Reacción ante las acusaciones de
blasfemia y herejía emitidas contra mi persona por el blog Linum Fumigans.
Alejandro Sosa Laprida
CEGUERA ESPIRITUAL Y MISTERIO DE
INIQUIDAD - 04/08/2024
“Se trata de un ejemplo
paradigmático de un entorno que parece ir engrosándose. Pensemos, aparte de los
lefebvrianos y sedevacantistas, en los casos, en Italia, de un Enrico Maria
Radaelli, de un Roberto de Mattei, de un Andrea Cionci, de un Aldo Maria Valli,
de un Serafino Lanzetta; y pensemos, en Argentina, en los casos -ciertamente de mayor
o menor gravedad, y cada uno de ellos con sus particulares matices- de monseñor
Héctor Aguer, de Javier Olivera Ravasi, de Antonio Caponnetto, o bien, ya en un
nivel más burdo y menos atendible, los casos de personajes como Rubén Peretó
Rivas o Alejandro Sosa Laprida.” Linum Fumigans,
31/07/2024.
La
incapacidad en la que se encuentra la mayor parte del clero para comprender la
naturaleza y el alcance de la presente crisis eclesial es algo realmente
pasmoso. En vano esgrimirá uno, entre muchísimos otros casos que la ilustran,
la incalificable anomalía que constituyen las asambleas interreligiosas de
oración por la paz de Asís[1]
-convocadas por los tres últimos papas, en aplicación de los documentos
conciliares-, el Novus Ordo Missae[2]
“fabricado” prácticamente ex nihilo
junto a pastores protestantes en una óptica “ecuménica”, el culto rendido a la
“Pachamama” en el Vaticano[3],
o la inaudita bendición del concubinato y la sodomía autorizadas por la
declaración Fiducia Supplicans[4]
concebida por el depravado Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe,
el inefable Magister Osculator
“Tucho” Fernández[5], y ratificada por el “Santo Padre” Bergoglio
-dos compatriotas que deberían suscitar en cada uno de los católicos argentinos
un vehemente espíritu penitencial-, siempre recibirá uno por respuesta una
enrevesada justificación para cada atentado cometido contra la fe católica,
acompañada de una mirada entremezclada de condescendencia y de un desprecio
apenas disimulado.
Esta
manifiesta dificultad para mirar la realidad de frente, sin negar aquello que
perturba y sin precipitarse a elucubrar toda suerte de pretextos inverosímiles
conducentes a establecer una imposible “hermenéutica de la continuidad” que
permita respirar aliviado y proseguir con su rutina sin sobresaltos, es el común
denominador de la mayoría de los clérigos conciliares con los que he abordado
estos delicados asuntos. Naturalmente, comprendo el movimiento reflejo que se
produce, pues todo católico medianamente instruido sabe que la jerarquía
eclesiástica tiene por finalidad la transmisión de la fe, y que ella, al obrar
en unión con el legítimo y verdadero Sucesor de San Pedro, no puede traicionar
el depositum fidei.
Esto
necesariamente me conduce a interrogarme acerca de la naturaleza de los “papas
conciliares”, dado que la Iglesia recibe su infalibilidad de Cristo, a través
de su Vicario en la tierra, el Romano Pontífice. Ahora bien, la sola evocación
de esta posibilidad explicativa respecto a la crisis eclesial post conciliar
provoca automáticamente un espanto sobrenatural sobrecogedor. En efecto, el
“misterio de iniquidad”[6]
y la “gran apostasía”[7]
anunciados por San Pablo, o la venida de “falsos Cristos”, acerca de los cuales
nos advirtió Nuestro Señor, vienen inmediatamente al espíritu, y nos recuerdan
la realidad de los acontecimientos escatológicos, la ineluctabilidad -y, a mi
parecer, también la proximidad-, de las postrimerías, silenciadas
sistemáticamente desde el CVII, e ignoradas -o incluso, desdeñadas-, por una abrumadora mayoría del clero.
