Desagravio a Aristóteles
En los últimos
días de julio de este 2021 que sigue su curso, el gobierno aprobó una serie de
medidas legales de acuerdo con las cuales –esquematizando y para evitar las
náuseas- a partir de ahora, los documentos de identidad dejarán de ser “binarios”.
En la jerga de la
contracultura dominante, lo binario ha pasado a ser una palabra no inclusiva en
materia sexual. Es decir que su aplicación dejaría afuera a los que no se
consideran ni varones ni mujeres, sino alguna de las diversas aberraciones “construidas”
a partir de la autopercepción de género.
De aquí en más queda expedito el camino para que cada ente porte y
registre muy orondo su identidad legal, sin que tenga que encasillarse en las
categorías varón o mujer.
Una primera forma de
calificar este luctuoso hecho sería utilizando todos los términos posibles que
significaran demencia. Efectivamente es vesania grave y psicopatía aguda
permitir y aceptar que un sector social de enajenados decida ser lo contrario
de lo que su naturaleza señala y su identidad real patentiza. Si de superar
binarios para liberar y expandir al sujeto se tratara, deberían multiplicarse
las opciones legales hasta el infinito. Y permitir que, en lo sucesivo, por
ejemplo, alguien exigiera que en su historia clínica se lo presente como
cuadrípedo y no como bípedo, como poseedor de aletas en vez de brazos. O que en
su declaración jurada no hubiese traba alguna para exhibirse con los oficios de
evasor de impuestos, asesino serial o saqueador de bancos.
Pero lo sucedido es más
que una demencia. Es una degeneración planificada, un vicio nefando
publicitado, una protervia convertida en Política de Estado, precisamente
porque quienes son los dueños del poder –oficialismo y oposición lo mismo da-
empiezan por conformar ellos mismos una tribu de viles de la peor especie y
abyectos de soterrada estofa. Son, para decirlo duhaldianamente, una redonda
deyección. Aunque del tipo que los antiguos médicos clasifican, según su
etiología, como Clostridium Difficile, esto es
infecciosas, pútridas y aún
mortales.
Alberto, con amplias
experiencias paternales y políticas en materia de depravación y perversión, no
tuvo mejor ocurrencia que citar a Aristóteles para justificar la superación del
<binarismo sexual>. Diciendo, con ocasión de las nuevas disposiciones
legales, que “desde Aristóteles en adelante la filosofía se plantea para qué es
la vida y qué es lo que el hombre busca. Esencialmente vivimos para ser
felices, pero la felicidad no se encuentra de un modo, cada uno la encuentra
siendo lo que es”.
No se necesita ser
William David Ross o Werner Wilhelm Jaeger para saber que este estúpido está
parloteando insensatamente, y por enésima vez, de lo que no sabe, de lo que
jamás ha estudiado, de lo que ignora por completo, y de lo que en su burrez
cósmica, ciclópea y hercúlea supone que dijo el Estagirita. Es propiamente,
Alberto, una bestia parlante; felpudo de otros seres ferales, y todos ellos a
la vez alcatifas estercoladas del Nuevo Orden Mundial.
Presentar al “Maestro de los que saben” como un hedonista, un
relativista ético o un apañador de los ultrajes contra natura, es mucho más que
una ignorancia imperdonable. Es una canallada que en mejores tiempos hubiera
terminado con el guante arrojado en señal de reto a la cara del ofensor. No porque
lo más agraviante haya sido tergiversar a Aristóteles; sino por conculcar
impunemente el Orden Natural y la Ley Divina.
Mientras el Estado
autoriza y otorga potencia legal a que cada quien, en nombre del derecho
irrestricto sobre su cuerpo, pueda abortar a un inocente, declararse másculo,
fémina, indefinido, trans o perverso polimorfo; ese mismo Estado le niega al
hombre singular y concreto el derecho a decidir si se inocula o no unas
vacunas, sobre la cuales hay conjeturas razonables, (de mínima) y
demostraciones palmarias (de máxima) de que no son inocuas sino quizás
exactamente lo contrario. Y no estamos hablando de medicina, de lo que nada
sabemos; sino de sentido común, que creemos conservar aún.
Es una incoherencia
irritativa cuanto ocurre: el mismo Estado que está dispuesto a darle un
permisivismo irrestricto a cualquier insano moral, físico espiritual o
psíquico, alabando orgullosamente sus patologías glandulares; luego, es el
mismo que exige un pasaporte sanitario obligatorio para la multitud de sanos
que se resisten a ser avasallados coactivamente por un hipotético antídoto que
ha causado no pocos estropicios, efectos colaterales dañinos sino muertes.
