir positivo requiere la adición de todos esos elementos. Ahora, si todo lo que se informa se refiere únicamente a los hisopados sin imágenes radiológicas y no se dispone de resultados de linfocitos, de dímeros y de la proteína C reactiva, no se puede confirmar sin seroconversión que una enfermedad o la causa del fallecimiento ha sido provocada por el SARS-CoV2.

-Los datos son los que da el Ministerio de Salud en sus informes diarios…

-Sí, claro. Acá también se informan datos de números de pacientes y de muertes todos los días. Argentina no es una isla y actúa como todos los países, siguiendo normativas internacionales establecidas por una institución supranacional, y que van cambiando.

-¿Y por qué cree que hubo más muertos por millón acá que en los Estados Unidos o Brasil, donde las medidas que se tomaron no fueron tan rígidas?

-No lo sé, porque no dispongo de pruebas que demuestren que todas fueron muertes por COVID-19. Si fue por infección por SARS-CoV 2 hay que demostrarlo con datos clínicos, imágenes y test correctos y controlados. Ahora, hacerlo correctamente implica un gasto suplementario muy alto para los laboratorios. porque por ejemplo si se paga por cada test 20 dólares solamente para los reactivos, hacerlo en forma correcta costaría no menos de 25, lo que incrementa el gasto de salud, pero ayudaría a generar menos falsos positivos. Pero de nuevo, no es el gobierno argentino, es algo general en la comunidad científica global porque la Argentina no hace nada distinto de los otros países, salvo Suecia.

-Por último…. ¿Qué vacuna se daría usted?

-Me la daría únicamente el día que disponga de resultados científicos publicados y validados por comités de lectura de colegas respetables. Por ahora, ninguna. Imagínese que mañana le dijera “tengo una vacuna” e hiciera una conferencia de prensa diciendo “me da tanto de eficacia”. Sobre ese tema hubo una empresa cuyas acciones a las 7 de la mañana valían 36 y a las 11 valían 42, pero no había resultados publicados, eran todas conferencias de prensa y blogs, que inspiraron a periodistas que los copiaron y pegaron. La gente se confunde cada vez más y por ahora no hay nada que permita decidir sobre ensayos clínicos confirmados. Se demostró que hay vacunas bien toleradas que producen anticuerpos. Esperemos al año que viene para determinar si la gente vacunada no se enferma y los que no se vacunaron sí. Esa es la eficacia. La eficacia es clínica.

-¿Cómo es eso?

-Por ejemplo, se incluye en un estudio a 100 personas a los que se les aplica la vacuna, y al cabo de cierto tiempo se les toma una muestra de sangre para ver si generaron anticuerpos. Entre el 90 y 95% de los vacunados produjeron anticuerpos. Ese elemento es interesante, porque si se inyecta un cuerpo extraño se deben generar anticuerpos. Ahora bien, esto es necesario, pero no suficiente, porque ¿esos anticuerpos son protectores? Generar la síntesis de anticuerpos no es sinónimo de estar protegidos.

-¿Qué significa?

-Que una persona tenga anticuerpos no significa que esté protegida contra una enfermedad. Y lo que siempre explico es que cuando un individuo sufre -por ejemplo- de episodios de herpes a repetición y se le toma una muestra de sangre, puede tener 5 mil o 10 mil de título de anticuerpos, pero las manifestaciones virales se presentan, confirmando que hay anticuerpos que son protectores y otros que no lo son. Lo mismo para la Hepatitis B, C, el VIH etc. Por otra parte, hay mecanismos inmunitarios protectores que no dependen exclusivamente de los anticuerpos. El 90% de los vacunados produjeron anticuerpos, pero ¿son protectores? Eso no indica eficacia, es un marcador de respuesta inmune. El problema es que frente a esta crisis sanitaria la información parece ser difundida por comités de comunicación que no explicitan el significado de la palabra “eficacia”. Hasta ahora no hay datos convincentes.

-¿Hasta cuándo exactamente debemos esperar?

-No lo sé. Nadie sabe. O mejor dicho, será hasta que haya estudios que demuestren que hay un brote y haya gente enferma que no fue vacunada, y gente vacunada que no se enfermó.

-Entonces, según usted, saber si las vacunas son eficaces va a demorar mucho más tiempo del que se habla…

-Hablar de eficacia no es hablar de inmunidad. Por ahora se hizo saber que las vacunas son toleradas, eso está muy bien. Que generan anticuerpos, muy bien. Pero, ¿hay alguna prueba que la gente vacunada no se enferme? Por otra parte, hay un test, que es el de inhibición del crecimiento, en el que se toman por ejemplo 1.000 virus vivos, se mezclan con el plasma de una persona vacunada, se cultivan y se determina si el contacto de los virus con el plasma (o el suero) inhibe el crecimiento viral. Por ejemplo, si se hace con una muestra de una persona vacunada y no crece, es un marcador predictivo de eficacia. Eso se hizo en algunos casos, pero no alcanza. Mientras tanto, las acciones de los que proponen vacunas suben y bajan viendo girar una ruleta en que muchos ganaron millones apostando a la incertidumbre. Por ahora lo que puedo decir es que la vacuna que sirva será la que evite enfermedad y muerte.

 

Fuente: Infobae


domingo, 22 de noviembre de 2020

Aborto legal y vacunación Covid-19: la misma causa eficiente, formal y final de un plan macabro - Luis Alvarez Primo

 


    En 1992 concurrí con un grupo de norteamericanos pro-vida a Río de Janeiro a participar de una conferencia alternativa en contra de la primera gran conferencia mundial de la Naciones Unidas sobre Desarrollo sustentable, ECO ‘92, a la que concurrió la casi totalidad de los primeros mandatarios del planeta. El libro insignia de aquella conferencia de la ONU fue “The Population Bomb” del terrorista demográfico antinatalista judío Paul Erlich, no hace mucho incorporado por Jorge Mario Bergoglio /Mons Sanchez Sorondo a la Academia de Ciencias en el Vaticano.