Los
clérigos se encuentran así doblemente vulnerables ante este tipo de
cuestionamientos. Primeramente, por la evidente y comprensible dificultad para
admitir un desvío doctrinal en la enseñanza recibida de las autoridades
eclesiásticas y, en segundo lugar, por su cuasi radical incapacidad de efectuar
una lectura escatológica de los acontecimientos actuales, en particular en lo
que a la Iglesia se refiere.
Esta
situación los vuelve sumamente aprensivos a los cuestionamientos teológicos y
litúrgicos sobre lo que viene acaeciendo en la Iglesia desde el CVII[8],
con su multiplicidad de reformas de todo tipo y su “magisterio” post conciliar
repleto de novedades, de innegable cuño modernista, en clara ruptura con el
magisterio y con la pastoral preconciliares. Lo que inevitablemente provoca
confusión e inseguridad y detona virulentas reacciones de escapismo y de
negación de la realidad, llegando en su desasosiego a imaginar que quienes
plantean estas espinosas cuestiones son enemigos de la Iglesia, “herejes y
blasfemadores”, gente peligrosa que debe ser rigurosamente evitada y
denunciada.
El
riesgo reside en que esta negación sistemática de la realidad puede conducir a
una imposibilidad radical de comprender la situación en la que nos hallamos -la
“ceguera espiritual” a la que aludo en el título-, cuyo desenlace eventual
podría ser la incapacidad de identificar al Anticristo cuando se manifieste,
así como a su colaborador religioso, el “falso profeta” que le allanará el
camino y le brindará una legitimidad espiritual ante la opinión pública
mundial. No olvidemos que su aptitud para el engaño será colosal y, si uno no
es capaz de discernir los males presentes -aún identificables con relativa
facilidad-, ¿de qué modo lo logrará cuando las “bestias” realicen “grandes
señales y prodigios”, llegando a engañar, de ser posible, “incluso a los
elegidos” (Mt. 24, 24)?
Para
que se entienda bien el sentido de mi advertencia, daré un ejemplo un tanto
descarnado: quien actualmente no logre percibir la manifiesta impiedad y el
notorio fraude espiritual que representan personajes tan ordinarios como
Bergoglio y Fernández, difícilmente podrá discernir el “misterio de iniquidad”
(II Tes. 2, 7) cuando éste haya alcanzado su apogeo, es decir, cuando los
anticristos político y religioso -que serán líderes mundiales carismáticos y
refinados- deslumbren al mundo con sus supercherías preternaturales.
Cuando
esa hora llegue -y, a decir verdad, no creo que falte mucho tiempo-, no
sucumbir ante el discurso mendaz y el inmenso poder persuasivo de esos secuaces
del demonio, disfrazados de benefactores de la humanidad, “cuyo advenimiento es
por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos y con todo
engaño de iniquidad” (II Tes. 2, 9-10), se habrá vuelto misión imposible,
humanamente hablando…
Paso
ahora a ocuparme de una aplicación concreta del mensaje que estoy intentando transmitir,
el caso puntual que me ha llevado a efectuar esta publicación. Hace pocos días
el blog conservador argentino Linum
Fumigans -administrado por un sacerdote de la provincia de Mendoza cuyo
pseudónimo es Fray Filemón de la Trinidad-,
publicó un artículo intitulado Enemigos
de los Papas del postconcilio[9]
-del cual extraje el epígrafe para esta publicación-, en donde el autor
menciona mi nombre, junto al de otras personas que también acostumbran
reflexionar sobre la actualidad religiosa.
A
resultas de ello, tomé la decisión de efectuar un comentario, el cual dio lugar
a un breve intercambio que transcribiré a continuación, y que es representativo
de la actitud reactiva de recelo, rechazo y condena a la que hago alusión.