Leviatán sabe lo que
hace. Declara incondicionalmente libres a sus servidores; esto es, a los
innúmeros monstruos que alimentan el fuego desgarrador que sale de su boca. A
la par que arrolla y esclaviza a quienes nos atrevamos a hacerle frente. A
éstos los espera la marginación social y la condición de parias, si sanos. La
agonía en soledad, si enfermos. Convertidos en números que entuban, aislan de
sus seres queridos, impiden que reciban asistencia religiosa, y entregan al
final convertidos en bolsa de cenizas. Sabemos de qué estamos hablando.
Se divide a los
ciudadanos en dos clases: mansos aceptadores de la homogeneizante terapia
mundialista, con licencia para circular, por un lado. Réprobos y confinados por
otro, todos los que osaren poner en duda la historia pandémica oficial.
Normales que no podremos vivir en paz sino arrojamos incienso al ídolo
terapéutico estatal; y anormales que gozan de pasaportes para desfilar sus
putaísmos y lenocinios.
La Iglesia no ha dicho
una palabra al respecto. Para la Jerarquía Eclesiástica local, el hecho de que
la Argentina se haya puesto a la vanguardia de los países con documentación no
binaria, no amerita ninguna reprobación o condena a los crápulas. Para
Bergoglio, mientras a nadie se le ocurra celebrar la misa tridentina, no existe
ninguna amenaza que lo movilice. Se gastan fortunas en dudosos materiales
didácticos para completar la campaña de impudicia y de desdoro que se oculta
tras la aberrante ESI. O se hacen circular previsibles y trillados memes al
respecto, o los más audaces contabilizan otros insumos más urgentes que se
hubieran podido adquirir con ese dinero. Pero al fondo de la trama no llega
nadie.
Tal cual. Nadie de los
que están obligados a hablar porque se supone que son nuestros pastores, o
nuestros representantes y disponen de los medios para expresarse y convocar a
la resistencia, ha hablado sí, sí; no, no. Son centinelas ciegos, perros mudos,
perezosos echados a dormir. Todo aquello que execra y maldice Isaías (Is.56,
10).
Es hora de llamar al
testimonio público de los binarios; ya no en el ámbito leguleyo de las
planillas que resuelven el problema tildando una equis en el casillero
correspondiente. Sino a los que todavía se dan cuenta de que el más importante
binarismo que aquí y ahora está en juego es el de la Ciudad de los Hombres
contra la Ciudad de Dios; el de Cristo o el Anticristo.
Para lo que pudiera servirles, adsum: aquí estoy. Me llamo Antonio, por
el de Padua; soy varón, hijo, hermano, esposo, padre, abuelo, monogámico. Y
para más señas, católico oscurantista y “argentino hasta la muerte”, como
escribiera Don Carlos Guido y Spano.
Antonio Caponnetto
¡¡¡Grande Maestro!!!
ResponderBorrarCompletamente de acuerdo
ResponderBorrar¡Cuánta falta nos hacia la gallarda y donosa pluma del Maestro, y cuánto nos alegra volvera a tener!
ResponderBorrarMagnífico, estoy totalmente de acuerdo!!!
ResponderBorrarBrillante!!
ResponderBorrarDebemos agregar que la cobardía del pueblo argentino es única en el mundo tal vez merecemos a estos degenerados, aunque seamos gente de bien, con un partido de fútbol, está todo bien, no les interesa otra cosa y no hay distinción de clases
ResponderBorrarsiempre generalizando no tenés idea de la gente que los del gobierno suicidaron... mejor callate mirá.... a esos los insultás si les llamás cobardes...
BorrarExcelente lección de vida y de Filosofía.Antonio: gracias por tu verbo y tú alto nivel cultural.
ResponderBorrarPara cuando por Tucumán, avísame cuando decidas venir
ResponderBorrarExcelente síntesis de las aberraciones que estamos viviendo.
ResponderBorrarNecesitamos una legión de hombres como Usted Dr. Caponnetto.
muy claro
ResponderBorrarDe acuerdo!
