SÚPLICA PASCUAL DE UN DOCENTE
Cuántas horas los días se hacen arduos, se vuelven
calendarios de esfuerzos que fatigan los meses,
entonces Te contemplo con la cruz ominosa
izándote del suelo, una, dos y tres veces.
Cuántas tardes la voz se me quiebra en trajines
o las manos se cansan sujetando papeles,
de posarse en los hombros repartiendo consejos
y me alza Tu mirada de sangrantes claveles.
Cuántas aulas recorro y un alma en cada mesa
aguarda esa palabra ganada al ajetreo,
el verbo que defina, laudantemente claro,
y me siento un instante tu Simón Cireneo.
Cuántas lecciones dadas, no siempre recibidas,
libros, mapas, retratos, vestigios de las cosas
terrenas y celestes que guardan sus misterios,
me acompaña en el trance Tu Madre Dolorosa.
Cuánta niñez que llora al cruzar los umbrales,
cómo se vuelven patios de risa adolescente,
penas y sueños danzan una marcha de edades
igual que esa corona que aureolaba tu frente.
Cuántas noches en vela retocando labores,
esa cita que auxilia para lanzar la red
al corazón abierto de asombros admirables.
Me retumban tus labios gritando:¡tengo sed!
Cuántas generaciones descifrando sus signos,
camadas de recuerdos que atesoro y cosecho,
llegadas, despedidas, derrotas y victorias,
hazme lugar acaso en Tu herida en el pecho.
Dame, Señor, un cielo de pizarras y tizas
para escribir tu gloria que anonada al quebranto,
clávame a tu madero, será mi mejor clase:
la Esperanza nacida del mismo Viernes Santo.
Dame, Señor, la fuerza de los viejos pupitres,
la música concorde de la fe y la razón,
ser el lienzo que alivia tu faz atribulada
discípulo
festivo de tu Resurrección
Por Antonio Caponnetto
Respetando las inspiraciones del poeta, prefiero mucho más al Capponnetto que emplea el verso endecasílabo. No me convence la métrica alejandrina y no me suena bien . Pero bueno, es una preferencia meramente personal, que no dice nada del contenido o de la preferencia del poeta por la forma. Pero en las poesías la forma está orientada a realzar sublimemente el contenido. He leído por ahí un excelente uso del octosílabo por este poeta, más allá de que no concuerdo con todo su contenido.Pero también lo del contenido entra en la fundamentación personal de cada uno.. Los conceptos expresados en las Coplas de Manrique o en la Noche Serena de Fray Luis bien podrían ser expuestos en prosa o en una composición de otro tipo, sin embargo perderían su inmenso atractivo y esplendor y pocas gentes llegarían a captar lo dicho, o pocas les prestarían atención . El fin de las formas poéticas, como de la música, es hacer que los conceptos deslumbren y lleguen hermosa y brillantemente a las facultades espirituales. Las formas evidentemente ayudan mucho a la comprensión de los textos. Si no díganlo los oradores y profesores que se preocupan por las palabras, las pausas, las entonaciones, usos distintos de voces y mil formas para embelesar e instruir a sus oyentes . La forma es muy importante; a veces decisiva para la comprensión y atractivo de ciertos textos. El Tamtum ergo y toda la serie de esa obra poética se comprende mejor y se gusta muchísimo más por estar compuesto en rima consonante y con la música gregoriana.
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