Añado a esto que, en el mes de febrero pasado, en un artículo llamado Los pequeños grupos ideologizados[10], el autor también me había citado
desfavorablemente:
“Parece
que hoy el diablo, en su rabiosa lucha contra nuestro Señor Jesucristo, contra
la Iglesia y contra el Papa, lo está intentando todo y por eso ataca al Papa,
pero no con las groseras vulgaridades y blasfemias de un Lutero (similares hoy
a las de los lefebvrianos, o las de un Viganò, un Minutella, un De Mattei, un
Valli, o, peor aún, con los desfogues mucho más vulgares de publicistas
argentinos como Caponnetto, Sosa Laprida o Peretó Rivas), sino con refinadísima
astucia, escondiéndose detrás de doctos y celantes colaboradores, una idea
original y peligrosísima, algo que nunca el demonio se había atrevido a
intentar; y parece tener un cierto éxito. El papado parece vacilar y ser
sacudido por la herejía, un barco sacudido por olas terribles.”
En
esa ocasión también me había determinado a comentar, lo que derivó en un
prolongado intercambio de mensajes con el autor de la nota, que luego publiqué
en formato de artículo en mi blog, bajo el título de Ecumenismo, modernismo y apostasía: un debate sobre la crisis
conciliar.[11] Seguidamente podrán leer el intercambio
de mensajes del primer artículo mencionado, luego del cual encontrarán una
selección de viejas publicaciones, gracias a las cuales podrán formarse su
propia opinión acerca de la identidad real de los “herejes” y los
“blasfemadores” en la Iglesia contemporánea, distinguidos rasgos que me son
gentilmente atribuidos por mi ocasional interlocutor.
LA CONTROVERSIA EPISTOLAR
Estimado Padre:
Con todo respeto, conociendo bastante bien a buena parte de los autores que
usted menciona, considero que, comparativamente, mis escritos críticos del CVII
y del magisterio post conciliar son bien argumentados y están sólidamente
apoyados en citas magisteriales. Para dar un ejemplo, no me parece que las
objeciones presentadas por un Roberto de Mattei sean más eficaces o apropiadas
para demostrar la heterodoxia conciliar. Y mucho menos para explicar la
situación en la que nos hallamos. Lo que no significa en absoluto que yo me
considere más erudito o inteligente, simplemente estimo que él no va hasta el
fondo de la cuestión, y que algunos de sus argumentos son incoherentes e
incompatibles con la doctrina católica. Y lo mismo digo con respecto a la mayor
parte de los demás autores mencionados. Muchos de los cuales, dicho sea de
paso, aceptan el concilio, el magisterio de los papas conciliares y la mayoría
-sino todas- las reformas subsecuentes (canónica, litúrgica, etc.). Por lo cual
permítame decirle que disiento con usted respecto al carácter “burdo y menos
atendible” de mis publicaciones. Doy como ejemplo de mi postura el último
interesante intercambio que sostuvimos en este blog el pasado mes de febrero,
en los comentarios del siguiente artículo: https://linumfumigans.blogspot.com/2024/02/los-pequenos-grupos-ideologizados-3.html
Estimado Alejandro: Me
siento muy dolido de lo que inevitablemente constato como clara hipocresía de
alguien que intenta aparecer como educado “dialogante” en este blog, pero a la
vez contradice lo que en otras ocasiones no tiene reparos en publicar en otros
medios y foros. Querido hijo, no puedo menos que decírtelo con el rigor que
también es misericordia: ¿no te das cuenta de la grave nocividad hacia la
Iglesia y hacia ti mismo de estos disfraces de los que te sirves? No hace falta
que cite aquí los abundantísimos ejemplos que existen de tus faltas de respeto
y blasfemias hacia quien Dios Nuestro Señor ha constituido Cabeza Visible de su
Iglesia, el Romano Pontífice, con expresiones incluso peores a otros conocidos
cismáticos y herejes que ha habido en el curso de la historia de la Iglesia,
pero basta con unas palabras tuyas de mediados de junio de 2024: “(…) la sistemática promoción de la
contranatura practicada por el actual ocupante de la sede petrina, el impostor
argentino Jorge Mario Bergoglio, falso Vicario de Cristo y auténtico Precursor
del Anticristo”.[12]
¿Adviertes,
entonces, por qué digo que tus expresiones públicas hacia el Vicario de Cristo,
al igual que las de Peretó Rivas (si no son peores las de éste, que también
está apareciendo en el foro, como otros citados), son “más burdas y menos
atendibles”, que las de los otros que he citado en mi artículo? No llego a
encontrar argumentos que alcancen para disculparte (¿por tu “buena fe”?) de lo
que objetivamente aparece como gravísima herejía y blasfemia. Te pido recuerdes
las palabras del Señor acerca del carácter imperdonable de aquel obrar de quien
rechaza la acción del Espíritu Santo. No puedo menos que impedir la difusión de
tus ideas en este blog, hasta tanto no retires o te disculpes o e retractes de
manera explícita de todo lo que de modo blasfemo expresas, bajo el presente
pseudónimo u otros, en esta ocasión y en tantas otras, desde hace ya mucho
tiempo. Hasta tanto eso ocurra, evita aparecer en este foro, del que eliminaré
tus intervenciones en la medida que las descubra cuando lo haces con diversos
seudónimos, como el caso de otros citados en mi artículo.