ResponderBorrarmaravilla
ResponderBorrar“(…) el más importante binarismo que aquí y ahora está en juego es el de la Ciudad de los Hombres contra la Ciudad de Dios; el de Cristo o el Anticristo…”
ResponderBorrar¡Ave María Purísima, sin Pecado Concebida!.
Muchas Gracias profesor Antonio Caponnetto, por éste apocalíptico resumen de la situación que vive la Humanidad entera y por haberme enseñado a decir, en los peores momentos, que: ¡Cristo Vence! ¡Cristo Reina! ¡Cristo Impera!. ¡Viva Cristo Rey!
¡SEÑOR!.
ResponderBorrarPor que no proponer la "identidad de capital" y que cada cual se auto perciba con el capital que desee, por ejemplo, me puedo auto percibir que soy millonario y que mi cuenta en el banco es de $ 100.000.000; ah no, pero en este caso me llamarían loco, sobre todo al afectar los intereses de los banqueros talmudicos que tal medida podría ocasionar
ResponderBorrarTambien se podría crear la "identidad acreedora / deudora" y si alguno se auto percibe que cancelo una deuda con la Afip esto sea aceptado, o que alguien se auto perciba con que ya cancelo un credito bancario, o me auto percibo que no debo ningún impuesto al estado.
ResponderBorrarA ver si con estas auto percepciones los canallas de nuestros políticos van a ser tan tolerantes
uy que lindo este año me hubiera ahorrado entre impuesto inmobiliario retenciones y ganancias mas de cuatrocientos mil jajajaj
BorrarGracias Profesor por aportarnos su sabiduria y su luz en momentos de tanta oscuridad,Dios quiera que algún día estas magníficas editoriales vuelvan para fortalecer nuestra alma y mente en una nueva época de la histórica y querida Revista Cabildo, un fraternal abrazo en Cristo y Maria!!!viva la patria, viva Cristo Rey!!!
ResponderBorrarExcelente, caro Antonio. Mille grazie.
ResponderBorrarP. Christian Ferraro
¡Antonio Capponetto! ¡Todo un símbolo de pulcritud y espíritu católico a carta cabal!
ResponderBorrar"Por sus frutos, lo conoceréis"...
ResponderBorrarFuerte y claro Antonio.
ResponderBorrarFantástico, totalmente acertada la apreciación, el poder ejecutivo es un Leviathan moderno, que está llevando al pueblo argentino, a su propia destrucción, y no le echemos la culpa a los lobos, ( porque entre los lobos no existen los maricones )
ResponderBorrarPIEDAD Y MISERICORDIA SEÑOR X TAN ABERRANTES LEYES DE ESTE SEUDO APRENDIZ DE PRESIDENTE.....!!!! UNA TOTAL FALTA DE RESPETO HACIA EL PUEBLO...
ResponderBorrar¡A las calles! En septiembre tomamos los edificios gubernamentales y consolidamos el Reino Hispánico y Católico de Argentina. Ya no tenemos más tiempo.Deus vult!
ResponderBorrarEste tipo de declaraciones son las que le quitan seriedad a este blog
BorrarOtro tibio...
BorrarEn el infierno hace calor, demasiado.
BorrarMás allá de las sandeces que dice , no creo que tenga Ud. un gramo de agallas. Perro que ladra SOLO MUEVE LA COLA. Déjese de citar al Papa Urbano II en el Concilio de Clermont.
BorrarDeus vult (Dios lo quiere), eso decían durante la cruzadas, pero de ellas solo la primera tuvo éxito y las otras siete fracasaron. Es difícil saber lo que Dios quiere.
Borrar1/8/21 20:15 no anónimo no es difícil saber lo que Dios quiere. Se lo digo, DIOS QUIERE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA.
Borrar6/8/21 23:44 , ¿Se lo dijo el?
BorrarY de que iba a servir esa consagración si Dios les hizo ganar la ww2 a los ATEOS comunistas?.
BorrarExcelente, mil gracias por los conceptos expresados
ResponderBorrarExcelente
ResponderBorrarNo encuentro ninguna profecía sobre esta tierra. Quizás alguien sepa. Pareciera que Dios no nos llama a otra resistencia más que la de abandonarnos en la fe. Practicar la humildad y esperar todo en Cristo.
ResponderBorrarDios desprecia la tranquilidad de las almas que destinó para la batalla. Santa Juana de Arco.
Borrar"Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha", 1 Corintios 13. 3.
BorrarRodrigo T.E.6/8/21, 22:38, Esa es la posición mas cómoda.
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