El Vil Gato testeando el sentido común remanente - Nestor Veiga Gómez

 

Se cumplen once años de la ‘famosa’ conferencia de Bill Gates en TED, grupo de medios estadounidense que publica ‘charlas’ (bajada de línea) online para su distribución gratuita bajo el lema "ideas que vale la pena difundir", acerca del peligrosísimo calentamiento global y sus letales consecuencias (Ver aquí). Dijo Bill entre otras cosas, que dentro de 20 años vamos a estar en el horno y que, por eso, él estaba trabajando para llevar a 0 las emisiones de CO2.

Presentó una ecuación algebraica en la que Emisión de CO2 es igual a Cantidad de personas por Servicios que utiliza por Energía requerida por esos servicios por el CO2 emitido.

ECO2= P x S x Es x CO2e.

Afirmó que la necesidad imperiosa no es reducir el CO2 un 20 o 30% sino llevarlo a 0, y para lograrlo, alguna de las variables tendrá que acercarse a 0.

La población (P), dijo, es actualmente de 6000 millones de personas (año 2010). “Si hacemos un gran trabajo en vacunas y salud reproductiva podríamos reducir esa cifra en 10 o 15%”.

El 10% serían 600 millones de personas, y el 15% serían 900 millones de personas. (Creo que un poquito más de los célebres “¡6.000.000!”). Entiendo que los 600 o 900 millones no solo se alcanzan vacunando personas, sino también provocando abortos ‘espontáneos’ o esterilizaciones masivas “si hacemos un gran trabajo en vacunas y salud reproductiva”.

Llevamos un largo año de plandemia y unos meses de vacunas (cuyo resultado en verdad es incierto y desconocido, más allá de lo que digan los medios) no obstante, según el New York Times del lunes, “la plandemia vino para quedarse y el virus convivirá con nosotros hasta que se aburra.

Para completar la conferencia y no quedar como un ‘nazi’ exterminador, que es muy feo, dijo también que los servicios (S) que utilizamos son necesarios y eliminando la ‘pobreza’, podremos seguir prestándolos a todo el planeta, y esa variable es bueno que aumente. Aseguró que la energía por servicio (Es) no está aumentando sino lo contrario, y por último expresó que la siguiente batalla será contra la variable CO2 emitido (CO2e), que debe ser llevado a 0 y para hacerlo explicó el impuesto a la emisión de CO2 que se aplicará a cada país que se exceda y el desarrollo de fuentes de energía a partir del uranio, algo en lo que está invirtiendo y explorando. Naturalmente se trata de proyectos de miles y miles de millones de dólares que no están al alcance más que de USA, China, Japón, India y alguno más por ahí, según sus palabras.

Si con la plandemia se han metido hasta en el inodoro de nuestras casas, con el calentamiento (que es lo que sigue) se van a meter hasta en el inodoro de las vacas del campito de Don Ciríaco en Quemú-Quemú.

Si por la plandemia se extremaron los controles a niveles insoportables y crecieron exponencialmente las delaciones y conflictos familiares, vecinales y municipales, con el calentamiento global encender la parrillita del fondo para asar medio pollo, será un delito de lesa humanidad que cualquier vecino podrá denunciar en cuanto vea asomar el humito por la chimenea. Los países ‘en vías de desarrollo’ y los ‘subdesarrollados’ que no cuentan con miles y miles de millones de dólares, deberán importar energía de los países ricos mediante deuda, con lo cual, encender un ratito la estufa de cuarzo para bañarnos en pleno invierno, será como un atentado contra la Pachamama, y eso es imperdonable.

Resumiendo, si no te mata el cobicho, te mata la vacuna, y si sobrevivís a todo eso, te espera el enfriador del mundo en la esquina.

Ya saben entonces, ‘negacionistas’ de la plandemia y el calentamiento global: ¡están cercados!

¿O pensaban que la nueva normalidad era otra cosa?