Estimado Padre: Permítame
hacerle dos precisiones. La primera es que no hay ninguna hipocresía de mi
parte, yo soy alguien habitualmente educado y respetuoso, con capacidad para el
diálogo. Nuestras pasadas comunicaciones en su blog dan fehaciente prueba de
ello. Hablar de los “disfraces de los que me sirvo” es una acusación falsa,
cada vez que he participado en su blog he expuesto claramente mi posición
teológica, baste como ejemplo el enlace que puse en mi anterior comentario. Además, poner en tela
de juicio mi “buena fe” es una actitud ultrajante y contraria a la caridad que
me resulta totalmente incomprensible y escandalosa. Por otro lado, es
igualmente falso que yo participe en su blog de manera anónima, utilizado
diversos pseudónimos, como usted gratuitamente asevera: yo jamás he intervenido
en su blog ocultando mi identidad, cada vez que lo he hecho me he servido de mi
cuenta de google, en la cual figura
mi acrónimo alesolap. Le pido por
favor que tenga la decencia de publicar este comentario, en el que expresamente
evito entrar en la cuestión teológica respecto al pontificado actual, para no
ser objeto de su censura doctrinal. COMENTARIO
NO PUBLICADO EN EL BLOG
Estimado Alejandro:
Acabo de eliminar tu último comentario. Ya te adelanté que así lo haría de
ahora en más, a no ser que cambies tu postura ante la Iglesia, y los Papas del
postconcilio. Dices que eres una persona “humilde y respetuosa”. Estoy seguro
que esa es la percepción que tienes de ti mismo. Pero ciertamente tu percepción
no es recta, pues no se compadece con tus acerbas expresiones en la web, como
la que he copiado en mi comentario anterior.
Estimado Padre: Yo no he
dicho que me considere una persona “humilde”, sino educada y respetuosa, y
abierta al diálogo, como lo demuestran nuestros anteriores intercambios en su
blog. No me parece justo que usted desvirtúe mis palabras, pues eso deja
aparecer una falsa imagen de mi persona, ya que nadie que fuera realmente
humilde se atribuiría a sí mismo esa cualidad. Reitero además que no es exacto
lo que usted afirma acerca mío respecto a la supuesta multiplicidad de
comentarios bajo diferentes pseudónimos que, según usted afirma erróneamente,
yo tendría la costumbre de dejar en su blog: eso es algo que nunca he hecho, lo
afirmo dando públicamente mi palabra de honor. Jamás he procedido de ese modo,
ni en su blog ni en ningún otro: siempre que efectúo un comentario, como le
expliqué en el mensaje anterior, lo hago desde mi cuenta de google, utilizando mi acrónimo alesolap. Le pido por favor que tenga la
corrección de publicar este mensaje, en el que no he emitido ninguna
apreciación sobre la cuestión religiosa susceptible de incurrir en su condena
teológica. No se trata acá, por tanto, de un comentario polémico sobre el
asunto que nos divide, y que podría justificar una censura de parte suya, sino
de una aclaración legítima y necesaria acerca de mi manera de proceder. COMENTARIO NO PUBLICADO EN EL BLOG
Estimado Alejandro: Repite el mensaje anterior y añade: ¿Acaso me dirás
que las palabras que en mi ante-anterior comentario he encomillado no son
tuyas? ¿Acaso me dirás que no son tuyos todos los artículos en la web en que
has ofendido e insultado al Papa con esos o peores términos?...