 

    En una sala del Banco Mundial había un gigantesco contador demográfico que registraba minuto a minuto nacimientos y defunciones en el mundo.  La conclusión era:  hay un crecimiento demográfico geométrico exponencial en el planeta, de manera que para lograr un “desarrollo sustentable” es necesario reducir la población mundial. La salud reproductiva, es decir la anticoncepción y el aborto, (y luego la Ideología del Género) fueron los mandatos que se inscribieron en todas las políticas internacionales de crédito impuestas a la comunidad internacional, en especial a los países más pobres. Como se sabe, estas políticas de raíz malthusiana se remontan a la prédica eugenecista de Margaret Sanger y sus patrocinadores, los Rockefeller. El continuador contemporáneo de aquellos, y de sus políticas antinatalistas es el millonario Bill Gates, a quien nos hemos cansado de escuchar-- en su declaraciones, Conferencias TED y entrevistas difundidas en la  internet-- diciendo que con las vacunas contra la Covid-19 se va a reducir la población mundial  en un 15 a un 20 %, es decir unos mil a dos mil millones de personas.

 

   La vacuna Covid-19 no es una vacuna sino un experimento transgénico.

 

   Tal como la eminente inmunóloga argentina Dra. Roxana Bruno junto con otros colegas genetistas y epidemiólogos argentinos y de otros lugares del mundo han demostrado científicamente, las vacunas contra el SARS Cov 2 no son vacunas sino experimentos genéticos que afectarán el genoma humano provocando esterilidad en los hombres e impidiendo la anidación del embrión en la mujer. La Dra. Bruno es una investigadora independiente sin intereses creados, ni con los laboratorios ni con los gobiernos.  La trayectoria profesional de la Dra Bruno y su presencia hoy en la Argentina, luego de su paso por Alemania y España, es un verdadero milagro, que no cabe aquí detallar. Escuchar el relato de las minuciosas investigaciones que le han permitido llegar a la conclusión arriba mencionada, es absolutamente fascinante: una ardua, tenaz y complejísima pesquisa le ha permitido desandar el camino de los laboratorios involucrados –Astra Zeneca, Pfizer, Moderna, los chinos y los rusos—probando la maniobra transgéncia en curso que alterará el genoma humano para provocar esterilidad e infertilidad masiva global. (La vacuna de Astra Zeneca, tal como este laboratorio mismo declara, tiene tejidos de pulmón de fetos abortados). Y sin embargo, las autoridades argentinas se niegan a escucharla y recibirla.

 

   Por cierto, todo lo que la Dra Bruno sube a You tube es inmediatamente censurado. Por ello, a partir de ahora se podrá ubicar algo de su material en http://lbry.com/

 

   Aborto y seudo vacunación Covid-19: una misma causa eficiente, formal y final.

 

    Las políticas de legalización del aborto (de salud reproductiva) y la seudo vacunación Covid-19 tienen un mismo agente:  el conjunto antinatalista integrado por la Organización Mundial de la Salud, la Fundación Bill y Melinda Gates/ el Grupo Bildelberg, y los laboratorios involucrados. La causa formal de ambas políticas antinatalistas (el aborto y el experimento transgénico para la esterilización y la infertilidad humana) es el rechazo al orden natural y sobrenatural—el odio al Creador y a su creatura humana—y el afán de autonomía expresado en aquel remoto “Non Serviam”. La causa final de ambos es, como ya lo expresamos, la ejecución de un plan macabro para reducir la población mundial. El negocio de la seudo vacunación está totalmente subordinado a ese designio geopolítico totalitario demográfico antinatalista.

  

   Un virus artificialmente desarrollado: justificación del confinamiento totalitario y de la "vacuna" para esterilizar e impedir la anidación del embrión humano.

 

     El “virus” de la Covid-19 es una construcción quimérica artificialmente desarrollada en Wuhan, China, con apoyo de Anthony Fauci, la WHO y Bill Gates. La letalidad del mismo no es tal y rápidamente desaparece de la población. El seudo virus fue artificialmente desarrollado para justificar el confinamiento totalitario global, cuyo símbolo todavía es el barbijo (the stupid mask), instaurado mediante el terrorismo mediático mundial, y la eventual esterilización masiva global.

  

   Obligatoriedad de la seudo vacunación.

 

    Dado el terrorismo mediático mundial y el arrebañamiento producido en enormes masas de población en el planeta con la complicidad de los políticos locales y sus lacayos sanitarios, periodísticos y mediáticos, la obligatoriedad de la seudo vacunación contra la Covid 19 será un factor irrelevante. Una vez que se anuncie que la seudo vacuna esté “lista”, con una presurosa aprobación de emergencia, la gente hará cola para aplicársela. Tal es el estado de falsa creencia en el que las poblaciones han caído.

 

    ¿Qué hacer en esta guerra contra la vida humana?

 

    Teniendo el aborto deliberado y la esterilización masiva un mismo agente global y un mismo designio antinatalista, será necesario por fuerza que quienes defienden la vida humana inocente y respetan el orden natural querido por el Creador unan en una sola voz la denuncia y el repudio de ambos abominables asuntos sin precedentes en la historia humana.

 

   ¡Ni aborto, ni seudo vacuna Covid-19! ¡Toda la Verdad!

 

    Y ¡un tribunal internacional para los genocidas!


                                                                         Bella vista, 22/11/2020  

                                                                         Luis Alvarez Primo