Estimado Padre: Al negarse
usted a publicar mis dos últimos mensajes, en los que le he reclamado
respetuosamente el derecho a réplica para rectificar algunas inexactitudes que
usted ha dicho sobre mí en sus anteriores comentarios, está usted actuando de
una manera injusta e intelectualmente deshonesta. Sepa que me ha decepcionado
profundamente, jamás habría podido imaginar una actitud tan incomprensible y
odiosa de su parte, tras más de cuatro años de interesantes y respetuosos
intercambios epistolares por este medio. Usted tiene derecho a censurar mis
comentarios en caso de juzgar inapropiado su contenido doctrinal, o si
considera que me estoy expresando de modo irreverente hacia su persona, pero de
ninguna manera puede privarme del derecho a réplica cuando se trata de una
rectificación acerca de cosas inexactas que usted ha dicho sobre mí, las que
dan una imagen distorsionada y negativa de mi persona y mi comportamiento. Su
modo de proceder es injusto e irracional, y se emparenta con el maltrato
psicológico y con una forma velada de desprestigio y de desinformación. Huelga
decir que nunca más volveré a dejar comentarios en su blog... COMENTARIO NO PUBLICADO EN EL BLOG
Estimado Alejandro:
He eliminado tu tercer mensaje, en la que haces silencio acerca de lo que te he
preguntado. Tu silencio confirma lo que he dicho: no niegas tu autoría a las
gravísimas y repetidas ofensas, burlas y ataques a la Iglesia, al Concilio
Vaticano II y a los Papas del postconcilio, en especial al papa Francisco,
actual Vicario de Cristo. Por otra parte, no puedes negar esto porque es una
evidencia publicada en muchas ocasiones y sitios en la web. Obviamente no puedo
permitir que propales tus blasfemias en este blog. Tienes razón: mis diálogos
contigo han sido educados de mi parte, pero en ninguno de nuestros intercambios
te oculté mi parecer acerca del carácter cismático y herético de tus posturas.
Estimado Padre: Su mensaje
me ha dejado atónito. El respeto había sido mutuo, contrariamente a lo que
usted insinúa. Por otro lado, yo jamás
he negado mi punto de vista crítico acerca del CVII y de los papas conciliares.
Mis tres mensajes precedentes no se referían en absoluto a ese asunto, dado que
mi postura sobre el tema es de público conocimiento, y hemos debatido al
respecto en este blog en varias ocasiones, sino a mi pedido respetuoso y
argumentado de derecho a réplica acerca de las afirmaciones erróneas que usted
ha vertido sobre mí en sus anteriores comentarios. Usted utiliza la falacia
consistente en ignorar el punto en discusión para así evitar responder, sacando
de la galera un tema de debate ficticio. Y, como hace esto valiéndose del
desleal método de fingir responder a mis comentarios a la vez que omite
publicarlos, el resultado está a la vista: usted distorsiona la situación,
presentándome ante sus lectores como si yo fuera un tozudo e impertinente polemista
incapaz de asumir una actitud de diálogo razonable y benévola para con usted,
atribuyéndose el papel ventajoso de persona paciente y humilde que se aviene a
perder su tiempo con gente a la que presenta como hipócrita, irrespetuosa y
sectaria. Pues bien, si comportarse de este modo lo hace feliz, allá usted. En lo que me
concierne, califico su incomprensible e injustificada actitud como una
bochornosa maniobra de manipulación mental, maltrato emocional y engaño
mediático, el colmo de la deshonestidad intelectual y de la mala fe, un
proceder escandaloso y totalmente indigno de parte de un sacerdote... COMENTARIO NO
PUBLICADO EN EL BLOG
PUBLICACIONES SOBRE LA CRISIS ECLESIAL
ÍNDICE
1. Herejías destacadas
de Francisco - p. 9
2. Dios no puede ser Dios sin el hombre - p. 14
3. Nueva blasfemia
bergogliana - p. 15
4. Francisco y la
Santísima Trinidad - p. 18
5. Breve crónica de la impiedad bergogliana - p.
19
6. Bergoglio, maestro del engaño - p. 27
7. La impotencia de
Dios - p. 32
8. Ayudemos al Santo
Padre - p. 35
9. El infierno no es un
lugar - p. 43
10. Ecumenismo y
apostasía - p. 51
11. Francisco niega la
necesidad de la fe en Jesucristo - p. 56
12. Un debate sobre la
crisis conciliar - p. 62
13. El Vaticano fomenta
la idolatría - p. 90
14. La conversión
ecológica une a cristianos y musulmanes - p. 95
15. Bergoglio y la pena
de muerte - p. 96
16. La falsa paz sin
verdad de Francisco - p. 100
17. La serpiente del
vaticano - p. 104
18. Un florilegio de
locura bergogliana - p. 121
19. La bula que se
burla de la misericordia - p. 127
20. Nada detiene a
Francisco - p. 135
21. Bendición blasfema
de Francisco - p. 170
22. Francisco y el
Sínodo de Amazonia - p. 171
23. Una protesta
legítima pero insuficiente - p. 175
24. La reacción
conservadora contra Amoris Laetitia -
p. 177
25. Francisco bromea
sobre el infierno - p. 179
26. La Exhortación
Apostólica Querida Amazonia - p. 182
27. Francisco ultraja a
María - p. 194
28. Una mirada
escatológica ante la crisis - p. 207
29. Epílogo - p. 212
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https://drive.google.com/file/d/17dmKNFjs1tBYOm0SzX94cMO98Oh7kIWP/view?usp=sharing
[1]
“El Vaticano fomenta la
apostasía y una religión global”:
https://gloria.tv/post/bUsSsFR763PH42N9dkudYoCLQ - “Bergoglio promueve las falsas
religiones”: https://gloria.tv/post/iQjRW1QPHgGZ4GyYNdMcr4hLW - “Juan Pablo II profesaba la
herejía de la salvación universal”: https://gloria.tv/post/6zthWmGbzH4c1khnBxDXRbRGf
[2] “Breve Examen Crítico del Novus
Ordo Missae”:
https://gloria.tv/post/Y17HC6grqy3M3LgQnJNXQq2k1 - “La misa montiniana”:
https://gloria.tv/post/ZvBvYSoLyoCr6azs27tKjTKa8 - “Explicación del Novus Ordo
Missae”:
https://gloria.tv/post/ZvBvYSoLyoCr6azs27tKjTKa8 - “El triple quiebre de la nueva
misa”:
https://gloria.tv/post/ZvBvYSoLyoCr6azs27tKjTKa8 - “ Work of human hands”:
[3] “Francisco y el Sínodo de
Amazonia”: https://gloria.tv/post/uPYpzrL9S6aj2AFqUKZJzusCS - “El Vaticano promueve la
idolatría”: https://gloria.tv/post/3sr87Te4ezwp3c92d2MxRxuAF
[4] “El Vaticano bendice la sodomía”: https://gloria.tv/post/BgvkYWfSKY3n4NRxHpivtTcpq
- “El Vaticano
promueve la ideología LGBT”: https://gloria.tv/post/7kHE3oNpRR9mBUv4vDWRDWRy6
- “El nombramiento de Mons. García Cuerva”: https://gloria.tv/post/ekeL7sBoWErm2YCunrwUcRZXf - “Bergoglio, apóstol LGBT”: https://gloria.tv/post/f3sdFpGLePqt2aprXHfSaixBa
[5]
“Mons. Fernández al Santo Oficio”: https://gloria.tv/post/4DfejpEVjHjfDpWRzEBtWqFSQ
- “Tucho Fernández: La
Iglesia ha errado por siglos”: https://gloria.tv/post/6tx9HLuPetx9BsbjkSt2Hc9rR#10
- “Sor Lucía Caram sobre Tucho Fernández”: https://gloria.tv/post/Y9py2jN8Bgiu2NDa2ZL4JCBof#50
- “El Prefecto Pornógrafo”: https://gloria.tv/post/Gof1GDxwagXv4Rw9GhtoUhPNS
[6] Libro en descarga gratuita: “Misterio de iniquidad: la abominación
desoladora en el lugar santo”: https://gloria.tv/post/22LiQpWbFdAaCuCR7XXdRReph. Ver también: “Diez años con
Francisco”: https://gloria.tv/post/UEqqVjZCCVLQ6g89ps67irXSM - En ese enlace a mi blog hallarán
más de cien publicaciones sobre el tema de la crisis conciliar.
[7] Recomiendo la lectura del libro “Apostasía vaticana”, publicado en
marzo de 2023, a la venta en la librería de la editorial Vórtice, en la ciudad de Buenos Aires: https://gloria.tv/post/7ynAG7ZfxBvK1MBD4MqN3aMxn - Existe también en lengua portuguesa, “A apostasia do Vaticano”: https://gloria.tv/post/NaVLXdHZHEce3Fh1riSfVBYPk -
Ver igualmente: “Bergoglio, la gran apostasía y la crisis conciliar”: https://gloria.tv/post/EBGAmbTEcwxd3oPNmLLk8LwL2 - “Apostasía en el Vaticano”: https://gloria.tv/post/bGpgetbcHdif6j2WsvcyisVwU - “Ecumenismo y apostasía”: https://gloria.tv/post/RsfJFXSNoWkV666xPZ94u8VTL
[8]
“El CVII inició la pasión de la Iglesia”: https://gloria.tv/post/h9BNFYZP1fZX3ch72xV8np9nd
- “Crisis de la Iglesia y punto de no retorno”: https://gloria.tv/post/PfSfqK47y4GD1BSRMsbgyP719 - “Los papas conciliares hablan
desde la boca de la serpiente”: https://gloria.tv/post/gmaPfosvF4dw1xRchHgSyAuvg#15 - “La Sala de Audiencias del
Vaticano es diabólica”: https://gloria.tv/post/RaNz1RwNYDTZ1LVkUvvhCnagw
[11] Leer y descargar el archivo PDF
acá: https://gloria.tv/post/ZnZeLD7ToQNw4a8EN8VmHLfhM - Unos años antes habíamos tenido
otro interesante intercambio, “Un debate sobre la crisis eclesial”: https://gloria.tv/post/ikhsixMS6zNn38NPNS7E4YEQj
[12] Cita tomada de la siguiente
publicación: “Bergoglio, Apóstol LGTB”:
https://gloria.tv/post/f3sdFpGLePqt2aprXHfSaixBa https://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2024/06/bergoglio-apostol-lgtb-alejandro-sosa.html - En este artículo demuestro cabalmente el accionar abiertamente pro LGBT
de Bergoglio desde el inicio de su infame “pontificado”. Lo que me intriga
sobremanera es por qué este hecho pareciera no
escandalizar en lo más mínimo a
Fray Filemón de la Trinidad, quien, en cambio, se rasga públicamente las
vestiduras por una frase mía algo vehemente, caracterizando al falso profeta
argentino como bien merecido lo tiene, por atentar contra la moral católica y
el orden natural, con total impunidad, y prácticamente sin ser objeto de ninguna
reacción por parte de la jerarquía eclesiástica. Esto se
me antoja una actitud bastante llamativa, viniendo de alguien que
tiene cura de almas, ¿no les parece? Lo que también me lleva a
cuestionar en dónde se encuentra la verdadera hipocresía, que mi detractor
imagina residir en mi postura…
Le agradezco mucho la publicación. Un cordial saludo en Cristo y María.
ResponderBorrar¿Alguien sabe quién es ese tal "fray Filemón"?
ResponderBorrarLo ignoro. Y, francamente, mejor así...
BorrarPues yo pienso que ganaríamos desenmascarándolo. Y no parece ser tan difícil. Hasta donde sospecho, parece ser un sacerdote residente en Mendoza, quizá religioso, de edad de madura a avanzada (rondando los 60), con cierto de grado de erudición y bastantes lecturas, al mismo tiempo que con ideas no poco disparatadas y con alguna incapacidad de seguir un razonamiento que contradiga sus disparates.
BorrarMe dijeron que es un dominico, pero no sé cuál
BorrarSí, yo estoy casi seguro de que pertenece a la orden de los predicadores. Pero, sinceramente, no me interesa en absoluto descubrir su identidad...
BorrarLo entiendo. Pero es un deshonesto. Él nombra cuando puede a todos con su nombre real y se esconde bajo ese pseudónimo. Si no "escrachara" a otros, todo bien.
BorrarPor otra parte se dice abierto al diálogo y cuando empieza a naufragar borra los mensajes y aquí no ha pasado nada.
En fin. Pobre hombre.
Coincido. He debatido durante cuatro años con él en su portal, y me ha dejado un recuerdo muy amargo por la actitud que ha tenido hacia mí, cuando yo siempre fui extremadamente respetuoso con él. Es por eso que prefiero no enterarme de su verdadera identidad...
BorrarBrillantes, rectas y lúcidas son sus apreciaciones, D. Alejandro. Creo, sin embargo, que el el tal Filemón no merece tanto respeto y comedimiento como usted le muestra, ya que me parece un personaje taimado y sibilino que trabaja denodadamente por la confusión de las almas y por el triunfo definitivo de la Gran Apostasía. Reciba usted un cordial saludo desde España.
ResponderBorrarEstimado Señor: Le agradezco mucho sus palabras, que me reconfortan y me estimulan a no bajar la guardia en el buen combate por Dios y su Santa Iglesia. Efectivamente, eso es lo que este sacerdote está haciendo, objetivamente hablando. Recemos por él, para que esté obrando de buena fe, y que su salvación no peligre. Y también para que -nunca se sabe, Dios siempre puede realizar un milagro-, termine abriendo los ojos. Un cordial saludo en Cristo y María. ¡Viva España y viva la Hispanidad!
BorrarMe alarmó la frase del tal padre Filemon: "algo que nunca el demonio se había atrevido a intentar", es decir ¿ese es el concepto que tiene del demonio? ¿le está dando la capacidad de algo bueno al demonio? ¿no sabe que el demonio es la maldad pura y padre de la mentira? ¿Y que no hay maldad que no haya hecho o INTENTADO hacer? Qué frivolo.
ResponderBorrarEl demonio es un monigote inventado por la iglesia. El bien y el mal lo hacemos nosotros.
BorrarQue el hombre pueda hacer el mal no es contradictorio con el hecho de que también lo pueda hacer el ángel. La Iglesia no lo ha inventado, es un dato de fe, contenido en la revelación bíblica...
BorrarNo hay que confundir el mito y la fantasía con lo real, hacer eso es propio de los tontos.
BorrarEfectivamente, así dicho, suena absurdo, pero seguramente se trata de un error en la expresión, no creo que quiera significar un eventual "escúpulo moral" del demonio en su obrar. Pero lo que es más absurdo todavía es imaginar que Bergoglio pueda ser el auténtico Vicario de Cristo, y suponer que el maligno estaría "atacándolo", cuando sobran las evidencias de que el falsario argentino está enteramente a su servicio, al igual que los artífices del CVII y los autores de las diferentes "reformas conciliares" y del pseudo magisterio post conciliar. Es en la incapacidad radical de percibir este "misterio de iniquidad" en donde reside la "ceguera espiritual" de este sacerdote, a la que aludo en el título de la nota...
ResponderBorrarSi Bergoglio es Papa es porque Dios lo puso ahí, el poder viene de lo alto según San Pablo.
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